Mundo binario

Que sí, que vale. Que hay muchos colorines en el mundo y una muy alta concentración de grises, tonalidades y degradados. Pero al final, cuando toca decidir, en el momento anterior a pasar a la acción, solo hay dos opciones: Sí o no.
Así de sencillo. Las decisiones son en blanco y negro. El “casi” es un claro “No”, lo mismo que el “Igual” o el “Es posible”. Hay ámbitos en los que un “no” es un éxito, otros en los que lo es un “sí” y otras, muchas otras, en las que ninguna de las dos nos merece la pena.
Pero hay que elegir, no queda otra elección.
Cada paso de nuestra vida consiste en eso. Una adquisición y valoración de factores para dar, o no, un paso concreto. Para elegir entre esos dos valores, tomar o descartar una elección y avanzar hasta la siguiente encrucijada. Confiando en haber elegido el correcto de esos dos caminos, antes de abalanzarte sobre los siguientes. Esperando haber aprendido de tu elección y sus consecuencias.
Hay momentos en los que ni siquiera somos conscientes de cuales son las opciones, de que pregunta es a la que estamos respondiendo. Momentos en los que la cantidad de posibilidades parece abrumadora o, simplemente, no nos finamos lo suficiente como para poder verlas. Pero no nos engañemos, todo se reduce siempre a lo mismo. Elegir entre dos opciones.
Podremos matizarlas todo lo que queramos. Podremos reformular las preguntas o meditar las respuestas durante todo el tiempo que queramos. Pero por muchas probabilidades que se nos presenten, por muchas rutas que tengamos delante, sólo podremos tomar una en esta ocasión.
A todas las situaciones se les puede aplicar el reduccionismo a lo bestia.

Y ¿Sabéis que os digo?
Que me alegro de que sea así. El universo quizás no sea nuestro enemigo, pero la verdad es que hay momentos en los que parece que nos tiene cierto paquete. Por mucho que lo intentemos, deseemos o necesitemos, nunca podremos controlar sus acciones o reacciones. Así que lo que nos queda es el asumir la autoría de lo único de lo que realmente nos pertenece, de lo único de lo que no nos pueden arrebatar.
Pueden amenazarnos o engañarnos, pueden ocultarnos información o presionarnos. Pero la decisión de buscar más información antes de dar el paso, la decisión del momento y la acción, del cuando y el como, es siempre nuestra. Eso es algo que no nos pueden quitar. Es algo con lo que tenemos que vivir, pese a que en muchas ocasiones prefiriésemos entregar ese control a los demás. Renunciar a la vinculación a la que nos obligan nuestras decisiones y decir “Es culpa suya” mientras señalas a otro con el dedo.
La elección de aprender de nuestros errores (y de los de los demás) o engañarnos con excusas sólo nos pertenece a nosotros.

No se trata de como comienzas, sino de como acabas.
No se trata de donde eres, sino de donde te encuentras.
No se trata de donde estas, se trata de hacia donde te diriges.
No se trata de lo que has hecho, se trata de lo que estas haciendo ahora.
A todos nos derriban.
Todos nos caemos
¿Cuánto vas a tardar en volver a ponerte de pie?
¿Como te levantaras?

Esto se lo he copiado a The Hours de su canción Ali in the jungle, pero me parece todo perfectamente valido para lo que estoy diciendo.

Aprendemos a base de cagarla. A base de caernos y volvernos a levantar. Aprendemos a base de darnos de hostias contra la realidad. Habrá momentos en los que la realidad será más dura que nosotros, así que tendremos que ser más listos que ella. Saber cuando podemos enfrentarnos a ella y cuando debemos esperar, o simplemente desistir y buscar otros objetivos.
Habrá momentos en los que el universo nos de una paliza.
Pero sólo depende de nosotros el quedarnos en el suelo lloriqueando o el levantarnos y decir “Vale, por ahora ganas tú… pero me quedo con tu cara. Esto no acaba aquí. Esto terminará cuando yo lo diga”

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.

Tosko (no verificado)

Hace 16 años 8 meses

La vida es la única asignatura en la que primero te ponen el examen y luego aprendes la lección.