Daegon, mes CCCLXIX

Por Javier Albizu, 26 Marzo, 2023
1. Sobre la escritura:
Numericos y letras de estas últimas cuatro semanas:

Documento principal: 10.798 palabras y 20 páginas.
Descartes: 15.031 palabras y 41 páginas.

Esto hace 1.073 palabras “finales” y 2.417 de descartes, lo que lo coloca como el segundo mejor bloque desde que empezamos con estas “Historias de Daegon”.

A su vez, la balanza numérica se decanta claramente hacia el lado de los descartes (un cambio realmente significativo cuando lo comparamos con las las 1.899 palabras “finales” y 1.372 de descartes de la última entrada). Pero, no alarmarse, que esto tiene una razón de ser muy clara y sencilla de explicar.

Porque, para variar, los cálculos que hacía el mes pasado referentes al final del primer borrador fueron correctos. Esto quiere decir que las últimas tres semanas de este bloque han sido de correcciones puras... más o menos. Y pongo ese “más o menos” porque cosa de un ochenta por ciento de la primera página es material nuevo. El instante inicial se ha movido un poco “hacia atrás” tanto en el tiempo (doce segundos) como en el espacio (unos quince billones de años luz) y en lo metafísico (cerca de y un par de miles de realidades).

Esto no implica que ahora dé mucha más información contextual o que haya abandonado el “in medias res” como inicio. Lo único que he hecho ha sido retrasar este momento un poco para que ciertas partes del texto no estuviesen en formato “flashback”, sino que tuviesen un acercamiento un poco más directo.

Aun así, a pesar de tener casi una “página entera nueva”, lo que indica el número de descartes es que prácticamente la totalidad de lo que había de antes ha desaparecido. Siguiendo el cálculo que suelo hacer (esto es, aproximadamente unas 700 palabras por página), dado que estoy en la quinta página de este relato, y que tenemos más de 2400 palabras en los descartes, los números cuadran bastante.

Por otro lado, y por más interesante que me resulte este primer relato... me entran dudas acerca de si usarlo como historia de presentación... porque se puede hacer un poco duro para el que no sepa a qué ha venido. Dentro de sus trece páginas hay solo ocho guiones de diálogo. Detrás de esos guiones, en seis ocasiones hay una única palabra, y detrás de los otros dos... dos palabras. El resto es viaje a varios niveles, introspección, metafísica y algo de flipamiento.

Ahora bien, la pregunta del millón sería... ¿si no es este, cuál sería?

Porque mi idea para estas “Historias de Daegon” es que sean cronológicamente secuenciales. A su vez, dado el punto de vista que utilizo para el prólogo, hay ciertas historias que, de base, deberían quedar fuera (aunque tengo intención de incluir alguna de ellas, pero como relato narrado dentro del propio relato).

Con esto, las opciones que veo una vez que termine con esta corrección serían las siguientes:
- Cambio también el punto de vista del Prólogo (lo que implicaría cambiar también el conjunto general y los interludios que tenía previstos).
- Busco una historia “intermedia” entre el “Prólogo” y este “Despertares” (una que no sea tanto o más “dura” que esta).
- Dejo este “Despertares” como primera historia y asumo que, si el lector sobrevive, ya estará curado de espanto para lo que le pueda venir después.

En fin.
Verlas venir.
Durante lo que queda de esta “primera revisión” tendré ocasión de cambiar de idea un montón de veces.

2. Sobre el dibujo
Siguiendo con el tema de lo difuso y lo metafísico, las cosas que he estado dibujando en casa los últimos fines de semana, aunque salpicados con imágenes más “normales”, han tenido que ver bastante con lo que escribía. Como muestra, un par de botones cuyo proceso puedes encontrar en la galería1:

Sigo sin dar con la tecla de lo que busco, pero no por ello hay que dejar de probar y confiar en el proceso.
Por otro lado, me he animado por primera vez con el color... aunque un poco “de aquella manera”. Sea como fuere, ha sido una primera tentativa.
Habrá más.

3. Sobre la programación
En lo que respecta a los ceros y los unos seguimos bastante parados (lo que no quiere decir que haya dejado de darle vueltas al asunto).

Me he planteado el cambiar mis hábitos diarios para tratar de encontrarle un hueco a esto, pero la cosa está complicada.

Porque mi horario está más o menos así:
- 8 a 15 (o a 17 uno de cada dos meses) trabajar.
- Después de trabajar, dedicar una hora a leer tebeos y otra a leer libros (aunque esta es una franja que depende del mes en el que me encuentre, porque...)
- 19 a 21 tengo clase de dibujo (pero tengo cosa de 45 minutos de paseo de ida, y otro tanto de vuelta)
- 22 a 23 Teóricamente, programar
- 23 a 24 Escribir.

Pero la cosa es que cuando llego a casa después de la clase de dibujo no suelo tener la cabeza como para ponerme con el VSCode, y suelo ocupar ese rato para leer un poco más. En su día lo hice pero, una vez rota esa dinámica (rota por no ser capaz de salir de un bucle de leer y no entender durante varios días), no he sido capaz de volver a ponerme a ello.

Podría mover la parte más “pasiva” (esto es, la lectura) para la noche, ya que esa actividad no se verá afectada por el horario, pero no sé si tendré la cabeza en condiciones como para ponerme con el ensamblador después de apagar el ordenador del curro.

Podría dedicar a este fin el segundo segmento de lectura, pero los meses en los que salgo a las 17 no darían para nada.

Así pues, parece que a ese nivel no tengo mucha capacidad de maniobra (y los fines de semana los horarios suelen ser bastante más descontrolados). Con esto, toca analizar qué pudo causar el bloqueo en su día y tratar de encontrarle una solución (cueste el tiempo que cueste).

Hasta donde he sido capaz de racionalizarlo, el problema de base fue que los programas de ejemplo eran cada vez más largos y, en consecuencia, complejos. Como complemento a esto, comencé a buscar documentación sobre cada instrucción, lo que solo conseguía que la cosa creciese aún más.
Aparte de esto, cuando comencé a experimentar con otros ensambladores, se me empezaron a mezclar en la carpeta las cosas, lo que no me ayudaba a la hora de tener algo “legible y comprensible” de un solo vistazo. Era girar los ojos y empezar a agobiarme por la cantidad de cosas que tendía ahí.

Lo que me he dedicado a hacer esta semana ha sido separar por ensamblador las carpetas dentro del código fuente, los objetos generados y los informes de compilación. Con esto, al tener colapsadas las carpetas, espero no verme abrumado por toda la información mezclada que se me muestra de un solo vistazo.
Por otro lado, también he visto (a buenas horas) que el VSCode no “colapsa” únicamente las funciones, sino también el código contenido entre etiquetas. Con esto, mi plan ahora es el de usar etiquetas de forma intensiva, y centrarme en los “verbos” contenidos dentro de cada una de ellas.

El siguiente paso será ver cómo crear subrutinas guardadas en otros archivos para tener las cosa mejor ordenada y estructurada de cara a crear mi motor ECS2. Aunque, claro, sé que el ECS no es algo que use todo el mundo. Así pues, lo primero deberá ser entender que implicaciones tiene realmente, y luego ver si tiene sentido usarlo para lo que pretendo hacer.

Enlaces:

1. Dibujos 2023

2. ECS o no ECS, esa es la cuestión
- Entity component system
- Why isn't Godot an ECS-based game engine?

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