Hemos terminado con los interludios.
Toca ir a por lo magro. Empezar con la recolección de todo lo que hemos sembrado durante el primer capítulo.
Todo bien, ¿no?
Pues no. Con el comienzo del segundo bloque la cosa empezó a desmoronarse. Veo que los correos de actualización se hacen menos frecuentes. Pero ese no es el único problema. Entre marzo y junio apenas llego a escribir siete páginas. Entre junio y diciembre no logro terminar otras diez.