El advenimiento del RETROVERSO II

Hay que ver lo vagos que estamos este verano (y por estamos me refiero a mi, ya clásico, “Nos” mayestático, aunque si alguien se siente aludido… no tengo problema en compartir mi vagancia)

Para aquellos que aún esperaban esta continuación, habíamos dejado nuestro apasionante relato en el momento que finalizaba el homenaje realizado al Commodore (Ya sabéis, muchos aleluyas, cánticos y blablabla...)
La cosa podría haber seguido con el resto de ordenadores de 8 bits, pero no, eso será en la siguiente ocasión. Aquel primer sábado híbrido tenía que ser dedicado sobre todo a los más grandes, y después del C64 la maquina de ludear más grande que ha creado la industria del entretenimiento no es otra que la Sega Master System. Había llegado el momento de conectar las consolas.

De nuevo, gracias al museo de los 8 bits, había encontrado documentación para hacerme un cable que me ahorrase la necesidad de tener que sintonizar en la tele la consola (la Master System I, porque la II no tiene salida de video compuesto) así que, a falta del Zillion (el juego al que más horas recuerdo haber dedicado en su momento en ella) optamos por el Sonic como juego de “inauguración” (que tampoco es algo que desmerezca las capacidades de la maquina)
El hombre contra la tecnología... el puercoespín contra el genio del mal. La supervivencia del más rápido, del más apto... del que recolecta más monedas. ¿Hay acaso una analogía, cuya perfecta simetría sea más sobrecogedora?
Después de esto, unas partidas a dobles al Speedball II. Un juego para HOMBRES. Testosterona, balones (o pelotas, como se prefiera) cibernética, y violencia gratuita. El deporte definitivo que el porvenir cifiero nos depara (no como esa mariconada del Rollerball) la máxima representación del futuro ochentero (por algo seria publicado en el noventa) ¡Y COMPARTIENDO NOMBRE CON UN SUPERHÉROE! (bueno, y con una droga) ¿Que hacéis que aún no tenéis una copia de ese juego?
Terminaríamos con un juego para todas las edades, sexos y entes conscientes: El Alex Kid. Despertando el niño que hay en nosotros y recordándonos que hay bytes más allá de la muerte y violencia indiscriminada.

Tras la hecatombe a la Master System, realizamos un pequeño homenaje a la NES (que uno será de Sega, pero reconoce que sin el Súper Mario Bros, quizás Sonic habría tardado más en llegar) Así que le dimos una oportunidad a nuestro amigo el fontanero… y poco más (entro otras cosas porque pocos más juegos tengo para esa consola)

Tras esta pequeña interferencia de los juegos para ¡NENAZAS! de todo tipo, daríamos por finalizada la sección nostálgica de los 8 bits, y pasaríamos a mayores. O lo que es lo mismo: La Mega Drive. Volvían los juegos para ¡HOMBRES!

Más testosterona, más torsos musculosos, más símbolos fálicos por doquier. No, no era una película de gladiadores, era el Goleen Axe, a quien seguirían el Altered Beast y Mortal Kombat. El Sword of Sodan no llegue a ponerlo porque, tendrá una carátula muy chula (y viril) pero era malo como el solo.

Tras tratar de detener las maquinaciones de diversos brujos, demonios, emperadores extraplanares y entes ultraterrenos de mal vivir. Había llegado el momento del descanso del guerrero… pero sin olvidar que somos ¡HOMBRES! (que, hace ya un tiempo, fueron niños)

Así que nos sentamos en los sofás y procedimos a la revisión de los clásicos televisivos de nuestra infancia (más clásicos que los que habíamos visto antes)
Empezamos con los dos primeros episodios de Speed Racer, o Meteoro como se conoció por estas tierras (serie que nunca llegue a ver en televisión, y que sólo reconocía por las referencias que a ella se hacen en películas americanas) y continuaríamos con varios capítulos de Los Herculoides.
La crítica para ambas series fue unánime: No es aconsejable verlas sólo y, pese a sus gruñidos, aquellos más jóvenes que nosotros también las pueden llegar a encontrar divertidas (siempre que no esperen ver nada con un mínimo de coherencia)

Como aún rugían en nuestros estómagos los restos de la comida, optamos por no cenar y continuamos con los visionados. En esta ocasión no se trataba de algo retro en edad, sino en espíritu: Los dos primeros OVAS de MAZINKAISER (arrodillaos, pues no sois dignos de contemplar su grandeza)
Para terminar con una obra cuya perfección técnica no ha podido ser aún superada. Una joya atemporal. El máximo exponente de ese arte llamado cine: MAZINGER Z CONTRA EL GENERAL NEGRO. Y si no sabéis de qué os estoy hablando, es que sois unos bárbaros sin cultura alguna (y tendréis que pasaros por el Frikcionario cuando escriba sobre ella)

Tras el éxtasis que sobrevino tras el visionado de esta descomunal obra de arte, casi todos los asistentes abandonaron el Domo Arcaico. Debían meditar en como encaminar sus vidas tras la iluminación que acababa de llegar hasta ellas.
Sólo quedamos el Gran Tecnarca y yo. Nuestra tarea era cerrar el círculo que se había comenzado a crear horas antes.
Con devoción volvimos a conectar el Commodore, y cargamos una de sus obras magnas: El Archon (que grande era Electronic Arts cuando hacía juegos de verdad. Juegos que hacían honor al nombre de la compañía)

Tras la cruenta lucha de la luz contra la oscuridad, charlamos sobre el camino que había seguido la electrónica lúdica desde que se creasen aquellas magnas obras, antes de retirarnos nosotros también, exhaustos, pero felices.

Se que habrá aquellos a quienes no les dirán nada los nombres que he mencionado en estas dos entradas. Personas que no han tenido la fortuna de vivir la época de esplendor de la electrónica jueguil.
No os preocupéis, pronto (es un decir) se os hablará con más detenimiento de cada uno de esos nombres… pero eso será en otro lugar… en el Frikcionario (con la regularidad anárquica a la que os tengo acostumbrados)

El RETROVERSO aún no ha llegado. Pero se acerca…

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