La campaña III (Acercamiento y presente)

Por Javier Albizu, 29 Junio, 2014
Habíamos dejado a la humanidad tras el descubrimiento de las puertas de salto lamorri.
Una vez comprendido (parcialmente) su manejo, se produciría la diáspora y el advenimiento de una nueva fe.
Al atravesar las puertas de salto, algunos hombres entraban en contacto con antiguo universo, experimentando una pequeña fracción de nacimiento del nuevo. Alrededor de aquella experiencia iluminadora surgirían profetas que inundarían el futuro de cultos, explicaciones parciales, superchería y promesas de enaltecimiento espiritual.

Uno de los primeros planetas colonizados sería Jorune. Un mundo muy diferente al que habían abandonado los colonos, y no sólo por su fauna y vegetación. Pero este no fue el más grave de los problemas con los que se enfrentarían sus nuevos inquilinos. Tras apenas una docena de viajes hasta allí, la puerta de salto lamorri se cerró, cortando toda comunicación con la tierra o el resto de las colonias. Salvo esta pequeña divergencia, el resto de la historia del mundo permanecía prácticamente inalterada con respecto al de la ambientación original.

Y así llegamos hasta el “presente” donde comenzaba mi campaña, más o menos coincidente en con el “presente” descrito en Jorune, aunque las fechas de la cronología oficial pueden variar levemente y habría eventos que se prolongarían algo más en el tiempo, o huecos temporales en la historia del mundo cuyos sucesos aún no han sido documentado por los estudiosos de ese mundo.

Pero antes, un pequeño avance de varios miles de años. Porque, no sé si os habréis dado cuenta de que en este pequeño resumen no he hablado de Tékumel, y es que la cronología de este mundo se mueve en unas escalas temporales muy superiores a las del resto.

Con éste mundo tenía un problema (nada irresoluble aludiendo de nuevo a forzar la suspensión de la incredulidad, pero me apetecía jugar un poco más con el universo, los viajes entre dimensiones, en el espacio y el tiempo y alguna que otra paradoja)
Tal y como se habla de la humanidad en Tékumel, la cosa se sitúa en un futuro muy lejano, ya que su descubrimiento se produce unos setenta mil años después del siglo veinte. También se habla de unos niveles tecnológicos con mucho superiores a los de el resto de ambientaciones (y del tono que pretendía dar a la campaña) así opté por ser muy literal en cuanto al tiempo transcurrido.
El descubrimiento de Tékumel se produciría miles de años después del “presente” de la campaña. En una época en la que ya no se necesitaba de puertas de salto, se había entrado en contacto con muchas más razas alienígenas y eso de terraformar mundos para convertirlos en lugares de recreo era algo de lo más mundano.
Hete aquí que, en un momento dado (y, de nuevo, ciñéndonos a la ambientación oficial) ese sistema solar en su totalidad se va de paseo, engullido por las energías extradimensionales que se utilizaban en aquel lugar, y que aparece en un “universo de bolsillo”.
Muy, hasta aquí seguimos siendo fieles al libro, pero se acerca el momento de darle una pequeña vuelta de tuerca para encajarlo con el resto. Que sea magistral, o una estupidez, Lo dejo a vuestros criterios y gustos personales.
Da la casualidad de que, ese universo de bolsillo, dimensión paralela o lo que sea, no sólo se “mueve” o rota con respecto al nuestro, en el espacio, sino que, el tiempo también trascurre en dirección contraria.
Así, aprovechando las grandes lagunas temporales sin documentar que pueblan la historia de Tékumel en esta otra dimensión, tiro porque me toca y lo ajusto hasta... dentro de unos párrafos.

Y así damos por empezamos la campaña.

Los jugadores son contratados por un comerciante ardothiano. Este hombre, que desea hacer méritos para convertirse en un Drenn. Para ello contrata a un grupo de aventureros para que acudan al rescate de los pobres habitantes de una aldea que ha volado por los aires.
No, no ha habido ninguna explosión, sino que los terrenos sobre los que se asentaba han despegado convirtiéndose en un skyrealm.
El buen señor comerciante espera con su (desembolso) buena y “desinteresada” acción, hacer puntos ante el Khodre para que este se plantee el otorgarle el estatus de ciudadano.
Para esta misión, aparte de a los jugadores, ha contratado a un estudioso el cual ha trazado la trayectoria del skyrealm “prediciendo” cuando llegará hasta un lugar (las corrientes de Isho lo llevarán hasta un monte contra el que chocará) en el que se pueda evacuar a sus habitantes.
Por desgracia para nuestros aventureros es que, pese a que la predicción y los cálculos de este erudito con correctos, y la isla flotante chocaría suavemente contra el monte que él ha vaticinado, pero no había previsto que las corrientes iban a cambiar y, poco después de que el grupo haya accedido al islote flotante, este se separará de su punto de contacto para tomar un nuevo rumbo.
¿Resultado?
Los jugadores se encuentran encerrados en ese lugar sin los medios necesarios para salir de él.

Llámalo casualidades de la vida, azares del destino, deus ex machina o “por algún lugar tenemos que empezar”, su vehículo resulta ser uno de los territorios utilizados por los científicos lamorri para la preparación de sus skyrealm artificiales. Más concretamente, uno donde situaron parte de los controles de su “arma definitiva”. Pocos días antes de su “despegue”, una tormenta de isho activó sus controles y los mecanismos a los que estos iban conectados se pusieron en marcha comenzando a moverse con unos cuantos milenios de retraso con respecto al plan.

De nuevo (y resumiendo otra vez): Minuto y resultado:

Los jugadores descubren la máquina y ven cómo se pone en funcionamiento. Presencian como las tres partes (skyrealms) se juntan y lanzan unos rayos hacia el cielo (más concretamente en dirección hacia la puerta de salto). Las lunas se realinéan y la puerta de salto se abre.
A mucha distancia de allí, el destructor de soles recibe sus órdenes y comienza su viaje.
Su primer destino; el sistema Enrahir, antaño ocupado por los K'ta'viiri. Su misión Destruirlo a él y a sus habitantes. No importa que los K'ta'viiri lleven milenios sin poblar ninguno de sus mundos.
Su sol es convertido en supernova y el sistema entero desaparece consumido por su estrella.
Pero la cosa no termina aquí. Más casualidades de la vida. Mira tú por donde, coincide que, en ese momento y lugar, a una dimensión de distancia, ese punto, esas coordenadas espacio temporales se encuentran alineadas con la posición que está siendo ocupado por Tékumel.
Las fuerzas que se han desatado traen todo el sistema de vuelta a su antiguo (y futuro) plano de existencia y, en la lejanía, unos cuantos meses después, este evento sólo será percibido en la noche como el leve parpadeo de una estrella.

Todo ha empezado.

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