Recapitulando

Pues bien, creo que ha llegado el momento de hacer acopio de sucesos. En un principio esto iba a ser una especie de columna de resumen, algo así como una declaración de intenciones para el nuevo año, comenzando con algo tan tópico y típico como “lo cierto es que este ha sido un buen año para mi”, pero lo cierto es que, pensándolo fríamente, para mi el cambio de año tiene la misma trascendencia que el cambio de estación, de mes, de semana, o de un día a otro. Así que voy a ir de “guay”, y lo publico con unas semanas de antelación.

Lo cierto es que, si que ha sido un buen año, pero en el fondo ha sido mucho mas que eso. No por el año en si, sino por lo que considero el fin de un ciclo en mi vida, para dar comienzo a uno nuevo.
Porque si este año ha sido especial, lo ha sido gracias a que durante él, he dado carpetazo a algo que llevaba arrastrando durante mucho tiempo (lo cierto es que demasiado).

Pamplona veintiuno de junio del año dos mil (miércoles para mas señas).

Esta es la fecha fatídica, el “cuando” el día que daría el pistoletazo de salida a lo que han sido los cuatro años (y pico) peores de mi vida en el aspecto personal, pero que, curiosamente, también han sido muy buenos, igualmente en el terreno personal.

¿Que como se come eso?.

Muy sencillo.

Capitulo I: Javi enamorado.

¿Ya estoy otra vez dando la chapa con esto?
Que nooooo, que solo es para los despistados que se nos han unido después de publicidad (bueeeeno, igual un poquito si).

El día en cuestión no es que fuese un flechazo, sino que fue cuando, tras meses de intentos abortados, le dije a “ella” lo que sentía, dando comienzo a mi calvario personal.
Veintisiete años de pensamiento único (el pensar que la primera persona a la que se lo dijese, sería la ultima) mandados a la basura. Pero no solo eso, sino también el echar de menos algo que no has tenido nunca. El sentirte solo aunque estés rodeado de gente. Bueno, todas esas cosas que (me temo) a todos os habrá tocado pasar alguna vez.

Capitulo II: Bueno, pero aquí hemos venido a hablar de mi libro.

Así que vamos a ello. Cada uno se toma estas cosas de una manera distinta. En mi caso, aislarme aún mas. No fue algo inmediato, sino que durante un par de mese trate de mantener la vida que hacía antes. Pero aquello no se solucionaba, así que, corté por lo sano. No porque echase la culpa a los que me rodeaban, sino para (momento auto flagelante) no ser una carga para ellos.
Coincidió esto también con la entrega de las llaves de mi casa.

- Casa, saluda.
- Hola chicos.

Así que, para no preocupar a mis padres por mi cambio de actividades (o abandono de todas ellas), me apresuré a mudarme raudo y veloz (si no me veían, no sabían donde iba o dejaba de ir al salir de trabajar).
La siguiente parte del plan, ser capaz de estar solo. Algo que hasta aquel momento (bueno, hasta poco antes) había dado por hecho y asumido, no con resignación, sino como un “si tiene que aparecer alguien, ya aparecerá”. Quizás suene un tanto fatalista, o conformista en exceso, pero tenía muy claro (y sigo pensando de igual manera) que no iba a cambiar mis hábitos y costumbres para buscar a alguien, no iba a “forzar” las cosas. No se trata de negar la posibilidad del encuentro, sino mas bien de tratar que esta surja de una manera lo mas natural posible.
El caso es que, a partir de aquel momento, la idea de la soledad se me hacía algo terrible. Así que tenía que estar solo para hacerme a la idea de lo que me esperaba. Pero no acaba ahí la cosa.
Porque con el tiempo me acostumbré a estar solo (salvo las visitas esporádicas de aquellos que no me daban por imposible, hola Jimmy, Josemi, Zapata, Sesma), y alguna que otra llamada de teléfono del resto. Así que, una vez acostumbrado, emergí tímidamente al “mundo exterior”. Pero no podía regresar al que había sido “mi” mundo. No me sentía con el estado de animo mas idóneo para ponerme a jugar a rol. Así que solo me quedaba dos de mis otras aficiones, los comics, y los ordenadores (mas tarde regresaría el cine).

Capitulo III: Si el circulo se cierra, ¿Sabrás sobrevivir?.

Cada vez que estaba agobiado, me ponía a montar y desmontar ordenadores, conseguía piezas en ebay, y mejoraba los ordenadores de la tienda, con las piezas que iba cambiando a estos, mejoraba, o montaba equipos nuevos a los colegas, y así me relajaba.
Luego estaba lo de los comics, primero Josemi me los traía a casa (maldito camello), y luego comencé a ir de nuevo a Norma, Norma llevó a alguna visita al Mozart, y el Mozart conduce al lado oscuro (bueno, la frase no es exactamente así, pero ya sabéis a lo que me refiero). El Mozart condujo a reencontrarme con algunos a los que les tenia un poco perdida la pista (como Antonio o Rafa), y mucha gente nueva. Muchas mujeres. Las mujeres conducen a las ideas raras, y las ideas raras llevan...

La cosa es que tenía miedo. Miedo de ver en alguna de ellas lo que necesitaba, de ver lo que “quería” ver para dejar de sentirme solo. Miedo a la posibilidad de acabar utilizando a alguien, miedo de, a la larga, acabar haciendo daño a alguien para sentirme mejor por un tiempo. Así que me dediqué a evitar a aquellas mujeres que no tuvieran pareja. En el caso de las “emparejadas” no tenía problema. Lo cierto es que gracias a mi gran sociabilidad, nunca he tenido que quitarme a las mujeres de encima, así que no hubo problema al respecto.

Capitulo IV: Emergiendo de las profundidades

Al final (como os decía mas arriba) me “acostumbré” a estar solo (como si alguna vez hubiese sido de otra manera) no es que me gustase (antes tampoco es que me gustase, pero tampoco me disgustaba), ni que no quisiese que la cosa fuese distinta, pero había alcanzado un, hasta cierto punto, aceptable (y dolorosamente asumido) grado de resignación (esta vez si).
Cuando la gente me preguntaba el clásico “¿Que tal?”, yo respondía “bueeeno”, o “pos na, aquí estamos”, o “de pie” (o sentado, según mi grado de inclinación), o el que llegaría a ser también un clásico “en mi linea”, porque no me apetecía responder el “bien” o “habrá que decir que bien” que tanto se estilan. Porque no estaba bien, y estaba cansado de dedicarme a llorar a la gente mis penas, de un modo u otro tenía que seguir hacia adelante.

Capitulo V: The cabezón way of life.

Pero “ella” seguía dando tumbos por mi cabeza, y yo no quería odiarla, porque todo el dolor que estaba sufriendo era única y exclusivamente culpa mía, mía y de mi cabezonería, de negarme a aceptar la realidad, de negarme a aceptar lo que sabía que era cierto (porque sabía que la cosa no iba a cambiar, a pesar de no querer creerlo). Vamos, que estaba jodiendo mi vida por (que no por culpa de) alguien para quien no existía.
Aunque esto tampoco era completamente cierto (el que no existiese para ella), y eso era lo que me destrozaba, el importarle (aunque fuese muy poco, como era el caso), el (querer) creer que podría llegar a importarle mas, a pesar de saber que eso no iba a pasar. El no querer ser injusto con ella porque (ya se que me repito) ella no tenía la culpa de nada de lo que me estaba pasando.
Así que me propuse dejar de luchar conmigo mismo, el dejar de tratar de cambiar de pensamientos cada vez que ella se asomaba por mi memoria. El no tratar de “forzar” un falso olvido. En definitiva, el tratar de aceptar la situación tal y como era. Mis amigos me decían “superarlo”, pero yo no quería superarlo, no quería dejarlo atrás. Quería ser capaz de vivir con ello y (si llegaba a darse el caso y/o/u momento) ser capaz de tener una relación normal con otra chica sin miedo a estar utilizándola para no sentirme mal (cosa que no podía hacer con “ella” rondándome por la cabeza, queriendo yo que cambiase de idea).

Capitulo VI: Hola a todos

En esta situación es en la que me habéis conocido casi todos los que leéis mi diario. Algunos ya sabíais de ella (mi situación) gracias a mis incesantes lloriqueos, y otros no (aunque algo podíais haber sospechado por referencias que he hecho al asunto en anteriores columnas). Pero así estaban las cosas.

La cosa es que no deja de ser curioso (al menos a mi me lo parece), que encontrándome en este estado, he conocido a un montón de gente a la que quiero muchísimo, y me han sido mostradas facetas que me eran desconocidas, de gente con la que ya tenía relaciones antes. Facetas suyas que me alegro de haber conocido. Tiene narices que encontrándome tan mal, haya conocido (o terminado de conocer) a las personas que ahora conforman mi mundo.
Ahí están “los de siempre”, los que me habían acompañado hasta aquel momento de mi vida. Mi familia, “los (y la) del club”, “los del trabajo”, y “los conocidos a través de internet”pero a ellos se unirían gente nueva, personas a las que pese a conocer hace “relativamente” poco tiempo, ya ocupan un alto rango en mi pequeño panteón particular.
Ahí están Oscar y Garru, Jordi y Carlos, Hugo y Vicra. Ahí están Millan y Fary, Shaggy y Rasta Juan, Josu y Ander. Pero sobre todo (lo siento chicos), ahí están las mujeres, todas distintas y todas maravillosas. Ellas son las que me han hecho sentirme poco a poco a gusto conmigo mismo, aquellas que, al haberme otorgado el inmenso honor de pasar a formar parte de mi mundo, me han hecho sentir que quizás algún día, cuando aparezca (caso de que tal cosa suceda) la persona adecuada, la cosa pueda llegar a ser reciproca. Que al parecer no hay nada malo (bueno, excesivamente malo) en mi.
Ahí están Marta y Teresa, Nuria e Idoia , Laura y Maria. Ahí están Sarai y Patricia, Adriana y Asun. No con todas ellas tengo la misma confianza, no de todas ellas puedo decir que son mis amigas (pero este es un problema muy viejo ya en mi) pero todas son muy importantes para mi.

Capitulo VII: Y el circulo se va cerrando...

Y he vuelto a escribir, he vuelto a estar cómodo con mi soledad. Y lo que es mejor, ya no estoy enamorado, he logrado aceptar las cosas tal y como son, he logrado verla (hace un par de meses), y no sentir nada, he logrado verla con su novio (lo conocí hace un par de semanas), y que me parezca un tío majo. He logrado ser capaz de decir que estoy bien, y que esto sea cierto.
¿La he olvidado?
Pues no, porque no quiero olvidarla, al igual que no quiero olvidar nada de lo que me pasa. Ni lo bueno ni lo malo, porque el que olvida se condena a repetir los mismos errores una y otra vez.

La cosa es que no se si os habréis dado cuenta, pero desde hace unos meses hay un “nuevo” Javi. Igual las cosas no se notan por fuera, pero yo me he ido dando cuenta de cambios en mi actitud y estado de animo. Quizás no sean cosas grandiosas, de esas que provocan asombro y gran regocijo. Pero a mi me vale.

Capitulo VIII: Resumiendo

Y os quiero dar a todos, familia, compañeros de trabajo, amigos y amigas, viejos y nuevos, las gracias por haberme ayudarme a conseguirlo de una u otra manera.

Como comenzaba esta columna, esto no ha sido cosa de este ultimo año, sino que ha sido algo que venía de bastante de atrás. Así que puedo decir que estos últimos cuatro años han sido unos buenos años. No me arrepiento de nada de lo que hecho, ni de la persona que soy a día de hoy. Y eso es algo que me parece meritorio.

Y para terminar, una cita (ni idea de quien es, la leí hace tiempo, y me pareció muy buena)

“Quiere como si nunca te hubiesen hecho daño”

Pues eso, yo ahora puedo.

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.

Pablo (no verificado)

Hace 19 años 4 meses

Sí que se nota el cambio, Javi, sí que se nota. Se lo comenté a María poco después de verte en las jornadas. Y me gusta ese cambio.

Laura (no verificado)

Hace 19 años 4 meses

qué bien qué bien qué bien,
que bonito leer esto
qué esperanzador saber que los baches terminan
y qué orgullo ver que formo parte de tu optimismo.

y respecto al amor... ya se sabe, cuando dejas de buscar, él va y te encuentra -y de ahí a la paternidad dcte, ya te digo-. toda la felicidad del mundo javitxu!!!!!
y por cierto, los estados de ánimo se reflejan en el exterior, por eso cada vez se te ve más guapetón!

y aunque esto no sea resolutorio para el 2004, te deseo feliz 2005, para que la cuesta arriba cada vez sea menos inclinada para tí, y ya cerquita te veas rozando la cumbre, la serena felicidad.
besotesssssssssssss

Es que esas situaciones nos han afectado a todos en algún momento. Yo creo que después de la separación estoy en tu capítulo V.. sólo que como soy buen actor no se me nota demasiado. Pero a cabezón no me ganas ni tú (ya es decir) así que al final saldré. Lo de vivir solo y tal no me preocupa demasiado: mi gatita Shotet me quiere mucho o eso logro entender de sus miaus.
Lo dicho.. que me alegro monton por tí, perdon por no haber estado ahí aunque no hubiese podido hacer nada, y que a ver si este año que entra me paso con tu tierra... que ganas no faltan pero dinero sí ;)

Tosko (no verificado)

Hace 19 años 4 meses

Ya te dije hace noventa y nueve años que no hay mal que cien años dure :)

Tiene gracia, porque hace 5 años que tengo el Xsara y de esto (y de muchas otras cosas) hablábamos en mi Fiesta... ¡Cómo pasa el tiempo!

Pati (no verificado)

Hace 19 años 4 meses

Debe haber sido una coincidencia extraña de esas que se producen, alguna conjunción de los astros que ocurre cada milenio, yo que se leches, la que me ha hecho leer todo lo que contabas mientras oía una canción.

Que cosas más raras tiene la vida, la verdad.

Y es que, yo debo ser también de esos a los que les gusta sufrir ^^ porque en poco más de 24 horas habré oido la cancioncita de marras unas 30 o 40 veces. Quizá la conozcas, es de Green Day y se llama "Boulevard Of Broken Dreams". Como dice mi un amigo, "se sale". Y el video ni te digo, jejeje. Triste a más no poder, pero no se, tiene un "no se que" que hace que no pueda dejar de oirla una y otra vez.

Y, como decía Confucio -que gran tío, por cierto ^^- "Sufrir una ofensa no es nada, a no ser que nos empeñemos en recordarla".

;)