Lo único que se de mis primeros años de vida, es que durante los primeros tres meses no dejé de llorar (cosa que me recuerda mi padre a menudo, así como el poderoso acto de contención que hizo durante esos meses para no tirarme por la ventana). Por lo que me han contado, vivimos en la buhardilla de la discoteca “Paraíso” (perteneciente a mi padre), aunque yo la primera casa de la que tengo conciencia es a la que nos mudaríamos mas adelante, y en la que se ubicaría también el primer “Musical Tomas”. Tampoco soy (bueno, fui, que ahora si que se que nació) consciente del nacimiento de mi hermano Iñigo, cosa de año y medio después mio.
Bueno, pues ya esta presentada la familia mas cercana. Sonreid chicos, y decid “patata”.
¿No somos adorables?.
Vamos a por la casa. Lo cierto es que de haber sido “solo” una casa, habría sido bastante grande. Pero claro, si tienes una tienda de discos, instrumentos musicales, e Hi-fi, pues como que el espacio habitable quedaba bastante reducido.
Entrando por la puerta de la calle (había otra, que era la de daba acceso la tienda), teníamos a mano derecha las escaleras para subir a las habitaciones y el balcón, y a mano izquierda el salón. El salón no recuerdo que fuere demasiado grande. Creo que había dos sofas, uno debajo de la ventana, y otro en la pared contraria a la de la puerta. Supongo que la pared que quedaba tendría estanterías algo así, pero no soy capaz de visualizarla, de lo que si que me acuerdo es del mueble de la tele que estaba en la misma pared que la puerta, a la derecha de esta.
Avanzando por el pasillo en el lado izquierdo nos encontrábamos la cocina y para terminar la puerta que daba acceso a la tienda. Por el lado derecho, debajo de las estanterías teníamos un armario empotrado un tanto raro (era asimétrico, ya que seguía el ascenso de las escaleras), y mas adelante el cuarto de baño.
Las escaleras tenían tres tramos, uno corto que seguía la pared que la puerta de la calle, uno mas largo a la izquierda, y al finalizar este, uno de longitud intermedia a la de los otros dos tramos que giraba de nuevo a la izquierda, llevándonos hasta el descansillo que daba a las tres habitaciones. A la izquierda (supongo que estaría situado sobre el pasillo) estaba la habitación de mis padres (a la que no recuerdo haber entrado nunca). En frente estaba la habitación en la que dormían dos tíos mios (creo que Agustín y Javier, hermanos de mi madre), y a la derecha, nuestra habitación, con dos camas literas.
Recuerdo que me encantaba ir a la habitación de mis tíos, porque sus camas eran plegables, y me molaba eso de que desaparecieran en la pared (me parece que mas de una vez desaparecí con ellas).
Al final de la habitación de mis hermanos y mía, estaba la puerta que daba acceso al balcón y señores, aquello si que era un balcón como debe ser. Era tan grande como la tienda, y recuerdo haber jugado a fútbol con mis hermanos sobre el. Luego dejaríamos de hacerlo, porque la vecina de al lado tenia un perro, y cada vez que se nos caía el balón, solíamos quedarnos sin el, a no ser que fuéramos mas rápidos avisando a la señora, de lo que era el perro pegándole un trascado al balón (generalmente de plástico).
Lo cierto es que pensaba que tenía menos recuerdos de Alsasua, pero poniéndome a ello, he visto que la cosa da para mas, así que:
Continuara...
