Veo veo 1ª Parte

¿Qué es lo que veo?
Pues lo que trataré que veáis vosotros a partir de las escenas que pretendo describir. O lo que es lo mismo: El “trailer” de próximos relatos. A ver si “sacándome” estas imágenes de la cabeza, logro dejar espacio para que las imágenes definidas del “antes y después” cristalicen y se conviertan en letras.
No voy a decir a que relato pertenece cada “escena” (aunque los que son de Daegon supongo que resultaran obvios). Tampoco es que sean textos definitivos (ya he dicho que son trailers, todavía faltan por añadirles parte de los efectos especiales, decidir el montaje, y asignas las voces para el doblaje final), pero bueno, me servirá para ir ejercitarme un poco mas en esto de la escritura, y tendré algo “sólido” sobre lo que trabajar mas adelante.
Cuando lleguen los relatos “finales” también podéis tratar de ver en cual encaja cada “escena” (aunque por los personajes que salen, eso será fácil. Otra cosa será el adivinar en que momento) lo que se ha cambiado y lo que se ha quedado tal cual.

Empezamos

- Pero, ¿Quién te crees que eres? – gritó iracundo Marcus – No eres mas que un tullido con ínfulas. Te las das de superior a todos, pero no aún no has probado nada. Eres mas digno de lastima que de cualquier otra cosa.
-Yo no creo nada, pequeño-niño-estúpido – replicó Arcanus con su ojo rojo iluminando entre sombras lo poco que quedaba de humano en su rostro – Yo SE – su rasgos se deformaban hasta adoptar un rictus terrorífico – Yo SE lo que tú no sabes sobre ti mismo. Yo SE lo que se nos avecina. Yo SE lo que es correcto. Las creencias y las dudas solo sirven a aquellos que no son capaces de ver la verdad. Escucha mis palabras, y aprenderás. Ignóralas, y condenaras a este mundo con tu ignorancia y estupidez.

******

- ¡SHAEDON! – los restos de Niam y Ashali se negaban a desaparecer de su ojo interno. No recordaba haber desenterrado los cuerpos. No recordaba haber abandonado las tierras mortuorias – ¡SHAEDON! – gritó de nuevo.
Con lentitud recogió del suelo su lanza, y se incorporó. De sus ojos había desaparecido todo rasgo de cordura. Todos eran culpables. Ninguno había sido capaz de proteger a su familia cuando el había partido. El pueblo al que había entregado su vida, le había fallado.
Una vez en la ciudad, el combate continuaba, pero solo veía enemigos. Acabó con las vidas de todo aquel que se cruzó en su camino. Ya hubieran sido amigos, simples campesino, o primeros hombres con quienes había luchado codo con codo en el pasado, todos cayeron ante su lanza.
Entonces miró al cielo. Sus ojos no contemplaban las alas del enemigo que cubrían el manto de estrellas. Solo eran capaces de ver la inmensa figura de Shaedon.
Asió su lanza, mientras sus músculos se tensaban mas allá de su capacidad, y arrojó su lanza hacia su enemigo. Veloz, la poderosa Dairghul surcó el negro firmamento, hasta impactar en su objetivo. Tal era el impulso que le había sido otorgado, que una vez incrustada, arrastró a Shaedon mas allá del las nubes grises y rojas. Mas allá de Daegon. Hasta que ambos fueron a estrellarse en la blanca faz de Sutela.
Desafiando a todas las leyes universales, sus piernas se tensaron, y saltó. Veloz como momento antes había sido su arma, atravesó las filas de los kurbun, En aquel momento ya no era un hombre, ya no era Keenrth. Se había convertido en aquello contra lo que luchaba. En lo que le había arrebatado a su familia. En una fuerza imparable de destrucción.

******

- Prueba esta nave – dijo en la soledad de la cabina – Es un prototipo muy avanzado, lo ultimo en tecnología de salto – continuó con tono burlón, mientras su rostro gesticulaba para acompañar a las palabras – Esto me pasa por fiarme de ingenieros militares.
- Vale, admítelo Jane, estas jodida. Este maldito trasto te ha traído hasta el culo del universo, en lugar de las coordenadas marcadas. No te puedes fiar de estos puñeteros instrumentos, y en la nave base no tendrán ni idea de donde has acabado. No, si ya lo estoy viendo. Cuando encuentren mi cuerpo putrefacto en esta cosa, me echaran la culpa. Como si los oyese “no teníamos que haberle dado esta nave a una mujer”.
Pues esos cabrones se van a joder. Aún no se como, pero voy a salir de aquí. Y cuando pille a Svenson y los suyos, les voy a arrancar los huevos.

******

Lo había logrado. Aquella tierra era suya. Aquel poder le pertenecía y todos los que podrían haberse interpuesto en su camino, yacían muertos a sus pies. Arrancó el yelmo de cadáver del difunto heraldo, y lo colocó en su cabeza.
Parecía mas grande en el cuerpo de su antiguo portador, aunque en aquel momento miraba el mundo con ojos nuevos. Contempló sus manos, y estas ya no se encontraban enguantadas con aquellos pedazos de cuero desgastado. Unos guanteletes metálicos habían ocupado su lugar. La sala parecía haber empequeñecido, así como los cuerpos esparcidos por el suelo.
Entonces se fijo en la figura de Dana. Sus ropas se encontraban calcinadas por el poder que la había consumido, su hermoso rostro estaba también manchado, pero aun muerta conservaba la belleza y serenidad que había poseído en vida.
- De haber llegado un poco antes – se dijo a si mismo – Quizás ella me habría amado ahora que soy poderoso – se mintió.
Miró de nuevo su mano acorazada, y vio en ella el flujo de divinidad que ahora recorría todo su cuerpo.
Retrocedió hasta sentarse en el trono, y entonces acompañando a la palabra con un gesto de su mano, habló.
- Alzate
El cuerpo de Dana, obedeciendo su orden se irguió, moviéndose hasta situarse frente a él. Pero aquellos no eran los ojos que había deseado. No había vida tras de ellos, incluso su rostro momentos antes hermoso, parecía burlarse de él con una mueca de desprecio.
Con un nuevo gesto, redujo a aquella parodia de ser vivo a cenizas. En aquel momento no se sentía poderoso, no sentía orgulloso por la hazaña lograda.
Se sentía mas solo e insignificante que nunca.
- Tu eres mi avatar – le dijo una voz en su cabeza – eres el heraldo del caos.

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Permíteme una cita:
<blockquote>"El proceso que sigo se parece más a la observación de las aves que al habla o a la construcción. Yo veo imágenes. Algunas de esas imágenes tienen en común algún sabor, casi un olor que las agrupa. Hay que guardar silencio y escuchar, y las imágenes comenzarán a reunirse. Si se tiene mucha suerte (yo nunca he tenido tanta), puede que muchas se agrupen con tanta coherencia que conformen una historia completa sin que tú hagas nada. Lo más frecuente, sin embargo (es lo que a mí siempre me ocurre), es que existan lagunas. En este caso es cuando, por fin, hay que recurrir a la invención deliberada, ideando motivos que justifiquen por qué los personajes se encuentran donde se encuentran y hacen lo que hacen. No tengo ni idea de si ésta es la forma habitual de escribir historias, y mucho menos sé si es la mejor, pero es la única que conozco: las imágenes siempre son lo primero."</blockquote>
<i>C.S. Lewis: <b>De este y otros mundos. Ensayos sobre literatura fantástica.</b> Alba Editorial; Barcelona, marzo de 2004. Colección trayectos. ISBN: 84-8428-211-2

Me ha parecido interesante, y he creído que viniendo del autor de Las Crónicas de Narnia, valía la pena que conocieras alguien con una percepción de la escritura similar a la tuya 8al menos en este aspecto.</i>

Tosko (no verificado)

Hace 18 años 7 meses

Interesante :) 8/10