Palabras desde otro mundo

Yo, yo, yo y yo.
La vida es una constante lucha entre “yo” y “aquel que no es yo”
¿El gobierno crea una ley? La han hecho para joderme (Sí, a “yo”).
¿Alguien tiene un accidente? Menos mal que no le ha pasado a “yo”. Menos mal que no es nadie a quien “yo” conozca.
¿A alguien le pasa algo bueno? ¿Porque no le ha pasado a “yo”?
¿Qué alguien hace algo que te apetece hacer? ¿Porque no han contado con “yo”?
Alguna que otra vez he comentado por aquí que mi concepción de un mundo perfecto es algo inviable.
Mi idea de una utopía no tiene nada que ver con ciudades construidas en las nubes, o con consejos de sabios ancianos ataviados con túnicas, que desde su “cielo en la tierra” dirigen de manera ejemplar el devenir de la humanidad.
Este domingo volvía para casa, y me faltaban apenas doscientos metros para llegar a mi portal, cuando comenzó a llover. Las primeras gotas parecían rodearme, y sólo las veía impactar sobre la superficie del río mientras cruzaba el puente. Según iba avanzando, la lluvia se hacía más cerrada. Casi podía ver como las gotas iban acercándose las unas a las otras, hasta que prácticamente lo ocupaban todo.
Como ya sabréis todos (o casi todos) vosotros, no me gustan las generalizaciones.
Esta afirmación en si misma, no deja de ser una generalización, y como tal, no es cierta (al menos no al ciento por ciento) así que como (casi) todo el mundo, y como no podía ser de otra manera, uso (nadie me obliga a hacerlo) de motu propio según que generalizaciones (que frase más rara me ha quedado)
Que le vamos a hacer, soy una persona llena de contradicciones.
Pero aún así, permitidme que me explique (como si pudieseis hacer algo para evitarlo)
Todos tenemos nuestras pequeñas “especulaciones estúpidas”. Esas fantasías, especulaciones, idas de olla o ideas que te pasan por la cabeza y por alguna misteriosa razón se detienen un momento y te dedicas a mirarlas desde otro ángulo.
No hace falta que tengan sentido. No hace falta que creas que en algún momento vayan a convertirse en realidad. Dejan el camino de las ideas sin perfilar y se te plantan ahí delante preguntándote:
¿Qué harías si…?
Nuestro héroe se encuentra sentado delante del ordenador. Hoy ha sido un día como cualquier otro (cualquier día asquerosamente caluroso en el verano)
Nuestro héroe está cansado y con ganas de pegarse una ducha, pero él es un hombre de palabra, y tiene que escribir antes de permitirse un descanso. Es una tarea desagradable, pero alguien tiene que hacerla (más que nada, porque si no la hace él, nadie la hará en su lugar)
Ya lo decía un guionista de comics: Un gran blog conlleva una gran responsabilidad.
Pese a ser la serie de la que menos he visto, el Getter siempre ha tenido un pequeño hueco en mi corazón friki, desde que lo vi a mis tiernos siete años en el cine Super Mazinger: el remedo de película que se hizo en aquellos tiempos sumando los tres capitulos especiales: Mazinger Z vs Devilman, Mazinger Z vs El general negro y Gran Mazinger vs Getter Robo.

Así que saltándome cualquier orden cronológico voy a empezar con él.

Pues parece ser que la dama fortuna me es esquiva (Y luego me preguntan porque no busco una pareja. Parece que esto de confraternizar con las mujeres no es lo mío)
Un pequeño flashback.
Este sábado volvía yo a casa después de una agradable cena. Como tengo por norma cuando entro por el portal (de normal entro por el garaje) abrí el buzón y extraje lo que sin duda sería alguna que otra hectárea de bosque talado para la fabricación de spam en papel.
En alguno de los comentarios que han aparecido por la columna de la semana pasada (hablo como si tuviese cientos de comentarios cada semana), se parecía adivinar una tendencia por parte de aquellos que exponían esas palabras, sobre un posible cambio de mi actitud para con mis actuales amistades, llegado el (improbable por no decir imposible… Bueno… que cojones) imposible caso de que a algún incauto se le ocurriese publicar mis textos, y a algún que otro millar de millones de personas se les ocurriese comprarse tan improbable (así ya uso las dos palabras) acumu
Ya me ha costado.

No se si os acordareis.
Sí, todo aquello que dije el año pasado de escribir una serie de relatos, corregirlos y luego mandarlos a una editorial para ver si a algún editor, ejecutivo o loquesea despistado se le colaba entre las cosas que ponía en la bandeja de “publicables”.
Poseso, que hoy (a las 16:11 para ser más exactos) he mandado el paquete de marras (y leyendo el ticket de correos veo que me puede tocar una PSP si mando un mesemese a noseque número. Creo que voy a pasar de eso)