Nunca a la última 011

Una vez más, vayamos por partes.

Por un lado, terminado octubre, terminado el Inktober de este año. Por si a alguien le interesa saber a quién maltraté después del último "Nunca a la última", tenéis sus nombres por aquí1 abajo por orden de día de publicación.

Seguimos.

Daegon sigue avanzando y tengo claro que para cuando llegue el final de este año no habré terminado con la categoría de "Introducción".
Cuando el documento con el original nombre de "Qué es Daegon" (v5) ocupa ya más de cien páginas, estoy más cerca de finiquitarlo (espero) pero, si la última vez que hablada sobre él no sabía si serían dos o tres entradas en la web, ahora tengo claro que como mínimo serán cinco.

Hablando de Daegon, también he alcanzado otro de esos hitos que solía mencionar en las entradas mensuales en las que hablaba sobre el reto escritor: Ya he superado las 700 páginas con las que espantar a los recién llegados. Viva yo.

Tenía intención de hablar más sobre este tema a tenor de la aparición del crowfunding de Mythras2, mencionar alguno de los propósitos que me había marcado de cara cuando termine “El Básico” (ya sea el año que viene o cuando toque), y comentar algún tema más que ha ido surgiendo durante el último mes hasta que, hace un par de días, pasó lo que pasó; Stan "The Man" ha muerto3.

Y no es que yo sea un fan accérimo de su obra o su persona(je), pero su legado es innegable. Y no me refiero tanto a los personajes que creó (que también), sino al impacto que tuvo su manera de afrontar el terreno de los súper héroes dentro de la cultura popular en general, y en mi persona en lo particular.

Ya he hablado en más de una ocasión4 cuáles fueron mis referentes durante la infancia. Las obras que me ayudaron a formarme y a establecer mis valores. Mi educación ética y moral fue algo que nació íntimamente ligado a la manera en la que Stan decidió concebir su universo de ficción.

Porque el concepto de "súper héroe con súper problemas" es algo que va mucho más allá del drama facilón. Hasta la llegada de la “Era Marvel”, las ciudades en este género no sólo acostumbraban a ser lugares “ficticios” con nombres genéricos, sino que también acostumbraban a ser espacios irreales, y esto no era algo provocado únicamente tras la debacle provocada por Wertham.

Por supuesto, había excepciones, pero el mainstream súper heróico estaba poblado por tebeos orientados un público infantil. Un lugar en blanco y negro hasta que llegó Lee y aportó una apariencia de grises.

Los tebeos comenzaron a tener lugar en ciudades con nombres reales. Espacios con callejuelas y callejones poblados por gente de aspecto poco agradable. Ubicaciones en las que la suciedad de aquellos recovecos parecía “real” pero, sobre todo, lo que resultó algo que rompió esquemas fue que eran localizaciones en las que los héroes no eran seres idolatrados por el público de manera sistemática.

Lee, que venía de hacer tebeos de todo tipo, desde románticos hasta monstruos venidos desde cualquier confín de la realidad, en un movimiento desesperado comenzó a hacer tebeos de seres incomprendidos por el mundo que les rodea. Historias destinadas para los adolescentes de la época en la que se publicaban. Historias en las que ser un héroe, ser alguien que hacer lo correcto no sólo no estaba recompensado, sino que en una gran parte de las ocasiones era algo perseguido. Historias en las que los héroes se hacían merecedores de ese título. Porque ser un héroe cuando lo tienes todo de frente no es que sea algo especialmente meritorio.

De su estela y escuela no sólo surgieron Thomas, Conway, Englehart, Wolfman, Byrne, los Simonson, Miller, Starlin, Claremont o Stern y todos aquellos que continuaron y engrandecieron su obra, sino que si él dudo que hubiésemos llegado a conocer el Batman de O'Neil y Adams o la Legión de Levitz6.
Obras estas surgidas después del advenimiento de la "Era Marvel" y en las cuales la influenciado del acercamiento de Lee se dejaba ver.
O igual son cosas mías.

Pero su acercamiento al “realismo” sólo era figurado. El gris no era tal. Se encontraba en un punto intermedio entre la duda y el melodrama, entre mostrar la posibilidad de una actuación equivocada y la imposibilidad real de que llegue a plasmarse. Porque sus personajes podían tener dudas, podían tirar su disfraz a una papelera, o abandonar una vez más a los 4 Fantásticos, pero eso no les hacía dejar de ser personajes de una pieza. Aquel punto de equilibrio estaba muy alejado de donde se encontraba la ambigüedad moral, y eso estaba bien.

Porque, al final del día, los héroes hacían lo que tenían que hacer, aunque nadie fuese consciente de ello, aunque nadie les comprendiera o creyese, aunque tuviesen que pagar por ello el más alto precio. Hacían lo correcto por las razones correctas. Eran una fuente de inspiración.

Y entonces llegó Alan Moore7, alguien a quien tampoco tengo en gran estima, pero un personaje de quien negar su calidad o su impacto es absurdo.
Llegó y lo estropeó todo tanto al hacerlo tan bien que los tebeos de súper héroes dejaron de ser sobre héroes durante mucho tiempo. La etiqueta de oscuro y chungo lo cubrió todo. Lo que debería haber sido un campo más a explorar fagocitó poco a poco al resto. Lo enmarañó tanto todo que incluso el propio Moore llegó a decir que aquel no era su propósito, que igual aquello había supuesto un golpe letal para un medio que amaba.
Pero bueno, Moore ha dicho tantas cosas sobre tantos temas a lo largo del tiempo que vete tú a saber qué piensa realmente.

Aunque parece que vamos remontando gracias a gente como G. Willow Wilson y Amy Reeder8.

Pero estoy divagando.

Puede que Lee se moviese por modas, pero el recorrido que hacían sus personajes era el que debía ser. Hoy sus historias nos parecerán inocentes o infantiles y su prosa excesiva y en ocasiones barroca pero, sin el camino que abrió, la competencia habría tardado más en darse cuenta de que había "otra manera". No sólo no habríamos tenido a Hulk o Spiderman, sino que dudo que hubiesen llegado como lo hicieron el Question de Oneiil y Cowan, el año uno de Miller y Mazzucheli, los Titanes de Wolfman y Perez o las Crisis en tierras infinitas, uno de los elementos gracias al que logré superar uno de mis momentos más complicados.

Así pues, sí, aunque nadie me ha preguntado, si a alguien le interesa mi opinión yo diría que Lee merece el reconocimiento que se le está dando.
Y ya hablaré del resto de cosas otro día.

Enlaces:

1. El resto de agraviados durante el Inktober 2018
- Will Eisner
- Edvin Biukovic
- Vance
- Goseki Kojima
- Russ Heath
- Dave Stevens
- Joe Kubert
- Jiro Taniguchi
- Sergio Toppi
- Russ Manning
- Al Williamson
- Alphonse Mucha
- Gustave Doré
- Alex Raymond

2. Mythras
- El crowdfunding
- Comienza la campaña de Mythras
- 77 Mundos ha dado la sorpresa con Mythras y Monster Island
- Por qué Mythras

3. El adiós de Sienkiewicz a Stan Lee

4. Una pequeña muestra
- Conciencia y consciencia
- Crisis en tierras infinitas
- Biografía fabuladora (v1) IV: Aprendiendo de los héroes
- Biografía fabuladora (v2) I: Héroes de metal y grafito

5. Seduction of the Innocent

6. Los discípulos
- Roy Thomas
- Gerry Conway
- Steve Englehart
- Marv Wolfman
- John Byrne
- Louise Simonson
- Walt Simonson
- Frank Miller
- Jim_Starlin
- Chris Claremon
- Roger_Ster
- Dennis_O’Neil
- Paul Levitz

7. Menos es Moore

8. Redcuperando el testigo
- G. Willow Wilson
- Amy Reeder

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.