Daegon, mes XIV

Por Javier Albizu, 31 Marzo, 2017
Tantas cosas por decir y tan pocas ideas acerca de cómo empezar (y todo lo que me dejaré en el tintero).
Dicho esto, toca dejarse de introducciones.

No. Sigo sin ideas de cómo comenzar esto.
En fin.

El western, los piratas, los zombis, los monstruos, el terror contemporáneo o el noir son géneros que nunca me han llamado la atención. Por supuesto, he disfrutado con componentes de cada uno de estos géneros en distintos medios, pero si me he acercado a alguno de ellos no ha sido por el simple hecho de su temática.
Por otro lado, el pulp me gusta (y mucho) pero en medios y contextos muy concretos, al igual que sucede con los súper héroes, los robotacos o el terror.
Así pues, cuando a lo largo del tiempo me ido planteando cuál iba a ser el tono de Daegon en un sentido estricto, salvo en el caso del terror, que sí que me resulta atractivo como componente de un juego de rol, este tipo de ambientes y tonos no han sido incluidos.

A día de hoy no sé si podría afirmar que exista un género al que, por el simple hecho de que una pertenezca a él, sea un factor para que decida echarle un ojo. Por supuesto, esto no siempre ha sido así. En el pasado, si una serie, un tebeo, un juego de ordenador, un libro, una película o un juego de rol se englobaba dentro de la fantasía o la ciencia ficción sabía que era para mi. Si hacía referencia a China o Japón (¿a quién pretendo engañar? si tenía ninjas) como mínimo le echaba un vistazo. Si a esto sumamos vikingos o griegos clásicos, culturas pre-colombinas o hindi y, con el paso del tiempo, las culturas orientales en su conjunto, el abanico de temas que se iban haciendo merecedoras de mi atención se iba ampliando.

Según iba leyendo, jugando y escribiendo, mi atracción hacia el primer grupo se fue haciendo más difusa, a la par que algunos de sus elementos se veían potenciados. Al mismo tiempo, el segundo bloque se iba consolidando a la par que que se expandía, intentando escapar del ámbito de la anécdota y los lugares comunes.

Gracias a uno de los directores de juego que me arbitraba Warhammer descubrí mi interés por las tramas políticas, las conspiraciones y el barroquismo en los detalles históricos. Supongo que el hecho de que él sea historiador le ayudó a dar aquel toque a sus partidas.
La proliferación de nombres, fechas, eventos y obras del pasado que mencionaba me ayudaban a reforzar la impresión de verosimilitud de aquel mundo. Al mismo tiempo, sazonando aquellas tramas que creaba en el nivel terrenas, también se podía apreciar de fondo otros de mis temas fetiche; la épica, la mitología y el impacto del mundo ultraterreno. También había grandes campañas militares, pero esto ya me interesaba algo menos.
Sumando a todo esto el resto de tonos que me atraían, como son la metafísica, la tragedia y Fue entonces cuando supe que ya tenía lo que necesitaba para definir el tono de mi mundo. Lo que un amigo vino a llamar “Ambientación épico depresiva”.
Porque el tono y la gran escala se veía en las aventuras, pero los detalles eran más complicados de diseminar de una manera orgánica en las partidas. Tanto eso como el lograr hacerlo interesante de cara a mis jugadores.

Así que lo que he tratado de escribir hasta ahora siempre ha hecho referencia a eso. Los Cronistas y su “Enciclopedia del tiempo”, o el bloque que con el que llevo más de medio año, el de La Orden, aspiran a dar material con el que rellenar los huecos de la historia. La referencia a las obras que se han escrito también pretenden aportar esa verosimilitud al mundo.

Aparte de todo esto, me he dado cuanta de que con todo esto, no sólo estoy dando esa visión, sino que también estoy aportando la mía propia. Cahirn Ansay podría ser interpretada como una especie de Bbiblioteca de Alejandría con esteroides. Su misma existencia y la actitud de los miembros de la Orden ante las religiones organizadas tienen mucho de mi.
Daegon es un mundo en el que la cultura no ha sido conservada y transmitida por los cultos, sino por entidades agnósticas y ateas… algo que me había planteado de manera premeditada cuando empecé con ello.

Y quizás esta sea la razón por la que se me está yendo de las manos. La sección dedicada a La Orden va a superar sin duda alguna las noventa páginas y, la distribución de ellas está siendo muy desigual. Por supuesto, en esto han influido varios factores.

Lo que en un principio iban a ser unos párrafos sueltos de cada una de las disciplinas creados a partid de las descripciones de la Wikipedia, se han convertido en un mínimo de un par de páginas dedicada a cada una de los quince componentes del Yishin Amat.
Pero no sólo esto, cada vez que repaso alguna de ellas, esta crece. Además, aquellas que tocan los temas que encuentro más interesantes han crecido muy por encima de las anteriores.
Las diez primeras órdenes ocuparon quince páginas, pero las cinco que han venido después de estas van ocupando tres veces mas que todas las demás juntas.
Mi interés por los Legisladores viene del intento de convertirla en el eje central de las intrigas políticas. Por otro lado, los Preservadores tienen mucho que ver tanto con una parte importante de mi trabajo como de mi Diógenes digital y mi afición al coleccionismo y preservación de las piezas clásicas de hardware, software, libros y tebeos. Los Pensadores, con quienes me encuentro ahora mismo, vienen de mi afición a filosofar (lo que no deja de parecerme curioso ya que nunca he estudiado filosofía) y es con mucho la que más va a ocupar (y, me temo, la que más peñazo puede llegar a resultar).

He tratado de hacerlas a todas ellas y a sus reglamentos internos imperfectos. Que estas imperfecciones, contradicciones y vacíos legales puedan a ser la fuente de tramas, aunque no sé si esto es evidente para alguien que no sea yo.
Lo que aún no tengo claro es cómo afrontaré las ideas de aventuras con las que terminaré este “libro”.

En fin, en este mes sólo hemos “terminado” una entrada, la que contiene la descripción de Legisladores y Preservadores:

Las órdenes II

Las he subido sin estar completamente contento con su contenido, pero de seguir dándole vueltas seguirían creciendo hasta el infinito, así que decidí parar ahí sin volver a mirarlas.
Posiblemente la próxima sólo contendrá a los Pensadores dada la extensión que va alcanzando. Con esta me va pasando tres cuartos de lo mismo. De tantas vueltas que le estoy dando, no sé si estoy aportando, o siendo simplemente redundante y reiterativo. El problema es que cada vez que vuelvo al principio para comprobarlo, empiezo a añadir aún más cosas.

En fin, pronto la subiré para dolor de todo aquel que se atreva a acercarse.

Por otro lado, el palabrómetro sigue subiendo y ya ha alcanzado estos valores:

Personajes: 494
Planetas: 12
Países: 138
Lugares : 390
Etnias: 40
Obras: 17
Panteones: 5
Organizaciones: 81
Títulos: 40
Conceptos: 7

Continuará.

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