“A la mierda” era una expresión un tanto exagerada, pero la frustración y la impotencia impedían a Björn y los suyos analizar la situación con objetividad.
Cinco años pasados en el planeta al que los más optimistas bautizasen como “Nuevo Yggdrasail”, los escépticos como “J34B223R” y los desencantados como “Punto de paso Cincuenta y siete”.