Biografía fabuladora IX: Más papel, es la guerra

Por Javier Albizu, 16 Enero, 2022
Avancemos un poco más en nuestra línea temporal. Veamos que pasó entre el momento en el que nos habíamos detenido y “la gran migración”. Entre mi hospitalización y la mudanza a Pamplona. Vámonos de kioskos. A por las historias en grapa y tomo a las que me vi expuesto durante mis tres primeros años de la EGB.

¿Cuáles se quedaron grabadas a fuego en mi memoria?1
¿Por qué?

Vayamos por partes, y tratemos de seguir algún tipo de orden, porque esto puede llegar a ser un auténtico pifostio.

Por lo que puedo ver, en el ochenta Griajalbo2, los mismos que antaño publicasen (entre otras muchas cosas) los tebeos “pirata” de Mazinger, comenzaban a sacar por aquí las historias de Asterix y Obelix. Poco que decir a esto… porque quien más quien menos ya tiene una idea aproximada acerca de estos personajes y sus historias.

Sé que leí alguno de ellos, que me gustaron, pero no recuerdo haber tenido ninguno de aquellos tebeos, así que no sé dónde llegaría a leerlos.
Como curiosidad, decir que, tiempo después, y con la excusa de aprender inglés3, comencé a pillarme el curso que sacó Ediciones del prado con sus correspondientes casetes. Una intentona que no llegué a finalizar. Por otro lado, creo que tampoco llegué a leerlos en aquel momento.
Mucho tiempo después (hará cosa de unos 22 años si hago caso al copyright… aunque yo diría que no fue hace tanto), pedí a mi colega el librero que me trajese la colección completa. En aquella ocasión lo publicaba Salvat. De cualquier manera, y al igual que sucedió con la anterior versión, lo único que hicieron aquellos tebeos fue ocupar espacio en mis estanterías.

Hace un par de años, cuando decidí pegarle un repaso a mi biblioteca, finalmente les abrí sus tapas y… pues sí, el dibujo muy bien y todo eso. Hay chistes y coñas con gracia… pero he de reconocer que me dejaron un tanto frío. Será que estoy mayor.

Una cosa que sí que llegaba a mi casa, y cuya historia ha superado “la prueba del tiempo” era la edición de lujo de “El vástago de los cuatro fantásticos” que publicó Montena. El que sería mi primer contacto a lo bruto con el arte de Kirby. Seguramente ya se hubiese cruzado en mi camino con anterioridad, pero pocas cosas se habían quedado tan grabadas en mis retinas como el “collage” fotográfico que daba acceso a la Zona Negativa, el diseño de Annhilus y sus criaturas o las páginas en la que los 4F eran “probados” por el villano. Tal era la fuerza de estas últimas imágenes que, en mis recuerdos, se habían consolidado como una única “splash-page”. Una imagen que no han conseguido borrar las sucesivas relecturas posteriores.

La última relectura de esta historia fue hace un par de años a través de la Biblioteca Marvel de los 4F que publicó Forum. La emoción sigue siendo la misma y, una vez finalizada la lectura, la splash-page continúa ahí dentro.

En el apartado de “grabado a fuego pero un poco menos” podríamos meter los tebeos que publicó Mundis. Esto es; Papyrus, Sammy o Spirou y Fantasio. Con la excepción de esta última, del resto apenas ha sobrevivido entre mis sinapsis poco más que sus portadas. Por otro lado, de la obra de Franquin las imágenes que con mayor fuerza había perdurado en mi recuerdo habían sido las del Marsupilami, y un par de viñetas de las historias en las que aparecía Zorglub.

A su vez, esta es la única obra que he recuperado con el paso del tiempo (quizás ha tenido algo que ver con esto que es la que más veces se ha vuelto a publicar). En el dos mil dos compré la reedición en blanco y negro que sacó Planeta, y este año pasado llegó el momento de releerla… sin erótico resultado.
Sí, Franquin mejora una barbaridad desde sus primeros números en cincuenta y dos. Sí, Ibañez le debe una barbaridad a muchos niveles. Pero las historias no me terminan de funcionar.
Será que estoy mayor.

Yendo una vez más al territorio de las anécdotas, decir que la primera vez que me encontré ante la recreativa española Big Karnak4, lo primero que vino a mi cabeza fue Papyrus. Por otro lado… ando tentado de comprarme la reedición que está sacando ahora Dolmen… pero tengo un problema con estas ediciones en tapa dura. No están pensadas para que se las puedas dejar a un crío sino para el coleccionista. No están pensadas para crear nuevos aficionados, y eso me da mucha rabia (aunque eso no me ha impedido picar con las reediciones Quena y el Sacramus, Gastón el gafe, o ese desastre que está siendo la de Yoko Tsuno).

Para terminar con el año ochenta, en aquel año llegaba también Súper López… y ya. Me gustó. Lo he recuperado (hasta “Viaje al centro de la tierra”). Los he releído y todo bien. ¿Qué más se puede pedir?

Avancemos hasta el ochenta y uno.
Estrenamos año con un tebeo que estuvo en todas las casas navarras aquel año; Amaia, los vascos en el siglo VIII, de Rafa Ramos. Si no recuerdo mal, aquello lo debía regalar alguna caja de ahorros y lo leí en casa de mis tíos en Barañain. De él se me habían quedado grabadas dos cosas; la escena con el dragón, y la celebración final (que en mi cabeza se había convertido en algo similar a la última página de los tebeos de Asterix).
Tras mucho buscar, logré hacerme con él gracias a una reedición que se hizo en dos mil trece, pero no ha sido hasta este año que le he dedicado tiempo y… menudo desastre. No sé qué fumaba Navarro Villoslada, o cuán fiel fue la adaptación de Ramos, pero no hay por dónde pillar esto.

Dando un nuevo salto temporal llegamos hasta Oumpah-pah… de quien no puedo decir demasiado. La información que conservaba se vio contaminada cuando supe que también era obra de Uderzo y Goscinny… con lo que el piel roja ha pasado a verse y moverse (aún más) como los personajes de Asterix, y no como las imágenes que he visto de él con posterioridad. Sí que reconozco las portadas y recuerdo imágenes sueltas, pero de las historias en sí mismas apenas ha quedado nada.

Quizás te preguntes a qué se debe el salto temporal que acabo de dar.
¿Acaso no hay nada del ochenta y uno que me volase la cabeza?
Au contraire, mon ami. Lo hubo, y mucho, pero he decidido agruparlo por editoriales.

En el ochenta y uno nacía Mundicomics, un sub-sello de Vértice que publicaba… pues lo mismo (pero mejor Bueno, al menos en color) y alguna que otra cosa.

Dentro de “lo mismo” meteremos a la gente con pijamas de colores (y allegados).

Dentro de la gente con pijamas tenemos a dos de mis personajes favoritos de siempre; el Caballero luna de Moench y Sienkiewicz (no acepte imitaciones), el Motorista Fantasma de Fleisher y Perlin (o lo que es lo mismo; la época buena) y una de mis historias favoritas de “Los héroes más poderosos de la tierra”; Los Vengadores contra Rojo Ronin (el cual es muy probable que sea el primer tebeo que me compré con mi dinero).

Por supuesto, y tras mucho rebuscar (casi) todos estos tebeos se encuentran en la actualidad entre mis manos. Por supuesto, (casi todos) también han caído en la relectura que comencé hace un par de años.

Gracias a Ebay logré hacerme hace tiempo con los tres primeros “Essentials” del Caballero luna y el Motorista fantasma… aunque de buenas a primeras se quedaron comiendo polvo en mis estanterías (igual que había hecho antes que ellos la “Biblioteca Marvel” de Los vengadores que sacó Forum)

Los primeros en caer en esta tanda fueron los de los Vengadores y… todo normal. Las historias viejas son… viejas, para no pensar demasiado sobre ellas, pero con encanto y, para sorpresa de nadie, las que más me han gustado han sido las que leí de crío (Korvac, Nefaria, Wundagore)

Por otro lado, no me he puesto a releer los tomos del Caballero luna porque, hará cosa de cinco años presté el primero tomo y aún estoy esperando a que me lo devuelvan. En fin. Toca esperar.
Lo que sí que he de decir acerca de este personaje es que, de acuerdo, es una copia (con algún pequeño giro) de Batman, pero siempre se he encontrado muy por encima de su originador dentro de mi estima.
Mientras hacía este listado me he dado cuenta de que es posible que conociese a la copia antes que al original, y que esto puede tener que ver con esta preferencia. Sea como fuere, ser consciente de esto y haber reflexionado sobre ello no ha servido para cambiar en lo más mínimo mi opinión. De acuerdo, Batman tiene historias muy buenas, eso no lo voy a negar, pero también tiene montones de ñordos infectos.
De cualquier manera, aquí no estamos hablando de eso.

Por último, la relectura del Motorista fantasma ha caído entre la semana pasada y esta… y ha sido extraño. Las primeras historias no se parecían nada al personaje que recordaba. Han tenido que pasar cincuenta números para llegar hasta lo que comenzó a publicar por aquí Vértice, y ahí la cosa ha hecho “click” en mi cabeza. Ahí estaba las volteretas en el aire con la moto que recordaba. Ahí estaba la lucha entre Johnny Blaze y el motorista. Ahí estaban las harpías encerradas en arcones en medio de una montaña cualquiera en un desierto perdido de los USA.
Todo encajaba.

De todas formas, lo que más me ha sorprendido ha sido el dibujo de Perlin. Y me ha sorprendido porque es un gran narrador. Casi te podías leer los tebeos del tirón sin necesidad de pararte en los bocadillos. Todo se entendía a la perfección. Nunca le había tenido en gran estima, pero he encontrado un aspecto suyo en el que no había reparado antes.
A ver. Las historias son muy tontas y formuláicas, pero el vínculo emocional con ellas no se ha resentido en lo más mínimo.

Hasta aquí la parte pura de la gente con pijamas de la rama Vértice.
En la parte de “allegados” tendríamos las franquicias de jugueteras. Esto es; Los Micronautas y Rom. Personajes que llegarían a interactuar en el universo pijamero de la Marvel… pero que los jaleos de derechos con la jugueteras hacen casi imposible que sus historias clásicas se reediten.

En mi mente los elementos de estas colecciones que han permanecido con mayor viveza son sus elementos más icónicos; Acroyear y el Barón Karza por parte de los Micronautas y, de Rom… ¿pues qué va a ser? el propio Rom (y el resto de los caballeros del espacio). Dame roboces, o armaduras que parezcan roboces, o dame muerte.

Como digo, está complicado hacerse con aquellas historias… pero no es imposible. Hace unos años me hice con los primeros números de los Micronautas en su edición americana, y su relectura cayó hará cosa de tres meses.
El veredicto es que… bien, aunque se le notan mucho las costuras (y la narración de Golden a veces se hace un poco confusa). Por supuesto, se le notan las costuras para un casi cincuentón que ya ha visto y leído muchas más cosas que las personas para las que iba dirigido… pero me pregunto cuál sería en su día la reacción de los lectores que hubiesen visto Star Wars.

Por su parte, a Rom lo tengo un poco más fresco que los Micronautas. Durante finales de los ochenta y comienzos de los noventa Forum lo publicó como complemento de los Transformers, y yo fui un fiel comprador de aquello.
Por otro lado ¿cómo no iba a calar en mi imaginario? Dibujaba Sal Buscema, así que molaba infinito (algo que lo que también ayudaban las tintas de Akin y Garvey, que muy posiblemente fuesen los primeros entintadores cuyos apellidos me aprendí).

Aun así, hasta el momento no he podido hacerme con ellos en formato físico (aunque sí que la tengo descargada en digital), por lo que es altamente improbable que esta colección entre dentro de esta tanda de relectura.
Una pena.

Dentro de la categoría de “otras cosas” que también publicó Mundicomics durante aquellos años encontramos a los personajes de la IPC. O lo que es lo mismo; Kelly “ojo mágico”, Mytek y Zarpa de acero. Otro grupo que veo complicado que entren en esta tanda (más que nada porque tampoco los he buscado con demasiada fuerza).
Sí, los “props” (zarpa, ojo y mono gigante) molaban (aunque la zarpa, en ocasiones, me daba miedo), y volver a ver alguna de aquellas portadas hace que se despierte ese “algo” que me dice que tengo que volver a darles un tiento. Pero hay tiempo.

Cambiando de editorial, regresamos hasta Bruguera, quienes en el ochenta y uno comenzaban a publicar sus “Poket de Ases”. Un formato en el que le hacían cosas muy feas a los tebeos originales, pero donde descubrí la existencia de Estela Plateada cuando Spider-Man y él se enfrentaban (y revisando las historias que contenía aquel número veo que también contenía un “team-up” en el que aparecía el Motorista fantasma. Qué cosas).

Hablando de trepamuros, entre los números sesenta y setenta de su colección regular Bruguera publicó como “complemento” mis sagas favoritas de los Cuatro fantásticos. Esto es; el regreso de los 7 de Salem, Zorba vs Muerte, y La Esfinge vs Galactus (con “Los campeones de Xandar” por ahí en medio). Una saga esta última que dejaron inconclusa.

A ver, las desgracias de Peter Parker estaban bien, y las páginas de John Romita Sr. da gusto verlas, pero a nivel de historia, emoción y escala no había color.

Por otro lado, Bruguera también publicaba las historias de “La Masa” tanto en formato “Poket de ases” como en grapa. No recuerdo que las siguiese con especial devoción, pero las dos que enlazo por ahí abajo sí que dejaron huella (espacio y roboces. Quizás haya un patrón por ahí por detectar).

Para terminar con este repaso, mencionar también que en el ochenta y dos daba sus primeros pasos una editorial que luego ganaría en importancia; Zinco. Aun así, no la menciono por lo que serían, sino por lo que fueron. O por lo que no fueron. O yo qué se. Porque, lo que es “ser” en aquel momento… no es que llegase a ser gran cosa en lo que a mí respecta. No al menos en el ámbito de la lectura. Aun así, las portadas de las series que publicaban siempre llamaron mi atención5. Creo que nunca llegué a picar (bueno, más exactamente, diría que ni padre ni tíos me compraron nada de aquellos personajes), pero la curiosidad se quedó ahí hasta que les eché un vistazo a algunas de sus páginas este siglo.

No sé cómo habría reaccionado mi yo de nueve años ante aquello, pero al cuarentón le aportaron más bien poco más allá del mero ejercicio arqueológico.

Vaya, esto ha quedado un poco largo.
La semana que viene nos vamos al vídeo club Telman.
A ver cuánto cunde.

Enlaces:

1.
- Asterix y Obelix - Editorial Grijalbo(1980)
- Los 4 Fantasticos - El vástago de los cuatro fantásticos - Editorial Montena (1980)
- Papyrus - Editorial Mundis (1980)
- Sammy - Editorial Mundis (1980)
- Spirou y Fantasio - Editorial Mundis (1980)
- Súper Lopez - Editorial Bruguera (1980)
- Amaia los vascos en el siglo VIII (1981)
- Caballero Luna - Editorial Vértice (1981)
- Kelly ojo mágico - Editorial Vértice (1981)
- La Masa contra el parásito del espacio - Editorial Bruguera (1981)
- La Masa contra hombre quintronico - Editorial Bruguera (1981)
- Los Micronautas - Editorial Vértice (1981)
- Mandrake el mago - Editorial Bruguera (1981)
- Motorista Fantasma - Editorial Vértice (1981)
- Mytek - Editorial Vértice (1981)
- Poket de Ases (1981)
- Rom - Editorial Vértice (1981)
- Spider-Man, contra Estela Plateada - Editorial Bruguera (1981)
- Zarpa de acero - Editorial Vértice (1981)
- Oumpah-pah - Editorial Bruguera (1982)
- Los Vengadores, contra el Rojo Ronin - Editorial Vértice Enero (1982)
- Spider-Man Bruguera 60 (Cuatro Fantásticos 196 USA) (1982)
- Spider-Man Bruguera 70 (Cuatro Fantásticos 206 USA) (1982)

2. Grijalbo / Junior / Penguin / Mondadori / Suarez Madrid-Barajas-Tombuctú
- Grijalbo en Tebeosfera
- En la Wikipedia española

3. Tebeos franceses para aprender inglés
- Cosecha del 88
- Cosecha del 90

4. Big Karnak
- En Wikipedia inglesa
- En recreativas.org
- Gaelco en Wikipedia española (prácticamente nada)
- Gaelco en Wikipedia americana (más o menos lo mismo)

5. Casi pero no
- Mister NO - Editorial Zinco (1982)
- Martin Mystere - Editorial Zinco (1982)
- Zagor - Editorial Zinco (1982)

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