Palabras desde otro mundo

Y digo yo: ¿Porque rajo tanto por escrito, y hablo tan poco en persona?
Me lo pregunto con relativa frecuencia, y mas o menos, como que lo tengo asumido.
¿Soy de esos que se convierte en otra persona cuando esta delante del ordenador, y se mete en chats con nombre de tia?
Pues la verdad es que no.
Bueno, al menos eso creo.
Mas bien, considero que la cosa va por otros derroteros.
Vaya mierda de cartelera que tenemos este lunes.
Estoy por mandar a paseo la tradicion, y no ir al cine. Pero que le vamos a hacer, uno es debil, y la tradicion es la tradicion.
Asi que nada, a ver la que muy probablemente sea una porqueria de pelicula: El Bosque (The village para los yankis, y The Village people para mi).
Al menos espero que no echemos unas risas.
Mañana, la critica destructiva (o no)
Bueno, esto se supone que es un diario, ¿no?. Pues la verdad es que no he escrito nunca un diario, ni he leido uno, ni tengo ni idea de como se supone que va esto, asi que, como siempre, ire a mi bola, y escribire lo que se me pase por la cabeza, ya sea una gilipollez, una frikada, o algo que me este rondando por ahi porque hoy es hoy.
Pues como hoy es hoy, y ayer fui a un funeral, pues voy a poner por aqui como me siento.
A los ojos de los humanos aquella gran sala habría parecido vacía, salvo por la imponente figura de Kriig´Shall´Rakunn. Ésta permanecía inmóvil y silenciosa para todo aquel que no poseyera las capacidades comunicativas de los harakani. Pero los sentidos del alienígena en nada se parecían a los de la gran mayoría de las especies que habitaban el Cosmos.
La noche era cerrada sobre Nimaes. Las calles de la aldea estaban desiertas y las únicas luces que alumbraban la ocuridad eran las de la luna oculta tras oscuras nubes y la de las estrellas que la acompañaban.
- Y decían que estaba loco – se dijo para si mismo eufórico – Ya estoy viendo los titulares en todos los informativos: “William H. Kirk llega donde el hombre no ha llegado jamás y nos muestra a los harakani. El rostro tras el mito”.

Ellos habían estado ahí mucho antes de que el hombre llegase al espacio. Primero habían sido descubiertas las ruinas de sus antiguas colonias: Restos de edificios antaño colosales, devastados por el tiempo, la climatología, y la larga guerra que mantuvieron contra los desaparecidos namul.

- ¿Qué tal va esa conversión? – Abner no podía dejar de darle vueltas a aquello.
- Sin éxito por el momento – La dulce voz de Mya, como de costumbre, no daba muestras de prisa – El sistema de archivos que utilizan no se parece en nada al que has desarrollado.
- ¿Qué esperabas? – Ahí estaba Amy, dispuesta para comenzar un nuevo asalto – Tú y tu manía de hacértelo todo “a tu manera”. ¿Acaso creías que por el simple hecho de que tú creyeras que era el mejor camino, todo el universo iba a seguirlo?
- Ha muerto - dijo el doctor.

En la habitación reinaba el silencio. Los dos hombres situados junto a la cama miraban el rostro de la difunta con una mezcla de tristeza y descanso.

- ¿Ha sufrido? - preguntó Udul.

- No - respondió el doctor - Murió mientras dormía.

- Quizás ahora se reúna con mi padre - dijo Udul, mientras acariciaba con suavidad el rostro de su madre - Desde su muerte, no volvió a ser la misma.

- Vuestro padre fue un gran hombre - dijo el doctor - Además de un gran estadista y soldado.

- Se acerca una nave.
La dulce voz de Mya despertó a Abner. Una vez más se había quedado dormido en el sillón de la sala de control. La habitación podía parecer pequeña para los estándares, con todas sus funciones automatizadas y preparadas para ser controladas por una única persona, pero tras sus paredes se encontraba oculta una maquinaria muy superior a la que se utilizaba para dirigir los grandes cruceros.