Palabras desde otro mundo

Entraron varios hombres encapuchados en el establecimiento. Sus disparos al aire provocaron gritos de pánico entre todos los que se encontraban en el recinto, pero él mantuvo la calma.
De un ágil salto, no solo logró llegar hasta el techo, sino que con el impulso apartó uno de los paneles, del falso techo, para clavar sus poderosos dedos en el hormigón que se encontraba por encima de este. Sabía que la estructura de alambre, aluminio y placas de aislante no habría soportado su peso.
Y ya estamos otra vez con la misma. Veo una imagen, escucho una canción y me vienen a la cabeza un alubión de escenas, e historias inconexas. Momentos en los que insertar esa imágenes, escenas y lugares a los que me envía esa música.
Y claro, como soy así, comienzo a preguntarme. ¿Quién es este tío? ¿Cómo llegar hasta esta escena, hasta este momento en concreto que visualiza mi mente?.
Saludos cordiales.
Es posible que os preguntéis: ¿De que va a hablarnos este tío hoy?, o quizás no os lo preguntéis (tengo que dejar de utilizar tan a menudo esta expresión).
¿Nos hablará de Terminador 2?
Pues no, nada tienen que ver estas siglas con la película del Chuache, ni con el cine. El “-“ que ahí aparece no es un “guión”, sino que es un “menos”. Así que tenemos T “menos” 2. O lo que es lo mismo, faltan dos (loquesea) para la hora “T”.
Tras este alarde de vacua verborrea, comienzan las aclaraciones.
Pues eso. No me gustan las fotos.
Puedo ver fotos, que me parezcan bonitas, pero no me suele gustar ver fotos de la gente, y menos de gente a la que conozco.
¿Sabéis eso de las películas? ¿ese temor de los indios a que la cámara de fotos les robe el alma?. Pues totalmente infundado. Si algo les falta a las fotos es precisamente eso, un alma. Me parecen fotogramas extraídos al azar del contexto de la película de una vida.
El aire gélido de la noche, transformaba su aliento en nubecillas blancas que se alejaban lentamente de él, hasta desvanecerse. Al otro lado de la calle, aquellos tipos acarreaban un bulto pesado, cuya forma recordaba sospechosamente a la de un cuerpo. Al parecer, la espera había merecido la pena.
Él, introdujo la mano en la gabardina, y extrajo de su funda la pistola. Comprobó el cargador, y quitó el seguro. Sus nervios de acero se tensaron para iniciar la carrera hasta un lugar intermedio en el que tener una mejor posición.
Retomamos el tema de Daegon (no por nada especial, sino porque me apetece. No se, quizás tenga algo que ver que este sábado voy a arbitrar).
Lo habíamos dejado en el momento en el que decidí tomármelo un poco en serio.

Pues bien. Daegon como tal, no era nada, ni siquiera tenía nombre. Mentiría si dijese que lo surgió de mi cabeza en aquel momento, es lo que ha llegado a ser con el paso del tiempo, pero si que fue el punto de partida definitivo.

Javi esta en uno de bancos de un parque cualquiera. No tiene trabajo, no tiene casa (bueno, tenía de ambos hasta hace un par de días que los perdió). Parece que el universo se ha confabulado contra él, como si dios hubiera decidido repentinamente que le odiaba.

Ahora esta sentado en ese banco, leyendo un periódico, buscando lo que hasta hace menos de un parpadeo había dado por sentado.

Hace tiempo que me rondaba por la cabeza una nueva idea para otra serie de relatos. El concepto básico no es que sea del todo original, he leído alguna cosa similar con anterioridad, pero mucho me temo que la completa originalidad es algo imposible de alcanzar. Siempre estaremos (o estaré) lastrados por cientos de referencias conscientes o inconscientes, de cosas que ha hecho gente antes que nosotros. Así que dado lo futil que resulta la búsqueda de originalidad absoluta, me limitaré a añadir mi granito de arena en el desarrollo y manera de contarlo.
Como veo que me voy por derroteros muy frikis ultimamente, y parece que la cosa no acaba de cuajar en “mi publico”, voy a ir intercalando cosas mas “mundanas”, y dejare para dias aleatoriaos de la semana las cronicas de la creación de Daegon.
Pues nada, seguimos con la construcción mundial.

Habíamos dejado a los jugadores prisioneros en la isla de los Jo´Na´Ryum en otra dimensión (en realidad en otro plano, pero por aquel entonces no tenía definidos mis conceptos de plano - dimensión en el universo de Daegon). Allí serían rescatados por los ailanu (que en aquella primera versión tenían alas con plumas).