Palabras desde otro mundo

Atreveos a imaginar.
Imaginad un mundo lejano, habitado por una raza inteligente de seres humanoides, capaces de percibir y manipular la energía ambiental que les rodea.
Imaginad un planeta surcado por islas que flotan a la deriva sustentadas por esa energía ambiental.
Imaginad que hace miles de años, este planeta, fue invadido por una raza de conquistadores galácticos, acompañados por las huestes de los pueblos a los que habían sometido.
Recientemente, viendo la nueva serie de Tele 5 “Los 80” (lo siento, uno es débil, y el zapping es un enemigo demasiado poderoso), contemplé lo que algunos críticos televisivos han denominado como una “acertada reconstrucción de los ambientes de aquella época”.
A propósito de esto yo pregunto ¿donde narices estaba yo en aquellos 80?. Porque no recuerdo nada parecido a lo que se representaba ante mis atónitos ojos en pantalla.
Pues eso, lo que digo ahí arriba. Mira que son puñeteros los recuerdos. Iba a decir puñeteros y mentirosos, pero después me lo he replanteado, y no creo que sean lo segundo.
Porque los recuerdos no solo evocan imágenes y sonidos, sino también sensaciones, y nos dicen, sin palabras lo que hemos cambiado a lo largo del tiempo, no tanto físicamente, sino en materia de gustos.

¿Evolución o involución?

Pues nada. Me temo que he vuelto a las andadas, y me ha dado por pensar otra vez en mis comeduras de tarro de ayer y hoy y, hala, otra vez a vueltas con el tema de la subjetividad. Así que, ahí va eso.
¿Somos como somos?, ¿somos como queremos ser? o ¿somos como nos conviene ser?.

¿Como cojones somos?

De mayor quiero ser protagonista de una peli de acción. Pero no de esas en las que el prota lo pasa muy mal, sino de una de esas que los yankis llaman blockbusters.
Quiero estar por encima del bien y del mal. Sin dilemas morales.
Vivir en un mundo en el que se quien es el bueno, y quien el malo.
Que los malos hagan el mal, porque son malos, no porque les impulse ninguna razón mínimamente coherente.
Poder repartir leña, sin sufrir las consecuencias. Bueno, quizás tenga un pequeño corte en la mejilla después de caerme desde un rascacielos.
Nada, hoy nada de leches trascendentales.
Hoy a vaciar el cerebro, y ver una peli de tortas (espero que) de las buenas.
A contemplar hostias como panes en pantalla grande y THX.
Escuchemos a un medio demonio de color rojo, cuernos limados y un brazo de hormigon soltar frases que harian ruborizarse a Bruce Willis.
Vamonos pal cine.
Supongo que todos habremos fantaseado alguna vez con ello (espero que esta no sea solo otra de esas cosas que solo se me pasan a mi la cabeza). ¿Que pedirías si se te ofreciera la posibilidad de concederte un deseo?.
Continuando con mis disquisiciones sobre la amistad, aquí van mis FAQ sobre el asunto. Así que, si tenéis mucho sueño, mejor dejáis esta lectura para otro momento.

Preguntaba en mi anterior columna:
¿Es posible ser amigo de alguien que no es tu amigo?.
Es esta una pregunta un tanto tramposa, al pecar de excesivamente generalista. Ayer bajo la epígrafe de amistad, trataba el tema de los amigos, esto quiere decir, cuando la amistad se ha consumado ya (aunque esto de consumar suene un tanto sexual, no tiene nada que ver).

Me pregunta mi amigo Corujo en el final de su columna de hoy (o de ayer por la noche segun la medicion temporal de algunos):

Vamos, y como corolario (el fin premeditado de esta historia), que te animes Javi y taches la que no corresponda: Rubias/Morenas.

Poseso
¿Para que escribimos? (y con esto me refiero a "nos", ya que no tengo ni pajolera idea de para que escribe el resto de los escribientes).
Por mucho que esto se llame diario, no lo definiria como tal, ya que:
A: No es una recopilacion de anotaciones de uno para si mismo.
B: No es una publicacion diaria de noticias a una escala local/nacional.