Biografía daegonita XXXXIX: La campaña del anillo IV

Por Javier Albizu, 14 Octubre, 2020
Como ya he mencionado en más de una ocasión, a la hora de preparar material de cara a las partidas, mi labor consistía, casi en exclusiva, en las hojas con nombres que pueblan mis cuadernos.
No escribía líneas maestras, desgloses o planes a futuro. Todo estaba en mi cabeza… y así terminaban saliendo las cosas.
Pero he dicho “casi”. Aparte de los mapas y algún que otro dibujo, en alguna que otra ocasión también preparé material para entregar a los jugadores.
Si hago caso a uno de esos escasos documentos de “handouts”, en estos momentos de la campaña debemos de haber llegado ya a comienzos / mediados de enero del noventa y nueve.

En el documento de Word llamado simplemente “Informe” (comenzado el miércoles 30 de diciembre del 98 a las 21:42 y cuya última edición, la vigésimo primera, es del viernes 1 de enero del 99 a las 14:30) les pasaba a los jugadores información acerca del Anillo.

¿De dónde habían sacado aquella información?
Nada. De ahí al lado. Sólo habían tenido que recorrer cosa de dos mil kilómetros. Porque, en aquel momento, si querías saber algo, lo más probable es que esa información la tuviesen Los Cronistas de Baern1.
A día de hoy… las cosas son un poco más complicadas.

La organización conocida inicialmente bajo este apelativo ha sufrido muchos cambios. Tantos como para que, técnicamente, ya ni siquiera estén en Baern y tan diversos como para que su función se haya visto tanto expandida como limitada.

Aquella gente había nacido unos cuantos años antes mientras escribía la Cronología y se había consolidado junto con el “Calendario Universal“. Hasta aquel momento, toda cosa que oliese a “conocimiento” en Daegon era cosa suya. Todo texto o idea brillante pertenecía a alguno de sus miembros. Eran mi respuesta y homólogo a cosas como los “Loremasters” o las “Magna Colegia” de otros mundos de fantasía. Incluso tenían “franquicias” en otros lugares. Por supuesto, aquello iba a cambiar. Era una visión demasiado simplista y fácil. Con el tiempo les fue saliendo competencia. Tanta que han terminado por convertirse en una organización más. Importante, sin duda, pero superada en ciertas áreas del conocimiento por otras más especializadas.

En aquel viaje, y como corresponde a su función como “destructores de mitos” los jugadores iban a descubrir algunas cosas que no cuadraban con lo que decía el “saber popular” acerca de aquellos venerables historiadores.

Me gustaría decir que muchas de las cosas que hay a día de hoy nacieron en aquellos momentos. Dar una imagen de mi yo de aquel entonces más favorecedora. Pero, en ese caso, mentiría. Y este ejercicio consiste en describir el proceso, no en falsearlo y presentar una imagen poco fiable de cómo se produjo.
Por supuesto, la imagen que estoy dando está distorsionada. La memoria no es infalible y los documentos también mienten, así que lo correcto sería leerlo con un cierto escepticismo.
Así pues, después de los “mitos que destruyeron” los jugadores durante el transcurso de aquellas aventuras, la verdad que conocieron volvería a cambiar más adelante.

Los Cronistas sólo eran eso, historiadores. Aún no tenía muy claro cuál era el papel de la ciencia en aquel mundo. Hemos de recordar que aún estamos con el tema del “campo anti tecnología” que habían dejado los ailanu.

Lo que sí que descubrieron los jugadores era que los libros que consultaban los cronistas no siempre eran de papel. Cahirn Ansay, su gran biblioteca (más adelante convertida en una nación independiente dentro de Baern) formaba parte de un domo jonudi. De una estructura de “oscuridad sólida” que comunicaba con… cualquier lugar o momento.
En su interior había tecnología, pero no era humana o ailanu. Los investigadores se veían expuestos a las máquinas jonudi y habían logrado descubrir una parte de su funcionamiento. Habían tenido acceso a la información del pasado y ¿futuro? que se almacenaba en ellas. Muchos enloquecían por su uso, otros quedaban ciegos, otros entraban en pasillos de los que jamás regresaban. Pero el conocimiento es así. Aquel era el precio del conocimiento.

La única información a la que tuvieron acceso estaba muy fragmentada. Algo acorde a lo poco sólido de los datos que ya poseían. Cualquier búsqueda basada en algo tan vago como “el anillo” o, un poco más concreto, como el nombre de Sargat Kendall, no daba para mucho.

Descubrieron que los jonudi sabían muy poco de aquello, pero “El Anillo” les interesaba. Que era algo que los ailanu habían estado construyendo en secreto. Un arma para acabar con ellos. Posiblemente una plataforma orbital.
Lo suficiente como para meterles un poco miedo en el cuerpo.
De Kendall no lograron descubrir nada que lo relacionase con aquel proyecto.

El golpe de gracia vino mientras regresaban sin las ideas demasiado claras hacia Dugental. Su búsqueda había hecho saltar ciertas alarmas. Si El Anillo volvía a estar activo, gente importante se iba a empezar a poner nerviosa.

En el largo camino de regreso tuvieron dos encuentros inesperados.
Por un lado, y en primer lugar, su camino se cruzó de forma inesperada con algo que no era humano. Con una entidad que sólo fueron capaces de ver de forma parcial. Pero esta no era la única sorpresa asociada a aquel suceso. Se cruzaban por primera vez de forma directa con un Jonudi… y este no era un encuentro hostil.

A pesar de lo poco tranquilizador de su aspecto, de toda la leyenda negra, y de experiencias previas, quedó constatado lo obvio; “not all jonudi”. No eran monstruos sino seres inteligentes. Podían tener una manera diferente de relacionarse con la realidad, pero cada uno era una entidad independiente. Nada de mente colmena. Nada de comportamiento predefinido.
Siguiente.

Por otro lado, el hecho de “ver” a un jonudi (en juego) tuvo un añadido literal. Porque era la primera vez que ante ellos tenían una representación gráfica de ellos.
Poco antes de aquello (la imagen escaneada más vieja que conservo es del diez de septiembre del 98) un amigo del club me hizo un enorme favor. Pintó esto a partir del texto que había escrito poco antes acerca de aquellas criaturas:

El otro encuentro inesperado fue de una naturaleza diferente. Una de aquellas alertas que habían hecho saltar llevó hasta ellos a otro tipo raro. A alguien que se hacía llamar Alan Keyn.

Keyn sabía cosas. Podía decir a los jugadores dónde encontrar información acerca del anillo. Lo único que pedía a cambio era saber un poco más acerca de Xanae.

¿Quién era este señor?
Pues… nadie en particular. Tan sólo alguien que ofrecía información y como pago por ella pedía información.
Como de costumbre, había mucho más que lo que se veía a simple vista (aunque ni siquiera yo sabía qué). Lo que en origen comenzó siendo un sosias del personaje de Mister Cairo que aparecía en la serie del Phantom 20402 no tardaría en evolucionar e ir ganando una razón de ser más allá del “tipo misterioso”. De ser una especia de Deus Ex Machina, a finales de aquel mismo año terminaría por convertirse en otro de los ejes centrales de una parte de Daegon. Con el transcurso del tiempo ha ido apareciendo como secundario o referencia en un gran número de mis relatos.

Pero lo cierto es que, en aquel primer instante, sólo era una idea. No sabía quién era, no sabía qué quería, no sabía qué era capaz de hacer, no sabía si trabajaba sólo o acompañado.
Sólo preguntaba por Xanae porque era la cosa más rara a la que habían tenido acceso los jugadores.

Viendo las fechas en las que se emitió aquella serie, la verdad es que me sorprende que me costase tanto sacar a aquel personaje. Supongo que la pillaría en la reposición del 97, porque tengo el recuerdo de verlo junto Teknoman en mi habitación antes de ir a trabajar.
Son curiosas las cosas que terminan por salir de los dibujos animados de buena mañana. También resulta ciertamente extraño que ambas influencias terminasen juntas en una misma campaña un par de años después.
No tengo recuerdo de llevar planificando aquello durante tanto tiempo… pero vete tú a saber. Como ya decía, la mente es traicionera y quizás mi intento por “no hacerme de más” sólo consiga que me haga de menos.

Enlaces:

1. Los Cronistas
- La Orden
- La Enciclopedia del tiempo
- El calendario mecbarino
- La competencia (¿Qué es Daegon? IV: Sociedad, conocimiento y misticismo)

2. El fantasma del futuro
- Phantom 2040
- Phantom 2040 en la base de datos del ICAA
- Phantom 2040 en Canal + (Programación TV 1995/11/15)
- Phantom 2040 en TVE (Programación TV 1997/03/24)
- El Contemplador

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