De proyectos, monstruos, retos y números

Por Javier Albizu, 25 Noviembre, 2014
Funciono a base de impulsos De impulsos retos y obligaciones autoimpuestas.
Si alguna vez he conseguido terminar un texto largo, ha sido a base de pura cabezonería y de ponerme en modo “visión de túnel” para no ver lo que me rodea y centrarme en lo que (creo que) me espera al final del camino (sí, curiosamente la visión de túnel no sólo me hace perder la visión periférica, sino que también me anula la visión de lo que tengo justo frente a mi).
Si no hay obligación, si no hay un “no hay huevos” de alguna de mis voces interiores, rara vez logro terminar nada.
Y tengo muchas cosas por terminar.

Todo esto viene a cuenta del Mes_Nacional_de_la_escritura_de_novelas (o lo que es lo mismo y en “guiri”, el “National Novel Writing Month”) de cuya existencia he sabido recientemente. El NaNoWriMo.
Resumiendo: Se trata de escribir cincuenta mil palabras (según sus mediciones, una novela de ciento setenta y cinco páginas) en un mes. Ciertamente todo un reto. Y me ha tentado, vaya si me ha tentado.

Probablemente, de haberlo conocido con algo más de tiempo (supe de su existencia poco días antes de que comenzase el susodicho mes) habría participado porque, como comentaba hace un momento, tengo muchas historias comenzadas a la espera de una finalización.
Para puntualizar un poco el párrafo anterior, añadiré; de haber tenido alguna de mis historias largas algo más trabajadas, de no estar ya embarcado en otros retos personales, o de haber logrado que algún conocido se animase a realizar también el reto, me habría puesto a ello (o, al menos lo habría comenzado)
Por suerte nadie se animó y la tentación se fue diluyendo tranquilamente según se acercaba la fecha de comienzo. Aún así, tanteé y les di alguna vuelta que otra a un par mis viejas historias: Arcanus y El último vuelo de la Atlantis.
Se me calentó una parte de la cabeza y me dije ¿por qué no?. Venga, vamos a ello. Pero, por fortuna (o quizás no), el resto de mi cabeza le dio un collejazo a ese cacho y decidí replantearme el asunto.
Porque, al final, siempre llegaba a la misma pregunta. Al final siempre llegaba al “¿Para qué?”.
¿Bala esquivada u oportunidad perdida?
No lo sé. Creo que la primera, pero mi parte autoflagelante no lo tiene tan claro.
¿Sería capaz de lograrlo?
Creo que sí, porque este no es el primer reto del estilo que me pongo pero no siento la necesidad de escribir una novela para colgarme una medalla. Pese a mi más que demostrada ineptitud narrativa, quiero hacer las cosas bien y este reto no va da eso.
Lo que quiero es contar historias. Historias que me gusten y me importen. Historias meditadas y terminadas antes de escribir la primera palabra (aunque luego siempre haya algún cambio mientras las escribo), historias que me ayuden a localizar a otros con unos gustos similares a los mios, o que logren atraer a esas personas hasta aquí.

Diré también que no soy una persona competitiva, pero sí que me gusta lanzarme retos personales bajo excusas igualmente personales y tanto o más estúpidas que este mismo NaNoNiaNo. Hacer un pacto conmigo mismo y obligarme a cumplirlo.
Lo he hecho con anterioridad, lo hago en estos momentos y, estoy convencido, lo seguiré haciendo en el futuro, aunque no siempre haya salido triunfante de ellos.

En diversas ocasiones me he auto lanzado retos de escritura. Me parece una buena herramienta y una estupenda metodología para alcanzar un objetivo (siempre que tengas un objetivo claro en mente).
Si no me falla la memoria, el primero con el que decidí probar mi capacidad y constancia escritora fue durante el periodo de vida de la primera lista de correo que creé para Daegon, durante los estertores finales del siglo pasado, en la ya difunta OneList (ahora Yahoogroups)
Allá por el dos mil, cosa de un año después de haberla creado y, ante el nulo tráfico e interés que veía entre los subscriptores, envié este correo (lo dejo tal cual, con sus faltas de ortografía y sus saltos de línea adaptados a la resolución de mi pantalla de entonces):

De "Javier Albizu"
Asunto [daegon] Encuesta
A daegon@onelist.com
19/03/00 15:24

Saludos gente.
Visto lo que se mueve esta lista, he tomado la decision
de moverla yo un poco.
He decidido que seais vosotros los que decidais lo que
voy a escribir. Me explico.
Soy muy vago a la hora de ponerme a escribir (los que
me conoceis ya lo sabeis :)), y auunque tengo en la cabeza
todas las historias de Daegon, comienzo a escribirlas, pero
acabo dejandolas todas a medias.
Pero como tambien sabreis aquellos que me conoceis
soy una persona que cumple aquellas cosas a las que se
compromete. Asi que me comprometo ante vosotros a
escribir al menos unos parrafos al dia, y mandarlos a la lista
para que los comenteis y critiqueis, de aquello que quiera
la mayoria. Y ahora vienen unas cuantas sugerencias sobre
lo que podria escribir. Si alguno tiene alguna curiosidad
sobre algo que no aparezca en esta lista, es completamente
libre de decirlo. Comenzare con aquello a lo que vote la
mayoria (como cada uno me vote una cosa distinta, me voy
a cagar en vuestras muelas mamomes :))).

Pues eso, ahi van unas ideas.

Acabar la historia de Mashlan.
Acabar la historia de Trollellom.
Saliria, Enemiga de los dioses.
Dragonidas, Cronica del tiempo antes del tiempo.
Ailan, Retorno del exilio eterno.
Ky´em´bra, La tierra maldita.
Menetia, El imperio de antaño.
Rearem, Centro del mundo. Intrigas en los 17 reinos.
Nivar, Entre dos mundos.
Naltor, El reino de la logica.
Werela, Hijos de Lycantros.
Goord, Guardianes de la llama eterna.
Tarnaq, Dominadores de hombres.

Pues eso, espero vuestros mails, teneis de tiempo
hasta el domingo que viene.

Taluego

Por mi parte se trataba de un triple reto: Lograr una constancia a la hora de escribir, tratar de conseguir despertar el interés y la curiosidad de los lectores para convertir aquello en una auténtica “comunidad” y tener escrito el material que consideraba mínimo e imprescindible de Daegon para ofrecerlo como PDF a la gente (y a alguna editorial) antes de cumplir las treinta.
Lamentablemente, sólo logré uno de mis tres objetivos... durante breve tiempo.

Una semana después del correo, y con tan sólo una única respuesta ante mi misiva y consulta inicial, me lancé a ello. Durante poco más de tres meses (hasta el veintidós de junio) mandé el consiguiente correo diario con lo que había logrado plasmar. Cuanto ya tenía alguna de las secciones terminadas, lo subía a mi web y también lo notificaba en las listas de correo de rol a las que estaba suscrito.
Como decía, la primera parte del reto fue todo un éxito, un cuarto de año escribiendo un mínimo de media página con un tamaño de letra 10 y unos márgenes de página 1,25 (condiciones establecidas y exigidas por mi fuero interno cuando lancé el reto). Muchas noches en las que no me acostaba hasta haber cubierto ese mínimo pese a tener que ir a trabajar unas horas después. Pero no me importaba, estaba consiguiendo “algo” (fuera lo que fuese). Algo que me importaba y que, parcialmente, me llenaba.
Pero las otras dos partes del reto resultaron un fracaso. La nula respuesta de los asistentes, sumado a un mazazo sentimental en el mundo “real” hicieron que llegase la falta de ánimo y que la esperanza de conseguir mi objetivo se desvaneciera. Que llegase hasta mi primer “Vale, lo estoy consiguiendo, y todo esto... ¿para qué?”
Malditos “Para qués”
Así que lo dejé... por un tiempo. Porque aún no lo sabía, pero un monstruo se había despertado entre mis neuronas. El monstruo de la escritura (el de crear historias ya llevaba mucho tiempo por ahí).

Y el siguiente auto-reto no tardó en llegar, esta vez espoleado por un único comentario favorable de una amiga.
¡¡¡Malditos amigos, malditos comentarios, malditos todos!!!.

Al año siguiente de mi primer GRAN fracaso, retomé de una manera inocente y con calma otro proyecto que llevaba algo más de un lustro empezado (aunque, por aquel entonces, la parte plasmada como palabras ocupaba poco más de dos párrafos). Sí, “LA” novela daegonita.
Bastó “ese” comentario de aliento sobre lo tres prólogos que llevaba escritos (cosas mías) para que me animase a hacer otro brindis al sol, ponerme de nuevo en modo_visión_túnel y enviar este nuevo correo (tan nefastamente redactado como el primero y todo lo que escribía por aquella época... sí, eso, por aquella época):

De: "Javier Albizu"
To: avjaal@yahoo.com
cc:
Asunto: [Novela]
20/08/2001 02:51

Saludos a todos gente

Os mando este mensajito para pediros un favor
Como algunos de vosotros ya sabreis, estoy escribiendo una
novela (y el que no lo supiera, ahora ya lo sabe).
Lo que os quiero pedir es lo siguiente:
Quiero que la critiqueis, pero quiero hacer esto de un modo
un poco organizado.
Mis planes:
Yo cada semana tratare de escribir algo, y os lo mandare a
los que hayais aceptado esto, cada viernes.
Si bien, no he escrito nada, lo que he escrito no lo considero
suficiente, o bien he escrito algo que corresponde a un capitulo posterior
al de la semana anterior, os lo hare saber. Pero cada semana recibireis
un mensaje mio al respecto.

Lo que espero de vosotros:
Como supongo que esto no os interesara a todos, solo mandare
lo que haya escrito a los que respondan a este mensaje, pero de aquellos
que respondan espero lo siquiente.
Que me contesteis con vuestros comentarios antes de una semana.
Los comentarios pueden ser, desde "yo pondria un punto despues
de tal palabra en la pagina 2876", hasta "esto es una mierda" (siempre que
me digais, el que, y porque es una mierda".

¿Porque hago esto?
Por una razon muy sencilla, porque me conozco, y se que si estoy yo
solo en esto, acabare dejandolo pasar, y no quiero hacer eso.

No quiero que ninguno responda por compromiso ni nada parecido, solo
quiero que lo hagan aquellos a los que les pueda parecer interesante la experiencia.
pero a los que lo hagan, les pido un minimo de seriedad, y que pongan esto entre
sus prioridades semanales, porque cada semana esperare un mensaje suyo al
respecto.
Tambien os pido que no tengais miedo de herir mis sentimientos ni nada
por el estilo, si considerais que lo que escribo es malo, decidmelo, ya que yo
no puedo ser objetivo con ello, os pido que lo seais vosotros por mi.

Pues eso tios, espero vuestras respuestas, y el viernes 24 mandare lo que llevo escrito
a todos aquellos que me hayan respondido.

Un Saludo
Javier Albizu

En esta ocasión el impulso duró cerca de diez meses (y noventa páginas pobladas por cincuenta y un mil quinientas noventa y cuatro palabras), hasta el cuatro de junio del dos mil dos, cuando cometí el error de volver a leer lo que había escrito un año antes para descubrir lo malo que era.
No había nada salvable y me entraron ganas de volver a empezar todo desde cero. Aquello que leía escrito no era la historia que creía estar contando. Miento, sí que era aquella historia, pero fallaba el “cómo” estaba plasmada.
Quise volver a empezar de nuevo pero la visión de túnel ya se había ido y fui plenamente consciente de que hacía tiempo que ya no había nadie al otro lado. No había respuestas, comentarios ni ánimos desde hacía mucho.
De nuevo llegó el desanimo y el “¿Para qué?” “¿Para quién?”
Las primeras semanas sí que había recibido alguna crítica, pero el resto del tiempo sentía que había estado hablando solo. ¿Qué prisa había?
Así que, una vez más, abandoné los Cuatro Fantás.... digoooo, la escritura... por un tiempo.
Porque el monstruo seguía ahí.

Escribí unos cuantos relatos más y creé un nuevo universo durante los siguientes dos años antes de lanzarme de nuevo a algo serio (aunque cuando lo comencé pensé que sería algo mucho más simple). Empecé con el blog.

Esta nueva andadura que dura (aunque de manera bastante irregular) hasta hoy, nació en la web de un amigo. Un sitio creado con PHP Nuke y alojado en MiArroba que respondía al pintoresco nombre de “República de triunfadores”.
Poco después de empezar con él, y ante las carencias de Nuke para alguna cosa que buscaba (y sin saber realmente qué era un Blog), me lancé a buscar una herramienta que me convenciese más, con lo que llegué hasta Wordpress.
Una vez encontrada la herramienta, y tras un baile de alojamientos (MiArroba y FreeSuperHost) terminé por alojarlo como un subdominio de Daegon,net, el dominio que estaba pagando (y apenas utilizando)... donde permaneció desde septiembre de dos mil cuatro hasta marzo de dos mil once... cuando lo maté... definitivamente... hasta que lo resucité aquí unos meses después.

Durante la existencia de esta primera versión del blog, también surgieron nuevos retos:
Primero (y de nuevo) escribir una entrada al día.
A los dos meses de esto, cambié la periodicidad y pasé a escribir una a la semana (en teoría para poder dedicarles más tiempo y hacer cosas más complejas... aunque no siempre fue así)
También aproveché para crear otro blog “temático” en el que hacer artículos sobre mis aficiones (el Frikcionario)... que no duró demasiado ya que documentarme para las entradas que quería hacer me llevaban mucho tiempo y no podía mantener la periodicidad de los dos (prueba no superada).

El blog albergó también sus propios retos adicionales, como terminar antes de que terminase el año dos mil cinco los relatos que conformaban la presentación del universo del amigo Abner Biuler lo que proclamé em una noche de insomnio, furia y, quizás,... fiebre interrumpiendo la programación establecida en una entrada a la que titulé Narracionis interruptus (un Objetivo que, pese a mi vagancia logré superar con éxito).

También tuvo momentos de bajona, cese temporal de convivencia y nuevo abandono de los cuatro Fantás... de la escritura (en esta ocasión debidos a problemas laborales, aunque en su momento no fui consciente de ello) para volver con fuerzas renovadas (y nuevo trabajo) unos meses después.
Bastante después de ese resurgimiento, mientras navegaba plácidametne en las aguas de la entrada mensual, llegó un nuevo auto órdago (una vez más por culpa del comentario de un amigo) gracias al cual logré darle el empujón final y terminar el Macroverso... justo antes de una nueva bajona, el gran ¡¡¡¿PARA QUÉ?!!! que me llevó borrar definitivamente el blog... hasta que lo resucité aquí meses después Museo

Ese soy yo ¿Inconstancia, Contradicción, son vuestras voces las que escucho?

Por supuesto, esto no termina aquí, porque siempre nos quedará Daegon y mis mil y un brindis al sol y quebraderos de cabeza en todo lo referente a sus distintas encarnaciones.
Un mundo que ha ido cambiando conmigo, con mis inquietudes y mi manera de maltratar el lenguaje hasta alcanzar su tercera versión de en la web de Daegon (y cuyas versiones previas se pueden encontrar en el hall situado a la entrada del teatro, o lo que es lo mismo, en El Museo).
Una criatura sobre la que llevan un cuarto de siglo diciéndome que no interesa... así que ya no pido más opiniones al respecto y me limito a seguir trabajando en ella.

En fin, el monstruo sigue ahí, feliz y alimentado. Echando cuentas (y la herramienta de contar palabras de LibreOffice), llevo escritas (sin contar esta entrada, ni las versiones previa corrección de cosas como Proyecto: Atlantis o el Macroverso) seiscientas sesenta y ocho mil novecientas cuarenta y una palabras. Algo más de trece novelas de ciento setenta y cinco páginas según los estándares del NaNoNiaNo (ochocientas noventa páginas divididas en unos cuantos documentos según mi medida). Lo que mirándolo en perspectiva no es mucho, aunque tampoco vamos a decir que se trata de una cifra desdeñable.
Y sigo sin dar con lo que busco. Lerdo que es uno.
Aún no hay nadie al otro lado, al menos no de la manera que me gustaría.
Estamos solos el monstruo y yo, y no me importa. Cuando llega una idea empiezo a escribirla y luego la dejo parada un tiempo. No hay prisa, no hay nadie esperando. Cuando está terminada la subo para que el monstruo me deje tranquilo (porque mientras no está terminada no para quieto el condenado).
Por el momento, ya no trato de de acabar con él (aunque sé que en algún momento llegaré de nuevo hasta esa parte del ciclo). Abandonaré de nuevo los Cuatro Fantásti... la escritura, sólo para regresar hasta ella una vez más.
El monstruo ha crecido demasiado ya demasiado, y continua creciendo con cada nueva palabra que escribo, con cada nuevo comentario, con cada reto superado y cada nueva muesca en mi cinturón tecleador.
Porque si tengo algo claro, es que “el/la (o los) del otro lado” no llegarán hasta aquí... si “aquí” no existe. También sé que podría hacer mucho más por promocionarme, mucho más por hacerme “interesante” para “los otros” pero no tengo intención de hacerlo.
Soy como Sinatra

o Fred Durst (pero sin su éxito)

Las cosas (mis cosas) serán a “Mi manera” o no serán.

Así que, vale, a esto del NiaNoNiaNo, le podríamos aplicar el archiconocido “Ya he estado ahí, ya he hecho eso”. No tengo nada que demostrar(me) en este respecto... pero hay muchos más “respectos” en los que tengo cosas que demostrar(me) (¿O pensabas que esto terminaba aquí?... ¿ha llegado alguien hasta aquí?)

Toda la vida pensando en palabras... y ahora me doy cuenta de las ganas que tenía de hacer un tebeo.

El año pasado nació una editorial nueva de tebeos. Una de muchas, sólo que esta, en lugar de publicar historietas de más allá de la península, se dedicó a pedir a autores patrios que le enviasen sus proyectos.
Inocente de mi, compartí por las redes sociales el asunto... con la coletilla de que me ofrecía como juntaletras si algún manchahojas se animaba a crear algo juntos... y dio la casualidad de que uno de mis contactos me dijo que sí (lo que, aparte de alegrarme el día, me dejó totalmente descolocado).
Tras recomponerme lo hablamos durante uno par de meses hasta llegar a una triste conclusión: Él no tenía ni idea de cómo convertir mis textos en imágenes secuenciales... y yo tampoco. Nos despedimos tan amigos y continué a lo mio... o eso creía, pero un nuevo monstruo había despertado en mi interior.
Y digo bien “despertado”, porque llevaba durmiendo ahí desde la EGB, cuando hice mis primeros pinitos con Tarugh, el troglodita (que no pasó de ser una hoja de cuaderno cuadriculado garabateada)

Ante esto, sólo había una solución posible: Aprender a dibujar y aprender a hacer tebeos (y una cosa no viene de la mano de la otra)
Así que, aquí estoy, nuevo monstruo y nuevo reto.
En enero de este año hice firme propósito de aprender a dibujar. Así de sencillo.
En mis estanterías ya había cerca de una docena de libros al respecto. Libros que, pese a haber leído no me habían ayudado en gran medida por una razón muy sencilla: Sólo los había leído y, mientras lo hacía, no había tocado un lápiz.
Tocaba cambiar de enfoque y opté por lanzarme como los HOMBRES bajo dos simples condiciones.
1,- Hacer un dibujo al día.
2,- No abandonar en un mínimo de dos años por muy mal que me vea o mucho que me frustre mi falta de avances.
Y así estamos. La primera parte la estoy cumpliendo al día desde entonces. La segunda... os lo diré dentro de unos catorce meses.

Ah, bueno, también tengo intención de hacer un par de juegos de ordenador antes de morir (uno para ordenadores de 8 bits y otro para Linux y demás), pero eso ya os lo dejo para otro día.

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