Biografía daegonita LXXXV: La última campaña VI

Por Javier Albizu, 23 Junio, 2021
A finales de marzo de dos mil tres continuaba con “La última campaña”. Continuaba como si no hubiese pasado nada. A fin de cuentas ¿Qué son unas tramillas de nada abandonadas tres años atrás?

En fin. Empezaremos con mis movidas de fechas y números.

Revisando “El resumen”, y cotejando las fechas de las partidas con las de alguno de los correos que fui mandando en los que iba actualizaba el contenido del documento original, veo que mi memoria de los hecho recientes no era tan buena como la de los acontecimientos algo más remotos.

Porque, hagamos cuentas:
Empezaba a escribir el resumen el dieciocho de septiembre y enviaba la primera versión el día veintiséis. Para esa fecha ya había dirigido en tres ocasiones (cuatro si contamos también la aventura que significó “el regreso”)

Veo también que el veintinueve de octubre mandaba el primer correo de actualización. Un mensaje en el que, a priori, debería estar contenido el resumen de lo que había pasado en la partida que había tenido lugar diez días antes.
A partir de esto, podríamos sacar alguna conclusión sin asumir un riesgo demasiado elevado de equivocarnos. Podríamos concluir que el texto que aparecía enmarcado entre la partida de regreso y el de esta actualización debería incluir lo sucedido en esas tres sesiones de juego.

Doscientas veinticinco palabras para resumir lo ocurrido en tres partidas, contra cuatrocientas dieciocho para resumir lo sucedido sólo en una.
Después de eso, tengo mil veintidós palabras para resumir lo ocurrido en otras tres aventuras… y ninguna para ocuparme de las dos últimas (las que se jugaron en dos mil cinco, dado que la última modificación de ese documento es de julio de dos mil cuatro).

Aparte de esto, y más allá del conteo puro de palabras y los números crudos… lo que contaba en esas doscientas veinticinco palabras era más bien escaso. Poca chicha para las horas de juego que debieron ser. No sé, igual fueron sesiones más cortas que de costumbre o hay detalles en los huecos que ni entonces ni hoy estoy siendo capaz de recordar.

Vayamos a lo que sucedió, y a la manera en la que esto afectó al desarrollo de este universo:

Para empezar, los jugadores eran presentados en sociedad mientras seguían esperando la llegada de la familia regente de Dugental. A buen seguro, es muy probable que durante aquella ceremonia fuese la primera vez que escucharon los nombres del resto de ciudades “importantes” que había en la provincia. Unos nombres que estaban escritos a lápiz en el mapa de Rearem que llevaba tiempo usando:

Con estas, los jugadores cruzaban sus caminos con los de “la gente guapa”. Se mezclaban con parte de la aristocracia. Más concretamente con:

Nush Kayarul, apodado también como “Bakú” (o lo que es lo mismo, “Muerte” en el dialecto local); Lédesh del Herek de Shanrú (la ciudad más cercana a la frontera con Werela, y un tipo duro aunque buena gente)
Sinkul Spier; Lédesh del Herek de Yrkotal.
Aruda Vaslu; Lédesh del Herek de Meyeshu (y cuyo nombre era una traslación fonética de lo que entendía cuando se mencionaba a Arnold Voosloo en el trailer de “La Momia”).
Tulsar Ibreshu; Lédesh del Herek de Shaymat.
Falcus Yrdalot; Vridún, señor del Duón de Imakur
Shalani Minrú; Lédesh del Herek de Gaukotal.

En esta presentación “formal” había fiestorro, baile y un intento de asesinato contra Sinkul Spier. Y digo intento, porque este era frustrado por la intervención de los jugadores (un trabajo por el que no cobraron horas extra).
De premio, la “gente guapa” empezaba a mirarles de una forma… digamos rara. Para enfrentarse al asesino Quitus había invocado de la nada su espada (cosas de estar en una fiesta de gala y no poder llevar sus armas o armaduras) Un espectáculo poco convencional incluso para unos “héroes”.

Es posible que la primera aventura consistiese únicamente en esto, fiesta, presentaciones e intento de asesinato… pero se me hace un tanto escaso. Recuerdo que había historias que se empezaban a hilar ahí. Gente que quería saber sobre las ambiciones de los jugadores. Sospechas de quién podía haber enviado al asesino. Teorías que señalaban la participación de alguien de Raelt al parecer aquel tipo uno de los Staraida. Seguramente también hubo una persecución (también frustrada) del asesino. Que este lograba escapar.
Pero… no sé. Mucho tuve que hablar para que eso llenase una sesión de juego sólo con esto (o mucho les tuvo que interesar lo que pasaba a los jugadores para que interactuasen durante tanto rato con esa gente).

En la que pudo ser la segunda aventura, la cosa parecía seguir unos derroteros similares. Parte de la nobleza iba a visitar los territorios de los “héroes”. De los “nuevos ricos”. Intentaban sonsacarles más cosas. Aruda Vaslu les habla de sus planes de independencia para Dugental. Posteriormente, Falcus Yrdalot les preguntaba de qué habían hablado con el otro noble.
Todo muy normal y terrenal… hasta que se abría parcialmente la “Puerta de los reyes dragón” que se había descubierto en los territorios de Tiermonder. Como consecuencia de esto, los jugadores viajaban sin moverse. Tenían “visiones del más allá”. Contemplaban y “experimentaban” lo que cada una de sus culturas entendían como “lo que hay más allá de la vida”. Todos iban al mismo sitio, pero la experiencia de cada uno era diferente. Los hechos diferenciales y esas movidas.

Lo que parecía ser el “alma de Arcanus empalada en las costillas de padre de los Taishary” (cosas de la teología, ya sabes) le decía a Quintus que cuidase de sus hijos. No tenía muy claro cómo había sido aquello, pero acababa de decir que Sersby y Labreh eran hijos de Arcanus. Una idea que lograba que en mi cabeza alguna de las cosas que había improvisado con anterioridad encajasen. Una idea de bombero de la que surgían otra serie de preguntas. De detalles que no han sido concretados hasta que no me puse con ellos en la novela que llevo escribiendo desde el año pasado. Ha costado.

Cuando el fenómeno extraño finalizaba, los jugadores se encontraban con una sorpresa más. Tadanobu Sinichi1 estaba con ellos. Bueno, miento. No era el Sinichi que habían conocido. No se había reencarnado en un nuevo individuo. Era “el auténtico” (no acepte imitaciones). Tenía de nuevo su cuerpo original (o, al menos, eso parecía. Porque técnica y metafísicamente hablando aquello era imposible. Pero, bueno, dame diez minutos y podría retorcer los axiomas de tal manera que aquello también encajase).
Sea como fuere, podríamos decir que lo veían por primera vez.

Supongo que con esto ya tendríamos la segunda sesión de juego aunque, de nuevo… se me hace escaso.

El resumen dice que lo que hicieron los jugadores a continuación fue ir a Kaze. Dado que aquello estaba relacionado con los Dragún Adai, ¿qué mejor que consultar a uno?
Consultaban con Shet’Graal acerca de qué podía significar lo que habían experimentado. Eso, y si se podía evitar que pasase de nuevo.
Este les explicaba que “las puertas” estaban diseñadas para poder comunicar o “cerrar” la comunicación con cualquier plano de existencia. Se me acaba de venir a la cabeza Stargate2, algo en lo que no había pensado hasta este momento. Bueno, no recuerdo haberlo pensado con anterioridad. Pero, más allá de las diferencias estéticas, supongo que esa referencia / influencia había estado ahí desde el principio.

En fin, que me desvío.

Todo era cuestión de conocer “la combinación” adecuada para cada uso. Un conocimiento y poder que habían sido perdidos hacía millones de años. Un saber que, con suerte, quizás podría recuperar tras descifrar el “libro de las puertas”. Es más; quizás gracias a él podría llegar a cerrar para siempre un gran número de las grietas que comunicaban con Daegon.

Esto es lo que creía. Obviamente, se equivocaba. Unas cuantas campañas más adelante, iba a tocar decidir a los jugadores qué hacer con aquel conocimiento. Si decidían usarlo descubrirían que lo habían entendido todo justo al revés. Las grietas no se cerrarían sino que se abrirían más. Los planos comenzarían a fusionarse. Llegarían hasta el escenario de la pesadilla de la Tejedora.
Pero bueno, todo llegaría, y ya vería cómo plasmaba todo aquello dependiendo de la decisión que tomasen.

Y supongo que esto podría haber sido lo que sucedió en la tercera sesión de juego. Entre poco y nada. Mucho tendría que haber alargado aquella explicación como para que durase toda la tarde.

Pero, bueno, es lo que hay.

Enlaces:

1. Anteriormente en este mismo canal
- Cabos sueltos II - I
- Cabos sueltos II - II

2. Stargate

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