Nunca a la última 008

Un mes más seguimos para bingo.
El resultado de la última entrada de este “Nunca a la última” no me gustó. No me interesan las webs que se limitan a recopilar enlaces sin aportar nada por su parte. Así pues, sigo sin saber muy bien qué hacer con esto.

Con el paso del tiempo la sensación de urgencia, que no el deseo, por compartir material interesante sobre el que conversar ha bajado. El impulso sigue ahí aunque es más fuerte cuando me llega una de esas pedradas mías hasta la cabeza. Alguna de esas que, leídas un año después, no tengo ni la más mínima idea acerca de lo que me estaba refiriendo.

El macerar estas cosas con tranquilidad ayuda a ubicarlas, darles contexto y terminar concluyendo que eso ya lo he dicho antes. Quizás ya lo haya dicho antes con otras palabras, pero la cosa está clara… aunque igual no.
Porque igual no lo dije bien.

Pero no me gusta repetirme. Y, a pesar de no gustarme, es algo que no dejo de hacer una y otra vez. La lucha de sentirme culpable por ser un agonías reiterativo y tratar de dejar claro mi punto de vista es algo que no tiene fin.
Como ya decía la semana pasada, los caminos del tren de pensamiento son misteriosos y me juegan malas pasadas. Sobretodo esto pasa cuando hablo pero, en menor medida, también me sucede cuando escribo.
Puedo tener una idea general de lo que he dicho durante una aventura, una conversación o una charla pero, una vez que termina la sesión, pierdo la visión de conjunto acerca de lo que he dicho. Algunos de los detalles sigue ahí, pero no soy capaz de recomponer el cuándo o el cómo lo he expresado.

Puedo recordar sensaciones, pero no concretar el detalle o la suma de circunstancias precisas que me llevaron hasta ellas. Al final, sobre cualquiera de estas sensaciones siempre impone y permanece la que me indica que ha faltado algo. La impostura1

Y me desvío. Cuando, como en este blog, me limito a dejar salir las cosas, no tengo ni idea acerca de dónde acabaré. Bueno, miento, sí que tengo una leve idea; Mis lugares comunes.
Una y otra vez, en cada ocasión que el tren descarrila, lo hace hacia donde siempre. No importa cuánto lo haya preparado, no importan las páginas que tenga escritas, si mi cabeza vuela libre termina llegando hasta algún lugar intermedio entre la inseguridad, la cabezonería, la nada, el infinito, la negación de la realidad, el deseo de mandarlo todo a la mierda, el proceso de hacer cosas, Daegon, un bus de datos y Tregucigalpa (esté donde esté).

A veces, generalmente en sueños, todas se mezclan2. En ocasiones son sueños moderadamente lúcidos cuyo recuerdo sobrevive al despertar, otras veces sólo queda la sensación de que se me ha olvidado algo que podría ser importante. Otras… Otras el tren no sólo descarrila. Después de hacerlo cae por un precipicio, explota, sus restos llegan hasta más allá de la atmósfera donde son recogidos por un una nave que va hasta el sol, pero se va hasta otra dimensión donde vuela hacia la nada durante toda la eternidad rodeada por las llamas y las preguntas existenciales.

Porque no sólo sueño que nunca he dejado el colegio, estoy desnudo y no tengo ni idea acerca del tema sobre el que me van a examinar (que también). De vez en cuando el ladrillazo viene de noche como en estas cosas que publicaba en su momento por las redes:

Jueves, 23 de mayo de 2013
Y este, amigos, ha sido mi sueño de hoy.

Estoy en la tienda (donde hace 6 años que no trabajo). He decidido que me merezco unas vacaciones, así que cojo mi coche (que ya no tengo)
Lo pongo en piloto automático y lo mando dirección a Barcelona. Mientras tanto, me echo una cabezadita en el asiento de atrás.
Por mi cabeza aparece una pregunta ¿Este trasto tenía piloto automático? Da igual, parece que no se sale de la autovía. No problemo.
Despierto y el coche se está quedando sin gasolina y tengo hambre, así que me paso torpemente al asiendo delantero y desvío su curso.
Estoy en Puente la Reina sobre mi bici (en la que ha mutado el coche) es de noche y he parado en un tenderete turco al aire libre.
Estoy comiendo un bocadillo de chorizo frito mientras hago equilibrios en el sillín, a la par que me pregunto qué tal le sentará mi úlcera.
Me llaman un amigo. Él, su señora y su criatura están en Pamplona tomándose un descanso de los preparativos para su gran evento.
Dejo el bocadillo y parto hacia Pamplona de nuevo en mi bici. Va a ser un poco cansado, pero me pilla más cerca que llegar a Barna.
Llego a su casa. Su señora se ha lesionado haciendo gimnasia, así que apenas puedo estar con ellos. Vuelvo a trabajar.
Me encuentro en los juzgados de Estella. Han traído un ordenador nuevo, pero parece no funcionar. Lo ha traído la gente de salud y no tira.
El ordenador sólo funciona en la red de justicia, así que normal que no funcione. No tiene sentido, pero da igual. Tiene sentido.
De repente, una voz sale del ordenador. Es una bomba que va a estallar en breves segundos. Otro genio del mal que quiere destruir el mundo.
Del cajetín de mi recreativa sale Megaman. Lo he programado para estas ocasiones. Atrapa el ordenador entre sus manos y se transforma en...
Un cubo cósmico que empieza a cambiar tratando de desactivar la bomba. Al final la bomba explota, pero mis manos contienen su expansión.
Llego a los juzgados de Pamplona y aviso a mis no-ex-compañeras-pero-sí que tengan cuidado con los ordenadores nuevos que lleguen.
Me despierto, son las cuatro y media de la mañana. Me levanto y preparo para ir a trabajar. Un rato después me doy cuenta de la hora que es.
Parece que esta noche voy a dormir poco.

sábado, 14 de diciembre de 2013
Acabo de soñar que estaba en una estación de metro que tenía paredes de escalada para subir y bajar, y que recomendaba a los niños que las usaran en lugar de las escaleras. También tenían anillas en el techo para cruzar los charcos del suelo.
En un bolsillo dimensional tenía frontones al aire libre a diversas alturas, a los que se accedía mediante lo que sólo puedo describir como ilusiones ópticas.
Como es obvio, el salón de juegos de su interior era tamién la caña.
Y me lo he pasado como un enano.
Al despertarme y pensar sobre ello, sólo se me ha ocurrido que no he visto una tienda de tebeos ni una bibioteca y mi respuesta natural ha sido pensar que era un error que tengo que solventar si vuelvo a soñar con ella.
Martes, 17 de marzo de 2015
Hoy en "Sueños raros de los que no sé si preocuparme": Que no te quepan los pantalones porque has instalado SQL Server y no queda espacio en el disco duro.

Y sigo sin saber qué hacer con esto.
Tomando el control del tren ya para terminar, tras leer una entrada del “De Ramen Cerebral” de José María Mateos3 me entró la tentación de crear un feed con los enlaces que encontraba interesantes. La idea me gustaba, pero era principalmente por la parte técnica.
Aun así, la descarté. Si los lectores del feed normal ya son cercanos a cero, seguramente los que se suscribirían al otro serían aún menos y, como colofón, habría aún menos interacción.
Siga buscando.

Enlaces:

1. XKCD - Impostor Syndrome

2, En ocasiones Shen Comix me representa, en otras me gustaría que lo hiciera
- Life and goals
- Life and goals II
- Life and goals IIIl
- Life and goals IV
- Life and goals V
- Life and goals VI
- Life and goals VII
- Life and goals Final
- Do it for Him
- ”L<3VE”

3. Elementos compartidos // Citations needed

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.