Tékumel V: Sobre Barker

Por Javier Albizu, 22 Enero, 2023
En marzo del dos mil veintidós saltaba la bomba1. Una que destruía por completo la imagen que tenía del señor M.A.R. Barker. Salía a la luz su participación en varias obras2 que no habían aparecido con anterioridad asociadas a su pluma.

Por un lado tenemos “Serpent's Walk”, una novela de ficción futurista que salió allá por el noventa y uno, y que había publicado bajo el pseudónimo de “Randolph D. Calverhall”.
Por otro, se hacía publica su participación en el “The Journal of Historical Review” entre el ochenta y nueve y dos mil dos como asesor editorial.

En lo referente a la novela, más allá de (o precisamente por) haber sido publicada por una editorial con una relación explícita con el “supremacismo blanco” y el movimiento neonazi (National Vanguard Books), se narraban las aventuras de un grupo de descendientes de soldados de las SS, los “buenos”, que trataban de conquistar los EEUU haciendo las veces de “resistencia” de este futuro.

Por su parte, “The Journal of Historical Review” era un panfleto de negacionistas del holocausto donde (supongo, ya que no he leído ninguna de estas dos obras), se dedicaban a, como indicaba su propio nombre, tratar de “revisar la historia”.

Obviamente, esto me dejó las neuronas y el estómago un poco revueltas. Durante días leí los artículos que fueron saliendo. Leí los comentarios de la gente buscando cualquier detalle al que poder agarrarse para contextualizar, racionalizar o justificar la existencia de la novela (seguro que era bromi, que el señor era un tanto troll, decían algunos), ignorando por completo lo segundo. Leyendo y pensando acerca de cómo me afectaba este descubrimiento.

Porque esta nueva información cambiaba por completo mi relación afectiva con el autor (que no es lo de menos) pero... ¿qué pasaba con mi relación con su obra y el legado que esta ha generado y continuará creando?

Cualquiera que haya leído un mínimo de lo que he escrito acerca de mi aproximación a los juegos de rol sabrá, no solo que Tékumel es un mundo de juego que me resulta muy querido, sino que sentía una cierta afinidad con Barker (de la misma manera que la sentía con Stafford, Crosby o Amthor, y que continúo teniendo con Sechi, Teves, los Leker y Coleman). Era un referente. El nivel de su obra era algo a lo que aspiraba a poder acercarme (aunque más en cuanto al nivel de detalle de la ambientación que a sus cualidades literarias). Fue precisamente la muerte de Barker la que me llevó a retomar la re-escritura de “La Campaña”3 casi como un “homenaje hacia él”.

Por otro lado, y por más que este segundo intento no prosperase, esto no quiere decir que haya dado ese proyecto por muerto. En algún momento volveré a él pero, después de esto, ¿cambiará algo la posición o relevancia que tenía Tékumel en ella?

En fin. Vayamos por partes.

Como acabo de comentar, Tékumel me sigue pareciendo una obra colosal. Algo a lo que aspirar en muchos sentidos. Algo más grande que su autor. No me arrepiento de haberlo comprado ni de haberlo leído. No me arrepiento de haber hecho proselitismo acerca de él. Lo que sí que me genera una cierta inquietud es el uso se le pudo dar a una parte del dinero que he aportado directa o indirectamente. ya sea comprando esos libros. o animando a otros a que los compren. Qué he ayudado a financiar sin ser consciente de ello.

Sin duda me siento traicionado, pero nada de lo que hice tiene marcha atrás. No tengo intención de prender fuego a estos libros, de borrar lo que he escrito a su alrededor, o de ignorar su existencia. Porque eso no “deshará” nada de lo ya hecho. Porque la hemeroteca es necesaria para que no nos veamos tentados a rescribir la realidad de acuerdo a nuestra visión actual.

Supongo que una parte de la gente que forma la Fundación Tékumel4 también lo habrá pasado bastante mal (aunque eso no justifica que retrasasen hacer pública esta información hasta que ya fue liberada por otros). Por otro lado, y aunque, como ellos mismos dicen “The mission of the Tékumel Foundation is to preserve and promote the World of Tekumel as the creative legacy of Prof. Barker.”, es la Fundación Témukel, no la Fundación M.A.R. Barker. Aunque, claro, ahí tenemos como miembros de la junta a su viuda y gente que llevaba jugando con él desde los ochenta. Un grupo de personas que, a buen seguro, más de una sabría de lo que se cocía por detrás desde hace mucho.

A la pregunta que hacía antes de si esto cambiará la presencia de Tékumel en “La Campaña” sí / cuando la retome, obviamente la respuesta es que sí, aunque aún no soy capaz de determinar qué alcance o enfoque pueden llegar a tener estos cambios.

Porque, aquí estamos, casi un año después de que esto salga a la luz.
Aquí sigo, y continúo sin saber del todo cómo terminar de encajar todo esto dentro de mi relato personal.

Enlaces:

1. Megatones
- Advanced Designers & Dragons #63: The Fall of Tékumel
- Shock and Betrayal
- Saving Tékumel from M.A.R. Barker
- Aftermath
- About Tékumel en Tékumel.com
- M. A. R. Barker en Wikipedia

2. Las obras
- Serpent's Walk
- The Journal of Historical Review
- The Journal of Historical Review en Wikipedia

3. La Campaña

4. Tékumel Foundation
- La fundación
- Y el comunicado

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Es, realmente, una pena. Yo recuerdo que de las primeras cosas que encontré en internet sobre rol fueron unos hechizos del mundo de Tékumel adaptados a RuneQuest. Estamos hablando de 1995. Con el paso de los años fui leyendo más y más cosas y hasta el 2011 no me leí el juego de rol publicado en aquel entonces por Guardians of Order (ver http://frikoteca.blogspot.com/2012/03/mar-barker-y-tekumel.html).

Creo sinceramente que se debe separar al autor de la obra, pero también que debe de hacerse de forma crítica. Es decir, sabiendo que Lovecraft era bastante racista y clasista, tener eso en cuenta cuando se lea el modo en el que personas no caucásicas aparecen en sus obras o, en el caso de Barker, tener cuidado con las posibles referencias nazis. ¿Que es una putada tener que hacer esto? Bien, pues es una putada, pero las obras al final surgen de las cabezas de sus autores y son parte de ellos. Podemos hacer la separación, pero no la separación completa.

Diferencio entre obra y artista, pero el problema que yo veo es saber qué se va a hacer con el dinero que das a los gestores de esas obras. Qué estas ayudando a financiar.

Por otro lado, no es cuestión de poner la marca a la gente y asunto cerrado. La gente cambia con el tiempo. Todos tomamos decisiones cuestionables en un momento dado. Es cuestión de ver tendencias y no condenar al ostracismo a una persona por un error.

Así pues, mi relación con Tékumel como producto (que no como obra) está en una situación delicada, porque no sé de qué pie cojean sus actuales gestores, y su actuación en este asunto no me ha gustado nada.

En cuanto a la ideología detrás de la obra, en el caso de Tékumel el tema de un posible nazismo subyacente es lo de menos en un lugar dominado por teocracias, con una estratificación social tan hardcore, y donde los sacrificios humanos son cosa habituales en el día a día.

Sí, lo de apoyar la obra de autores vivos (o sus herederos) con actitudes vitales con las que no estamos de acuerdo es peliagudo. Lo de votar con la cartera, en definitiva.

A mí me pasa un poco con Alexander Macris, el de Autarch. Que al parecer ha sido asesor de un conocido personaje de la alt-right estadounidense. A mí me gustan mucho sus obras, no veo ningún problema en lo que escribe y si el señor es de derechas, pues la verdad es que sí, lo será, pero me parece bastante discreto en sus apreciaciones. Es que con la gente de derechas también hay que convivir (espero que ellos piensen lo mismo de rojos peligrosos como yo, aunque la historia nos diga lo contrario).

Yo ceno todos los fines de semanas con un par de amigos cuyas ideas políticas, en su gran mayoría, son casi opuestas a las mías.

Si bien es cierto que hay ciertos temas que tengo claro que es mejor no sacar a colación, y que muchas veces me limito a escuchar sin responder, porque ya sé cómo va a terminar la conversación, creo que ambos son buenas personas (por más equivocados que crea que puedan estar en ciertos temas)

Pero, como con todo, el punto en el que ponemos la frontera que separa unas cosas de las otras no es algo inmutable. A esta gente le acepto comentarios que, seguramente, me harían retirarle la palabra a un recién conocido.

Porque, a fin de cuenta, todos tenemos nuestros sesgos, nuestra pedrada, y cada uno es libre de pensar lo que quiera.
Por la misma, tengo claro que, al final del día, lo más probable es que todos nos equivoquemos en una gran parte de nuestras creencias y certidumbres, así que el apego que tenemos por ellas debe estar sometido a un escrutinio constante.