Daegon, mes CCCXCI

Por Javier Albizu, 22 Diciembre, 2024
1. Sobre la escritura:
Pues ya está, veintiséis días después de decir “pues casi ya está”, daba por finalizada la segunda corrección de “Consecuencias II”.
Los dos relatos que tenía en curso en aquel momento1 (junto a la versión en formato libro electrónico de lo que llevo de “Historias de Daegon”), ya están accesibles para su lectura online o en descarga.

Con esto, el día veintiocho del mes pasado comenzaba oficialmente con la escritura de “Miedo”, el tercer relato del primer libro de “Historias de Daegon”. Miedo, un relato que pretendo escribir en un tono humorístico (siempre que mis automatismos inerciales no terminen llevándolo por otros derroteros).

En paralelo a esto, el día cinco del mes pasado retomaba la escritura rolera de Daegon. Una vez más, me encuentro inmerso en la búsqueda de una respuesta satisfactoria (y accesible) a la pregunta ¿Qué es Daegon?, sin ponerme excesivamente pedante, intenso y/o/u poético.

Cuarenta y ocho días después, y tras varios acercamientos descartados (descartes que suman tres mil palabras), tengo página y media que no me desagrada demasiado (no me desagrada en este momento, mañana ya veremos). Ochocientas cinco palabras que no dejan de ser el primer esbozo de respuesta a la gran pregunta.

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Los muchos aspectos de Daegon

Según vayas avanzando en tu lectura, verás esta palabra utilizada para hacer referencia a varios conceptos diferentes. A varias ideas que se encuentran muy íntimamente relacionados.

Para comenzar, diremos que Daegon es el nombre que se ha dado a un lugar ficticio. Más concretamente, a un planeta ubicado en el interior de un multiverso igualmente imaginario.

Para seguir, Daegon es también es el nombre que recibe el juego de rol a través del que se ha ido dando forma, coherencia y consistencia a todos estos conceptos.

Las fronteras entre cada uno de estos aspectos no siempre estarán claras con lo que, dependiendo de las secciones que visites, el tono, el enfoque y el propósito de los textos que encontrarás aquí variará.

Por último, diremos que, dependiendo del contexto de lo que estés leyendo, la palabra Daegon puede ser utilizada para hacer referencia al planeta, al universo en el que existe, o al conjunto de macroestructuras de los que ambos forman parte.

Una vez sentadas estas bases, comencemos con las explicaciones.

Daegon como universo de ficción

Cuando uno se acerca por primera vez a cualquier obra de ficción, la primera pregunta que se le viene a la cabeza suele ser ¿esto... de qué va?

Ante este pregunta, si tratamos de ceñirnos a alguno de los múltiples géneros en los que acostumbra a desglosarse la ficción, el más próximo podría ser el del “Romance Planetario”. Aunque, claro está, dependiendo de la escala en la que nos movamos, el ámbito de este “Romance” variaría enormemente. A la hora de realizar un acercamiento hacia ciertos aspectos de Daegon conceptos como “Romance Multiversal” o “Romance Axiomático” no estarían demasiado alejados de lo que se busca.

Cuando nos movemos dentro de la escala “planetaria”, Daegon trata, entre otras muchas cosas, sobre “otra humanidad”. Sobre las historias de unos cuantos miles de millones de individuos. Sobre grupos, naciones y culturas que han nacido y evolucionado dentro de “otro mundo”. Dentro de un planeta ubicado dentro en un universo gobernado por unas leyes naturales que no siempre pueden equipararse a las que conocemos.

Cuando centramos nuestra mirada hacia le parte “multiversal”, las historias de Daegon tratan también acerca de “otras humanidades”.

Por un lado, sobre miembros de la humanidad que han abandonado este mundo a lo largo de las eras en las que se ha dividido su historia. Viajeros, colonos y exploradores que partieron hace miles o millones de años para asentarse en otras coordenadas.
Daegon también trata de ellos y de sus descendientes. De cómo evolucionaron al margen de sus ancestros y el resto de su parentela.

Por otro, trata acerca de seres que, antes de que existiese Daegon, el mundo, se separaron de quienes lo habitarían para viajar y asentarse en otros planetas, otros universos y otras realidades. Seres que quizás un día fueron “humanos” pero que, pese a compartir una raíz común, poco tienen que ver con los primeros y los segundos.

Cuando nos alejamos aún más de lo concreto y ampliamos la escala llegamos hasta los territorios axiomáticos. Llegamos hasta donde Daegon trata acerca de conceptos menos tangibles.
Es aquí donde sabemos de las entidades que llegarían a ser conocidas como “humanidad” antes de que este concepto fuese definido. Donde sabemos de otras entidades capaces de interactuar como iguales con estas y otras “humanidades”. Donde sabemos del funcionamiento de las realidades en las que todos ellos habitan. De cómo los principios básicos de la mecánica cósmica han ido cambiando a lo largo de las eras.

Este es el nivel en el que se describen los engranajes que hacen moverse al gran esquema. Uno más de los elementos que dota de una personalidad propia al conjunto. Que afecta a todo aquello que se puede encontrara en su interior, al mismo tiempo que es afectado por él. Porque el contenido también puede condicionar al continente.

Este es el lugar en el que se trata de conceptos e ideas. De acciones y reacciones. De comienzos y finales. De palabras y significados. De historias. De ficción.

Aglutinando todo esto, podríamos decir que Daegon va de fantasía y terror. De ciencia ficción y filosofía. De épica y melodrama. De teología y especulación. De intrigas palaciegas y cyberpunk. De metafísica y acción. De humor y tragedia. De pre y post-apocalipsis. De todo aquello que tiene cabida en cualquier historia que se pueda contar.

Daegon es un contenedor de historias, no un relato o la presentación de lo que le ha sucedido a un pequeño grupo de personajes. No es la descripción de un lugar o un momento concretos.

Sí, lo sé, esta respuesta es muy amplia y un tanto ambigua, pero por algo hay que empezar.

En resumidas cuentas, podríamos decir que Daegon va “de todo”, y ahora es cuando vamos a comenzar a desglosar un poco más este “todo”

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Siempre he hablado de Daegon como una ambientación de “fantasía, ciencia ficción, terror cósmico y metafísica”, pero dándole una vuelta más, creo que la etiqueta de “Romance planetario”2 también le encaja perfectamente, y que no contradice a ninguno de los anteriores, sino que los complemente perfectamente.
No sé cómo es que, con todo lo que me gusta el término y lo evocador que siempre me ha resultado, no se me había venido antes a la cabeza a la hora de tratar de describir la ambientación.

2. Sobre el dibujo
En el campo del dibujo, sigo con mil y un frentes abiertos. Mil y un frentes, a los que esta semana he sumado uno más (íntimamente relacionado con lo que he estado hablando hasta ahora). Sí, amigos, me he lanzado a por... “La portada”.

¿La portada de qué?, se preguntará alguno. Y es una buena pregunta. Porque... la verdad es que no lo sé muy bien. La portada de “Daegon”, supongo. La portada de la web, y una imagen que sirva para hacerse una idea “visual” de todo lo que es.
Ahí es nada.

Pero vayamos por partes.

Por un lado, primero ha tocado pegarle un repaso al logo. A una imagen a la que tengo mucho cariño y que me ha acompañado durante los últimos treinta y dos años (bueno, supongo que un poco menos, ya que que la imagen más vieja que conservo es del noventa y ocho).

Si echamos un ojo a su evolución, vemos que esta ha sido prácticamente nula.
La primera versión es del once de febrero del noventa y ocho, la segunda del quince de julio, y la tercera de ocho de noviembre. La cuarta ya pertenece a la primera versión drupaliana de Daegon, allá por el trece de junio de dos mil once:

El fondo de esta última imagen se corresponde a una foto de satélite que no recuerdo de dónde saqué pero que, tras una pequeña búsqueda inversa3, he visto que pertenece a la Vía Láctea (lo que me ha dejado un poco loquer).

En su día creé este logo inicial con las herramientas4 (y el conocimiento) que tenía a mano. Esto es:
- Corel Draw (en su versión 5, aún en disketes, si no me falla la memoria, para el diseño base).
- Corel Draw también para los efectos (el fondo “rocoso”, el planeta y las nubes de la tercera imagen)
- Bangkok Bold (para el texto).
- Photoshop viejuno para el “lens flare” de la segunda imagen.

En fin. La cosa es que, por más cariño que le tenga, este logo ha de cambiar y convertirse en algo más propio.

Ahora mismo ando recreando esa imagen por capas en modo “collage”, para luego ponerme a dibujarla en Krita:

Por supuesto, para el planeta mi idea es usar una imagen “propia” de Daegon. Una de las que generé y personalicé en su día entre Campaign Cartographer y Fractal Terrains, pero aún le queda mucho por pulir.
Tiempo ha, logré una imagen mucho más texturizada y con nubes, gracias a un tutorial de la “interné”, pero en los ratos que le he dedicado estos días no he conseguido replicar ese efecto, así que tocará refrescar los conocimientos del Fractal Terrains:

Por otro lado, y más allá de todo esto, he de encontrar un ángulo que me guste al planeta, de manera que este le dé un aspecto adecuado a “El Anillo” (un constructo “de antaño” que lo rodea más allá de su atmósfera y que se une a este en los polos).

Seguramente también aparecerá por ahí, en la lejanía, “Sholoj” (el sol) donde se dejará ver alguno de los Mayane Undalath entre llamaradas solares. También rondará por ahí algún que otro satélite y nubes de distorsión axiomática, así como algún que otro portal y grietas dimensionales (a través de los cuales deberían poder adivinar otras realidades).

Mi idea para las letras es convertirlas en una especie engranajes mellados y oxidados. Mecanismos de relojería dimensional siempre en movimiento. Una representación alegórica de la mecánica cósmica.

Rodeando a todo esto, también me gustaría dejar ver algunos de los diferentes estados por los que ha pasado la humanidad y sus culturas.
Casi nada.
Sí, lo sé, me flipo mucho. A ver qué termina saliendo de todo esto.

3. Sobre la programación
A este nivel, hay entre poco y nada que comentar. Seguimos mirando tutoriales de Godot, revisando el código en C + SDL de los ports de Prince of Persia y Super Mario para ver si entiendo cómo han hecho algunas cosas, pero sin lograr avances demasiado significativos en ninguno de los campos.

4. Miscelánea
Estos últimos meses he recibido un par de ofertas que me apetecen un montón pero que, al mismo tiempo, me aterran horriblemente.

Dos personas cuyos canales sigo me han ofrecido colaborar con ellos.
Uno me ha ofrecido su canal para hablar de que hable de Daegon (y mis proyectos personales).
El otro me ha preguntado si me apetecería participar en un programa que tiene planificado a futuro hablando de retro informática.

Ambas ofertas me resultan muy tentadoras. Me encantaría participar, aunque solo fuese por tener un rato de charla con estas personas. Pero no sé qué papel haría en un vídeo en directo. Me faltan tablas y me sobran inseguridades.

He de reconocer que una parte del tono que he adoptado en la redacción de este último “¿Qué es Daegon?” viene condicionado por una de estas ofertas. Me ha obligado a tratar de ser más concreto (aunque va saliendo lo que va saliendo). A planteármelo como un “pitch de ascensor”5. Pero no he tardado mucho en desciarme.

Porque es que Daegon no es eso. No es algo que quiera vender. No es algo que quiera resumir. No es algo que pueda resumir. Es algo sobre lo que quiero tener conversaciones. Sobre lo que quiero hablar con gente a la que también le interesen estos mismos temas.

Para mí no hay una parte de Daegon más importante que otra. Todo tiene su momento y su lugar. Cuando dedico tiempo a pensar en uno de sus aspectos, esa parte pasa a ganar peso en mi yo presente, pero eso no hace que el resto pierda su importancia.

Por otro lado, no soy capaz de sostener una argumentación durante mucho tiempo. Sin tener un interlocutor que demuestre un interés que yo interprete como “real” (y a este nivel mi cabeza me hace muchas trampas), no tardo en venirme abajo. Puedo tener conversaciones durante horas sobre cualquier tema, siempre que “sienta” que la otra persona está interesada en el asunto. Pero si soy el único que habla, o me da la sensación de ser el único realmente interesado (y, ahí, de nuevo, la cabeza seguramente me juega en contra), cierro el asunto rápidamente y trato de buscar un tema que crea que puede interesarnos a ambos.

Siempre que hablo durante un rato comienzo a tener la sensación de que desvarío, de que balbuceo, de que me vuelvo reiterativo (porque tengo la sensación de no haberme explicado debidamente) o de que trabo. Siempre “siento” que en he dejado algo importante por decir. Porque, en el pánico, no soy capaz de recordar lo que he dicho hace cinco minutos.

Y quiero cambiar todo esto. Llevo tiempo trabajando sobre ello (desde mucho antes de recibir estas ofertas), mirando cómo hacer notas que sea capaz de leer sin sentirme como si estuviese “mintiendo” o “interpretando a un personaje”. Pero, por el, momento no he logrado grandes resultados.
Aun así, tiempo al tiempo.
Todo llegará, que uno es cabezón, pero aún no soy capaz de anticipar cuándo, cómo o de qué forma llegará.

Enlaces:

1. Relaticos
- Lo que no volverá a ser 02: Universos dentro de universos
- Lo que no volverá a ser 02,5: Consecuencias II
- Historias de Daegon en epub
- Historias de Daegon en mobi
- Historias de Daegon en pdf

2. De romances y planetas
- Romance planetario en Wikipedia I
- Romance planetario en Wikipedia II
- Romance planetario en la enciclopedia de la Ci-Fi
- Romance planetario en Goodreadas
- Romance planetario en la Tropopedia
- Romance planetario en Wikiital

3. Buscando imágenes
- La búsqueda en TinEye
- Vía Láctea en Wikipedia
- La imagen

4. Herramientas de antaño
- Corel Draw
- Bangkok
- Lens Flare

5. Vendiendo en ascensores

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