Ha nacido una excepción

Como ya sabréis todos (o casi todos) vosotros, no me gustan las generalizaciones.
Esta afirmación en si misma, no deja de ser una generalización, y como tal, no es cierta (al menos no al ciento por ciento) así que como (casi) todo el mundo, y como no podía ser de otra manera, uso (nadie me obliga a hacerlo) de motu propio según que generalizaciones (que frase más rara me ha quedado)
Que le vamos a hacer, soy una persona llena de contradicciones.
Pero aún así, permitidme que me explique (como si pudieseis hacer algo para evitarlo)
Venga, no os pongáis así (esto me pasa por daros ideas) No os vayáis todavía.

Supongo que todo se debe a mi alma anarquista.
No me gustan las generalizaciones, al igual que no me gustan las reglas o las leyes.
Y dale.
Ya estoy generalizando otra vez.
Con esto no pretendo decir que no comprenda la necesidad y/u/o utilidad de tales cosas, sino que la gente tiende a ir siempre a lo fácil, a utilizarlas como varemos absolutos (y absurdos) A quedarse con el texto en lugar de fijarse en el contexto. A valorar y juzgar la acción en lugar de fijarse en la intención.
Yyyyyyy seguimos generalizandoooooo.

La gente busca algo fácil y seguro a lo que aferrarse en lugar de arriesgarse a buscar su propia verdad. Una verdad que pueda contradecir aquello en lo que creían (conste que, en gran parte de las ocasiones, quien escribe estas palabras debe reconocer que esta englobado bajo el termino generalizador al que denomina “la gente”)

Bien. Ahora, tras arruinar cualquier posible atisbo de credibilidad que pudiese tener ante vuestros ojos, continúo contradiciéndome (o intento decir algo inteligente sin interrumpirme a cada párrafo con alguna estupidez de las mías, que ya es hora... Aunque supongo que al final será que no. Pero ya sabías lo que hacíais al meteros por aquí)

Tengo afinidad por las excepciones. Por lo que se sale de la norma. Por lo que desafía y logra vencer a las convenciones.
No estoy diciendo que me guste lo raro por lo raro. Estoy diciendo que me gusta aquello que es único y singular (para mi manera singular y única de ver las cosas). Aquello que es excepcional… para mí.
Otras de esas grandes frases hechas (y falsas) dice: La excepción confirma la regla.
Pues va a ser que no. Va a ser que la excepción confirma que la regla no es válida. Que por cada regla o axioma universal que crees, o creas descubrir va a haber un algo, un alguien o unos algunos a quienes no abarcará.
Vivimos en un mundo de excepciones. No existe la regla (o esta podría ser la única regla cierta en si misma)
Ahora me diréis: Todo el mundo nace, y todo el mundo morirá en algún momento. Y os quedareis tan anchos, y os creeréis muy graciosos. Pero evitando la cuestión no vais a hacer que esta desaparezca o que sea menos cierta.

Y como no podía ser de otra manera, me estoy poniendo a desvariar.
¿Será este un axioma inevitable en mí?
Naaaaaa.

¿Que a cuento de qué viene todo esto?
Como ya sabréis todos (o casi todos) vosotros, no me gustan las generalizaciones.
Esta afirmación en si misma, no deja de ser una generalización, y como tal, no es cierta (al menos no al ciento por ciento) así que como (casi) todo el mundo, y como no podía ser de otra manera, uso (nadie me obliga a hacerlo) de motu propio según que generalizaciones (que frase más rara me ha quedado, otra vez, como que es la misma y eso que me ahorro en volver a escribirla)
Que le vamos a hacer, soy una persona llena de contradicciones.
Una frase generalizante que acostumbro a utilizar, es esa en la que digo: No me gustan ni los animales ni los niños.
Y esa, como toda frase generalizante, es mentira (o al menos, no cierta al ciento por ciento)
No me miréis así. No soy ni pedófilo ni zoofilo. Si es que hay que explicároslo todo.

Hecho probado: Mi instinto paternal continúa en busca y captura.
Aunque, para que den con él los cazadores de conceptos, primero tiene que existir tal cosa (los cazadores de conceptos, y mi instinto paternal)
Expliquemos esta afirmación: No busco la compañía de los niños. No me gusta la compañía de los niños. No me hacen gracia sus monerías. Me resultan molestos e irritantes. Hablar con ellos me resulta de lo más frustrante (Sí. Soy capaz de proferir sonidos. Otro mito destruido)
Esto mismo es aplicable con los animales (salvo que con ellos no trato de hablar ni razonar)

De acuerdo. Si bien todo esto es cierto, también es de justicia el reconocer que ha habido momentos en los que no solo no me ha desagradado, sino que he llegado a disfrutar de la compañía de un infante.
Por supuesto, para alcanzar tales momentos, han sido necesarias altas dosis de interacción por mi parte con el ente-infante. Sólo tras un arduo trabajo de campo he logrado alcanzar tal estado, lo cual tampoco garantiza un éxito seguro en cada encuentro.
Ahí tenemos las excepciones que desmienten la regla. Aunque claro. También hay un axioma común en los casos en los que esto se ha dado. Son hijos de amigos (hola Pablo y María, hola Laura)
Es este axioma el que nos lleva hasta el titulo de la columna de hoy. Este jueves, otros amigos trajeron un nuevo (nueva en este caso) ente-infante-anticristo hasta, este, nuestro planeta.
No entraré en valoraciones estéticas sobre la criatura (más que nada por si lo leen los padres y deciden agredirme), sólo diré que es tan “guapo” como el resto de bebes que he visto.
Esta criatura que sufrirá de esquizofrenia aguda caso de que todos sus “tíos” decidan llamarla con todos y cada uno de los nombres que se han sugerido (y tratado de imponer) para ella, no sabe donde ha venido a parar.
¿Logrará su madre evitar que sea dominada por el lado friki de la fuerza?
¿Logrará(remos) su padre (entre babeo y babeo) y sus “tíos” apoderarse de su mente y retorcerla hasta convertirla en una fuerza a tener en consideración dentro del cosmos friki?
Universos vivirán…
Universos morirán…
Por ahora… Enhorabuena a los padres (lo que llegue a representar para la humanidad, ya se ira descubriendo con el tiempo)
Una nueva excepción ha nacido.

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Tosko (no verificado)

Hace 17 años 10 meses

Es cierto, a Eduardo se le caía la baba, y sí, Ceci tuvo que decir que a ver cuando me animaba a tener un bebé, o a echarme novia.
Será cosa de buscar una de 16, que valga como bebé y pareja al mismo tiempo... He-he-he.

Carlos (no verificado)

Hace 17 años 10 meses

uno de los post más complejos que he tenido el placer de disfrutar últimamente. Si le llegas a añadir paréntesis dentro de los paréntesis, hubiese sido alienante total.

Javier Albizu

Hace 17 años 10 meses

No te creas, que me costo el no hacerlo (lo de los parentesis dentro de los parentesis)