Biografía fabuladora XXVI: Lo urbano, lo mundano y lo elevado

Por Javier Albizu, 5 Junio, 2022
Mientras el ochenta y ocho parece resistirse a ser dejado atrás, hoy pasamos a fijar nuestra mirada en un par de los enlaces que aparecían en el listado que compartía en la anterior entrada1. Dos colecciones que eran escritas por autores “clásicos”2 pero cuyo acercamiento me resultó de lo más “nuevo” en aquel momento. Y aquello me resultaba “sorprendente” porque no estaba acostumbrado a tener entre mis manos tebeos en los que la gente no hacía cosas imposibles. Tebeos urbanos en los que los trajes de colores casi molestaban. Historias en las la gente se enfrentaba a dilemas morales cuya resolución requiriese de una reflexión mínimamente compleja. Tebeos en los que la gente moría.... en ocasiones a manos del propio héroe. Narraciones en las que sus protagonistas se veían obligados a vivir con las secuelas que les habían dejado sus decisiones.

Por supuesto, aquellos no eran los primeros tebeos que se habían publicado utilizando aquel tono. Tampoco eran los primeros “de súper héroes” en realizar aquel acercamiento. De haber buscado con anterioridad algo similar, no tendría que haberme ido muy lejos para tener acceso a alguno de ellos. Aunque en aquellos momentos aún no habían pasado por mis manos, tanto Watchmen como el “Año uno” de Batman ya habían publicados poco antes por parte de la misma Editorial Zinco. Por otro lado, ahora que lo pienso, sí que había tenido acceso a otras obras similares en cuanto a su “crudeza” como había sido el Caballero oscuro de Miller. Así pues, si bien es cierto que aquellas colecciones no eran las que me proporcionaron mi primer acercamiento al tebeo que se ha venido a llamar “oscuro y realista”, sí que resultaron ser los primeros cuya lectura finalizaba con erótico resultado.

Por otro lado, y con el transcurrir de los tiempos, estos han sido dos términos que han pasado a estar en todas partes. Que han sido utilizados para generar una falsa sensación de “adultez” en la historieta o el cine. Que se mencionan como “argumento imbatible” a la hora de justificar cualquier barbaridad en una obra de ficción... “porque el mundo es asín”. Se han terminado por convertir en dos términos que he llegado a aborrecer.

Pero nos estamos adelantando mucho. Mi animadversión hacia el “Grim and Gritty” aún tardaría algo en llegar.

Así pues, a lo que íbamos.
¿Qué tenían de especial aquellas historias?

Si bien es cierto que los personajes3 eran muy diferentes, y que habían tenido unas trayectorias vitales dentro del mundo editorial de lo más peculiar, como suele suceder, la distancia que los separaba tenía más que ver con los autores que los habían escrito que con las personalidades con las que habían nacido.

Ante mí tenía a dos personajes que no tenían nada que ver con sus fuentes originales. Me encontraba con un Oliver Queen que nada tenía que ver con la copia de Batman de sus primeras historias, o al “rojeras” de la etapa del propio O'Neil en los setenta. Me daba de bruces con un Vic Sage en cuyo primer número parecía seguir la senda del origina, pero que en su segunda grapa pasaba a dar un giro radical. Dejaba de ser el personaje “objetivista” que había creado Ditko dando rienda suelta a sus tendencias randianas4 para transformarse casi en su antítesis.

Por otro lado, no deja de parecerme curioso (y muy significativo) el papel que desempeñó Dennis O'Neil en el crecimiento de ambos personajes, o que en la colección del Question se produjese un cross-over entre ellos.

A su vez, y de la misma manera en la que me sucedía con Moorcock, mi apreciación sobre ambas obras ha cambiado con el paso tiempo.

He de reconocer que a mi yo de quince años le resultó más atractiva la “crudeza” que se mostraba en las páginas del arquero que las disquisiciones que se dejaban ver en la del periodista.
Releídos con casi cincuenta (y tras haber pasado muchas más historias por mis retinas), mi apreciación por esas historias se ha invertido. Las historias de Grell me resultan hoy muy maniqueas y simplistas, mientras que el acercamiento filosófico de O'Neil (y el elenco de secundarios del que dotó a la serie) se me ha mostrado como algo más “atemporal” y “complejo”. Como algo a tener en cuenta a la hora de crear mis propias historias.

Esta es una afirmación que se podría extender hasta la parte artística5. Mientras que durante mi primer acercamiento me dejé encandilar por el realismo pictórico de Grell en la miniserie, y por la fidelidad hacia este estilo que demostraron tanto Hannigan como Jurgens (en los que me sigue pareciendo lo mejor que ha hecho), a día de hoy me quedo de calle con la suciedad y la línea rota de Cowan y Rick Magyar.

Así pues, tengo claro que, pese a que nunca se ha encontrado entre mis guionistas predilectos, debo mucho a Dennis O'Neil. Se lo debo tanto por esto colección como por la creación del personaje de Ra's al Ghul en las páginas de Batman a comienzos de los setenta. Quizás la relectura de aquellas historias del señor de la noche solo haya servido para hacer mella en la imagen que tenía de ellas y de “La cabeza del demonio”, pero eso no ha impedido que me siga pareciéndo el mejor villano que se ha creado para el murciélago.

Enlaces:

1. Las obras
- Flecha Verde - El cazador acecha
- Question

2. Los autores
- Mike Grell
- Dennis O'Neil

3. Los personajes
- Flecha Verde
- Question

4. Otra clase de personajes
- Steve Ditko
- Ayn Rand

5. Y los dibujeros
- Ed Hannigan
-
Dan Jurgens
- Denys Cowan
- Rick Magyar en DC Fandom Wiki
- Rick Magyar en Marvel Fandom Wiki

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