Biografía computeril: PCverso XIX (Cuando los gordos dan el cante)

Por Javier Albizu, 28 Diciembre, 2010
En la zona templada o “media” del noventa y siete, encontramos la evolución de las máquinas. Una evolución que no sólo se produciría en el ámbito físico (que también) sino que, al mismo tiempo, se nos vendría encima en el terreno binario con una nueva versión del sistema operativo.
No. No salió ningún versión del sistema de Microsoft llamado ventanas noventa y siete, lo que sí que había salido el año anterior era la versión “OSR2” del noventa y cinco.
¿OS qué? Oem Service Release “número” Dos (nombre código “Detroit” que los señores programadores son muy suyos para eso de las nomenclaturas).
¿Que traía para darle semejante nombre?
Pues, a simple vista, no gran cosa (otra cosa era lo que traía en su interior. Algo muy malo (aunque bueno al mismo tiempo)
Pero me estoy adelantando.

Se decidió renovar todo el parque de ordenadores de la tienda, pasando. Así, tras el paso que habíamos hecho del Bull con su Unix y sus terminales tontos, al Fujitsu, con más terminales tontos y su THEOS (acrónimo de THE Operative System, modestos que eran sus creadores) a un flamante un servidor HP (PII) que corría bajo ventanitas NT y un programa de gestión llamado Avance que funcionaba... bajo DOS.
Tocó cambiar todo el cableado de red (No-Más-Conectores-Centronics) por cableado UTP con sus RJ45. Claro, también tocaría poner ordenadores al otro lado de aquellos cables, por lo que se pillaron varios PCs (Pentium doscientos, en teoría, aunque más adelante descubriría que nos habían tangado y había un poco de todo, tanto en placa como en procesadores, dentro de aquellas cajas idénticas)
Aprovechando aquella situación, también aprovecharía para cambiar mi ordenador de cada. De mi querido Pentium ciento veinte, al un PII (en una preciosa y enorme caja que aún hoy alberga el ordenador “serio” que tengo por casa)
Como no podía ser menos, ahí también me tangaron. Pedí una buena tarjeta de vídeo (iluso de mí, pensando que la usaría para jugar o hacer animaciones en Tres Dé) y me pusieron una Matrox Millenium con cuatro megas de ram (que también danza por mi casa pinchada en uno de los ordenadores viejunos). Aquello no habría estado mal, de no ser porque era una tarjeta PCI y la placa que me vendieron venía con AGP.
Visto todo aquello, todas las remesas de ordenadores que han ido pasando por mis manos desde entonces, han sido montados por piezas. Que suelo tirar a lo barato, pero al menos sé lo que estoy comprando (y cuando debo pagar por ello)

Ahora volviendo al tema del sistema operativo (y a la coletilla que acompaña esta entrada) una de las sorpresas que traía la versión OSR2 del ventanitas noventa y cinco era que cambiaba los dieciséis gordos que particionaban sus discos duros, por treinta y dos (que, irónicamente, permitían hacer divisiones más pequeñitas)
¿Que quiere decir todo esto?
Vamos con una pequeña lección de historia de la cercana de la informática:

Gordo16 (traducción muy libre de F.A.T. "File Alocation Table" 16) era el sistema de formateo de discos que había usado desde el ochenta y cuatro por Microsoft con su MS-DOS versión tres. Entre otras lindezas y limitaciones, permitía un tamaño máximo de partición de dos gigas (lo cual no estaba nada mal para una época en la que el tamaño normal de los discos duros era de veinte megas)
Claro, el tamaño de los discos había crecido un poco desde entonces. No tanto como para que esa imitación fuese insuficiente, pero ya rondaban por ahí discos que doblaban ese tamaño (por ejemplo el de nuestro servidor que era de cuatro gigas)
Así que Microsoft se sacó de la manga Gordo32 para la versión “barata” de su sistema operativo, en lugar de usar NTFS (NT File System) que usaba en su versión “profesional (y que aún sigue usando en la actualidad)
¿Que qué tiene esto de malo?
Nada... salvo que no puedes usar OSR2 en un disco formateado (o que crea estar formateado) en Gordo16 y algo parecido sucede de manera inversa.
¿Que seguís sin ver el problema?
Venga, me voy a explayar un poco más.

La primera versión que tenía de ventanitas noventa y cinco, era una actualización. Ergo, necesitaba tener instalado antes MS-DOS 6.22 y ventanitas 3.11 antes de poder ponerte con él.
Todos estos sistemas funcionaban bajo Gordo16 y ninguno de ellos era capaz de “ver” un disco duro formateado en Gordo32 (vamos, que para ellos no existía).
OSR2 sólo funcionaba bajo Gordo32, por lo que formateaba el disco duro usando este estándar al instalarse. Esto no estaría mal... de no ser porque, si detectaba que había una versión anterior del sistema antes de ser instalado, en el arranque te dejaba la opción de “Arrancar con el sistema anterior”
¿Que seguís sin ver la parte mala?
Esperad, que aún no he terminado.
Al arrancar con la versión anterior, se hacía un lío con la tabla de particiones (recordar que el DOS 6.22 necesitaba Gordo16 para funcionar) y en el siguiente reinicio aquello no tiraba por ningún lado.
OSR2 creía que aquello estaba en Gordo16, así que no arrancaba. Al DOS le pasaba al contrario... con idéntico resultado. Los discos de arranque y recuperación que tenías estaban hechos con MS-DOS, ergo te decían que no tenías disco duro.
Pero... pero... pero...
Lo vais pillando, ¿no?
Pues imaginaros el caos que fue aquello hasta que logré llegar a aquella conclusión. Reinstalar el sistema a diario en todos y cada uno de los equipos en los que hacía aquello (y lo de arrancar con la versión anterior del sistema era bastante habitual por problemas de compatibilidad de programas)
Ahora el chascarrillo me hace gracia, entonces la cosa era una agonía constante (por “suerte” “sólo” eran cuatro ordenadores)

Bueno, que se me está hinchando la vena.
En la siguiente entrada de mi biografía computeril: La razón por la que el noventa y siete tendría que estar enmarcado como uno (sino como ÉL) año clave en la historia de la informática.

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