Inercia

Pues nada. Me temo que he vuelto a las andadas, y me ha dado por pensar otra vez en mis comeduras de tarro de ayer y hoy y, hala, otra vez a vueltas con el tema de la subjetividad. Así que, ahí va eso.
¿Somos como somos?, ¿somos como queremos ser? o ¿somos como nos conviene ser?.

¿Como cojones somos?

¿Tenemos un “yo” básico?, es decir (que no es decir demasiado), ¿un patrón de conducta que nos viene dado de nacimiento al que podemos elegir adaptarnos, o luchar contra él durante toda nuestra vida?.
¿Creemos realmente en aquello que creemos?, ¿o por el contrario creemos en aquello que queremos y nos conviene creer?.
¿Nos creamos una personalidad acorde a lo que nos toca vivir, o esta surge sin mas?.

Joe, que preguntón estoy hoy. A ver si me explico un poco mas (pero mucho me temo que va a ser con mas preguntas).

Nuestra personalidad, nuestra manera de ser y comportarnos, en mayor o menor medida, esta basada en arquetipos, en lo que conocemos y damos por hecho. Ya dije en otra columna, que yo trato de ser de una manera en concreto. ¿Es esto fruto de mi manera de ser, o una manera de rebelarme contra ella?.
Muchas veces, tengo la impresión de que hay gente que se ha metido tanto en el papel que ha creado para si mismo, que no le queda mas remedio que perpetuarlo a pesar de no estar completamente convencido de el.

Vamos a poner un ejemplo con la religión (uno de mis temas mas socorridos). A mi me gustaría creer que hay algo después de la muerte, en serio, me encantaría. La idea de un punto y final, de un ya esta, y después de eso ya no hay nada, es algo que se me escapa, algo que no soy capaz de concebir. Pero eso es lo que creo, y hasta cierto punto asumo, aunque no me gusta pensar mucho al respecto (como me gustaría a veces hacer mas caso a las cosas que me digo).
Esto es algo que yo me pregunto a menudo aunque, ya os digo que no me resulta agradable. Hasta cierto punto comprendo que la gente prefiera creer que cuando alguien muere va a un lugar mejor (en el fondo, yo creo que siempre consideran el infierno solo para aquellos que les caen mal), y que se juntaran allí con ellos cuando les llegue su hora. Estoy convencido de que habrá gente que realmente creerá tal cosa, pero también estoy convencido de que mucha mas gente no lo cree, sino que elige creerlo, que elige no hacerse preguntas (a ese respecto), porque muy probablemente no le gustarían las respuestas.

Saliendo ya del tema religioso, considero que hay gente que tiene miedo al cambio. Que llevan tanto tiempo siendo de una manera, que el reconocer que se habían equivocado les aterra. Así que, en lugar de plantearse las cosas, se limitan a perpetuar una pose aprendida y conocida convirtiéndose en fanáticos de ese pensamiento único, y justificando siempre sus acciones con respuestas mecanicas (bueno, no he salido tanto del tema de la religión, pero esto lo considero también aplicable a otra clase de fanatismos y cobardías).
Asimismo, hay gente (entre la que me incluyo) a la que, según la vida les (nos) va demostrando lo maravillosa que es, a base de machacarnos el cráneo, se van planteando si eligieron el camino correcto hasta ese momento, y en que pudieron equivocarse, porque todo pasa por alguna razón, ¿no?. Admitir que hemos estado equivocados durante toda la vida es algo que cuesta mucho admitir, y aun mas aceptar. Están quienes reconocen sus fallos (entre los que me gustaría contarme), y se plantean si seguir el camino de toda la vida seria la mejor elección, o si lo mas sensato seria dar unos cuantos pasos hacia atrás, y tomar el desvío en otra dirección, pero sin negar aquellas partes de si mismos en las que se han visto reafirmados tras la reflexión. Están los drásticos que lo mandan todo a paseo, y empiezan otra vez de cero y están los que consideran que ellos no se han equivocado (lo cual puede ser cierto, pero no siempre), sino que ha sido culpa de los demás, y tiran palante guiados por su “justa” cólera aplasten a quien aplasten en su camino. Por supuesto, habrá otros tantos millones de maneras de tomarse la vida, tantos como personas, pero estos me parecían los mas representativos.

Bueno, pues ya no se si estoy desvariando, o sigo en el tema. Pero continuando y acabando (o no). ¿Son nuestras creencias y principios tan solo meras excusas para justificar nuestros actos, o un baremo por el cual nos guiamos?.

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efe (no verificado)

Hace 19 años 7 meses

Comentario: Ante tu hábil pregunta de como somos realmente, creo que la respuesta es, que al final somos lo que la gente ve, por lo tanto, siendo la misma persona, cada uno opinara que somos según su percepción. (creo que no me he liado). Y al hilo de todo esto, un bonito refrán: "Lo importante no es serlo o no serlo, sino, no parecerlo"

Javier Albizu

Hace 19 años 7 meses

F, creo que solo hay un comentario con el que podría estar mas en desacuerdo que con los tuyos ..... Ah, no, perdona, que me he equivocado, no hay ninguno con el que coincida menos.

Mikel (no verificado)

Hace 19 años 7 meses

Sinceramente, creo que el tema no es como somos, sino como queremos ser. Creo que cada uno desde que comienza a tener uso de razón se marca un camino y es el que trata de seguir toda su vida, lo que pasa es que muchísimas veces, ese camino es muy muy complejo y tenemos que salirnos en un punto para volver a entrar en otro.

Javier Albizu

Hace 19 años 7 meses

Contestando a Mikel. Yo lo veo mas bien como una lucha a tres bandas entre instinto, lógica y emociones.
El instinto va a lo que va, o sea, lo que le apetece en el momento, sin pararse a pensar en consecuencias o riesgos. La lógica a va a aquello a lo que pueda sacar un mejor partido, analizando situaciones y calculando riesgos contra beneficios. Y las emociones unas veces tiran para un lado, y otras para otro. Unas veces son freno y otras acelerante, aunque generalmente tiran mas hacia el instinto, otras veces es el miedo a las consecuencias lo que controla a la lógica pura.

La cuestión seria encontrar un equilibrio entre las tres, el saber que es lo que haces, y saber porque lo haces. Hay veces en las que le das (doy) vueltas a la cabeza, sobre las autenticas razones por las que haces algo, pero finalmente esto acaba volviéndose en la búsqueda una justificación "moralmente aceptable" para hacer lo que realmente te apetece. Ahí es cuando entra el dilema, hacer eso, que sabes que esta bien, pero que lo harías por una razón que no es esa (por lo tanto, esta "mal"), o hacer lo que "sabes" que es lo correcto, a pesar de que no te apetece, y que no te va a aportar nada, salvo el tener la conciencia limpia (lo cual pocas veces sirve de alivio o consuelo).