¿Que significan las celebraciones?
Hace un año que paso esto.
Hace (mas o menos) trescientos sesenta y cinco días (caso de no ser un año bisiesto), cinco horas, cuarenta y ocho minutos y cuarenta y seis segundos (esto lo he mirado en el diccionario. Pensaba que solo eran los días, pero los hay puntillosos y se dedican a calcular esas menudencias) desde un evento de mayor o menos trascendencia.
La tierra se encuentra en la misma posición con respecto al sol que el día que sucedió tal o cual efeméride.
¿Qué significan las celebraciones?
Con un poco de retraso llega la columna de esta semana.
En un principio este no iba a ser el tema a tratar. Pero tras pasar por los kilómetros quinientos veinte y quinientos cuarenta de la carretera nacional trescientos treinta y dos, que trascurren Oña y Soncillos (kilómetros estos cuya definición mas ajustada podría ser “infierno sobre la tierra” o “trampa mortal”) surgió ante mi este tema sobre el que disertar.
Llevaba (mucho) tiempo con esta columna rondándome por la cabeza. Pero el mayor problema que tenia era el encontrar un lenguaje para ella que no me resultase violento a mi mismo. No por ser políticamente correcto, sino porque este es un tema del que siempre me ha incomodado hablar. No se si será por las expresiones que se suelen usar, el tono con el que se usan, o el contexto general en el que se tiende a englobar esta clase de conversaciones, la cosa es que este es un tema en el que no tiendo a participar.
Pues nada. Para libarme de la tentación de usarlos algún lunes de escasa o nula inspiración, he decidido postear esos relatos o escritos que tenía “de reserva”.

Los dos primeros “Conflictos” y “Dignidad” los escribí para un concurso de micro relatos que organizaba el diario “El País”. Ellos anunciaban el tema, y tu te buscabas la vida para poner lo que fuese en menos de seiscientas palabras. La cosa es que no gané (oh sorpresa), y ahora sus los pongo aquí a vosotros para que comentéis lo que sus apetezca.

Pues la verdad. No lo entiendo.
Ahora vosotros deberíais preguntar ¿el que? (o algo similar).
Pero como escribo esto antes de que lo leáis, tendré que asumir que habéis hecho la pregunta (o la haréis).
¿Qué es lo que no entiendes?
(Aunque es posible que os preguntéis si hay algo en este mundo que realmente pueda decir que entiendo).
¿De que se trata?. ¿De que los Backstreet Boys hayan sacado un disco nuevo, y te guste el primer single?.
Oooooooooooooooooh. Venga, tío. ¿Ya estas otra vez con esto?
Pues no. ¿Es que no sabéis leer?. ¿No habéis visto los interrogantes?
No. Esta columna a traición no versa sobre “lo mismo” (al menos no en la misma manera o tono que de costumbre).

Durante los últimos años he tratado de “encajar” en puzzle, cuando yo soy una pieza de un cubo de Rubik. He tratado de hacer mío un mundo que no lo es y, como no, he fracasado.

¿Qué es un héroe?
Hace tiempo, en una lista de correo (y citando una frase de una serie de televisión) (eh, uno puede encontrar citas adecuadas en cualquier lugar inesperado) dije que un héroe es aquel capaz de hacer lo que considera correcto sin importarle las consecuencias ni esperar nada a cambio.

Estos días (no se porque, o quizás si que lo sepa) me ha dado por pensar al respecto, y creo que tendría que hacer unas cuantas matizaciones al respecto.

Desde hace mucho tiempo, a casi todo aquel al que le he ido mandando lo que he escrito como trasfondo para Daegon, me ha dicho lo mismo.
¿No me podrías hacer un resumen?
A lo que mi respuesta suele ser siempre.
Trata de hacerme un resumen de la raza humana, y de la historia del mundo. Trata de resumirme una enciclopedia.
Ahí vamos una vez mas con mi análisis y disertaciones de la vasta y variada fraseología que puebla la lengua española (que supongo que tendrá también su equivalente en cualquier lengua humana conocida, o por conocer). Ese repertorio de frases tan usadas pero que, en el fondo (a mi) muchas veces me parecen carentes de sentido (creíais haberos librado de esto ¿verdad?, pues vais listos).
Dejarse caer al vacío. No había sensación mas gratificante. Solo allí se sentía en paz, alejado del ruido, alejado de la gente, alejado del mundo. Dejarse mecer por los invisibles brazos de las corrientes de aire sin saber cuando acabaría aquella experiencia. Solo cerrar los ojos, extender los brazos y dejarse caer en un mundo sin arriba o abajo, un mundo sin suelo. Un mundo sin preocupaciones.

Sarcástico: Bonita fiesta, ¿eh?
Javi: ¿Perdón?
Sarcástico: Que vuelvas aquí, que esto es un peñazo si no puedo meterme contigo.