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Tanto Barker como Stafford, como Crsoby (Hârn) son personas con las que me siento muy identificado. Una identificación que no debe tanto a que me gusten las ambientaciones que han creado (que también) como a entender la relación que mantuvieron con sus creaciones.

Por la misma, soy capaz de "perdonarles" ciertos elementos con los que quizás no llegue a conectar. Esto también me lleva a leer con otro punto de vista sus obras de ficción, ya que reconozco en ellos muchas cosas que trato de evitar cuando escribo (mientras que, a buen seguro, otro montón de "tics" propios se me escaparán)

He de reconocer que las dos novelas de Barker que leí el año pasado (Lords of Tsamra y Prince of Skulls) se me hicieron algo durillas. A su vez, también es cierto que, de las dos que leí seguidas, la segunda se me hizo más amena. No sé hasta qué punto esto fue así porque lo realmente lo fuese, o porque tras leer la primera yo había vuelto a conectar con Tékumel.
Recuerdo que cuando leí Flamesong el siglo pasado no se me atragantó tanto, pero entonces estaba muy a tope con la lectura de la ambientación, así que esto podría validar mi teoría.

Conozco la publicación que has compartido. Tanto es así que hay un par de comentarios míos :)
En uno de esos comentarios aparecía un enlace a esta misma entrada, así que estamos creando un bucle de enlace / comentario :)

La anécdota de Stafford la conozco. Si no recuerdo mal, aparecía en el primer volumen de Designers and Dragons.

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