Daegon, mes CCCLXXXI

Por Javier Albizu, 17 Marzo, 2024
Si entre la última entrada y la anterior habían transcurrido catorce semanas, entre esa y esta que aparece hoy hay pasado diecinueve. Mal asunto. Mi intención es que esta dinámica no se convierta en una constante, pero ya veremos cómo va la cosa.

1. Sobre la escritura:
Cuando dejábamos esto, el palabrómetro nos mostraba 6.272 palabras “finales” y 6.227 de descartes a dividir entre catorce semanas.

Hoy, al mirar los valores actuales, me lo encuentro en estos números:
Documento principal: 28.844 palabras y 47 páginas.
Descartes: 37.952 palabras y 100 páginas.

Esto hace 8.475 palabras “finales” y 9.467 de descartes. 17.942 palabras a dividir entre casi cinco meses, lo que alumbra una media algo superior a la de entrada anterior (por más que, precisamente este semana, hayamos sufrido un revés a ese respecto).
Que no se preocupe el amigo lector, que no voy a realizar aquí un desglose de números por semanas. Eso era cosa del “Antiguo Mytgard”, y estamos en “El Nuevo Mytgard” (signifique lo que signifique eso, y un tema del que hablaremos en el primer apartado de Miscelánea)

Otra cosa que me dicen los números es que el quince de diciembre del año pasado terminaba con el primer borrador del relato al que, por estos lares (y en el propio documento), me había referido como “El viaje a casa”. Un relato que, en algún momento entre esa fecha y hoy, cambió de nombre para pasar a llamarse “Universos dentro de universos”.

Entre los días dieciséis y veintitrés de aquel mismo mes, escribía el primer borrador de “Consecuencias II”. El epílogo, segmento de transición entre esta historia y “Miedo”, el que (por el momento), parece ser el título del tercer relato.

Es posible que alguien se pregunte ¿eso significa que el relato ha cambiado tanto en esta revisión que ha sido necesario cambiarle el título?

Como siempre, la pregunta es lícita (casi todas lo son), pero la respuesta es; no. El relato sigue siendo el mismo. Por supuesto, la forma de plantear el relato ha cambiado, pero ha sido más en cuanto a su forma que en cuanto a su fondo. Un fondo que sí que había cambiado según lo escribía, pero que no afectaba a que realmente trataba de contar.

Sí, lo sé, esta respuesta solo sirve para enredar aún más las cosas. Voy a ver si las desenredo un poco.

Este relato comenzaba a escribirlo el dieciocho de agosto de dos mil veintidós (tras terminar el segundo borrador de Arcanus), y su escritura se interrumpía el día uno de octubre de ese mismo año al empezar con “Despertares”.

En aquel momento, el “viaje” de que pretendía hablar se movía principalmente en el territorio de lo literal (y digo “principalmente”, porque su recorrido no solo iba a pasar por los territorios axiomáticos de “lo material y orgánico”)

La escritura de Despertares cambió eso, y lo cambió porque fue entonces cuando, en un ejercicio de retrocontinuidad, “descubría” (y decidía) que el estado original de los integrantes de “la primera humanidad” no era orgánico, tangible o físico. Algo que “solucionaba” un problema biológico, filosófico y metafísico que tenía desde hacía mucho tiempo con la manera en la que lo había planteado en su día.

Tirando de este hilo, cuando retomaba esta historia, a finales de julio del año pasado, me apetecía explorar más este aspecto, algo que me llevaba a efectuar cambios bastante drásticos tanto en la forma con en el fondo. Eso sí. La base, ese “viaje” (al menos como palabra y como idea), continuaba siendo una parte esencial de la historia.

Cuando empezaba con la revisión, esto seguía estando “ahí”, pero me daba la sensación de que ya no era “el núcleo” de lo que estaba hablando. Bueno, si bien se podría decir que la acepción de “viaje” que había decidido utilizar continuaba formando parte de su núcleo, la que podría denominar como “la esencia” de la propia historia había cambiado un poco. Y lo había hecho porque, durante la escritura de “la segunda parte” del relato, había ido “descubriendo” otras cosas de aquella humanidad. Preguntas que no existían en mi cabeza cuando comencé con estas “Historias de Daegon”.

A su vez, lo que creía que iba a ser una historia “más corta” que “Despertares”, ha terminado siendo algo más extensa (diecisiete páginas de una contra veintiuna de la segunda, ahora que he comenzado con la revisión de “la segunda mitad”)

En fin, no es que pretenda ponerme críptico aquí. Lo que tampoco quiero es empezar a “reventar” ninguna de las historias antes de que el lector haya tenido la oportunidad de leerlas y sacar sus propias conclusiones (para eso ya llegarán sus versiones “Anotadas”)

2. Sobre el dibujo
En lo que respecta a ir ensuciando hojas y bits, la cosa continúa avanzando, aunque sin lo que, en apariencia, pueden ser grandes avances a simple vista.

El tema del tebeo lo tengo algo aparcado porque estoy inmerso en hacer algo que, en estos momentos, me genera más ilusión, que confío en acabar “en breve” (ejem), y que tiene un destinatario concreto (aunque esa persona no sea consciente de lo que le va a llegar nada)

Mientras tanto, en clase le seguimos dando al color, a las mezclas de primarios y aledaños, y en tratar de ser capaz de educar mi cerebro para que sepa el qué, cuándo y cómo a la hora de usar esta herramienta.
Es algo lento, es algo frustrante, pero aquí no hemos venido por el resultado inmediato, sino para recorrer un camino a todas luces inevitable (e impredecible).

3. Sobre la programación
A este nivel también tenemos novedades, aunque aún en un estado bastante incipiente. Por más que el tema ensamblador continúe planificado para cuando termine con la lectura de todos los tebeos de casa, hay surgido nuevos frentes a los que atender.
Por un lado, PHP+HTML+CSS+(supongo)JS, aunque hablaré con mas detalle sobre eso en la segunda sección de “Miscelánea” (sí, habemus entrada con extra de miscelanea)
Por otro lado, en fechas recientes hemos vuelto a Godot para atender un encargo que nos hace mucha ilusión. No sé cómo terminará el asunto, pero por el momento hay muchas ganas, que nunca es lo de menos.

4. Miscelánea I
Muy bien. Miscelánea, allá vamos.

Quien haya llegado hasta aquí (y, por aquí, me refiero a la web, y no esté leyendo esto en un feed RSS) se habrá dado cuenta de que se han producido cambios... llamémoslo “importantes”.

Drupal 7 ha muerto (en mi hosting).
Larga vida a Drupal 7 (más sobre ello en la segunda miscelanea).

Muy bien si esta miscelánea no trata de eso... ¿de qué trata? (sí, yo siempre con mis preguntas retóricas y poniendo palabras en la mente del lector)

Pues trata de... mundos vivirán, mundos morirán, y Mytgard nunca volverá a ser lo mismo (o igual sí)
Trata de que, muy probablemente, de haberse producido este cambio hace unos meses, o en otras condiciones, habría dejado esto morir (una vez más).
Trata de que, ya que no lo he hecho, tengo que preguntarme ¿Qué es Mytgard? una vez más (porque la respuesta que di a esa pregunta hace seis años ya no sirve en su totalidad)

Pero vayamos por partes.

¿Qué ha pasado para que no deje morir a Mytgard?
Pues ha pasado que, entre la última entrada y esta, ha aparecido “alguien” que, en apariencia, lo encuentra interesante. Qué cosas, hoyga. Resulta que el señor James Earl Jones y su “Constrúyelo, y vendrán” tenían razón.

Tanto tiempo, y cual ninja, “esa persona profetizada” a la que esperamos desde hace tiento tiempo apareció. Que sí que existía. Que, ya sea como acicate o como complemento, lo que hay aquí ha servido para traer a una persona chachi hasta mi vida.
Parece que el tiempo invertido aquí finalmente ha sido recompensado y no puedo pedirle más a este web (aunque, si me lo da, bienvenido será)

¿Qué es “El Nuevo Mytgard”?
Pues eso... aún no lo sé. Cuando lo sepa actualizaré el “¿Qué es Mytgard?”, y la actual se irá al museo.

Lo que sí que sé es que... sí. Que es un blog. Eso que trataba de evitar cuando maté “Palabras desde otro mundo” y alumbré Mytgard. Uno en el sentido más amplio de la palabra. Porque, por más que tenga “entradas seriada” pensadas para ser leídas de manera secuencial, estas no pueden ser consideradas como algo “ajeno” al “concepto blog”. No son entes “independientes”. Por más documentadas que puedan estar, no son “objetivas”. Son instantáneas en el tiempo de quién fui mientras las escribía.

Esto me ha llevado a replantearme el resto de entradas. Las que no tengo englobadas dentro de los “libros” que se pueden leer en orden. Me ha hecho darles otra pensada. Otro valor. A convertirlas también en “un libro” (un libro electrónico).

Veréis. Todas las entradas seriadas cuentan con su propia versión en epub (en mi disco duro), pero los primeros años de esta web no tenían uno y eso va a cambiar.
Pero lo que no será es una “vuelta de tuerca”. No.
Serán las entradas tal y como se publicaron. Con sus errores ortográficos y sus horrores sintácticos. Un bloque de texto que se podrá leer “offline” en el que se pueda ver el camino recorrido, con sus tropiezos, dudas e inseguridades.
Aún tardará en llegar (son más de cuatrocientas páginas a las que tengo que dar formato, unificar marcas de tiempo de cuándo fueron publicadas, y “separar” los enlaces para que se muestren de la misma manera que en el resto), pero llegará.

5. Miscelánea II
Y llegamos hasta esta última sección... que no deja de ser una adenda a la anterior pregunta.
¿Qué aspecto tendrá “El Nuevo Mytgard”?

Pues, por ahora, el tema por defecto de Drupal 10 (igual que la “nueva web de Daegon”).
Cuando me vea más fluido en el diseño web (mi conocimiento de PHP, CSS y JS es prácticamente nulo) me plantearé crear un nuevo tema visual para ambas webs.
Mi idea es retomar los temas que tenían antes, pero tratar de “adaptarlos a las cosas modelnas” (esto es, que sean responsivos para aquellos que los leen en pantallas más pequeñas sin tener que andar haciendo zoom con los dedos)

Pero, al igual que el ebook del blog, eso tardará (seguramente tardará más)
Por el momento, bastante he tenido con la odisea de migrar su contenido de Drupal 7 a 10... aunque aún quedan dos cosas que no me funcionan y tengo pendiente arreglar:
-Las galerías de imágenes no funcionan ya que los módulos que usaba no existen en esta versión.
-Los triggers que me enviaban un correo cada vez que alguien ponía un comentario tampoco existen (lo que me ahorra recibir el autospam en el que se había convertido por culpa de los bots, que pero también me impide saber si alguien chachi tiene pendiente algo para que se lo apruebe hasta que no acceda a la web a borrar el SPAM).

Una vez que tenga todo esto solucionado, miraré la posibilidad de hacer una nueva “migración limpia” de Drupal 10 a Drupal 10 (que, seguramente, también tendré que inventarme), porque los módulos que se usan para pasar los datos entre versiones generan un ciento de tablas en la base de datos que me dan mucho miedo de cara a futuras migraciones (algo a lo que habría que sumar el TOC y la incertidumbre que me genera el tener un modelo de datos que no sea del todo consistente).

Y, con esto, ya estaría el asunto por hoy.
A ver cuánto tardamos en volver por aquí

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Carlos de la Cruz

Hace 1 mes 1 semana

Hombre, hombre, veo que hay cambios por aquí, al menos visuales. Es verdad que se ha terminado el soporte para Drupal 7, así que le toca a todo el mundo migrar a 10. Por lo que estoy viendo en el curro a la gente que trabaja con ese CMS, lleva su trabajo pero no es imposible. Enhorabuena por haberlo sacado adelante, aunque aún te falten cosas por terminar.

En cuanto a no dejar morir Mytgard, pues me alegro. Es otro mundo que se salva del ataque de la Nada, y ver que hay gente interesada en ello seguro que es satisfactorio. Yo creo que el acto de crear un mundo imaginario es intrínsecamente satisfactorio, pero lo bueno de tener un público que lo lee es que te anima a hacerlo más legible, ordenado y accesible. Eso siempre es bueno.

Drupal 7 aún tiene soporte hasta el año que viene, lo que ha muerto es el soporte de mi hosting para PHP 7.4, y sin él, Drupal 7 no va.
Por suerte, en mi servidor de casa tengo un Debian 11, con PHP 7 (por suerte, y por desgracia, porque sigue con esta versión porque la gente de Owncloud se niega a migrar a PHP 8, lo que me llevará seguramente a migrar a Nextcloud) donde he podido hacer las pruebas de cara a la migración, desactivando módulos y similares, para que la cosa pudiese llegar a buen puerto.

Con esto, he conseguido migrar tanto Mytgard como Daegon (que era más sencilla, al no tener tanto modulo)

Por el momento seguimos resistiendo a la Nada. Ahora toca hacer algo más que resistir. Toca continuar creando contenido para que otros puedan llegar hasta él y se generen conversaciones interesantes.

Gracias por pasarte por aquí.