Ayer me puse a escribir un nuevo relato corto ambientado en Daegon y, me dí cuenta de que había elementos muy similares entre este y Kuunsej, el anterior relato que escribiera. Asimismo, también me fije en que la historia de varios de los personajes de mi novela tenían puntos en común con estos dos.
En su momento, según iba avanzando en la escritura de la novela, me decía a mi mismo que aquella sería mi “historia definitiva” de Daegon, pero últimamente me ha dado por pensar si todas las historias que he escrito y arbitrado no son siempre la misma.
¿Me limito a repetir un patrón con cada nuevo relato que escribo?. ¿Se trata esto de una limitación natural en mi, o lo escribo porque es el tipo de relatos que me gustaría leer?. ¿Estaré hilando demasiado fino en mi búsqueda de la originalidad que veo autoplagios en mis textos, o realmente están ahí mis limitaciones?.
Lo cierto es que se trata algo que me molesta un poco. Considero las historias independientemente entre si, aunque los personajes son de carácter similar, tipos de pocas palabras y con una historia trágica de fondo, gente de un único y gran amor perdido, torturados por eso durante toda la eternidad, destinados a un final tanto o mas trágico que su historia pasada.
Pero ahí donde Kuunsej no tenia un final feliz (el relato en si era tenia un “final”, sino que se trataba tan solo la presentación del personaje), en este que estoy escribiendo ahora, si que hay un final “feliz” (bueno, feliz “a mi estilo”).
Pero aun así, y aun sabiendo que las historias de fondo son distintas, la similitud entre los personajes de Kuunsej y Dayon, así como un hecho concreto de su pasado (que no desvelare ahora, para que si os entra la curiosidad, me lo pidáis para leerlo) me preocupa. No son dos personajes que creara simultáneamente y a pesar de su carácter similar considero que (salvo el detalle antes mencionado) sus historias son distintas, así como sus motivaciones (aunque a priori puedan parecer también similares) son muy distintas.
No se, supongo que el tiempo y los lectores decidirán.
No se donde fue, si lo leí, o escuche en algún lado. Decía (o escribía) un tipo, que los escritores y demás cuentan siempre una única historia, variando únicamente la forma de narrarla (aunque hay algunos que ni siquiera se preocupan en disimular eso), que cada uno solo tiene una “historia” que contar.
"...tipos de pocas palabras y con una historia trágica de fondo, gente de un único y gran amor perdido, torturados por eso durante toda la eternidad, destinados a un final tanto o mas trágico que su historia pasada." Si, lo conozco. ¿Tú no?
<i>"...tipos de pocas palabras y con una historia trágica de fondo, gente de un único y gran amor perdido, torturados por eso durante toda la eternidad, destinados a un final tanto o mas trágico que su historia pasada." Si, lo conozco. ¿Tú no?</i>
Mientras escribía eso, lo pensé. Pero por mucho que me gusten esa clase de historias no considero mi historia de "amor" como trágica (y doy gracias por ello, solo me faltaría que ella hubiera muerto para que yo viviera o alguna cosa de esas) , como mucho seria desafortunada.
Una cosa es lo mucho que me pudiera afectar, y otra muy distinta que, a pesar de que así me lo pareciera, no fuera consciente de que no se trataba del fin del mundo.
Saber y sentir, que cosas a veces tan contradictorias.
Ese arquetipo ya se daba en mis partida antes de lo mio. No niego que haya parte de mi en esos personajes, pero siempre suelo tratar de "decir" cosas en las que creo a través mis personajes.
Pongo algo de mi en todos ellos, incluso en los "no tan sombríos" (aunque de esos no suele haber muchos).
Es imposible que no haya parte de ti en tus personajes, y eso es algo que le pasa a todo el mundo. Algunos son incluso incapaces de tener diferencias entre ellos mismos y sus personajes o más aún, entre el yo que quisieran tener y el yo que son. Seguro que también eres capaz de reconocer esos casos. De todas formas, ya ves que ambos dos hemos pensado en lo mismo al leer la descripción. Por algo será :)