Porque los recuerdos no solo evocan imágenes y sonidos, sino también sensaciones, y nos dicen, sin palabras lo que hemos cambiado a lo largo del tiempo, no tanto físicamente, sino en materia de gustos.
¿Evolución o involución?
Poseso, esta claro que con el paso del tiempo, nuestros gustos cambian y, cosas que antes nos parecían cojonudas, ahora nos dan vergüenza ajena (como demostración de esto, ir a cualquiera de esos chinos que te ponen el “cumpleaños feliz” de parchís, cuando algún “amigo” de la víctima los ha puesto sobre aviso).
Porque venga, ahora decidme que de críos nos os molaban las canciones de parchís y regaliz, los pajaritos de Maria Jesus y su acordeón, o el programa de Teresa Rabal.
Yo de crío me vi en el cine la película de “Las aventuras de Enrique y Ana”, y recuerdo que me lo pase bomba, la de Zipi y Zape quizás ya me pillo mas de mayor, o igual es porque yo era mas los comics (que narices comics, tebeos, que es lo que han sido toda la vida) de Mortadelo y Filemon (menudas discusiones con mis hermanos sobre cual de los dos tebeos era mejor), y ya iba con predisposición a que no me gustara. Si de crío me hubieran dicho que a día de hoy iba a estar escuchando lo que escucho, vamos, que me hubiera dado un ataque de risa. Ya lo estoy viendo:
- Hola Javi, soy tu yo del futuro. Solo vengo a decirte que de mayor vas a escuchar esta música
Nota: No se si es posible que de crío me pudiera creer que alguien viniera del futuro, pero esto es una reconstrucción chorra, así que lo dejaremos pasar
Otra nota: No tengo ni la mas remota idea de como hablaba en aquella época, así que haré una transposición de mis “posibles” pensamientos, y los transmitiré con el lenguaje que utilizo en la actualidad, vosotros imaginaros mi voz, pero un poco mas aguda).
Otra nota mas: ¿Que cojones hago justificando todo esto, si es obvio que de por si no tiene ningún sentido)
- A ver.
Le pongo los auriculares de mi minidisc, y supongo que se quedaría flipado (o no) con el invento (me refiero a los auriculares de botón). Le doy al play y suena ....... por ejemplo Third Eye de Tool.
- ¿Pero que dices tío. ¿De mayor me vuelvo gilipollas o algo así?.
- La verdad ... es que ... un poco si.
Bueno, ya vale, volvamos al tema. A pesar de que una gran parte de los recuerdos (sobre todo de cosas que hemos visto u oído) se revelan como mentiras para nuestros “yoes” de hoy, siempre queda ese pequeño reducto, esas pequeñas parcelas de recuerdo que, quizás porque nos marcaron de una manera mas especial, quizás por el momento en el que nos toco vivirlas, revisitándolas a día de hoy, a pesar de que nuestros gustos han cambiado, y objetivamente (objetividad personal, no universal) las consideramos “malas”, aun nos “gustan”. Bueno, no es que nos gusten, sino que somos abducidos por la nostalgia. En cambio otras, de las que quizás guardábamos un recuerdo mas agradable resultan totalmente decepcionantes.
Pondré ahora un ejemplo de mi caso en particular (por supuesto, con series de dibujos animados, que para algo uno es un friki):
Mazinger Z, que buena era esa serie, como me lo pasaba con aquel robotijo de movilidad tan reducida. Recuerdo que, incluso una vez en el pueblo de mi padre, estaba solo en casa de mi abuela viéndola, cuando la tele comenzó a echar humo. Y recuerdo perfectamente mi orden de prioridades en aquel momento.
Primero: ¡Alarma! Me voy a quedar sin acabar de ver el capitulo.
Segundo: Que bronca me voy a comer sin haber hecho nada.
Tercero: Mi abuela se ha quedado sin tele.
¿Que queréis, tíos?, Solo era un crío.
Bueno, retomando el tema. La cosa es que años después (la verdad es que bastantes), logre encontrar y comprar ¡una cinta de vídeo con los dos primeros capítulos! (ah, que tiempos aquellos, que dura era la vida del friki nostalgico. Dios vendiga al Emule (¿dios?, ¿he dicho yo dios?, y encima con mayusculas. Me cago en las expresiones hechas de los pueblos catolicos). No veáis que emoción, que redoble de tambores mental, cuando la puse en casa de mis padres aquel domingo por la mañana, después de estar toda la noche del sábado jugando al señor de los anillos (mi hobbit con puños como mazas moria de una manera totalmente arbitraria, mientras en el sofa, Antonio recitaba los dialogos de "Los Inmortales"). Y que risas las de todos, y que comentario unánime:
¿Como nos podía gustar esto?.
Poseso, como me podía gustar aquella cosa tan mala, y como puede ser que, sabiendo lo mala que es, me siga gustando?.
Misterios insondables de la mente humana.
Si, recuerdo esa noche... Juro que me gustaría olvidarla, pero recuerdo cuando pusistes Mazinger Z (¡¡¡Que bien volver a ver esa serie que nos gustaba de pequeños!!!) y todos acabamos alabando los "críticos" en inteligencia que decían los personajes (sobre todo el malvado barón nomeacuerdocomosellamabaperomerecuerdaadoscaras). Por cierto, para los frikis, sabed que en el emule están Vickie el vikingo y Los caballeros del Zodíaco (por poner dos series de dibujos que nos maravillaban? de pequeños y adolescentes)