Palabras desde otro mundo

Hace unos años nació en la blogosfera una iniciativa para recomendar la compra (y regalo) de tebeos en el día del libro.
Yo, como buen ente gregario, me apunté a la movida y durante un par de años (aquí y aquí) realicé mis recomendaciones.
A ver ¿Donde lo habíamos dejado?
Ah, sí.

Vamos a definir el “conceto”

Un juego de rol es..., pues eso, un juego. Que paren las rotativas y suenen las fanfarrias ¡Albricias! ¡He encontrado ”LA” respuesta!.

No, la pregunta no es ¿me quiere? Ni ¿cuando me va a tocar la lotería?
Nada tan banal ni material. La pregunta del millón es:

¿Que es un juego de rol?

No soy de celebrar aniversarios ni cosas de esas (lo cual no implica que considere irrelevante el paso del tiempo) Como ya dije hace tiempo, lo mismo me da el cambio de año, que el cambio de hora y de semana.
Estoy planteándome varios genocidios. Así, como suena.
En un ataque de furia xenófoba me voy a pulir al noventa y nueve por ciento de las especies no humanas (e inteligentes) de Daegon. Ahí, con un par.
Soy consciente de que eso acarreará una reducción notable del interés del mundo ante el jugador estándar pero… bueno… pues que no jueguen. Podré vivir con ello.
Hace unas semanillas me pase por Barcelona para echar una mano en las Ayudar jugando. No es que hiciera gran cosa, aparte de mover cajas, buscar (sin éxito) material interesante en las baúles de saldos (y en Gigamesh) y recoger mi recreativa.
Este pasado viernes, aprovechando que el Pisuerga pasa… por dónde sea que pasa, y que los zaragozanos montaban la Retromañía, el amigo G y un servidor de ustedes (y de los otros dioses) tras salir de currar, nos subimos al retromóvil y nos pasamos por las tierras mañías.
Y ahora quieren obligar a la chavalada a estudiar hasta los dieciocho años…

Venga, vamos a ponernos reivindicativos y escribanos una:

Carta abierta al ministro de educación (y a los padres)

Empecemos por el principio: Porqué me parece un error obligar a la gente a estudiar hasta los dieciocho.

Desde mi experiencia personal (que no deja de ser eso, personal, y que no tiene que ser extrapolable a todo el mundo) podría afirmar que queda demostrado que esta medida no es acertada.

No se si recordaréis que hace unos meses, mientras os hablaba sobre la RetroEuskal, os comenté que había comenzado a “fraguar maldades”
Pues bien, esas maldades de las que os hablaba, tomaron forma este pasado fin de semana, bajo el nombre que da título a esta entrada, y englobadas dentro de la séptima edición de la Navarparty.

Ahora, después de un pequeño descanso, procederemos a hacer un pequeño análisis-resumen de como resultó el evento.

Este pasado fin de semana La semana pasada Hace un par de semanas Hace ya tres semanas, al igual que llevo haciendo desde los últimos años, me pase (junto con el señor G) por el BEC para asistir a la RetroEuskal.