Sobre la escritura

Soy un vago. Bueno, exactamente un vago no. Mas bien se trata de que muchas veces, si no es bajo presión, no hago nada. Generalmente esta presión me la impongo yo, como hice forzándome a escribir todos los días en los comienzos de este diario. Después de eso, me forcé a terminar con los relatos que ya tenía comenzados (Luara y Reunión).

Ahora ha llegado el momento de comenzar nuevos relatos, tengo seis en mente ya perfectamente definidos y acabados, a parte de otro centenar en proceso avanzado.
¿Que problema tengo?.
Esa manía mía de ir a lo difícil. Tres de esos relatos son: Reunión II, El durmiente y El Líder (a parte de El Navegante, aunque este no esta acabado de perfilar), todos ellos perteneciente a mi rama de ci-fi. Podría ponerme a escribirlos, y con toda seguridad cualquiera de ellos estaría acabado en menos de dos semanas. Pero no, no quiero ponerme con ellos, porque sería ir a lo fácil, y ese no es mi estilo. No quiero ir a lo seguro, prefiero enfrentarme a mis miedos literarios, arriesgarme a cagarla (aún mas), porque para hacerlo a la manera fácil, que lo haga otro.
No quiero decir que vaya a abandonar los relatos de ci-fi, sino que lo dejo como “descanso del guerrero” para después de la batalla contra los relatos “duros”, los que realmente me cuesta escribir.
Así llegamos a los relatos de Daegon (vamos, los que mas me cuesta escribir, pero de los que mas contento me quedo). Ahora mismo hay tres (a parte de la eterna novela) dispuestos a salir: Arcanus, Darus y Avatar. Los tres están mucho mas definidos en mi cabeza que los de ci-fi, llevan ahí dentro cosa de ocho o nueve años, pero no encuentro la manera de contarlos.
Porque podría ir a lo que he hecho con Kuunsej, buscar una excusa para que el protagonista lo contase todo en primera persona, pero no quiero hacerlo así. Una ves mas, sería ir a lo sencillo, a lo que ya he hecho y (hasta cierto punto) me ha dado buen resultado con Kuunsej y Luara. Quiero probar una manera distinta para narrarlos.
Y es ahí donde me encuentro con el bloqueo. Arcanus, no deja de ser una biografía de personaje a través de unos cuantos de varias épocas, algo que ya he hecho con los dos relatos anteriores, esta vez no sería narrado por el mismo, sino que usaría alguna otra técnica, pero no deja de ser una vida, así que lo dejare para mas adelante. Avatar vendrían a ser tres historias separadas cronológicamente, pero con un nexo común muy fuerte, pero para entender al completo Avatar, hace falta haber leído antes Darus (no es que sea imprescindible, pero yo considero que ayuda a comprender algún detalle), y no quiero repetir cosas en los dos relatos. Darus por el contrario, es mas una historia en si misma, con mas personajes que me gustaría definir, pero que no se en que momento comenzarlo. Porque como todo, los hecho que narro, no comienzan en un momento determinado, sino que son un cumulo de sucesos que dan lugar a otros.
Si tuviese intención de escribir una novela de Darus, sería mas “sencillo”, porque empezaría desde el “principio” avanzando cronológicamente (con mas o menos saltos) hasta la “conclusión”. Pero va a ser un relato, no se cuantas paginas ocupara, pero no quiero que sean demasiadas (no voy a decir un numero, porque soy nefasto a la hora de calcularlos, y luego me sentiría obligado a alcanzar ese numero de paginas). En este relato habrá algo mas de descripción del mundo y alguna que otra cultura que hasta cierto punto ayuden a comprender las reacciones de algún personaje. Pero quiero llegar a describir eso sin interrumpir con ello la narración (al menos “mi” sentido de la narración).
Por otro lado, esta que cantidad de cosas son necesarias contar para entender la historia, y que cosas son superfluas, y solo quiero meterlas para mostrar mas del mundo. Me decía hace un tiempo María Barragan (supongo que a tenor de Luara), que parecía que tenía prisa por acabar las historias, que había muchas historias que se intuían pero que no llegaba a contarlas, y es cierto (bueno, son ciertas las dos cosas).
Cuando me pongo a escribir un relato, hay una historia, un evento que quiero narras, y todo lo que se sale de ahí lo dejo a parte. Puedo sugerir cierto numero de cosas a lo largo del relato, detalles que le den al mundo algo de color, algo que lo diferencie de el mundo típico de fantasía, pero me centro en “la” historia que pretendo narrar, en un punto final (que nunca suele ser final) al que pretendo llegar.
Trato de incluir lo imprescindible para que la historia sea comprensible hasta ese punto, aunque supongo que habrá momento en los que de alguna información por supuesta, y la gente pueda perderse (de ahí que pida las criticas de la gente). Pero lo que no voy a negar es que muchas veces tengo “prisa” por llegar a ese punto final.
Otra María (San Miguel en este caso), hablando sobre otras cosas, me definió como escritor. Yo le corregí diciéndole que soy alguien que escribe. Porque no considero que lo que escribo sea “bueno”. Si, creo que tengo buenas ideas. Pero no creo ser capaz de plasmarlas en papel como se merecen.
Es este otro de mis traumas y contradicciones. Siempre he dicho que los títulos académicos no tienen porque ser indicativos de los conocimientos o capacidades de alguien. Que una persona sin títulos que se haya buscado la vida, o que haya trabajado en algo durante el suficiente tiempo puede estar mas preparado para esa labor que alguien recién salido de la universidad. Pero mira tu por donde, el no haber acabado mis estudios, me hace sentirme “inferior” al respecto de la cultura general que alguien con mas estudios que yo. Siento que me falta una base en la que apoyarme para afirmar que soy un escritor. Soy un completo ignorante de una gran parte de las “reglas” y “normas” que rigen la escritura “comercial”, razón por la cual no me siento con la confianza suficiente como para mandar nada de lo que escribo a una editorial.

En otro orden de cosas, hasta cierto punto también tengo algo de miedo (mas miedos, es la guerra) a escribir algo de Daegon. Miedo no porque la historia sea mala, sino por el relativo “éxito” que ha tenido Luara entre los (pocos) que lo habéis leído. Miedo de que, al tratarse de una historia no tan “emocional” (de ser dramática y épico-depresiva no se libra ninguna de Daegon. Aunque las habrá menos “épico” y mas depresivas) os defraude. Pero bueno, eso ya lo diréis cuando la leáis (sea cual sea la primera).

Pero a lo que iba al comienzo de esta columna. Que soy un vago, y eso no puede ser. Así que desde hoy retomo la escritura diaria de este diario. No porque considere esto “escritura”, mas bien es una charla amistosa y catártica con quien quiera escucharla, sino porque así me “obligo” a hacer algo.
Así que ya sabéis, los días que dejéis de recibir nuevas columnas, sera porque he comenzado la escritura de un nuevo relato. Espero que mañana no haya palabras desde otro mundo.

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Marta (no verificado)

Hace 19 años 3 meses

Debes de estar en racha, digamos en plena vena literaria, porque desde el lunes no se te lee por aquí.
Queremos el primer relato ya! (es para aumentar la presión...)
Por cierto; Primer! :-)

Javier Albizu

Hace 19 años 3 meses

Efectivamente, ayer comence a escribir Darus.
Por ahora poco menos de una pagina, pero ya ira subiendo.
Venga gente, metedme mas presion, que no se diga.
Enhorabuena Marta, tienes un fantabuloso premio (a ver que le doy yo a esta ahora)

Tosko (no verificado)

Hace 19 años 2 meses

¡Maldición! :P

1.- Los signos de admiración e interrogación en español también se ¡ABREN! No os volváis tan sajones y ponedlos, ahí, con su punto en todo lo alto.
2.- Javi, Cela tenía multitud de errores ortográficos en sus manuscritos. Todo eso tiene solución. Tú no puedes ser inferior. Mira Josemi cuántos años de universidad y le sacas un buen pedazo :)
3.- Las historias no tienen por qué ser emocionales pero sí emocionantes.
4.- He puesto un módem en casa. Nunca más me ganaréis, malditos.