Empezamos (en tono comedido).
Pues bien. Este fin de semana he estado en Santander. He ido, he saludado y hablado con los amigos, he visto películas malas (y alguna que no lo era), he montado algún que otro ordenador y he vuelto.
Ahondando un poco más en detalles… pues podría contar algún detalle más. Pero la cosa es que, hablando ayer con Laura, me preguntó “¿alguna anécdota?”, a lo que respondí “no”.
Ese soy yo, todo verborrea desatada. Lo cierto es que no ha habido ninguna anécdota. Ningún hecho merecedor de una reseña adicional. Solo buenos momento, y muy buenos momentos. Vamos, que digo yo que eso no es nada malo.
Sea como fuere, después de la conversación, me dio por pensar (bueno, no es que antes y durante la conversación tuviese la mente en blanco, pero ya me entendéis).
No soy fuente de anécdotas. No suceden cosas “interesantes” a mí alrededor. No soy de esos que pulsan el botón de detención de los rotativos para insertar la noticia de última hora de la que he sido participe. Bueno, ya se que esto no es cierto (Lo primero. Lo segundo, aunque trabajase en un periódico, tampoco lo haría. Así que eso si que podría llegar a ser cierto en una realidad alternativa en la que yo fuese periodista).
Bueno, siguiendo con lo que iba, (aunque se van acercando los desvaríos, como habréis podido notar) no soy alguien dado a anécdotas. De acuerdo que en mi trabajo no es muy propicio para ellas (no tengo profusión de clientes pelmas-graciosos-curiosos que las generen), y mi estilo de vida (casa-trabajo, trabajo-casa y raras excepciones, como el cine de los lunes, alguna cena o comida ocasional, o visitas “de” o “a” amigos de fuera) tampoco es el caldo de cultivo ideal para tales efemérides, pero no se trata de eso.
Ahora es cuando os preguntáis ¿pero que me esta contando este tío?
Pues no me interrumpáis, y seguiré contándooslo.
Estoy convencido de que mis compañeros de trabajo, tendrán cientos (vale, quizás alguna menos) de anécdotas de su vida laboral diaria. Es posible, que si otra persona viviese mi misma vida (aunque claro, ya no sería mi vida, sino la de otro), le sacaría mas “jugo” a las situaciones que yo vivo, y tendría para algún que otro chascarrillo. Pero yo no, y no deja de ser curioso (aunque quizás no lo sea tanto).
Digo lo de que no deja de ser curioso, porque me tengo por una persona observadora. Así que debería ser capaz de percibir esos detalles que daría para alguna que otra intervención en los chascarrillos sociales. Pero ahí mismo puede estar la explicación a mi no-anecdótica vida, o manera de vivir. Miro pero no participo. Eso, junto al alto nivel de conformismo que conforma mi personalidad, y mi percepción del mundo, me lleva a aceptar las cosas que pasan a mí alrededor como algo normal. Porque, hey, si me ha pasado a mi, tampoco será nada del otro mundo.
(Preludio al momento friki)
Así que la suma de todos estos elementos (entorno, carácter y percepción), y le añadimos lo poco que me gusta ser el centro de atención de grupos de gente, dan origen a mí falta de cosas interesantes que contar.
(Se acerca, se acerca)
Aunque podría ser otra cosa.
(Ya está aquí)
Quizás emito, exudo, genero y/o/u emito un campo normalizador, que evita que nada interesante suceda a mi alrededor.
¿Es mi cuerpo portador de un poderoso campo anti-anécdotas?
Caso de ser así ¿Qué clase de elemento es el que sale de el?
¿Será radioactivo?
¿Será cancerigeno?
¿Anulara también cualquier rastro de atracción que pueda provocar el “interés” de las mujeres por mí? (Ya sabéis “interés”… “interesante”. Vale, vale, esta muy pillado por los pelos, pero me hacía gracia… Aunque también explicaría muchas cosas… Habrá que seguir investigando en este aspecto).
Si tengo este “poder”…
Si logro controlarlo…
¡Podría ser un superhéroe! (o un supervillano)
¿Qué grupo me aceptaría entre sus filas?, ¿Los Vengadores?, ¿La Liga de la Justicia?, ¿Los Youngblood? (espero que estos no)
¿Me invitaran Magneto, el Doctor Muerte a conquistar el mundo con ellos, o será (mi ídolo) Thanos quien me invite a destruir el universo con él? (aunque con lo que se esta ablandando últimamente…)
¡Como mola!
¿Podría tener hasta mi propia nemesis?
Fijo. Sería como Spiderman. Los periodistas del mundo me odiarían, todos se estarían yendo a paseo porque, gracias a mi, no habría noticias que publicar.
¿Tendría mi propio comic?
Ya lo estoy viendo…
¡Mirad!
¡¿Qué esta pasando ahí?!
¡Parece que va a suceder algo interesante!
No se preocupe, señora. Yo estoy aquí. Si puedo evitarlo, no sucederá nada digno de mención.
Es verdad. No era nada
Un mes más… no sucede nada interesante en este comic.
Pensadlo durante un momento. ¿Ha sucedido algo interesante en vuestras vidas mientras habéis estado conmigo?
¿Tenéis alguna anécdota que empiece por: “estábamos Javi y yo…”?
Ya lo sabéis. Cuando estéis conmigo, tened cuidado, e id atentos.
Atesorad vuestros momentos interesantes. Porque cuando consiga dominar mis poderes, expandiré mi campo anti-anécdotas por todo el mundo.
Es posible que, mañana, cuando os pasa algo interesante, sea la última anécdota que tengáis para contar.
BWAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA
(Que poco megalómana me ha salido esa carcajada. Tendré que seguir ensayando)
Ummm... (no, no estoy pensando ninguna anécdota)... sobre lo que hablas hoy (en especial a partir de cuando se te empieza a ir la olla -falta la música, para aumentar el climax- con tu momento megalomaníaco)... ¡¡¡ podría ser el argumento para EL PROTEGIDO II !!! (The Protector Is Back, por eso de que los títulos de las pelis tienen estas cosas: "The"="El" "Protector"="Protegido" "II"="Is Back").
Qué fácil es el inglés.
Ale, que a mí se me empieza a ir la olla tambíen.
Pues piénsalo bien, eres una especie de Don Depresor pero en Navarro... podrían enviarte a reuniones furibundas de las naciones unidas, por ejemplo, entre Iran y EE.UU. Después del encuentro en la sede del consejo de seguridad salen a la rueda de prensa y a la pregunta: ¿Qué ha ocurrido? Contestan... "nada".
Mola...
A ver si resulta que tu eres el autentico sosoman...
Va a ser que no, que tu estabas en la anecdota de las jarras de agua de la comida de madrid, en ese mismo viaje, tu gloriosa cena de fabada y callos es toda una anecdota, y si me esfuerzo, sacare alguna mas!
Yo pedí un bocadillo de amebas, o medusas. Ya no me acuerdo. Y tú estabas. Comiendo callos, para más señas.
Y luego está esa frase lapidaria que te recordé el otro dia acerca de túyasabesquién y que es chupi graciosa y anecdótica.
Claro que eso podría haber pasado antes de que fueses capaz de concentrar tu poder...
Mein gott!!!
Tengo que ganar control sobre mis poderes. Pero dadme tiempo...
De cualquier manera, y como ya decia, atesorad esos momentos, porque quizas no volvais a vivir nada parecido...
BWAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH
(Esta ha estado un poco mejor)
Ahora en serio. Tu bocata era de boquerones (esos que no te gustan, tu querias pedir calamares). F se comio los boquerones, y tu el pan.
Lo de la fabada y los callos, fue una anecdota para Alejandro (en fin, que alguien solo me recuerde por eso, da un poco que pensar).
Ya digo en la parte "seria" de la columna, que no es que no me sucedan cosas que puedan parecer curiosas de contar, sino que, por lo general, a mi me parecen cosas hasta cierto punto normales (por ejemplo, aquella cena la pedi porque me apetecian los callos y la fabada, no para generar comentarios posteriores. Aunque tampoco me molesta que los haya).
En cambio mi percepcion de las cosas que suceden a los que me rodean, si que me parecen mas dignas de mencion (aunque miradas de una manera objetiva no difieran de otras cosas que me hayan sucedido a mi)