Iré directamente al grano: Me encantan los ordenadores antiguos. Llámame raro, pero ninguno de los juegos que hay a día de hoy con sus personajes ultra realistas, sus inteligencias artificiales y sus paisajes formados con miles de millones de polígonos me dicen nada.
Dame un ordenador o consola de los ochenta y me harás feliz.
Será la añoranza, el recuerdo de los momentos pasados con aquellas máquinas o lo que sea.
¿Soy objetivo?
¡Por Crom!, ¡No!
¿Que falta hace? Estamos hablando de reacciones emotivas y viscerales, señora. No me pida lógica.
Así pues, si eres como yo, adelante, agarra el mando y nostalgia un rato conmigo.
Hola, sí, sigo siendo yo, Javier Albizu. Si no has leído las otras dos... no sé muy bien como has llegado hasta aquí, pero bueno, siéntate y prepárate para la paliza electrónico/lúdico/nostálgica.