Daegon, mes CCCLXV

Por Javier Albizu, 4 Diciembre, 2022
Cuando nos adentramos en el último mes (y la última entrada relativa a este tema) del año, lo hacemos con un pequeño cambio en las tendencias que nos han traído hasta aquí. Tendencias que no sé si seré capaz de mantener, pero que parecen indicar una leve mejoría en dos de los tres aspectos acerca de los que me dispongo a hablarte.

1. Sobre la escritura:

Si vamos al tema puramente numérico, las cifras con las que nos encontramos a fecha de hoy son las siguientes:
Documento principal: 4.966 palabras, 11 páginas.
Descartes: 7.006 palabras, 23 páginas

Esto, a priori, no denotaría una mejoría demasiado grande si las comparamos con las del mes pasado, pero las apariencias son traicioneras. Porque, si nos paramos un momento a analizarlas, por más que podamos ver que el número de páginas descartadas ha crecido en un orden de magnitud infinitamente mayor a las del documento principal (en un arrollador 4 a 0), el contenido de la gran mayoría de estas páginas no pertenece a lo escrito durante este mes. Gran parte de lo que ha terminado en la parte del “no” pertenecía a las intentonas con las que me había pegado hace tiempo. Muy probablemente solo una de esas cuatro páginas sea de material reciente.

Y, sin embargo, el contenido del documento principal no solo no ha disminuido como consecuencia de esto, sino que ha crecido casi en setecientas palabras. Es más, no solo ha habido un avance a este respecto, sino que parece que finalmente he logrado dejar atrás la primera página. Cuando escribo estas líneas, me encuentro enfrascado en la escritura de la cuarta. Por supuesto que, llegado el momento, volveré hasta la primera, pero eso ya será cuando termine alguno de los relatos o capítulos que compondrán esto.

Por otro lado, los avances no terminan únicamente aquí. Con cada línea escrita los “protagonistas” han ido ganando peso en mi cabeza. Han ido ganando en personalidad. Han dejado de ser “otro de mis personajes atribulados”tm. Algo que no ha afectado a la historia que pretendo contar, pero que sí que me ha servido para moldear un poco más su tono. Para distanciarlo (espero) de las cosas que he escrito con anterioridad.

Por el camino también se han ido produciendo nuevos descubrimientos en lo que a la metafísica de Daegon concierne. Piezas que nunca había visto encajar, de repente se han presentado ante mis ojos como algo que... “tendría que haber sido obvio desde el principio”. Elementos que dotan de una mayor solidez, coherencia e interés a conceptos que, no importa cuánto piense acerca de ellos, siempre terminan por demostrar una capacidad maravillosa para ser cada vez más complejos. Para dar sentido al “todo mayor” sin por ello traicionarse a sí mismos.

2. Sobre el dibujo

Aquí llegamos a la parte más “coja” de los temas del mes.

En lo que respecta al tema de tirar líneas, en clase hemos dejado el boli bic y hemos pasado a la plumilla1. Por lo pronto, las lecciones aprendidas en el tiempo que le he dedicado han sido las esperables. Esto es: el papel es traicionero, la tinta es traicionera, el tajo es traicionero. Hay que ver lo poco que se puede fiar uno de las herramientas de dibujo (por no hablar de las capacidades propias). Y lo siguiente será el pincel seco. A ver qué terminamos sacando de eso.

Por otro lado, en casa sigo sin lograr avances significativostambién 1. A ver si hago caso a Kenny Ruiz2 y me lanzo a dibujar una página de cualquier historia que se me ocurra... aunque sepa que va a ser una mierda.

Pero cuesta. Cuesta horrores ponerse a ello cuando estoy delante del ordenador. Sigo sin dar con el aspecto de ningún personaje... aunque en el caso de algunos de ellos tengo la sensación de “estar cerca”. A su vez, cosas como la perspectiva, la narrativa o la planificación de página las tengo en pañales.

Y, lo peor de todo, es que, cuando toca ponerse con ello, al igual que con la escritura, lo voy dejando para última hora. Y al final se nota (y no precisamente para bien). Tengo que empezar a buscar referencias pero... ¿referencias para qué? ¿Qué es lo que quiero dibujar, más allá de “un tebeo”?

En fin. Paciencia, tiempo y dedicación. No queda otra.

3. Sobre la programación

En lo que se refiere al ensamblador, y al contrario que en anteriores ocasiones, sí que hemos tenido avances. Finalmente he logrado entender una cosa de lo más básica (cuando hablamos de un procesador de 8 bits como el 6502) que me ha había estado evitando desde hace años. No sé hasta qué punto esta falta de entendimiento se debe a mi falta de comprensión lectora, y cuanta a que las cosas se redactan de manera un tanto “reguler” cuando se escriben los manuales técnicos. A saber cómo se enseñan estas cosas en las eFePes o las carreras universitarias (si es que se sigue hablando de ellas).

Y el descubrimiento no ha venido mientras analizaba un “hola mundo” que había por la red y que lleva conmigo desde hace más de medio año. No. Las piezas encajaron ayer mientras daba mi paseo previo a la cena. Porque los cerebros funcionan “asín”.
Por fin he entendido que esto:

Significa que en las posiciones de memoria 20 y 21 de la página 0 de la memoria es donde guardamos la dirección de inicio en la que se encuentra alojada la cadena de bytes que compone el texto.

Esto es, que como (al contrario que el Z80) el 6502 no tiene “registros dobles” (esto es, registros de 8 bits que se pueden usar sueltos o que se pueden “sumar” para convertirse en un registro de 16 bits), no podemos guardar una dirección de 16 bits en ellos, sino que tenemos que utilizar dos bytes de la memoria para guardar ese tipo de posiciones.
Aún me quedan muchas cosas de este estilo por entender (como los distintos tipos de direccionamiento, y qué instrucciones del procesador son capaces de utilizar cada uno de ellos), pero empiezo a ver un poco la luz. Porque, en caso como esto, una vez que comprendes una cosa, el resto suelen ir en cascada.

También he sido capaz de darme cuenta de que la instrucción que “pinta el carácter en pantalla” (jmp $ffd2), en realidad no es una instrucción del procesador, sino una función del “kernal”. Bueno, no exactamente. En realidad es un alias que apunta a la dirección de memoria $0326, que es donde realmente está la función.
Esto es, con el programa no estoy imprimiendo la cadena desde el ensamblador, sino que le estoy “pasando al kernal” los bytes para que los saque en pantalla. O lo que es lo mismo, si deshabilito el kernal en caso de necesitar memoria, tendría que buscarme otra manera de pintar texto en pantalla.

He tratado de “desensamblar” esa posición de memoria para sustituir la llamada a esa función por “el código” que existe en esa posición de memoria... sin erótico resultado. Mi teoría es que no se trata de código de 6502, sino de alguna instrucción específica del VICII (el chip gráfico), pero aún tengo que profundizar un poco más para ser capaz de comprobarlo.

Porque, al igual que el conocimiento, las dudas y errores de concepto también acostumbran a ir tumbando las cosas en cascada.

Sea como fuere, he logrado entender gran parte de ese “hola mundo”. He logrado cambiar cosas, y que el comportamiento sea el que yo esperaba.

No está mal. Nada mal.

Pasito a pasito.

Enlaces:

1. Dibujines

2. Webinar de Kenny Ruiz. Cómo Dibujar un Nemu para capítulo de Manga

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