Hace mucho tiempo.
Pero vamos, la tira de tiempo (cosa de doce años) comencé una campaña (léase campaña como sucesión de aventuras unidas para crear una historia más grande. No vaya a ser que los no versados en materia rolera crean que me metí en jaleos militares o, peor aún, publicitarios)
En los límites del universo. En el umbral que separa la entropía de la existencia, moran ellos. Su hogar se encuentra más allá de la vida, donde los conceptos pierden su forma y los axiomas su validez. Pocos son los que saben de su tarea y menos aún los que alguna vez han establecido contacto o comunicado con ellos, pues son criaturas atemporales, constructos exadimensionales incomprensibles para las mentes mortales que han nacido y moran bajo su creación.
Por Javier Albizu, 30 Junio, 2009
Pamplona.
Navidades del noventa y uno (del siglo pasado)
Un tipo diciendo venir en representación de no se que regentes de alguna potencia petrolífera nos obsequia con un avatar de la deidad de la ludiscéncia (que ya se que el palabro no existe, pero como esas entidades que supuestamente nos lo entregaban tampoco existen...)
Si cuando declaré mi amor eterno hacia Sega, ya sabía yo lo que me hacía.
Por Javier Albizu, 13 Mayo, 2009
Día: Entre uno y el siguiente.
Hora: Tarde (muy tarde)
Lugar: Mundo “real”

Javi trataba de dormir. No sabía cuanto tiempo tenía antes de que llegase Sandra pero, entre la curda que parecía llevar encima, y que nunca había estado en su casa, estaba convencido de aún le quedaría un rato largo.
Aún así, por si acaso, no se atrevía a dormir profundamente.
- Como si dormir profundamente fuese una elección – sonrió resignado mientras se decía esto mentalmente – Trataremos de dormir sin más.

Esta semana pasada, leyendo el blog de SuperSantiEgo, descubrí una cosa que, sería la mar de interesante, de ser yo otro tipo de persona: SoopBook.

Y ¿Qué es SoopBook?
Pues, amigos míos, nos encontramos ante una red social de, por y para creadores literarios.
¡Que resuenen las fanfarrias!

Por Javier Albizu, 29 Marzo, 2009
Ya os comentaba, en alguna de las anteriores entradas, que el cambio de generación binaria no significó, implícitamente, un salto cualitativo en lo que a la experiencia lúdica se refería.
Así como recuerdo montones de juegos para las plataformas de 8 bits, con los que me lo pasé en grande jugando, apenas recuerdos media docena a los que jugase en el Atari más de una partida. Es más, para más INRI, dos de estos juegos ya los había jugado en su versión de Commodore: Airborne Ranger y Pirates.
Decir que el Frikcionario estaba vivo sería, aparte de un eufemismo, una estupidez y una mentira de las que es harto difícil que cuele (¡Como un huevo Kinder, tres en uno!)
¿Que, qué es (ha sido, fue y/o/u será) el Frikcionario?

Pues fue mi intentona (fallida) de hacer un blog tematico sobre mis aficiones.
El frikcionario nació hace ya tres años pero, como si se hubiese quedado atrapado en alguno de esos caos cronales chungos de Morrison (Jim no, Grant) nunca llegó a crecer o prosperar.

Por Javier Albizu, 4 Febrero, 2009
Día: El que sea.
Hora: La que os apetezca.
Lugar: Microverso.

- Bienvenido al Burger Prince – Javi comenzó con el saludo en modo automático – donde el cliente es…
- Hola – el extraño le interrumpió. No parecía estar de humor para aguantar la perorata publicitaria. Es más, no parecía encontrarse en muy buen estado – Déjate de marketing y vamos al asunto. No se cuanto duraré por aquí.
- El asunto… ¿Tenemos algo pendiente usted y yo?
- Deja el numerito. Te acaban de decir quien soy.

Por Javier Albizu, 12 Enero, 2009
Los tiempos cambiaban, y nos teníamos que adaptar a ellos.
Tampoco es que aquello representase ningún trauma. Los nuevos tiempos (o al menos los gráficos que los acompañaban) molaban bastante. El cambio a la nueva década y las horas de diversión que se nos auguraban, parecían algo de lo más prometedor.
Pero algo falló. No se exactamente lo que fue lo que pasó pero, en lo que a mi respecta, la cosa fue a menos. La tecnología iba a más, pero no así la diversión.
He visto el fin de todas las cosas.
La muerte de el ultimo ser vivo. La desaparición del destructor.
He visto que había mas allá de ese momento.
Y he visto la nada.
Pero ¿Cómo se puede contemplar la no existencia?.
La han descrito como la total oscuridad, o como una blancura de brillo cegador.
Pero todos se equivocan, pues la nada carece de color, carece de cualquier característica que pueda ser definida.
La nada no es silencio, no es sonido.
Su contacto no es gélido, no es abrasador. Es una aterradora falta de sensaciones.