Palabras desde otro mundo

Todos tenemos máscaras.
Algunas son para ocultar quienes somos antes los demás, y otras para ocultarlo ante nosotros mismos. Algunas las ponemos ahí para tratar mantenernos a una distancia prudencial de los demás, para no acercarnos, o dejar que se acerquen hasta una distancia en la que podamos sentir por ellos más de lo que debemos, queremos, podemos o consideramos que nos conviene y otras para tenerlos cerca, para no estar o sentirnos solos. Algunas están ahí para tratar de encajar, y otras para sentirnos diferentes, únicos.
El ser humano es una criatura social. Por mucho que algunos se empeñen en demostrar lo contrario, por que algunos (demasiados) se empeñen en acabar con la vida de otros, el ser humano necesita de la compañía de otros para sentirse plenamente realizado. Quizás no siempre, quizá no de manera continua, pero si en multitud de momentos y situaciones de nuestras vidas. Por lo general, en los más importantes.
DevilmanAl amigo Go le encanta provocar. Ya desde sus primeras obras se dedicaba (sin ninguna sutileza) a tratar temas hasta cierto punto tabú, o por lo menos controvertidos como el sexo o la violencia explicita (y excesiva)
Despertó en el camastro de una habitación. Todo lo que veía a su alrededor parecía gritar “hospital” (por no mencionar que en las sabanas blancas que le cubrían venía, en efecto, el nombre del hospital en el que se encontraba)
¿Como había llegado hasta allí?
La cabeza le dolía horrores, y el resto del cuerpo le iba a la zaga.
De nuevo miró a su alrededor, esta vez tratando de ignorar el dolor y buscando algún dato más significativo. Pero todo era de lo más clásico. Hospital cien por cien. Como odiaba aquellos sitios.
Ilusión.
(Del lat. illusĭo, -ōnis).
1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
3. f. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
4. f. Ret. Ironía viva y picante.

Ambición.
(Del lat. ambitĭo, -ōnis).
1. f. Deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.

Con esta columna finaliza la trilogía sobre mi retorno al mundo blogueril (y la narración de mis andazas mientras no he estado escribiendo por aquí)

Ayer hablaba sobre mi mudanza a la lejana Laconia (a la que siempre he pertenecido en el terreno de la comunicación verbal) y de los planes temporales que había trazado para mi partida laboral.

Advertencia:
Para aquellos que hayáis llegado hasta aquí a través de Google, no. Esto no tiene nada que ver con el tebeo o la película.

Una vez dicho esto, vamos a lo nuestro.

Pues sí, hemos vuelto.
No sabemos por cuanto tiempo, ni de que manera, ni con que periodicidad. Pero aquí estamos (nos, porque seguimos siendo mayestáticos) de nuevo.
Lo cierto es que no he dejado de pensar en el blog desde que dejé de escribir en él (obsesivo que es uno) y no dejaba de darle vueltas a como lo retomaría cuando lo retomase (cosa esta de la que no tenía la menor duda)
Retomando el espíritu bloguero del fandom friki, Palabras desde otro mundo, sección reivindicativo y de divulgación cultural, se une un año mas a la iniciativa “En el día del libro, regala comics” y ahí van mis cinco recomendaciones de este año.

Kingdom Come de Mark Waid y Alex Ross

Pues sí. Se acabo.
Durante caso dos años (los hará en dos meses y cuatro días) he estado escribiendo aquí de manera más o menos ininterrumpida.
Como resultado, doscientas dieciséis paginas de texto (que me chiva aquí, el archivo de word en el que las guardo a todas, doscientas diecisiete si cuento esta misma) ciento sesenta y cuatro artículos, o columnas, o como queramos llamarlos (de los que habría que descontar los trece relatos de ci-fi y los tres ambientados en Daegon) y trescientos noventa comentarios (una vez ya filtrado el cañozado el spam)