Biografía daegonita XXXXXV: Cabos sueltos II - I

Por Javier Albizu, 25 Noviembre, 2020
Dramatis personae.
Porque nada empieza y nada termina. Porque todo continúa... y algunas cosas se olvidan.

En el resumen de aquellos días escribía “Reaparición de Dieter Reyfern tras la tercera guerra de los dioses.” (La tercera guerra de los dioses, aka “La Gran Campaña”).

Pues, muy bien. Pues, estupendo. Pues… no recuerdo qué hacía aquel tipo durante aquella epopeya cósmica. He revisado la novela que comencé a escribir, he revisado todos los textos que tengo publicados en la web, y ese nombre no aparece por ningún lado. Pero, en aquel momento, me pareció lo suficientemente relevante como para apuntar este dato.
Claro está, dado que aquel resumen lo escribí mientras aún estaba con la novelización de “mi Señor de los anillos personal”, supongo que entonces tendría muy claro con quién se había cruzado, en qué momento iba a aparecer, cuál era su drama, y qué papel había desempeñado dentro de la trama global pero, a día de hoy, todo eso es una gran incógnita.
A ver qué hago con él cuando retome la escritura de esa novela en dos o tres siglos.

Lo que sí que recuerdo (o creo recordar) es qué papel representaba en el momento de aquel re-encuentro. Reyfern era el líder de “Los Exiliados”; una compañía de mercenarios que había acudido hasta Dugental porque se avecinaba gresca. Había una ciudad que reconquistar.
Dentro del aquel grupo multicultural, los jugadores se encontraban también a Tadanobu Sinichi. Un tipo cuya historia era todo un culebrón. Un trasfondo que venía de aún más atrás que “La Gran Campaña”.
Sinichi era el bisabuelo reencarnado de Tadanobu Surinai1. Un samurai caído en desgracia que, sin saber por qué, se reencarnaba una y otra vez conservando intactos sus recuerdos. Alguien que creía que si tenía una muerte honorable rompería con aquella maldición (espoiler, no era así). Quien había hecho caer en desgracia a todo su clan, provocando la cascada de sucesos que llevaron a Surinai a abandonar la isla.
Más sobre esto en un tiempo.

Aquel pintoresco grupo de alegres espadas de alquiler, más allá de otros personajes peculiares que tenía pensado ir creando y presentando con el tiempo, se completaba con Awen, una huérfana a la que Reyfern había rescatado y convertido en su ahijada / protegida, Mugrosh Gáradec; un tarnaq “tullido” a quien habían cegado dos de sus ojos y Danásys; la haeg de la que Mugrosh se había enamorado (una relación prohibida en su cultura de dominadores y dominados), y la razón por la que había sido mutilado y exiliado.
Porque tenemos que inventarnos drama.

Dentro del elenco de curiosos que se acercaron por aquel lugar, también se produjo la reaparición de otro par de personajes que ya conocían los jugadores; Leiten Ardsmore y Kylburn. Porque… ¿por qué no?. Uno era un mercenario y el otro se dedicaba a perseguir a los “ailanu descarriados”.

Al llegar, los jugadores también conocían a Thanan Labek, el militar que estaba coordinando los intentos por recuperar la ciudad.

Por último, aunque no por ello menos importante, los jugadores conocían a… ¡La súper tecno-fortaleza aérea de los ailán! (figuras articuladas no incluidas)

Recapitulemos2(sí, volvemos de nuevo hasta “La Gran Campaña”):
Según el antiguo canon, los ailán (descendientes híbridos de los ailanu), habían sido exiliados por los dioses hasta una isla remota. Un lugar que, inspirado por la versión post-crisis de la Isla Paraíso de Wonder Woman que llevó a cabo George Pérez, estaba situado “bajo” una grieta que daba acceso a Namak; el plano de los kurbun.
Durante “La Gran Guerra”, y al igual que había sucedido con los ailanu de Rayhosha, los dioses habían permitido volver a los ailan hasta el continente a cambio de su colaboración en el conflicto.

Ahora toca la misma pregunta que en el caso de Rayhosha: ¿Qué pintaban allí aquellos tipos en un escenario... “post-dioses”?
Efectivamente. Lavadora. Improvisa, improvisa, que seguro que algo queda.

¿Puedo dar una explicación coherente a día de hoy?
Por supuesto.
¿La tenía entonces?
… creo que …¿sí?
Pero no estoy demasiado seguro.

Veo también que, una vez hechas las presentaciones, la cosa comienza con “Swooper muere en la torre de Kruanor.”. Alegría. Otra cosa que no recuerdo.
Sí que recuerdo qué había en la torre de Kruanor / Arcanus. Qué pudo causar su muerte. Pero no recuerdo a qué fue allí. Si fue alguna misión que le asigné yo, o si fue una decisión del jugador. Lo que sí que sé es que aquel fue el último personaje jugador que murió en una de mis partidas, y que este fue sustituido por un elaen (antiguos troll) que, tiempo después, se descubriría que era un hijo del pacto.

En fin, ya tenemos presentado el escenario. Pongamos en movimiento las fichas.

Enlaces:

1. Biografía daegonita XXII: Cabos sueltos I

2. Biografía daegonita XX: El Juego de los inmortales III

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