Daegon, mes I

Por Javier Albizu, 1 Febrero, 2016
Muy bien. Nuevo reto comenzado. Comienza el juego que dice Sherlock.
Si nos ponemos con cifras a lo bruto, en este he (re)escrito nueve páginas que se han transformado en cinco entradas en la web de Daegon. Más concretamente:
La enciclopedia del tiempo
La edad mitológica
La edad dorada
La edad de los cambios
El gran cataclismo
y parte de lo que será la siguiente entrada; El imperio ailanu (que será algo más larga).

He comenzado con lo que sería el “libo del jugador”, o lo que es lo mismo, lo que sabe sobre su propio mundo quienes lo habitan.
Por el momento, voy cumpliendo con el ritmo mínimo de escritura que me había propuesto; dos páginas a la semana, y lo he superado por un poco (aunque mucho menos de lo que me gustaría). Lo malo de ponerte un mínimo es que, caso de alcanzarlo... ya no te esfuerzas lo mismo para hacer más. Supongo que iré ampliando este mínimo según vayan pasando los meses.

He de reconocer que ha sido un poco “duro”. Pensaba que, al tratarse de una re-esritura de algo ya tenía escrito (aunque fuese hace casi un cuarto de siglo) la cosa sería más sencilla.
Me equivocaba, y mucho.

Por un lado, abofetearía a mi yo más joven hasta quedarme sin palmas en ambas manos. El horror, en todos los sentidos. Esperaba algo malo, pero me he sorprendido a mi mismo. En fin, en cuatro días pensaré lo mismo sobre lo que he escrito este mes pasado. Qué le vamos a hacer.
Por otro lado, quería cotejar lo que escribí con el resto del material sobre el mundo perpetrado en aquella época (cuando todo lo que escribía era desde ese punto, lo que incluía incoherencias intencionadas) para, a continuación, cotejarlo a su vez con lo que escribí en hace cosa de cinco años desde una perspectiva “objetiva”.
Sí, también quiero abofetear a mi yo de hace cinco años.
Más allá de esto, quería encontrar un tono concreto para lo que iba a escribir que se iba concretando mientras iba escribiendo. Así pues, durante los bloques de escritura semanal, el primer paso era revisar lo escrito desde el comienzo de esa semana.
Lo has adivinado, cada día que revisaba lo escrito el día anterior quería abofetear a mi yo de ayer.
En fin, sigamos.

Aparte de todo esto, he recogido en una hoja de cálculo (que, a futuro, pretendo convertir en base de datos), todos los nombres de personajes, conceptos, países y datos que voy dejando por el texto (y recopilar también todo lo que tenía de antes).
Como resultado de esto tengo doce solapas cada una con diferentes tipos de dato:

Personajes: 123
Planetas : 6
Continentes: 11
Países: 60
Lugares: 31
Edades: 6
Etnias: 17
Panteones: 3
Títulos: 5
Tipos de título: 3
Conceptos: 3
Grupos: 9

Las pestañas seguro que cambian de nombre y alguna se terminará fusionando con otra, pero aún voy por la tercera edad. Hay tiempo.

Para terminar de redondear la jugada, me ha dado por ponerme a buscar por casa los cuadernos en los que he ido disgregando datos y he encontrado cuatro de ellos. Ahí, entre pedidos de pizza, números de serie y patillajes de conectores he encontrado nombres y datos que no recuerdo tener por otro lado (algunos de los cuales no tengo ni idea de qué significan).

También he realizado un esfuerzo consciente por incluir más personajes femeninos en la historia del mundo, y esto también cuesta mucho. La opción que sale cuando en cuanto te descuidas un momento y vas en automático son casi siempre tíos. Mal.

Y bueno, más o menos esto ha sido lo del primer mes. Ahora os dejo, que tengo que seguir con el asunto.
A ver si uno de estos días me escapo un momento y escribo también por aquí algo que no sea de Daegon.

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.