Biografía daegonita LXXXVIII: La última campaña VIII

Por Javier Albizu, 14 Julio, 2021
Llegamos hasta dos mil cuatro e iniciamos ese año continuando con “La última campaña”. Si los datos que he ido sacando no son erróneos, con la antepenúltima de las que entrarían dentro del resumen pero, al igual que sucede con la anterior tanda, no tengo muy claro en qué punto de dicho resumen empieza y termina cada una de las sesiones de juego. Esto no es que sea algo especialmente relevante, pero no deja de darme un poco de rabia. Como habrá entradas que no pertenezcan a esta campaña salteadas con otras que sí, haré una división a ojímetro.

Una vez dicho esto… nada de lo que sucedía en esta “Última campaña” (al igual que sucedió con la segunda parte de “Cabos sueltos”) había sido planificado cuando presenté en sociedad a su antagonista; Sargat Kendall. Por su parte, el mismo Kendall tampoco era alguien a quien hubiese definido en exceso durante “La campaña del anillo”. A fin de cuentas, por aquel entonces la idea que tenía era que los jugadores descubriesen sus planes, le impidiesen llevarlos a cabo, y terminasen con él.
Una vez hecho eso, asunto resuelto. Ya seguiría… con lo que fuese. Pero, claro, los jugadores sólo llevaron a cabo las dos primeras partes de lo que había previsto.

Tenía otro montón de cabos sueltos por cerrar y nuevas semillas por plantar que tuve que dejar para más adelante. Porque así ha funcionado siempre mi manera de plantear aventuras. Podía tener claros los eventos que iban a pasar con unos cuantos años de antelación, podía presentar distintas opciones, y saber qué camino prefería que tomasen los jugadores durante la sesión de juego “de hoy”, pero no sabía a ciencia cierta qué sacaría dentro de dos aventuras.
Así funcionaba… y me parecía bien.

Lo único que había escrito sobre “los protagonistas” de lo que iba a suceder antes de comenzar con la aventura eran sus nombres y parentesco. Lo que sucedería en su presentación era mayormente un golpe de efecto. Un “giro sorpresivo” para ver cómo reaccionaban los jugadores. Un punto de partida a ciegas para todos.

Con esto, durante la ceremonia de presentación de los jugadores ante “la realiza” del lugar sucedían varias cosas:

Fuera de la trama principal, los jugadores eran informado por un invitado sorpresa del desarrollo de diversas tramas secundarias y terciarias. Tras su encuentro con Alana, Quintus había contactado con un viejo conocido (a quien ninguno de los jugadores había llegado jamás a ver la cara); el asesino / espía / agente libre y Deus ex machina circunstancial que respondía al nombre de Dietrich “Mano de fuego”.

Durante sus investigaciones, este buen señor había descubierto que:

- Nareda (la cuarto y mitad de hermana de Quintus) se encontraba en las tierras de los Maudán.
- Oggalark se encontraba implicado en la creación de aquel ser.
- Nevael Cormlaesh (alguien con quien se habían cruzado hacía mucho tiempo1), era otra de las múltiples identidades de Oggalark.
- El arcano y el dominador de bestias que huyeron de Norotgard cuando acabaron con Durgas Kutal2 (el “Decimus demoníaco”) eran, respectivamente, aliado y creación de Oggalark.

Regresando al menú del día:
- Shendú Ryudo daba las gracias a Thanan Labek, quien había hecho las veces de Raktarión (gobernador de la ciudad) y Kirgan (Señor de los ejércitos) desde la muerte de los anteriores.
- Dado que había sido uno de los principales artífices de la reconquista de la capital, se le ofrecía el rango de Kirgan de forma permanente. Un rango que rechazaba. Estaba hasta el gorro de las tareas administrativas. Prefería seguir como Laeri de la primera legión.
- Acto seguido, Shendú anunciaba quién sería su sustituto como Raktarión. Un cargo que sería ocupado nada más y nada menos que por... Kendall. Por la persona que había tomado la ciudad y a quien habían sudado sangre por arrebatársela.

Obviamente, esto no le hacía mucha gracia a unos cuantos de los invitados.
- Labek escupía en la cara a su señor en aquella misma reunión y presentaba su renuncia.
- Varios nobles se largaban de allí también ofendidos.
- Daimon Bilard, hijo del anterior Raktarión, tampoco se lo tomaba demasiado bien.
- Los jugadores también decidían largarse de allí.
- Para sorpresa de muchos, a este grupo se unía un nuevo integrante; Pireas Ryudo. El hijo menor de Shendú.

Como ya comenté en su día, tal y como había (y sigue estando) planteado Rearem era como una “alianza por pelotas”. La unión de diversos territorios pequeños / débiles para tratar de prevenir posibles deseos de conquista por sus vecinos más grandes. Como consecuencia de esto, las relaciones entre ellos no siempre eran amistosas. A su vez, había muchas recriminaciones de las provincias / reinos más “prósperos” contra aquellos que consideraban como “gorrones” (vaya, ¿de qué me sonará a mí esto?).

Dugental era (y sigue siendo) una de las provincias “ricas”. Una territorio gobernado en “aquellos momentos” (y en el “ahora oficial”) por Shendú. Por alguien con deseos de “libertad” e “independencia”. Un propósito para el que Kendall (su tecnología y sus contactos) le podía venir muy bien.

Muy bien. Una vez dicho esto, y presentado el “Casus belli”, hablemos de lo que pretendía que fuese el núcleo de esta campaña. Hablemos de los Ryudo (y hablemos en “presente” ya que, aunque aún está pendiente de ser escrito para subirlo a la web, esto es trasfondo “canónico” de Daegon. Bueno, técnicamente la parte específica de Kendall correspondería a un “posible futuro”, pero ya me entiendes).

Shendú Ryudo dista mucho de ser perfecto, pero no es un mal tipo. Tampoco era tonto. Conoce sus fuerzas y flaquezas. Sabe que no se puede fiar de Kendall, pero confía en poder manejarlo para sus propósitos.
Por otro lado, también sabe que este es un movimiento muy arriesgado, así que se ha curado en salud.

Layna Spier, la madre de Pireas, es la segunda esposa de Sendú (y hermana de Sinkul). A esta se la podría llegar a calificar como “un mal bicho”, aunque no está libre de tener sus ramalazos de empatía y humanidad. El intento de asesinato de su hermano fue cosa suya, y muchos piensan que la muerte de la primera mujer de Shendú también lo fue (algo que no es cierto)

Orsgull Ryudo es una buena persona (en ocasiones a su pesar). Alguien leal a su tierra y a su padre. Padece de gigantismo y esto fue lo que causó la muerte de su madre. Su “deformidad” es lo que ha hecho que algunos digan que Shendú no es realmente su padre, y lo que ha provocado que en ciertos círculos se le apode como “el bastardo”.

Ah, también es gay, aunque no es algo que venga para nada a cuento en lo que respecta la trama o para su desarrollo personal.

De todas formas, este personaje ha cambiado. Porque cuando lo creé había algunos rasgos de su personalidad que estaban condicionados por esto. No se trata de nada que tuviese intención de sacar a relucir durante la campaña, pero me parecía un rasgo “narrativamente interesante” y “reivindicativo”. Quizás más adelante saliese a relucir, pero me gustaba desarrollar aquella historia en mi cabeza.
Estaba atormentado y se veía a sí mismo como “un monstruo” por ello. La única persona que sabía de “esta condición” era la esposa de su hermano. Alguien que le apoyaba sin reservas.

Cuando me puse a rescribir Daegon en dos mil dieciséis tomé la decisión de cambiar esto. Cuando publique de forma oficial el trasfondo de Orsgull, continuará siendo enorme y gay, pero ninguna de estas dos característica supondrán un problema para él ni para ninguno de los que le rodea. La homosexualidad no es “una lacra” en Dugental, Rearem o Daegon. Hay muchas más cosas con las que se puede hacer sufrir a un personaje o por las que hacerle “narrativamente interesante” sin recurrir a esto.

Pireas Ryudo tampoco es mal tipo. Tampoco es tonto. Quizás sea un tanto ambicioso e intrigante, pero no es ningún psicópata o alguien amoral (aunque le guste aparentar ser esto último). Quiere a su padre, pero tiene curiosidad por saber si será capaz de “ganarle”. También quiere a su hermano y hará todo lo posible porque no sufra ningún daño en el caso de enfrentarse a él. Con lo que respecta a su madre… su relación es más complicada. No le ha gustado nada lo que intentó hacerle a su tío.

La mujer de Pireas… aún tengo que ponerle nombre y personalidad. Cuando la planteé en su día, fue únicamente como un vehículo para explorar “el trauma” de Orsgull. Era una bendita. Buena gente de verdá de la buena. Pero, como aquello no era algo que tuviese pensado desarrollar durante las aventuras, lo dejé para más adelante. Aún sigue pendiente. Podría decir que cambiará mucho… pero algo que no ha existido con anterioridad no puede cambiar.

Dicho esto, el plan de Shendú era que, pasase lo que pasase, un Ryudo permaneciese en el gobierno de Dugental. Para tratar de asegurarse de esto, y sabedor de que la noticia de su decisión iba a ser dura de tragar para mucha gente, había ordenador Pireas que fuese él quien dirigiese la posible revuelta. Un plan del que también era consciente Orsgull y con el que no estaba de acuerdo (ni con la revuelta ni con la decisión de su padre de poner al cargo a Kendall), pero no había sido capaz de convencer a ninguno de los dos para que se lo pensasen mejor.

Pues aquí está. Ya tienes descrito el tablero de un juego que no llegó a terminar.

Enlaces:

1. Biografía daegonita XXXVIII: El Herético IV

2. Biografía daegonita XXXXV: Epílogos e Interludios II

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