Biografía fabuladora VI: En busca del ermitaño

Por Javier Albizu, 3 Julio, 2013
Corre el año dos mil tres. Yo me encuentro sumido en la irregularidad (en cuanto a costumbre escritora) y la mediocridad (en cuando a su calidad). Mi currículo es más bien escaso, monotemático y ciertamente falto de unidad estilística. Ya veis que esto no es nada nuevo.

Pero vayamos un poco más atrás, veamos como había llegado hasta aquí. Esto se tratará con más detalle en la parte rolera de mi biografía, pero un buen flashback siempre imprime carácter toda narración. Bueno, igual no, pero me apetece.
Aunque claro, esto en sí mismo es un flashback, por lo que no sé si los flashbacks dentro de flashbacks tienen un apelativo propio. Da igual, vamos a ello.

Vayamos por un momento a los noventa. Tipos con pantalones rotos, horterismo... distinto al de los ochenta, grunge y tipos “profundos y afectados” hasta en la sopa, los inicios del molonismo mal entendido en el cine y las portadas con colores que tenían el nombre de toda la tabla periódica de los elementos y los pistolones en los tebeos. Pero aquello no era importante. Al menos no para mi.
Daegon era mi mundo, todo mi universo, creativamente hablando. Sí, había creado otras historias. Cientos de ellas mientras iba alternando los juegos de rol que dirigía. Algunas de aquellas historias me gustaban y habrían merecido más esfuerzo por mi parte, pero sólo tenía ojos (y teclas) para mi pequeñín.
A lo largo de los años había escrito cerca de sesenta o setenta hojas de trasfondo para aquel mundo, pero desde el punto de vista equivocado. Sesenta o setenta hojas de letra a tamaño diez y con unos márgenes mínimos. Sesenta o setenta páginas repletas de un lenguaje ampuloso... o aséptico, de un estilo lírico y épico... o excesivamente formal.
Terminaba de leer la cronología de Shadow World o Jorune, y me ponía a escribir la de Daegon adoptando el mismo estilo. Terminaba de leer el Silmarilion y me ponía a escribir sobre las primeras edades de Daegon con el mismo tono grandilocuente. Al final, quien se encontraba con aquello, sólo tenía retazos de historias inconexas a todos los niveles. Había una historia por detrás que les daba cohesión... sólo que era la parte aburrida, la que no me apetecía escribir. Cada vez que me sacaba una cuenta de internet gratuita, allí que iba todo el material. Primero fueron Geocities e Interurbe, después Jazzfree y Terra, más tarde Eresmas y Wanadoo. Absolutamente todas con el mismo material.
Leído a día de hoy, es dolorosamente malo, pero podéis acceder a él desde aquí mismo si deseáis que os sangren los ojos con Gifs animados, fondos de lo más diverso y alguna que otra imagen sableada a Luis Royo y otros autores.
Lo conservo por una mezcla de masoquismo, recordatorio de quien un día fui y la esperanza de que pueda servir como muestra de mi evolución (o falta de ella). Ocultar o negar el pasado y los fallos previos sólo sirve para no aprender de ellos.

Como curiosidad decir que, pese a su atroz redacción y desastrosa puntuación, hubo gente que supo mirar por encima de los elementos formales y ver lo que se ocultaba detrás ya que recibí un par de cartas de desconocidos que querían saber algo más sobre aquel mundo y una de un individuo que me dijo que le había gustado mucho... y, por mi forma de escribir, me preguntó si yo era gay.
Sea como fuere, la curiosidad de aquellas personas nunca superó el tercer correo (la del tercero de ellos no llegó al segundo tras sacarle de su error, aunque le dije que estaría encantado de hablar con él sobre Daegon)

Una vez abandonado el rol “activo”, decidí lanzarme a tumba abierta a escribir “LA” novela daegonita. El día veinte de agosto de dos mil uno mandaba un correo a mis amigos (copio y pego tan cual del correo, faltas y aberraciones varias sin corregir):

Asunto: [Novela]

Saludos a todos gente

Os mando este mensajito para pediros un favor
Como algunos de vosotros ya sabreis, estoy escribiendo una novela (y el que no lo supiera, ahora ya lo sabe).
Lo que os quiero pedir es lo siguiente:
Quiero que la critiqueis, pero quiero hacer esto de un modo un poco organizado.
Mis planes:
Yo cada semana tratare de escribir algo, y os lo mandare a los que hayais aceptado esto, cada viernes.
Si bien, no he escrito nada, lo que he escrito no lo considero suficiente, o bien he escrito algo que corresponde a un capitulo posterior al de la semana anterior, os lo hare saber. Pero cada semana recibireis un mensaje mio al respecto.

Lo que espero de vosotros:
Como supongo que esto no os interesara a todos, solo mandare lo que haya escrito a los que respondan a este mensaje, pero de aquellos que respondan espero lo siquiente.
Que me contesteis con vuestros comentarios antes de una semana.
Los comentarios pueden ser, desde "yo pondria un punto despues de tal palabra en la pagina 2876", hasta "esto es una mierda" (siempre que me digais, el que, y porque es una mierda".

¿Porque hago esto?
Por una razon muy sencilla, porque me conozco, y se que si estoy yo solo en esto, acabare dejandolo pasar, y no quiero hacer eso.

No quiero que ninguno responda por compromiso ni nada parecido, solo quiero que lo hagan aquellos a los que les pueda parecer interesante la experiencia.
pero a los que lo hagan, les pido un minimo de seriedad, y que pongan esto entre sus prioridades semanales, porque cada semana esperare un mensaje suyo al respecto.
Tambien os pido que no tengais miedo de herir mis sentimientos ni nada por el estilo, si considerais que lo que escribo es malo, decidmelo, ya que yo no puedo ser objetivo con ello, os pido que lo seais vosotros por mi.

Pues eso tios, espero vuestras respuestas, y el viernes 24 mandare lo que llevo escrito a todos aquellos que me hayan respondido.

Un Saludo
Javier Albizu

Mantuve el ritmo hasta el cuatro de diciembre del año siguiente a un ritmo aproximado de dos páginas a la semana pero, entre la falta de crítica real de aquellos que me respondían, y que cometí el error de volver a releer lo que había escrito cosa de año y medio antes, lo dejé. Aquello no había por donde pillarlo. Tenía que reescribirlo todo desde el principio, y no me encontraba con fuerzas para ello.
De nuevo, si queréis que vuestras neuronas sangren, mi pasado os espera aquí en formato de libro electrónico.

Fin del flashback... o lo que sea.
Así que estamos de vuelta al año dos mil tres. Sigo mandando a las editoriales roleras todo lo que había escrito. Ninguna responde, hasta que llego a Ediciones Sombra donde, casualidades de la visa, en aquella época trabajaba un amigo. El señor Tiberio. El mismo Tiberio que, en la actualidad, sigue dándole a la tecla rolera (y provocando flames como en los viejos tiempos) en The Freak Times (v2) y se ha terminado montado su propio proyecto editorial con Trasgotauro.
Él sí que me responde... diciéndome que no ve publicable Daegon, pero me comenta que le gustan algunas cosas que he escrito y que podría probar a mandarle algún relato para la revista que publicaba la editorial. Por supuesto, tendría que ser un relato ambientado en el juego que estaba editando: EXO.

Yo no he leído el juego, pero digo ¿Qué diablos? Le pregunto cuatro detalles sobre la ambientación y me lanzo a la piscina. El día siguiente ya tengo escrito el relato. Me extraña que me haya costado tan poco pero bueno, tampoco me parece algo malo.
Fuera ampulosidad, fuera tragedia, fuera “afectación” y “drama”. Algo ligero, algo humorístico y un poco intrascendente con un final abierto. El día dos de mayo de dos mil tres se lo mando. En el correo sólo pone:

Asunto: Corto

A ver que te parece.

Taluego.

Pero, nada más mandarlo empiezan a venirme preguntas sobre el personaje. No quiero responderlas. Sólo es una prueba, no tengo ni idea de si les va a gustar o lo publicarán, No tengo mucha idea de cómo es el universo de EXO y si las respuestas encajarán con él. Pero a ellas les da igual, esas respuestas empiezan a llegar por su cuenta.

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