Arcanus Anotado

Arcanus Anotado
Aviso a navegantes:
En esta serie de entradas voy a realizar un análisis tanto de lo que es (a día de hoy, en su segundo borrador) la novela “Arcanus”1, como de lo que ha sido su proceso de desarrollo, los temas acerca de los que pretendía hablar en ella, y las reflexiones que han ido surgiendo a su alrededor.
Si tienes intención de leer la novela o, como consecuencia de la lectura de estas entradas, surge en ti este interés, te recomiendo encarecidamente que pinches alguno de los enlaces de ahí abajo y te pongas a ello antes de seguir.
Agradeceré de la misma manera tanto los comentarios, críticas y/o reflexiones que me ayuden a encontrar y corregir aquellos puntos en los que “he fracasado” en mi intento de transmitir lo que buscaba, como cualquier conversación que surja alrededor de los temas acerca de los que voy escribiendo.

Dicho esto.
Arcanus.
¿Qué narices es “Arcanus”?

Pues muchas cosas, por supuesto.
Si vamos a la RAE2, nos encontramos con esto:


Definición de arcānus

Lo cual no deja de resultarme sorprendente... porque nunca antes lo había mirado y se asemeja bastante a lo que buscaba con el término.
A ver, que aun sin haber estudiado nunca latín no es tan difícil buscar una aproximación que “suene clásica” y llegar hasta el término, pero no dejó de ser un tiro a tablero de mi yo de veintipocos años que entró por pura suerte.

Arcanus, a cierto nivel, hace referencia a eso; a lo arcano, a lo ignoto, a lo desconocido. A lo que escapa de nuestro control y comprensión. A lo que está más ajeno de nuestro ámbito más cercano.

Cuando nos movemos en otro nivel, hace referencia a la ciencia. Al conocimiento. A la necesidad por comprender el universo en el que existimos.

Cuando aterrizamos este concepto en Daegon, todo esto se funde. A partir de un cierto momento dado, una declinación de esta palabra; “arcanos”, fue la que utilicé para referirme a “los magos” de este mundo.

Porque no quería que fuesen magos. Al menos “no en la misma manera en la que los magos son presentados en otras historias y juegos“3.
Hasta aquel momento, y como consecuencia de la herencia RuneQuestera de Daegon, había usado el término de “hechicero”, pero aquel ya no encajaba con la visión del “gran esquema” hacia la que lo estaba moviendo. Buscaba algo alejado del misticismo, de las fórmulas, la verborrea, los gestos o los ingredientes. A su vez, a nivel de sistema aspiraba a crear algo más cercano a lo que se podía encontrar en Ars Magica... aunque también quería alejarme en cierta manera de aquel acercamiento.

En este mundo, serían conocidos como “Arcanos”. Era la gente que manejaba los conceptos acerca de los que acabo de hablar. Los “hackers” de la realidad. Los retadores de los axiomas. Los aspirantes a controlar y dominar la metafísica.

A su vez, su nombre les venía heredado del “más grande de los arcanos”. De la persona que había sentado las bases sobre las que ellos trabajaban. De Iorum Arcanus.

Pero me estoy adelantando.

Porque, como ya digo, esto fue “a partir de un cierto momento dado”. Porque, antes de que me plantease tales cosas, estaban los tebeos4. Estaban Jim Starlin, Dreadstar... y Syzygy Darklock.


Syzygy Darklock

Porque aquel fue el primer nombre y el primer aspecto que tuvo Arcanus, el personaje. Un personaje que entraba en escena poco después y como consecuencia de los hechos que se narran en la novela.
Bueno, miento. Si nos ponemos técnicos, esto podría ser interpretado como algo cierto, pero la verdad es que los “hechos” de los que venía aquel Syzygy no se parecen en casi nada a lo que se narran en la novela. Porque no es solo que aquel fuese un personaje muy diferente, sino que el mismo universo en el que existía tenía muy poco que ver con lo que es a día de hoy Daegon.

Por otro lado, y aunque ya he hablado por aquí con anterioridad de acerca de la evolución del personaje, de la historia, y del mundo en el que existían5, en este análisis entraré a los detalles con mayor profundidad.
A su vez, por más que el nombre del personaje también ha aparecido en una pequeña parte de los textos que hablan acerca de la historia de Daegon6, a buen seguro alguno de los detalles de estos textos muy probablemente deberán ser corregidos si algún día retomo la escritura del trasfondo.

Sea como fuere, siempre que he mencionado a este personaje (al igual que sucede con cualquiera de los que tienen “una historia pendiente de ser escrita”), lo he hecho intentando no desvelar demasiados detalles. Esperando a que el lector tuviese a su disposición la historia antes de “chafársela”. Antes de desvelar de manera explícita las cosas que deben estar “implícitas” en el texto. Antes de que el receptor tenga la posibilidad de extraerlas por su cuenta. Antes de dotarle de las herramientas para que saque sus propias conclusiones.
Muchos “antes”, la verdad.

Pues la cosa es que el momento ya llegó.
La herramienta ya está ahí.
Vamos al asunto.

Enlaces:

1. La Novela
Para leer en el navegador:
- Arcanus 0 - Prefacio
- Arcanus I - Prólogo
- Arcanus II - Familia
- Arcanus III - Madre
- Arcanus IV - Peón
- Arcanus V - Tahúr
- Arcanus VI - (In)Humano
- Arcanus VII - Epílogo

En otros formatos:
- Arcanus en EPUB
- Arcanus en MOBI
- Arcanus en PDF

2. Lo arcānus
- Arcano
- Ignoto
- Desconocido

3. Cosas mágicas
- RuneQuest
- Ars Magica

4. Cosas cósmicas
- Jim Starlin
- Dreadstar

5. Anteriormente por aquí
- 2005/02/07 - Sobre la escritura
- 2014/02/26 - Literando
- 2016/01/01 - Daegon, el índice
- 2017/01/02 - Daegon, mes XII
- 2018/06/20 - Daegon, mes XXIX
- 2019/11/20 - Biografía daegonita VIII: El gran esquema
- 2020/04/22 - Biografía daegonita XXIV: Cabos sueltos III
- 2020/04/29 - Biografía daegonita XXV: Cabos sueltos IV
- 2020/05/06 - Biografía daegonita XXVI: Cabos sueltos V
- 2020/05/13 - Biografía daegonita XXVII: Cabos sueltos VI
- 2020/05/20 - Biografía daegonita XXVIII: Cabos sueltos VII
- 2020/06/03 - Biografía daegonita XXX: Cabos sueltos IX
- 2020/07/01 - Biografía daegonita XXXIV: El Herético I
- 2020/07/08 - Biografía daegonita XXXV: El Herético II
- 2020/08/16 - Biografía daegonita XXXVI: En capítulos anteriores
- 2020/08/19 - Biografía daegonita XXXXI: El fin del mundo tal y como lo conocemos, a la tercera no va la vencida
- 2020/09/16 - Biografía daegonita XXXXV: Epílogos e Interludios II
- 2020/12/09 - Biografía daegonita XXXXXVII: Cabos sueltos II - III
- 2021/02/10 - Biografía daegonita XXXXXXVI: La última campaña III
- 2021/03/24 - Biografía daegonita LXXII: La novela II
- 2021/03/31 - Biografía daegonita LXXIII: La novela III
- 2021/07/04 - Biografía daegonita LXXIV: La novela IV
- 2021/08/04 - Biografía daegonita XCI: La última lista I
- 2021/10/03 - Biografía daegonita XCIX: La larga sequía
- 2021/10/23 - Biografía daegonita CII: Volver a empezar III (salteado con tropezones de bajona)
- 2022/11/06 - Daegon, mes CCCLXIV
- 2023/01/01 - Daegon, mes CCCLXVI

6. En Daegon
- Las edades de Daegon - Tercera edad: Arcanus y Rogani
- Organizaciones - Los Siete Reyes Dragón: El Contemplador
- Daegon, en el presente: Un nuevo viejo mundo
- De conceptos y consecuencias: Sakuradai
- El mundo

Javier Albizu

Arcanus Anotado I: Dramatis personae I - Rogani

Arcanus Anotado I: Dramatis personae I - Rogani
Aviso a navegantes Redux.
Si no sabes de qué va esto, mejor pásate por la entrada de presentación0 antes de seguir.

Cuando empezamos con el repaso del elenco de personajes que aparecen en la novela nos encontramos con una elección que, a priori, puede resultar algo atípica. Porque tengo claro que puede resultar extraño que no empecemos con el “personaje titular” (por más que no aparezca hasta el último capítulo).

Por otro lado, si decidimos adoptar un acercamiento “cronológico” (dentro del contexto de Daegon), este primer puesto debería ocuparlo Huatûr.

Pero, no. Empezamos por “el tocapelotas definitivo” de mis grupos de juego. Por el “frenemy por antonomasia” de gran parte de las campañas. Por Rogani.

Y empezamos por él... porque muchas cosas empezaron por él.

Si vamos a las ocasiones en las que ha aparecido por aquí con anterioridad2 podemos ver que su nombre aparece citado en las mismas entrada del proceso de rescritura de este mundo (Daegon, mes...). A su vez, podemos comprobar también cómo su primera aparición dentro de la “Biografía Daegonita” precede a la de Arcanus (VI vs VIII).

Por otro lado, cuando vamos a la web de Daegon3, su nombre aparece mencionado ya en “los anales runequesteros” de su primera versión.
Por último, también fue el personaje alrededor del que empecé a escribir mi primer relato... precediendo el documento en el que pretendías narrar sus correrías en un par de días al inicio de la escritura de la primera versión de “La Novela” (1997-06-09 21:06 vs 1997-06-11 18:41).

Una vez acotado esto, vayamos al turrón.
¿Quién es Rogani?

Rogani es un alianu.
Muy bien, sí, lo sé, de acuerdo. Supongo que si a alguien se le viene ahora a la cabeza la muy legítima pregunta de ¿y qué es un ailanu?, esta pregunta debería ser respondida.

Viajemos hasta (casi) “el principio de los tiempos” (de mis partidas) de Daegon. O sea, vayamos hasta cosa del noventa y tres.

Los jugadores son capturados por un par de tipas a las que les habían estado tocando las narices, y eran enviados hasta una “isla prisión”. Allí eran capturados por unos tipos muy feos (y clavadicos al depredador de la película del Cuache), y eran enviados hasta otro plano. Hasta el plano en el que los dioses habían encerrado a sus antaño “hijos predilectos”. Esto es, a los ailanu.

En aquella versión inicial que se contó a los jugadores, los ailanu habían sido una especia de “ángeles”. Seres quasiperfectos enviados pos sus creadores hasta Daegon para enseñar a sus razas cómo adorarlos.

Pero, claro, había un problema (porque tenemos que inventarnos drama). En aquella ocasión, el problema estribaba en que la parte de “quiasi” había pesado más que la de “perfectos”. Que habían terminado por traicionar a sus creadores, lo que llevó a su inevitable condena en otro plano de existencia. De premio, en aquel lugar habían sido “separados” en tres partes arquetípicas (y arquetópicas). Esto es, la “parte buena”; Ailanu, la “parte mala”, Jo’Na’Ryum (donde estaban los clones del depredador entre otros) y la “parte neutral”; Zealot (sí, por el personaje de los WildC.A.T.S.), que mediaba entre ambas.

Con aquello, y una vez que lograron escapar de aquel lugar, los Jo’Na’Ryum se convirtieron en los “malos habituales” durante una temporada larga. Porque parece que los dioses no le tenían pillado el punto a eso de exiliar a la peña “definitivamente”.

Rogani apareció por primera vez una vez que esta campaña había terminado.
Era “el único” ailanu que había logrado escapar de aquella condena que se impuso a los suyos, y llevaba milenios haciendo de las suyas por el mundo. Cuando se lo encontraron los jugadores, había secuestrado a una diosa y, como buen científico malvado, se estaba dedicando a analizarla para convertirse en alguien “aún más inmortal”.
Espoiler; lo conseguía.

Vayamos unos años más adelante.
En el noventa y seis, después de “La Gran Campaña”, y después de muchas apariciones de Rogani en su dualalidad de antagonista / aliado, trataba de hacer memoria de las cosas que habían ido apareciendo y de dotar de algo de sentido a todo lo que había ido presentando hasta aquel momento. En aquel momento los ailanu (al igual que el resto de las razas no-humanas) recibían su primera modificación.

Elfos, enanos y trolls pasaban a ser “alteraciones” de los humanos llevadas a cabo por “unos dioses tras su llegada a este mundo” en memoria de “los hijos que habían perdido en el universo que se vieron obligados a abandonar”. Los ailanu se convertían en una “hibridación perfecta“ (ejem) de aquellos cuatro conceptos. El resto, básicamente, se mantenía.

Dado el enfoque que tenían aquellos textos, lo que no aparecía en ellos era algo que mis jugadores sí que sabían. Durante los tiempos del “Gran Imperio Ailanu” Rogani había sido “el poder en la sombra”. La persona que realmente tiraba de los hilos de aquel “Gran Imperio”.

En la segunda versión de Daegon, cuando cambiaba elfos, enanos y trolls por krieg, ilawar y elaen, los ailanu mantenían el mismo nombre (y el mismo estatus).

Pero, claro, llegó la tercera versión. Aquella en la que, aparte de cambiar el reglamento, le daba su primer vuelco a la metafísica.

Los dioses “tal y como los conocemos” desaparecían del mapa. La “magia” dejaba de ser lo que era. Aquello era un pifostio guapo, guapo. Un cúmulo de incoherencias e inconsistencias que no se sostenían por ningún lado. Pero nada de aquello importaba mientras continuaba con mi huida hacia adelante.

Rogani continuaba dando guerra y los jugadores descubrían que no todos los grupos habían conocido al mismo. Que en realidad había creado varios clones de sí mismo dándoles un poco de diversidad para tener entretenimiento por los siglos de los siglos. Que el original vivía en la luna. Que sus clones se lo querían cargar, y que el sentimiento era mutuo. Aquella era la gracia del asunto.
Aparecía Sigma 3.0 con aún más ailanu que vivían en esta estación orbital. Aparecían aspirantes a crear un “Nuevo Gran Imperio Ailanu” (porque podían ser poderosos, pero no eran demasiado originales). Después llegó el primer intento de escribir “La Novela”, donde también aparecía Rogani (y Arcanus) en su primer prólogo. En aquella ocasión tampoco tenía respuestas para muchas de las preguntas que me hago hoy en día... pero que entonces no se me pasaban por la cabeza. Porque, desde un punto de vista lógico o de coherencia narrativa aquello no había por dónde cogerlo.

No fue hasta la rescritura de dos mil diez4 que trataba de poner un poco de orden en todo aquello. El primer paso de aquella restructuración consistía en cargarme a casi todas las especias no-humanas... entre las que estaban incluida la de los ailanu.
Sin “dioses tradicionales” habían dejado de tener sentido dentro de aquel conjunto.

Sin embargo, “los ailanu” seguían ahí. También “El Gran Imperio Ailanu” (aunque ahora bastante más pequeño que en su primera encarnación). Por supuesto, Rogani también estaba por ahí. Por supuesto, su papel dentro de aquel marco también había cambiado.

Los ailanu pasaban a ser “los hijos de Ailán”. Esto es; los descendientes más o menos directos de un concepto que ya había utilizado en los primeros escritos; los “progenitores de la humanidad”. O lo que es lo mismo, de los primeros “hombres y mujeres inmortales que poblaron Daegon millones de años atrás”.

Y así llegamos hasta el Rogani que aparece en Arcanus. Un personaje más complejo que el que habían conocido los jugadores. Un tocapelotas y un manipulador (de ahí el título de “Tahúr” en su capítulo), por supuesto. Alguien poderoso, sí. Alguien amoral en su mayor parte, también. Pero, en gran medida, todo esto no dejan de ser herramientas para convivir con el síndrome del superviviente.
Es alguien que ha permanecido cuando “los suyos” ya han desaparecido. Que ha vivido varios cambios axiomáticos que han estado a punto de acabar con toda la humanidad... y que han dado como consecuencia otras (desde su punto de vista) “cosas”.

Porque él se podría decir que ha vivido “entre dioses” (los progenitores). Que ha tenido a su alcance conceptos que estas sucesivas “nuevas humanidades” no pueden ni plantearse. Podía caminar entre planos de realidad. Entre niveles de existencia. El espacio y el tiempo carecían de peso específico a la hora de tomar sus decisiones. Pero eso fue “antes”. Porque los cambios no han afectado únicamente a estas criaturas de mentes y existencias breves con las que se ve obligado a convivir y con las que se ve ha visto incapaz de relacionarse en igualdad. También han afectado a sus propias capacidades, su percepción y su manera de relacionarse con cuanto le rodea.

Enlaces:

0. Arcanus Anotado

1. Frenemy

2. Anteriormente por estos lares
- 2016/01/01 - Daegon, el índice
- 2017/01/02 - Daegon, mes XII
- 2018/06/20 - Daegon, mes XXIX
- 2019/10/23 - Biografía daegonita VI: El camino hacia alguna parte
- 2019/11/20 - Biografía daegonita VIII: El gran esquema
- 2020/03/11 - Biografía daegonita XVIII: El Juego de los inmortales I
- 2020/04/01 - Biografía daegonita XXI: El Juego de los inmortales IV
- 2020/04/29 - Biografía daegonita XXV: Cabos sueltos IV
- 2020/05/06 - Biografía daegonita XXVI: Cabos sueltos V
- 2020/07/29 - Biografía daegonita XXXVIII: El Herético IV
- 2020/11/11 - Biografía daegonita XXXXXIII: La campaña del anillo VIII
- 2021/02/03 - Biografía daegonita XXXXXXV: La última campaña II
- 2021/02/10 - Biografía daegonita XXXXXXVI: La última campaña III
- 2021/02/17 - Biografía daegonita XXXXXXVII: La última campaña IV
- 2021/03/31 - Biografía daegonita LXXIII: La novela III
- 2021/04/01 - Biografía daegonita LXXI: La novela I
- 2021/04/14 - Biografía daegonita LXXV: La novela V
- 2022/11/06 - Daegon, mes CCCLXIV

3. Por Daegon
- Daegon v1 - Los Ailanu
- Las edades de Daegon - Tercera edad: Ampliando el horizonte
- Las edades de Daegon - Tercera edad: Arcanus y Rogani
- Organizaciones - Los Siete Reyes Dragón: El Contemplador

4. Reduciendo a lo básico

Javier Albizu

Arcanus Anotado II: Dramatis personae II - Arcanus

Arcanus Anotado II: Dramatis personae II - Arcanus
Siguiendo con el orden cronológico de aparición de los personajes dentro del terreno de juego, ahora sí, llegamos hasta quien da título a la novela.

Su primera aparición tenía lugar durante “La Gran Campaña” bajo el nombre y la forma de Syzygy Darklock.
Sí, lo sé, en la anterior entrada hablaba de Zealot, otro personaje de tebeos. No. Estos no fueron los únicos que aparecieron por allí procedente del mundo de las viñetas. Mis jugadores, aparte de cruzar sus caminos con bichos inspirados en mayor o menor medida por algún dibujante tebeístico, también se encontraron con trasuntos más explícitos de personajes como Conan, Juez Dredd o Marv (de Sin City).

Su llegada, que tenía lugar poco después de los hechos que se narran en la novela, pretendía ser algo espectacular. Aparecía volando en el interior de una esfera sobre el terrenos en el que estaba teniendo lugar una batalla. Un conflicto en el que los jugadores y sus aliados trataban de impedir que “los malos” se hiciesen con el poder contenido en las aguas de “El lago del Dios Pantera”.
En aquella ocasión, no eran “los malos” quienes se hacían con el poder de aquel lugar, sino que era Darklock quien se bañaba en sus aguar para tratar de mitigar las heridas que acarreaba.

He de reconocer que no soy capaz de recordar si, en aquellos momentos, sabía algo del trasfondo del personaje. Si ya por aquel entonces (sobre el noventa y cuatro), había determinado que procedía del pasado, le había dotado de algún rasgo de personalidad más allá de su bordería, las malas pulgas y la soberbia (a pesar de no ser un mal tipo en el fondo).

Seguramente, esto no fuese así. Lo más probable es que se tratase de otro “tipo bruto y molón” para la campaña. Alguien que había descubierto una manera de acceder hasta el “poder primario” del que se alimentaban los dioses (una idea que había tomado prestada del Primal Order1).
Lo que sí que tenía claro era que se trataba de alguien destrozado (literalmente). Había “desafiado a los dioses”, y había pagado un precio muy alto por ello. Con esto, se trataba de una persona que, como el personaje en el que me inspiraba, únicamente vivía porque sabía que podía hacerlo. Alguien que no podía permitirse el lujo de dudar acerca de este hecho, ya que tal pensamiento podía provocar su final.

Dado lo precipitado del final de aquella campaña, los jugadores no llegaron a cruzarse con él en mucas ocasiones, y yo tampoco llegué a desarrollarlo mucho más en aquellos momentos. Pero esto no significaba que diese a aquel personaje por “finalizado”.

Su siguiente aparición en una partida no fue “presencial”, y ni los jugadores ni sus personajes que participaron el “El juego de los inmortales” llegaron a ser nunca consciente de ella.

En “El juego de los inmortales”, una campaña que arbitré con posterioridad, pero cuyos hechos tenían lugar durante el transcurso de “La Gran Campaña”, las consecuencias del regreso hasta Daegon del continente perdido de Nargión pillaba a los jugadores en la isla de Johrg. Esta isla, que pasaba de estar en un mar interior a tener acceso directo hasta los mares occidentales, era salvada de los cataclismos que provocaron el hundimiento de parte del continente por la acción de Arcanus.

Bueno, a decir verdad, en aquel momento ni siquiera yo sabía que aquello había sido cosa suya, o que había decidido convertir aquella isla en su hogar. A la hora de buscar una razón para explicar por qué aquella isla no se había hundido, decidí que todos los hechiceros que habitaban en ella (recordemos, estamos hablando de un mundo Runequestero) se habían unido para desviar maremotos, tifones y movimientos de tierra. No fue hasta más adelante que, retroactivamente, decidí que realmente había sido Arcanus quien lo hizo.

En la siguiente campaña, Cabos Sueltos, decidía poner en orden de una vez por todas diferentes flecos que habían ido quedando sueltos a lo largo de los años. Como colofón a los eventos de aquella campaña, los personajes eran arrastrados en el tiempo hasta la era del “Gran Imperio Ailanu”. Si querían regresar hasta su época, tenían que da con Arcanus, quien había desaparecido en aquellos días. El ailanu que les había arrastrado hasta allí pensaba que era la única persona que podría ser capaz de evitar el exilio de los suyos por parte de los dioses.

Al final, aquel ailanu terminaba siendo el causante de la desaparición de Arcanus, el shock le dejaba un poco “para allá” con la obsesión de encontrarlo para “solucionar todos los problemas”, vivir unos cuantos milenios con su alma ligada a una espada, arrastrar a los jugadores al pasado, poseer su “cuerpo de entonces” y cerrar y abrir el círculo una vez más.

Con esto, la desaparición de Arcanus en el pasado pasaba a ser un accidente. Una distracción mientras llevaba a cabo el experimento en el que pretendía acceder hasta “el poder primario”. Un error que costaba la vida a gran parte de los habitantes de la ciudad, y que le arrastraba a él y a otros tantos (entre los que se encontraba uno de los personajes que tuvo mala suerte en una tirada de dados) hasta el plano divino.
Allí aprendía más cosas, lograba escapar junto a unos pocos, y era herido durante su huida por una de las deidades que le había mantenido cautivo. Heridas que nunca podrían ser curadas. Con esto, cerrábamos otro círculo (el que llegaba hasta su primera aparición).

Exactamente lo mismo que sucede en la novela.
Bueno, igual se ha producido alguna pequeña desviación.

En la siguiente campaña, “El Herético”, pasaba a tener un rol más importante. Él era el impulsor de la misma. En su búsqueda para encontrar una cura para lo suyo (y de ayudar a Sersby, uno de las personas que había escapado junto a él del plano divino), mandaba a los jugadores a buscar unos artefactos divinos (y heréticos) que había creado tiempo atrás el sacerdote que daba título a la campaña.

Los jugadores tenían éxito, él tenía éxito en curar a Sersby (aunque, al hacerlo, dejaba libre a una entidad chunga en este plano), fracasaba (una vez más) en lo suyo, y todo aquello servía también para presentar a un nuevo personaje “rarito”, con un poder que, por un lado desconocía y, por otro, no era capaz de controlar.

Cuando llegamos a “La campaña del anillo” (más concretamente, a su epílogo), Arcanus “moría”. Todo parecía indicar que todo por lo que había pasado era demasiado. Se despedía de la gente, hacía algún que otro regalo, y se “apagaba por completo”.
Claro está, uno de sus regalos, su báculo, entregado a Labreh Sechi (en la novela conocida como Lexa Dwan), llegado un momento servía para mostrar a esta con un poder inusitado, y de regalo, en una situación de gran necesidad, llegaba a proyectar un aura gigantesca cuya forma difusa recordaba poderosamente a Arcanus.

Por otro lado, algo más tarde, durante un solapamiento planar, Arcanus se le aparecía a uno de los jugadores en un lugar que se parecía mucho a lo que su religión entendía como una especie de “infierno” (lo veía clavado en las costillas de los restos del difunto padre de los dioses de su panteón), pidiéndole que “cuidase de sus hijos”.

Sí, sabía (y, después de aquello, los jugadores no tardaron en descubrirlo) quiénes eran sus hijos... pero no tenía la más mínima idea de cómo iba a evolucionar aquello. No. Antes de aquello no había establecido ningún parentesco entre ellos y siempre los había tomado por una pareja.

A su vez, y en paralelo a todo aquello, Arcanus también tenía un papel central en otra campaña que estaba pergeñando; Asuntos de familia (que no tenía nada que ver con la familia de Arcanus). Una campaña que tendría lugar durante el “Presente de Daegon” (esto es, donde termina La Cronología, y unos pocos años después de “La Gran Campaña”).

Aquella campaña se dividiría en tres partes, y cada una de las cuales estaría ambientada en un contexto diferente. Esto es:
-El “presente” de Daegon (Reunión).
-Una versión distorsionada de su pasado visto a través de los delirios febriles de Arcanus (Vidas pasadas).
-Un hipotético futuro contemplado desde el prisma de la antagonista de la campaña (Muertes futuras).

Mientras que la primera parte tendrían lugar en el mundo “real”, las dos últimas, y tratando de evitar que los jugadores o sus personajes fuesen conscientes de ello, se desarrollarían por completo en el nivel de realidad en el que tienen lugar los sueños y las pesadillas.

Esta campaña nunca ha sido dirigida más allá de su primera aventura.

Y llegamos hasta el nuevo siglo. Hasta mi primer abandono “temporal” de la dirección de partidas de Daegon y el comienzo de la escritura de “La Novela” (que no “esta” novela). Llegamos hasta esta conversación que aparece en su primer prólogo:

- No deberías haber venido, Arcanus - hablo Darus con preocupación en su voz - Todavía no sé como logras mantenerte vivo. Hace poco más de quince días que encontramos tu restos moribundos, y a pesar de haberte creado mágicamente esas prótesis para tu brazo y tus piernas todavía estás muy débil. Deberías haber permanecido en Stergion.

- Tengo demasiadas cosas que hacer como para permitirme el lujo de morir - respondió Arcanus tratando de esbozar una sonrisa en su rostro, el cual le devolvió una expresión tenebrosa - Estos encantamientos son sólo algo temporal debido a la urgencia de lo que nos ha traído aquí esta noche, pero espero solucionarlo pronto de una manera definitiva.

- Vuelves a sobreestimar tus capacidades al igual que hicieras antaño. ¿No es así, Arcanus?.

- Creía que las experiencias pasadas te habían demostrado que hay cosas que ni siquiera tú puedes lograr - continuó Keyn mientras se acercaba a la mesa.

- He estado mucho tiempo lejos de tu vista, contemplador, y te puedo asegurar que he aprendido algunos trucos nuevos - le contesto Arcanus - Veo que vuestro nivel de exigencia ha bajado mucho desde la última vez, si ahora aceptáis a uno de ellos en el concilio - continuó mientras dirigía su mirada hacia Rogani.

- Veo que la mitad de tu cuerpo que ha desaparecido no es en la que se encontraba tu sentido del humor, Arcanus - parecía como si Keyn continuara una conversación comenzada hacia mucho tiempo con un viejo amigo - Me alegra que sea así.

Con esto, me sacaba de la manga que Arcanus y Alan Keyn (AKA “Huatûr, El Contemplador, Aquella de cuya mirada nada escapa”) se conocían de antes. Abría más puertas que me apetecía explorar. Entre otras cosas, esto significaba “abrir puertas” porque Huatûr (al menos tal y como llegaría a ser) no había aparecido sobre el terreno de juego hasta después de “la muerte de Arcanus”. Sí que había aparecido antes como Alan Keyn, pero entonces solo era un “intercambiador de información”. Un sosias del Mr. Cairo del Hombre enmascarado del 20402. Pero bueno, de Huatûr hablaré con más detalle dentro de un par de entradas.

Y, más o menos, estos eran los mimbres que tenía del personaje antes de decidir comenzar la escritura de la novela.
Sí que recuerdo haber intercambiado algún correo con amigo de la lista de correo “Esencia” acerca de la historia de este personaje pero, lamentablemente, esos correos desaparecieron tras la corrupción de los archivos del programa en el que los almacenaba.

En aquellos correos hablaba de su relación con Rogani y con Kruanor (su primer maestro), y mi primera idea de escribir un “relato de Arcanus” (allá por dos mil cinco) estaba basada en lo que plasmé en aquellos correos. Iba a ser una “historia de origen”. Muy de tebeo de súper héroes. Lo sé.

Hay que ver todo lo que ha llovido desde entonces.

Enlaces:

1. Primal Order

2. Phantom 2040

Javier Albizu

Arcanus Anotado III: Dramatis personae III - Lexa y Sersby

Arcanus Anotado III: Dramatis personae III - Lexa y Sersby
Cuando busco las menciones que he podido hacer con anterioridad por estos lares acerca de los personajes de los que me dispongo a hablar, tal y como esperaba, allí donde los he encontrado mencionados siempre han ido “en pack”1. Por supuesto, esto se debe en gran medida a que la “Biografía Daegnita” comencé a escribirla cuando lo hice. En caso contrario, de haber ido llevando un diario en condiciones mientras dirigía las aventuras en las que aparecieron, es posible que la cosa hubiese sido bastante diferente. Y lo habría sido porque, reconozcámoslo, en su día nunca llegaron a tener una personalidad demasiado definida. Eran “eternas promesas”. Apuntes que hacía sin terminar de desarrollar sus conclusiones.

Su primera aparición tenía lugar durante la fase centra de “Cabos sueltos”. Durante el viaje forzoso hasta el pasado de los jugadores, momento también en el que aparecía por primera vez mencionado el nombre de la ciudad de Thaisak.


Primera aparición

A su vez, tal y como presentaba esta ciudad en su primera encarnación, su entorno era mucho más similar al de una ciudad periférica del universo de Star Wars (naves y tecnología, sí, pero calles sin asfaltar, ponchos y mucho polvo) que a la urbe de “hi-tech / ci-fi / cyberpunk” que aparece en la novela.

Dicho sea de paso, como también me temía, el nombre de esta ciudad también ha sufrido muchos cambios involuntarios de nombre a lo largo del tiempo2. Cada vez que lo he escrito “de memoria” la posición de la “h” ha cambiado, y la “i” ha sido sustituida a menudo por una “y”. Visto lo visto, parece que mi subconsciente ha determinado que “Tayshak” es el ganador de este combate involuntario. Veo también que ese es el nombre que usé para referirme a ella en el noventa y siete en el documento en comencé a tratar de ampliar la información referente a la ciudad.

Pero, bueno, una vez hecha esta pequeña digresión, volvamos al tema.

A la hora de pensar acerca de estos dos personajes, el que tiene su origen más claro es Sersby. Y, no, no por nada especialmente “trascendental”. Más allá de que su referente en lo estético fuese “Terminator”3 (no, el de Cameron, no, el original. El de Wolfman y Pérez) no pretendía introducir a este personaje de una manera más o menos literal (como sí que había hecho antes con Conan, Marv, Dredd, etc...) sino que lo que me molaba era su “bastón lanza rayos”. Quería uno como esos en mi mundo, y qué mejor sitio en aquel “pasado futurista” para sacarlo. La perilla y el tema de que fuese tuerto también me molaba, las canas me daban ya un poco más igual.


El Terminator original

Sersby quedaría tuerto durante aquellas aventuras... pero aquello sucedía en un segundo plano. En una elipsis que sería narrada a los jugadores. Porque aquel tipo tenía un poder. Una especia de “sentido arácnido” que le avisaba cuando había un peligro cercano. Pero aquel poder tenía un pequeño efecto negativo. Aquel aviso se presentaba bajo la forma de unas migrañas. Un dolor de cabeza que, cuando más tocho era el peligro, mayor era el dolor. Cuando el tipo al que estaba protegiendo (porque, tal y como se indica en la captura del cuaderno, en aquellos momentos ejercía de guardaespaldas) se vio amenazado por Hagart Wolfson, el nivel de amenaza fue tal que hizo que su poder provocase que uno de sus ojos estallase. Con esto, quedó comatoso, su cliente murió pero, de manera irónica, a su vez, le salvó la vida a él.

Con el tiempo los jugadores (y yo mismo) iríamos sabiendo algo más de Wolfson (porque, en origen, solo era otro “tío misterioso y poderoso” que andaba por ahí). Todos iríamos atando cabos y descubriendo que aquel tipo vivía también en su presente y era uno de lo muchos nombres bajo los que había sido conocido Oggalark4 a lo largo de las eras. Pero, bueno, esa es otra historia. Y lo es porque no se menciona para nada en la novela, aunque sí que hay un pequeño guiño a lo que le sucedía a Sersby en aquella aventura con sus migrañas, su desvanecimiento y su ojo sangrante.
Los otros cambios en el color del boli que se pueden ver en la hoja escaneada también atienden a “reutilizaciones” posteriores que hice de algún que otro personaje de aquella aventura.

Por su parte, Lexa nacía bajo el nombre de Labreh Sechi (siendo su apellido un guiño a Stephan Michael Sechi, el autor de Talislanta). Era una asesina... porque lo ponía en el cuaderno, pero no asesinaba a nadie y no recuerdo qué papel tenía en aquella aventura (si es que tenía alguno más allá de ser la pareja de Sersby).

Y fin. Aquello era todo. Sí que recuerdo que me apetecía traer a Sersby (y a su bastón) hasta el presente por razones de molonismo, pero no había trama o trasfondo alguno. Labreh lo acompañaba “bicós risons” de ser su pareja y tal, pero no recuerdo tener planes de futuro para ninguno de los dos.

Pero, al final resulta que aquella no fue la última de sus intervenciones. Y, curiosamente, quien fue ganando un peso mayor en las aventuras terminó siendo Labreh. Primero como “cuidadora” de Sersby para, más adelante, convertirse en una de las alumnas / interlocutoras de los jugadores con Arcanus y, poco a poco, ir transformándose en lo que parecía ser la heredera de su legado.

A su vez... todo lo que hacía con ellos no dejaban de ser globos sonda que lanzaba para historias futuras. Ideas sueltas que planteaba sin saber muy bien, no sólo cómo terminarían, sino tan siquiera cómo continuarían. Que fuesen los hijos de Arcanus fue algo que surgió mucho más adelante... pero no tenía ni idea de quién era la madre o por qué aquello no “había funcionado”. A su vez, el cambio de nombre y apellido de Labreh Sechi por Lexa Dwan no tiene ninguna relación con este “cambio de rumbo”, sino que se debe al simple hecho de que no me terminaba de gustar la sonoridad de su primer nombre.

Hasta que no llegó el momento de ponerme a escribir la novela ambos no dejaban de ser un punto de vista a partir del que pretendía presentar a Arcanus. Personajes insuficientemente desarrollados para historias que estaban bastante vacías de contenido por sí mismas. Meros elementos expositivos de tramas en las que eran totalmente prescindibles que, según fui “conociendo”, fueron labrándose un hueco cada vez más importante dentro del elenco de personajes de Daegon sobre los que quiero escribir más.

Porque el proceso tiene estas cosas.

Enlaces:

1. La parejita
- 2020/05/06 - Biografía daegonita XXVI: Cabos sueltos V
- 2020/05/20 - Biografía daegonita XXVIII: Cabos sueltos VII
- 2020/06/03 - Biografía daegonita XXX: Cabos sueltos IX
- 2020/07/01 - Biografía daegonita XXXIV: El Herético I
- 2020/08/16 - Biografía daegonita XXXVI: En capítulos anteriores
- 2020/09/16 - Biografía daegonita XXXXV: Epílogos e Interludios II
- 2020/12/30 - Biografía daegonita XXXXXX: Cabos sueltos II - VI
- 2021/06/23 - Biografía daegonita LXXXV: La última campaña VI
- 2021/11/07 - Biografía daegonita CIV: Volver a empezar V (y no parar)

2. Thaisak, Thaysak y Tayshak
En Mytgard
- Thaisak - Biografía daegonita XXXXXII: La campaña del anillo VII
- Thaysak - Biografía daegonita XXXXXIX: Cabos sueltos II - V
- Thaysak - Biografía daegonita XXVII: Cabos sueltos VI
- Tayshak - Biografía daegonita XXIX: Cabos sueltos VIII
- Tayshak - Biografía daegonita XXXIV: El Herético I
- Tayshak - Biografía daegonita XXXVI: En capítulos anteriores

En el trasfondo de Daegon
- Thaysak - Arcanus y Rogani
- Thaysak - El imperio ailanu

En la novela
- Tayshak - I - Prólogo
- Tayshak - V - Tahúr
- Tayshak - VI - (In)Humano
- Thaysak y Tayshak - II - Familia
- Thaysak y Tayshak - IV - Peón

3. Terminator

4. Oggalark
En Mytgard
- 2020/06/10 - Biografía daegonita XXXI: Cabos sueltos X
- 2020/11/18 - Biografía daegonita XXXXXIV: Experimentando
-
2020/12/23 - Biografía daegonita XXXXXIX: Cabos sueltos II - V
- 2020/12/02 - Biografía daegonita XXXXXVI: Cabos sueltos II - II
- 2021/07/14 - Biografía daegonita LXXXVIII: La última campaña VIII
- 2021/07/28 - Biografía daegonita XC: La última campaña IX
- 2021/08/12 - Biografía daegonita XCII: La última campaña X

En Daegon
- Fortalezas en las estrellas
- Héroes y Mártires
- Ocaso de imperios y lluvia de dioses
- Arcanus y Rogani
- El mundo

Javier Albizu

Arcanus Anotado IV: Dramatis personae IV - Huatûr

Arcanus Anotado IV: Dramatis personae IV - Huatûr
Cuando llegamos a nuestro cuarto personaje (o quinto, dado que en la anterior entrada trataba de dos de ellos) de estas presentaciones, nos encontramos con uno difícil de ubicar. Un personaje que, a lo largo del tiempo, posiblemente sea uno de los que más ha cambiado a varios niveles. Huatûr, el Contemplador. Alguien que apenas aparece en la historia, pero que no por ello carezca de peso específico entre bambalinas.

Dicho esto, vayamos por partes.

Podríamos decir que Huatûr tiene dos “padres” en la ficción. Dos personajes1 sin ningún tipo de relación entre ellos que sirvieron de base a lo que se ha ido desarrollando dentro de mi cabeza.

El primero de ellos, ya lo comentaba hace unas entradas, fue el “Señor Cairo” de la serie del “Hombre enmascarado del 2040” que contaba con diseños de Peter Chung. El segundo, un tipo gigante, calvo y en toga que vive en la luna.

Cuando hablamos del primero, no, la parte que me interesaba de este personaje no era la del holograma generado por una IA, sino la del “comerciante de información”.

Huatûr, en su primera encarnación como Alan Keyn, era un “tipo misterioso que vendía información y solo aceptaba como pago más información”. Si miramos sus apariciones durante las menciones a él que hay en esta web2 vemos que su primera aparición en las partidas es más bien tardía.

¿Qué era?
Me daba un poco igual. Tenía tiempo para averiguarlo y cambiar de idea en caso de ser necesario.
¿Quién era?
No lo sabía (aunque es posible que ya entonces mencionase al “Concilio de los inmortales”).
¿Qué tipo de cosas sabía?
Las que necesitasen los jugadores en el momento que le llamaban.

Estábamos en una campaña en la que se trataban temas del pasado lejano del mundo. Ideas a las que los jugadores aún no se habían visto expuestos, y a las que difícilmente iban a tener acceso en las bibliotecas de su presente. Cierto es que Rogani que, para no variar, por supuesto que andaba mezclado en todo aquello, también podría haberme servido como fuente de información pero, en aquella ocasión, iba a estar en el lado contrario de los jugadores. Con esto, la existencia de Keyn respondía simplemente a la necesidad de un pequeño “deus ex machina”. A la comodidad de tener a mano unan herramienta de la que tirar para desbloquear la aventura cuando los jugadores se viesen especialmente perdidos.

El segundo aspecto de este personaje vino casi de manera fortuita cosa de un año más tarde, mientras escribía acerca de una de las razas de Daegon.

Cuando me dedicaba a buscar una manera en la que encajar los antiguos Dragonuts gloranthanos dentro del nuevo contexto daegonita, decidía que la ubicaciones de sus “siete picos” no tenían porqué estar necesariamente en el propio planeta. Podían estar en cualquier lado así que, ¿por qué no repartirlos un poco más?. Con esto, terminaba por ubicar dos de ello en la luna y otros dos en el sol de aquel sistema. Mirado estas decisiones a día de hoy con un poco de perspectiva me doy cuenta de que no fui demasiado “ambicioso”. Dado el tamaño de la realidad, y que ya había indicado con anterioridad que los Ailanu milenios después conquistarían otros planeta y sistemas, podría haber dejado que la pinza se me fuese un poco más, pero me servía para empezar.

Durante aquella elaboración, como no podía ser de otra manera, tenía que poner nombre a los primeros y segundos nacidos en cada uno de esos picos (más que nada porque los primeros tenía claro que morían “pronto”). Como cualquiera que haya estado en estas lides será dolorosamente consciente, el de poner nombres siempre es un trabajo complicado. Con esto, al crear al segundo nacido de uno de los picos de la luna, y dejarlo observando cómo se iban sus hermanos, algo encajó en mi cabeza. Tanto su nombre como su apodo serían un homenaje a Uatu, “el Vigilante” del universo Marvel. Algo más adelante, me di cuenta de que aquello también podía encajar de alguna manera con Keyn y con la fundación del “Concilio de los inmortales”. Todo encajaba, aunque fuese por accidente. Las tres respuestas de ahí arriba quedaban respondidas.

Así pues, Keyn / Huatûr era un Dragonut / Dragónida / Dragún Adai / Mayane Undalath y otros muchos apelativos que fui dando a este concepto de acuerdo a la cultura que se refería a ellos.

Ahora bien, ¿y eso qué eh lo que eh? se preguntará una vez más con toda la razón del mundo el avezado lector.
Pues es... complicado.

Y es complicado porque el mismo concepto ha cambiado una enormidad desde su creación. Tal y como se puede ver si se lee uno la primera y la última (por el momento, ya que la idea ha seguido evolucionando desde entonces) versión de lo escrito sobre ellos3, no se trata únicamente de un cambio físico, sino también de uno principalmente metafísico. Lo que empezó siendo “otra clase más de bichos draconoides” ha terminado por convertirse en un concepto casi abstractos. Seres kiliadimensionales4. Entidades capaces de tener en un mismo momento y lugar todas las formas imaginables. De ocupar espacios axiomáticos más allá de lo físico o lo orgánico. Más allá de lo mental y lo espiritual.

Lo dicho. Complicado.

Así pues, ni Huatûr ni ninguno de los suyos, tal y como los entiendo a día de hoy, son conceptos fáciles de meter en una “aventura tradicional” sin que sufran un gran número de simplificaciones. Sin que pierdan lo que (a mis ojos) les convierte interesantes. Por lo tanto, presentarlos “tal y como son” y “hacerles justicia” resulta una tarea un tanto “kiliasal” (siento el juego de palabras estúpido... bueno, la verdad es que no lo siento). Tratar de ponerle diálogos o pensamientos “humanos” a un concepto de este tipo es algo un tanto absurdo. Tan absurdo como tratar de reducir la persona y la historia de alguien que, como Huatûr, esto es, el que probablemente sea el ser inteligente más viejo del universo de Daegon, y quien lleva millones de años conviviendo con la humanidad, a un par de párrafos5 o un par de páginas.

No. Lo cierto es que no tiene mucho sentido... pero siempre resulta tentador. Te da la oportunidad de intentar cosas más “personales”. Sí, has de aceptar que debes llegar a algún tipo de compromiso contigo mismo y con el lector pero, si consigues aunque sea una pequeña parte de tu propósito, esto puede llevar a otro tipo de conversaciones / debates que no vas a conseguir de otra manera.

Lo que tengo claro es que un personaje de estas características nunca puede ser nunca el protagonista de la historia. Que se debe tratar con cuidado para que no se convierta en un cliché a lo Mary Sue / Marty Stu7. Que siempre es interesante “dejarlo ver” de manera sutil, pero debes saber parar a tiempo. Mostrar pequeños retazos6 de su paso... aunque, al final, siempre seas consciente de que estás desperdiciando su potencial.

Pero, ¿qué se le va a hacer?.
Hay que intentarlo,
Es ley de vida y de escritura.

Enlaces:

1. Referentes
- Phantom 2040
- El Vigilante

2. Apariciones por aquí
- 2015/07/08 - Frentes abiertos
- 2020/10/14 - Biografía daegonita XXXXIX: La campaña del anillo IV
- 2020/10/21 - Biografía daegonita XXXXX: La campaña del anillo V
- 2021/01/13 - Biografía daegonita XXXXXXII: Cabos sueltos II - VIII
- 2021/03/31 - Biografía daegonita LXXIII: La novela III
- 2021/05/19 - Biografía daegonita LXXX: La novela X
- 2021/08/04 - Biografía daegonita XCI: La última lista I
- 2021/10/23 - Biografía daegonita CII: Volver a empezar III (salteado con tropezones de bajona)
- 2021/11/07 - Biografía daegonita CIV: Volver a empezar V (y no parar)

3. Conceptos cambiantes
- Los Dragónidas
- Los Mayane Undalath

4. Números con muchos ceros

5. El Contemplador

6. Apariciones por Daegon
- Luara
- El final de una era
- Hermanamiento e imperio
- Los primeros dioses

7. Mary, Marty y Garu

Javier Albizu

Arcanus Anotado V: Dramatis personae V - Kurbun

Arcanus Anotado V: Dramatis personae V - Kurbun
Cuando llegamos a la quinta entrada de esta serie, ponemos fin al vistazo que hemos estado realizando por el pasado de sus personajes (más que nada, porque aquellos no han aparecido no tuvieron un pasado previo a la novela).

Por otro lado, mucho me temo que, hasta este momento, te he mentido a todos los niveles posibles en parte de las afirmaciones que he hecho hasta llegar aquí.
Lo he hecho al decir que Arcanus es quien tiene un mayor número de menciones en el blog o en la web de Daegon. Lo he hecho al decir que Arcanus es el primer personaje de cuantos aparecen en la novela que hizo su aparición en la mesa de juego. Lo he hecho al decir que es el “personaje” central de la historia. Lo he hecho al decir que era el protagonista.

Bueno, igual lo que te acabo de decir también es una pequeña mentirijilla (pero no por mucho).

Como siempre, vayamos por partes.

Antes de nada, y dado lo que aparece en el título, es posible que te preguntes... ¿quién es Kurbun?
Y, no. La pregunta, ya de base, está mal formulada. No es “quién”, sino “qué”.

También puedes preguntarte... ¿por qué es tan importante si no aparece mencionado en toda la novela?
Y, de nuevo, te equivocas. No hay ninguna duda de que se trata del concepto que tiene mayor presencia en toda la novela. A quien se menciona en un mayor número de ocasiones y a quien se describe bajo un mayor número de aspectos.

¿Pero no acabas de decir que no era “quién”, sino “qué”?
Vale, bueno, sí, de acuerdo. A ver si empiezo a explicarme de una vez.

Con respecto a la primera mentira (la numérica), si vamos a los números crudos1, la palabra “Kurbun” se menciona en un total de 47 entradas, mientras que el triplete “Arcanus / Syzygy / Darklock” se menciona en un total de 43.

Con respecto a la segunda (a su primera aparición en la mesa de juego)... la cosa es algo más difusa.

Porque en su primera aparición no tenían ese nombre (ni con las características que irían adquiriendo a lo largo del tiempo). En aquel entonces los llamaba, simplemente, “demonios”. Nada que ver con los demonios bíblicos, o bichos con cola, cuernos, alas y espadas de fuego. Quería antagonistas versátiles. Enemigos con la capacidad de ser cualquier cosa. También es posible que esto me llevase a sobre explotarlos un poco. Que esa misma fuese la razón por la que uno de mis jugadores bautizó al mundo de juego como “Demon World” (y a Mashalan / Mashulanu, el “Japón local”, como “Demon Country”).

Sí. Durante un tiempo hubo demonios hasta en la sopa. Demonios de todas las apariencias, consistencias y bandos. Demonios y medio demonios (algunos de los cuales fueron personajes jugadores... aunque, en su gran mayoría, los jugadores que los llevaban no sabían esto en primera instancia).

También fue el primer concepto no-humano, ahora sí, con ese nombre y con una aproximación algo más cercana a la actual, del que escribí algo en los tiempos RuneQuesteros2.

A pesar de esto, lo que aparecía ahí no terminaba de ser algo demasiado consistente. Porque una cosa es lo que surge cuando escribes algo pensando en ello de una manera en la que puedas ajustarlo a las mecánicas de juego, cómo pueden resultar interesantes pero “asequibles” para los jugadores o como algo que no entre en conflicto con lo que has ya presentado con anterioridad, y otra cómo reflexionas acerca de esos mismos conceptos una vez que esta preocupación ya no es “lo importante”. Cuando lo haces de una manera más orgánica para el contexto dentro del que lo estás emplazando.

Con esto, tanto casi todo lo que aparece en esa primera versión, como una gran parte de las cosas que vieron mis jugadores ya “no son así”. Al menos no lo son desde un punto de vista estricto y literal. Sí, hay ciertos elementos que han pasado a formar parte de otras ideas, y otros que conservan alguna reminiscencia y han llegado a formar parte de su actual encarnación, pero la base conceptual y metafísica cada vez ha tendido más hacia la abstracción.

Con respecto a la tercera y la cuarta mentira... a ver cómo explico yo esto.

Porque, sí, podríamos decir que Arcanus es “el prota” (pese a no ser quien aparece en un mayor número de páginas). No cabe duda de que la suya era la historia que quería contar cuando, hace años, me planteé convertir “aquella aventura” primero en un tebeo, después en un relato corto, y por último en una novela. Pero, según ha ido pasando el tiempo, él se ha ido alejando cada vez más de ser el “tema central de la historia”. El subtexto fue ganando peso de manera gradual. “El enemigo” se fue convirtiendo cada vez más en una parte más importante y destacada de lo que escribía.

Porque, más allá de los personajes lo que les pasa (o, precisamente, a través de ellos), la historia trata sobre el miedo y el dolor. Sobre la obsesión y la locura. Sobre la manera en la que los diferentes integrantes de la humanidad perciben, se relacionan y enfrentan a la proximidad de algunos de los diferentes aspectos bajo los que se presenta esa fuerza primaria a la que ha venido a denominar como “kurbun”. Sobre el camino que recorren quienes se mueven sobre la fina línea que les separa de la / su “destrucción”.

Hala, ya lo he dicho.

Enlaces:

1. Kurbun hasta en la sopa
En Mytgard
- 2005/10/03 - Veo veo 1ª Parte
- 2007/05/27 - Reflejos y cambios
- 2016/01/01 - Daegon, el índice
- 2017/01/02 - Daegon, mes XII
- 2018/06/20 - Daegon, mes XXIX
- 2020/01/29 - Biografía daegonita XIII: Regresando a casa
- 2020/04/08 - Biografía daegonita XXII: Cabos sueltos I
- 2020/05/20 - Biografía daegonita XXVIII: Cabos sueltos VII
- 2020/06/17 - Biografía daegonita XXXII: Epílogos e Interludios
- 2020/07/08 - Biografía daegonita XXXV: El Herético II
- 2020/07/22 - Biografía daegonita XXXVII: El Herético III
- 2020/07/29 - Biografía daegonita XXXVIII: El Herético IV
- 2020/08/12 - Biografía daegonita XXXX: El Herético VI
- 2020/09/23 - Biografía daegonita XXXXVI: La campaña del anillo I
- 2020/11/25 - Biografía daegonita XXXXXV: Cabos sueltos II - I
- 2020/12/16 - Biografía daegonita XXXXXVIII: Cabos sueltos II - IV
- 2021/01/06 - Biografía daegonita XXXXXXI: Cabos sueltos II - VII
- 2021/02/03 - Biografía daegonita XXXXXXV: La última campaña II

En Daegon
- Azar y conceptos
- Baal
- Condenados a vivir
- El final de una era
- El gran cataclismo
- El hombre
- El imperio ailanu
- El mito unificado
- El mundo
- El nacimiento de “El golpeador”
- Epílogos y preludios
- Fortalezas en las estrellas
- Índice
- Interludios y comienzos
- Kuunsej
- La edad mitológica
- La edad moderna I
- La edad moderna III
- La edad moderna IV
- La edad moderna VI
- Layga
- Los Kurbun
- Los Señores de Ilwarath
- Luara
- Luchando por la posibilidad de un mañana
- Orgullo y condena
- Reflejos y cambios
- Tras el gran desastre
- Un nuevo viejo mundo.

2. Kurbun v1

Javier Albizu

Arcanus Anotado VI: Alfas y betas

Arcanus Anotado VI: Alfas y betas

Venga, vamos a ello, vamos a ver si por fin me pongo a hablar del contenido de la novela.
Aunque, claro, igual, antes de hacerlo, podría hablar un poco de las versiones previas que ha conocido antes de llegar hasta el punto en el que la has conocido.

Tranquilo, tampoco ha sido un camino tan largo.

Revisando el histórico de mi disco duro encontré en su día tres “versiones previas” de esta historia. Lo de las comillas viene porque etiquetar el contenido de estos documentos como historias (sin comillas) sería venirse muy arriba.

Porque, por ejemplo, si abrimos el más viejo de esos archivos podemos ver estos datos:

Fecha de creación: 2007-06-26 07:10:00
Última modificación: 2007-06-26 13:22:00
Palabras: 13
Páginas: 1
Revisiones: 3

Su contenido es:

----------------

El primero de sus sentidos en adquirir consciencia fue el del tacto.

----------------

Apasionante. Lo sé. No eres capaz de contener la emoción a la hora de poner tus manos sobre lo que sea que puede seguir.

Más allá de esto, me parece curiosa la fecha de creación del documento. Mucho madrugar, diría yo. Pero, claro, fijándome en el año me he dado cuenta de que, en aquellos días, trabajaba en el turno de noche, así que parece que comencé a escribirlo poco antes de que terminase mi jornada laboral de aquel día, y luego traté de ponerme con él de nuevo en casa después de haber dormido un poco.
Lo que está claro, salvo que se me haya traspapelado algún documento nacido a partir de este, es que la cosa no prosperó más allá de aquello.

Si avanzamos un poco más en el tiempo, nos encontramos con otro archivo con el mismo nombre que el de este relato. Los datos de este documento son:

Fecha de creación: 2011-07-21 17:42:10
Última modificación: 2011-07-21 17:42:10
Palabras: 198
Páginas: 1
Revisiones: 0

En él podemos encontrar escrito esto:

----------------

Nació en un día cualquiera.
En un barrio anónimo de una ciudad ya olvidada.
Las estrellas no presagiaron su llegada, ni los dioses supieron de ella.
Serían tan sólo sus acciones quienes le otorgasen el poder.
Serían tan sólo sus actos quienes provocasen su caída.

1- Maestro.

Buscaba un mito.

2- (In)Humano

- Dime, Iorum. ¿Hace cuánto tiempo que nos conocemos?
La conversación apenas había comenzado, pero aquella pregunta no auguraba nada bueno. Su relación se remontaba atrás, muy atrás en el tiempo. Al fin y al cabo, había sido gracias a su colaboración que Iorum había logrado alcanzar un estado cercano a la inmortalidad. Pero hasta aquel momento, Huatûr nunca se había mostrado como alguien preocupado por la etiqueta social o la conversación intrascendente.
- Entiendo que se trata de una pregunta retórica. Aunque, por supuesto, si entra dentro del acuerdo la responderé encantado – la tentación de intentar mostrar algún tipo de sonrisa burlona se asomó en su mente, pero finalmente optó por no abandonar su habitual expresión adusta.

No quiero un aprendiz ni un ayudante. Quiero un colega, alguien que complemente y avance a mi ritmo.

3- Familia
4- Legado
5- Destino
6- Comprensión

----------------

Por un lado, cuando lo encontré hace un tiempo me pareció curiosa su mera existencia. Bueno, no tanto su existencia como los datos (y metadatos) que contenía.
Y me pareció curioso porque no conservaba el recuerdo de todo lo que contenía. Si bien es cierto que el primer párrafo me era conocido (ya que había sido subido a la web de Daegon en su día1), no recordaba haber tratado de avanzar más en él.
Es más, a buen seguro este no es documento original en el que comencé a escribirlo

Por un lado, y si nos fijamos en la fecha de publicación de la entrada en la web (2011-07-11 00:08), esta precede a la creación del documento. Por otro, el hecho de que no tenga “revisiones” y que su fecha de creación y última modificación sean las mismas, parece indicar que esto lo copié desde otro lugar.

Lo que sí que podemos ver aquí es que su estructura era distinta. No sé hasta qué punto en aquel entonces ya había decidido empezar mostrando a Arcanus a través de los ojos de “los otros”, pero no parece que lo tuviese muy claro o cerrado.

Porque, para empezar, veo que planeaba que el primer capítulo fuese el perteneciente al punto de vista de Daina (que, a buen seguro, aún ni siquiera tenía nombre). Por otro lado, seguíamos con Huatûr, que iba a tener una presencia más importante en aquella instancia... pero en esa conversación ya incluía pensamientos y puntos de vista del propio Iorum... lo que parece indicar que aquello aún no estaba muy maduro.

A su vez, me choca la ubicación de ese
No quiero un aprendiz ni un ayudante. Quiero un colega, alguien que complemente y avance a mi ritmo.

Se trata de algo que me encaja más en la sección de Daina. Es más, lo recordaba también como el inicio de esa sección, pero me puede estar traicionando la memoria. Quizás, después de escribirlo ahí se me ocurrió que podía ser un comienzo para ese capítulo. No empezar con lo del “mito”, sino con Daina cagándose en los muertos de Arcanus y poniendo en duda sus aptitudes como maestro, compañero o amigo.

Ahora que me pongo a darle vueltas, es probable que quisiese ponerlo más adelante en esa conversación con Huatûr. Quizás quería hacerla más expositiva y tratase de entroncar esto con la relación que había tenido antes con Daina (que había terminado desembocando en el nacimiento de Lexa y Sersby).
En fin. No dejan de ser especulaciones.

Tenemos que esperar un par de años más para llegar hasta la siguiente intentona. En el documento en cuestión nos encontramos con estos metadatos:

Fecha de creación: 2011-07-21 16:42:10
Última modificación: 2013-11-17 02:45:14
Palabras: 2.003
Páginas: 5
Revisiones: 4

La fecha de creación de este documento es uno de los indicios que me hacen dudar acerca de la “validez” del anterior. Por otro lado... una hora exacta de diferencia entre ellos me parece una coincidencia un tanto forzada, y me hace pensar en algo relacionado con codificaciones de tiempo en distintos equipos / sistemas operativos.

Sea como fuere, tanto su estructurara como su contenido y su propósito son claramente distintos.

El contenido de este documento nacía como consecuencia de una serie de correos cruzados con un dibujante acerca de la posibilidad de hacer un tebeo juntos siguiendo el “método Marvel”2. Una conversación que se prolongó a lo largo de veintiún correos (y una charla por Skype o similares) que se repartieron durante poco más de una semana:

2013-11-09 22:50 - Aupa Albizu...
2013-11-10 01:32 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-11 11:18 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-11 12:04 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-11 13:06 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-11 13:57 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-12 10:09 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-13 18:15 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-13 19:03 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-13 19:19 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-13 19:31 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 11:34 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 11:52 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 12:38 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 12:41 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 12:46 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-14 13:30 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-16 20:20 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-17 18:55 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-17 19:38 - Re: Aupa Albizu...
2013-11-17 19:53 - Re: Aupa Albizu...

Sí, efectivamente, la fecha del último correo coincide también con la fecha de la última modificación del documento.

Desglosando esto un poco. La primera parte del texto de este documento fue extraída literalmente del contenido del mi mensaje del día 16 a las 20:20.
A partir de aquello, todo parece indicar que traté de elaborar un poco más lo que aparecía ahí... hasta que el sueño terminó con este correo del día 17 a las 18:55:

Aupa Javier.

Después de leer lo que me has mandado sobre Iorum Arcanus y sobre el universo del Ermitaño,le he estado dando un par de vueltas a la cabeza a todo esto del proyecto de Grafito:

La verdad es que no acabo de ver que me funcione como un tebeo. Al menos uno que yo pudiera dibujar y en el que me sintiera cómodo.

No me entiendas mal, ya había leído entradas sueltas de Daegon y tenía una idea del tipo de historias que te gusta escribir
El problema es que a la hora de adaptar estas historias que concebiste como relatos literarios o como trasfondo a tu juego de rol, no veo que funcionen como una historieta autoconclusiva.

O por lo menos, yo no sabría cómo hacerlo. Visualmente no sabría por donde empezar, ni cómo adaptar esta narrativa a viñetas... Incluso en el caso de que lo supiera, la cantidad de tiempo que habría que invertir para diseñar y pasar a imágenes toda esa cantidad de conceptos, razas y personajes, sería muy superior al tiempo que podría permitirme dedicarle a lo que iba a ser en principio una propuesta para una editorial.

A pesar de todo quiero agradecerte tu predisposición y tu tiempo.
Un saludo,Albizu

Y la verdad es que todo esto esta es una respuesta perfectamente comprensible. Triste (para mí), pero muy razonable. A su vez, y de manera indirecta (por más que, en su momento, no llegase a asociar ambos hechos como acción / reacción) sirvió como desencadenante para que, mes y pico después, me pusiese de una vez, y de manera más o menos en “ordenada”, a tratar de aprender a dibujar.

Muy bien. Veamos qué tenemos en este documento.

Por un lado, tendríamos lo que mandé en el correo original:

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Este relato trata sobre un personaje: Iorum Arcanus, aquel por el que a quienes son capaces de manipular las fuerzas que conforman la misma realidad se les apoda “Arcanos”.
Sobre los pasos que le llevaron a ser quien es, sus errores y su vinculación con la metra trama del mundo.

Un pequeño resumen de lo que es comúnmente conocido de él aparece en este texto sobre la historia del mundo:
http://www.daegon.net/portal/arcanus_y_rogani

Hace un tiempo escribí esta presentación / micro, micro relato con el que lo prologaba:

Nació en un día cualquiera.
En un barrio anónimo de una ciudad ya olvidada.
Las estrellas no presagiaron su llegada, ni los dioses supieron de ella.
Serían tan sólo sus acciones quienes le otorgasen el poder.
Serían tan sólo sus actos quienes provocasen su caída.

Después de eso, me disponía a desglosar cómo fue percibido por aquellos que le fueron más cercanos. Escribiría 9 relatos cortos en los que él aparece de una manera u otra. Los primeros estarían narrados desde el punto de vista de un personaje distinto de los que le han conocido, para pasar en los últimos a convertirle a él en el protagonista y narrarlo desde su punto de vista.

La historia (muy resumida y separada en sus diferentes relatos, más o menos autoconclusivos) serían) es la siguiente:

1- Familia

Una serie de asesinatos extraños suceden en la ciudad de Tayshak.
La agente de los Italerien Lexa Dwan que investiga los asesinatos, conocía al último de ellos. Es un amigo de su madre.
Tras hablar con ella sobre quien podía haber querido matar a aquel hombre, su madre que tiene sospechas de qué puede estar pasando, le pide a su otro hijo, Sersby (guardaespaldas, mercenario, y con un don especial para detectar el peligro) que cuide de su hermana. También le da una lista de quien podía ser el siguiente muerto. Lo que no le dice es que ellos tres es muy probable que también se encuentren en la lista.
Inari fue hace años colega... y algo más de Arcanus. Sersby y Lexa son hijos de aquella relación, aunque nunca les ha dicho quien es su padre. Los que están muriendo son gente con la que Arcanus y todo parece indicar que alguien, no sabe quién o por qué, quiere que salga al descubierto.

Mientras Lexa va en busca del siguiente de la lista se da cuenta de que alguien le sigue. Siempre ha tenido un vínculo especial con su hermano mellizo y, aunque hace mucho tiempo que no lo ve, no tarde en reconocer su presencia. Tras una discusión amistosa, ambos van a por el siguiente de la lista.
Antes de llegar hasta el lugar, Sersby comienza a sentirse mal. Su “percepción” del peligro suele mostrarse como una pequeña migraña, pero comienza a sentir un fuerte dolor de cabeza. Tanto es así que comienza a sangrar por la nariz, las orejas y su ojo derecho.
Su hermana le dice que no siga, pero se niega a abandonarla. Trata de convencerla para que no siga, pero no lo consigue.
Cuando encuentran a la víctima, está siendo asesinado por el mismo asesino que los demás, aunque aún resiste con vida. Es el aspecto menor de un kurbun:
http://www..daegon.net/portal/los_kurbun
Nada más llegar, el ojo de Sersby revienta y él cae inconsciente. Por el simple hecho de estar ahí, Lexa también comienzan a morir, asaltada por la personificación de sus mayores miedos. Lucha y logra imponerse contra el miedo, pero sigue sin ser rival para su enemigo y sus armas tampoco le hacen daño.
Cuando todo parece perdido, aparece Arcanus y acaba con la amenaza cortando su acceso hasta este mundo.

2- Peón

En un monitor, Rogani contempla la grabación de cómo Arcanus a acabado con la amenaza.
Él no ha enviado a la criatura, pero sabe quien ha sido. Arcanus debería ser uno de sus peones en El juego de los inmortales, un entretenimiento que inventó hace siglos para acabar con su aburrimiento.
Recuerda cuando capturó a Arcanus, cómo trató de reclutarle para el juego, y cómo ha tratado de manipularlo en otras ocasiones, siempre sin éxito.
Pero aquello no importa, es una de sus fichas, una de las más poderosas, y su rival quiere acabar con ella.

3- Legado

Inari lleva días preocupada por la ausencia de sus hijos. Recuerda su historia con Arcanus, como se conocieron y lo que motivó que él se fuera.
Poco después recibe las noticias de que sus hijos están ingresados y a salvo. Sersby ha perdido el ojo, pero sobrevivirá.
Durante todo ese rato, Arcanus está invisible junto a ella.

4- (In)Humano

Huatûr, El contemplador, uno de los Siete Reyes Dragón (http://www.daegon.net/portal/los_mayane_undalath) se reúne con Arcanus. Le advierte sobre el riesgo que implica tener a Arlaj, la víctima, bajo su custodia. Si alguien sobrevive a la presencia de un kurbun, es porque este ha querido, y porque va a ser la causa de más destrucción.
Hablan también sobre la nueva compañera que ha aceptado Arcanus como ayudante / colega, Daina Sij.

5- Maestro

Daina recuerda su búsqueda de Arcanus y lo que ha pasado en el año que lleva trabajando junto a él.

6- Comprensión

Arcanus decide seguir con su gran experimento. En estos momentos no puede hacer nada por ayudar a Arlaj, por lo que no ve sentido en retrasarlo más. Quiere poner a prueba su teoría sobre el tiempo y la existencia, alejarse lo más posible de el novel tangible, adentrarse y atravesar el mismo tiempo y el plano conceptual / divino para ver la creación en su conjunto. Acercarse a lo que no existe, ver lo que no se puede ver, El Fin de Todo, La Nada (http://www..daegon.net/portal/nada) y regresar y las respuestas a todas las preguntas.
Realiza una parada en el hojas de Sakuradai, la tejedora (http://www..daegon.net/portalsakuradai) la mira durante un momento. Ella se lleva las manos a su capucha, pero él se niega a mirar su rostro. Él crea su propio destino.
Finalmente llega a su destino. Tras una lucha con la locura, su mente alcanza la comprensión y no queda asimilada por la nada.

7- Elección

Arlaj despierta de su coma. Se encuentra en un lugar que reconoce. Su mente ha regresado desde milenios en el futuro y ocupa su cuerpo presente para advertir a Arcanus de que no realice su experimento. Llega hasta la habitación en la que se encuentra el cuerpo de Iorum, y lo toca, rompiendo su concentración.
A través del enlace que hay entre ese cuerpo y su consciencia situada en otro nivel de existencia, se crea una pequeña brecha por la que se adentra el aspecto mayor de un kurbun.
Arlaj huye antes de que el aspecto termine de crearse, pero su mente queda afectada. Él ha sido el causante de lo que pretendía evitar, pero se niega a aceptarlo. Durante el resto de su existencia tratará de solucionarlo. Descubrirá que no puede viajar en el tiempo, aunque sí que mandar su mente a su cuerpo en el pasado, sólo para quedar atrapado en un bucle infinito.

8- Determinación

El túnel que une la mente de Arcanus con su cuerpo no puede ser usado para regresar hasta él. El kurbun ocupa ya casi toda su extensión.
Su cuerpo, pese a todas las protecciones de las que le había provisto, comienza a verse afectado. Su mente viaja hasta un estado de existencia intermedio más cercano a la realidad física, y trata de crear otro túnel a través del que rescatar a los suyos. Daina e Inari ya han perecido, al igual que el 80% de la ciudad. Logra rescatar a sus hijos aún comatosos y después se preocupa de su cuerpo. Destruye las partes de él que hacen que el túnel sea estable, destruyendo el acceso del kurbun hacia la realidad física, y arrastra las partes que aún se conservan hasta el plano en el que se encuentra su mente. Pero cae inconsciente por el esfuerzo.

9- Presente

Arcanus logra llegar de nuevo al mundo material. Él está destrozado, pero ha conseguido mantener intactos a sus hijos inconscientes. En el plano en el que se encontraba el tiempo pasa a distinta velocidad que en el mundo humano, por lo que han pasado varios milenios. Sabe en qué momento se encuentra. La batalla definitiva por la realidad está a punto de comenzar, y él va a luchar.
(Perderá, él y todos, pero esa ya es otra historia)

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Básicamente, ahí está todo el material de la novela, aunque desde un punto de vista más “tradicional”. No hay tanta introspección ni tanto paisaje / pasaje metafísico, y sí que hay menciones algo más “explícitas” a la aventura que conocieron mis jugadores (sobre todo con la presencia y el papel de Arlaj en todo el asunto).

También se puede intuir que no terminaba de tener clara la relación que habían tenido Arcanus e Inari, la razón por la que habían “roto”, o si aún existía algo entre ellos.

Por último, me ha chocado descubrir que no era Lexa, sino Arlaj, quien “rompía” la concentración de Arcanus. Tenía el recuerdo de que Iorum había llevado a sus dos “hijos” hasta su casa / laboratorio porque no se les podía tratar en otro lado, pero parece que, o bien descarté esto en favor de mantener el bucle temporal de Arlaj, o bien se me ocurrió y lo descarté más tarde (igual durante la escritura de la propia novela, donde Arlaj ya no aparecía por ningún lado).

Por otro lado, tendríamos las cosas que comencé a elaborar aparte con la intención de llenar la cantidad de huecos y lagunas que poblaban aquel “resumen”:

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Personajes

Iorum Arcanus

Iorum es un tipo adusto, en toda la expresión de la palabra. Siempre concentrado, serio, directo y frío, no es borde, arrogante o sarcástico. Su actitud puede confundirse fácilmente con la de alguien indiferente, desconocedor de los protocolos sociales o carente de toda empatía humana. Esto es un error que él no trata de corregir. En el fondo le gusta alimentar esa impresión en quienes no le interesan para alejar a aquellos cuya compañía no considera agradable pero, tras cerca de un milenio interpretando ese papel, rara vez lo abandona ante aquellos que conoce y aprecia.
En su lista de prioridades, la búsqueda del conocimiento es siempre lo primero. Todo aquello que le distrae de esa búsqueda no tarda en ser apartado.

A lo largo del tiempo, ha tenido varios de los que él considera “colegas” de estudio. Gente que consideraba que podía aportar algo en su búsqueda. Gente cuya curiosidad y preguntas esperaba que ampliasen sus propios horizontes.
Muchos de ellos pensaron que, al ser aceptados por él, pasaban a ser sus aprendices. Aquellos que no se dieron cuenta de su error, no tardaron en ser rechazados. Él no es un maestro. Considera que algo sólo es aprendido cuando se ha comprendido por uno mismo, y la comprensión llega sólo a través de la experimentación. Él no da respuestas, sólo preguntas que su “colega” tiene que ser capaz de responder por si mismo. No busca el poder, no busca el reconocimiento, “sólo” busca la compresión de todo cuanto existe.

Tras cerca de treinta años sin un compañero, un año antes de lo que sería el presente en el que comienza el relato, aceptó la compañía Daina Sij.

Daina buscó a Arcanus, el mito, como muchos habían hecho antes que ella, durante cerca de diez años. Es brillante, decidida y orgullosa. Esta última característica suya es la que hizo que Iorum jugase con ella durante tanto tiempo al gato y al ratón, dejando pistas hacia ninguna parte o a lugares equivocados. No para enseñarle una lección de humildad, sino para saber si se encontraba por encima de sus cualidades que sí que apreciaba.
Tras este año, Lexa aún no ha conocido aún ninguna muestra de aprecio por parte de Arcanus, aunque sí que ha obtenido el reconocimiento por los escasos logros que ha obtenido. Ella no ha pedido más.
Pese a que ya es consciente de que no es una alumna, sabe que puede aprender mucho de él, aunque en múltiples ocasiones le frustra su actitud jamás lo reconocerá ante él, le pedirá que la cambie o dará muestras de reacción ante lo que considera provocaciones intencionadas hacia su ego.

Inari Dwan
Inari fue la anterior compañera de Arcanus

Lexa Dwan
Sersby Dwan

Kruanor
Rogani
Arlaj Derlaen
Huatur El Contemplador
Sakuradai

- Dime, Iorum. ¿Hace cuánto tiempo que nos conocemos?
La conversación apenas había comenzado, pero aquella pregunta no auguraba nada bueno. Su relación se remontaba atrás, muy atrás en el tiempo. Al fin y al cabo, había sido gracias a su colaboración que Iorum había logrado alcanzar un estado cercano a la inmortalidad. Pero hasta aquel momento, Huatûr nunca se había mostrado como alguien preocupado por la etiqueta social o la conversación intrascendente.
- Entiendo que se trata de una pregunta retórica. Aunque, por supuesto, si entra dentro del acuerdo la responderé encantado – la tentación de intentar mostrar algún tipo de sonrisa burlona se asomó en su mente, pero finalmente optó por no abandonar su habitual expresión adusta.

No quiero un aprendiz ni un ayudante. Quiero un colega, alguien que complemente y avance a mi ritmo.

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Aquí se pueden ver ya detalles algo más esclarecedores de ciertos temas y, en lo que respecta a Daina, podemos ver que el acercamiento ha cambiado mucho. No se hace mención a la participación de Rogani a la hora de guiar sus pasos en la dirección de Arcanus, ni tampoco se hace referencia a su relación con Inari o a la mera existencia de Selish.

Por otro lado, y siguiendo con las referencias a las aventuras, sí que se menciona a Kruanor (uno de los primeros maestros de Arcanus, y otro nombre conocido por mis jugadores). Lo que me choca es no ver el nombre de Kargull3 ya que, en alguna de las versiones preliminares, era él quien estaba detrás de los “asesinatos” (ya que estos eran una herramienta para hacer que Arcanus saliese al descubierto).

En fin. Una vez visto esto, pues ya toca, por fin, ponerse a hablar de la escritura de la primera versión de esta última novela y los temas que fueron pasando por mi cabeza mientras me dedicaba a ello.

Enlaces:

1. Arcanus beta 1

2. Biografía daegonita CIII: Volver a empezar IV

3. Menciones a Kargull en la bio
- Biografía daegonita VI: El camino hacia alguna parte
- Biografía daegonita VIII: El gran esquema

Javier Albizu

Arcanus Anotado VII: Prefacio y prólogo

Arcanus Anotado VII: Prefacio y prólogo
El día cuatro de enero de dos mil veinte comenzaba con la escritura de Arcanus, el “relato corto” y, como había hecho ya con anterioridad, lo hacía con su prólogo. Porque yo soy asín, y... ¿por qué un relato corto no iba a tener de eso?

Pero, claro, con un prólogo no me era suficiente (incido en lo de “ser asín”). Porque había muchas cosas por explicar que no pertenecían “estrictamente” al relato. Necesitaba más. Quería darle un poco más de contexto a la cosa antes de empezar. Por otro lado... tampoco quería dar unas pistas demasiado claras acerca de lo que iba el asunto antes de empezar (que solo estábamos empezando).

Con esto, sin siquiera haber (re)escrito la primera línea, ya tenía en primer drama en casa. Empezar con un “prólogo” y luego con un “prólogo 2” se me hacía muy... no sé... ¿impostado? ¿artificioso? ¿contranatura? (a pesar de que, cuando me puse en su día con “La Novela”, esta empezaba con tres prólogos ).

Pero, bueno, al final opté por el camino de en medio. Recurrí a la semántica y al primero lo llamé “prefacio” en lugar de “prólogo”, y con esto me quitaba (un poco de) esa sensación de extrañeza e impostura. Cambiaba un poco el léxico para dejar todo lo demás básicamente igual.

A su vez, el prefacio no cambiaba con respecto a lo que había sido el prólogo que había escrito nueve años antes... y el prólogo se quedó en un escueto:

Cielos de color incertidumbre, lluvias que impregnan los sueños, rojos filamentos etéreos que recorren las calles del hogar de antiguo antaño. Los ingredientes de la pesadilla, los indicios que presagian el comienzo de algo nuevo, los testigos mudos del final de una era.

En ese “antiguo antaño” no pretendía ponerme poético, simplemente se me escapó una de las palabras mientras lo corregía en aquella primera ocasión.

Tanta vuelta para no decir gran cosa. Seguramente, aquel primer día me quité el problema de encima y pasé ya al capítulo 1, “Familia”.

Tres meses después de aquello (más concretamente, el treinta y uno de marzo), daba por finalizado aquel primer capítulo del ya_muy_probablemente_no_relato corto y pasaba a por el siguiente. Pero, claro, me equivocaba a muchos niveles. Porque no había terminado nada.

Tras haber comenzado con el segundo capítulo llegaron un par de comentarios acerca del primero, y empecé a echar la vista atrás. A revisar varias cosas sin demasiado orden ni concierto. Pero, claro, esto generaba en mí la sensación de “no avanzar” al ver que el conteo de palabras apenas subía día a día. Con esto, el día treinta y uno de mayo de aquel mismo año creaba el documento de “descartes”. Esto no quiere decir que aquel fuese el momento en el que comencé con las revisiones, sino que fue cuando decidí empezar a dejar constancia de ellos. Por otro lado, tampoco quería “hacerme trampas” a mí mismo. No quería aprovechar que cambiaba una parte de una frase para copiar toda la frase como “descarte” y darme una falsa sensación de “estar haciendo cosas”. Tenía que llegar a algún tupo de compromiso. Uno que me llevaba a apuntar palabras sueltas una detrás de otra, creando sucesiones inconexas que rara vez llegaban a completar frases estructuradas. No era gran cosa pero, al menos, con esto lograba calmar un poco la sensación de “no estar haciendo nada”.

Veo que con fecha de aquel treinta u uno de mayo hay cambios relativos tanto al capítulo 1 como al prólogo y el prefacio. Gracias al versionado de los archivos que me proporcionaba mi Owncloud había recuperado parte de los descartes, y el documento continuaba creciendo a partir de ahí.

Entre el dieciocho y el veintitrés de junio generaba otra página entera de descartes del prefacio. Entre el dos y el dieciocho de julio se sumaba otra página más. El siete de noviembre volvía una vez más al asunto y, para terminar, entre el veinticuatro y el veinticinco de marzo del año siguiente generaba una página más de descartes.
No está mal para lo que había empezado como un simple párrafo.

Pero aquello ya no me servía.
Lo que había nacido como un “statement”, que dicen los yankis, una “proclama” en la que me posicionase. Donde dejase ver lo harto y aburrido que estoy de temas de “elegidos”, “destinos” y zarandajas similares.
Como no podía ser de otra manera, se me terminó yendo un poco de las manos.

Sí, quería dejar claro que Arcanus era un “tipo normal”. Que no era alguien “tocado por el hado”. Que no había hilos invisibles tirando de sus acciones. Que lo que le iba a pasar era solo cosa suya (vale, sí, y del azar también). Pero me empecé a desbocar y liar metiendo detalles biográficos que no aportaban nada a lo que iba a seguir. A añadir elementos en los que no quería extenderme demasiado... pero que, al mismo tiempo, sirviesen para marcar el “tono” y ayudasen al lector a la hora de “adelantarse” y “comprender” de lo que iba a venir más adelante.

Al final, y revisado de nuevo ahora, me da la sensación de que, por un lado, se me fue la mano y me volví un tanto reiterativo (algo que me suele pasar cuando quiero_dejar_bien_claro_un_punto) pero, al mismo tiempo, no fui demasiado claro por miedo a ser (aún más) reiterativo y pesado. Entre tiras y aflojas la cosa quedó en una hoja que, o bien tendré que recortar en una versión posterior, o deberé rescribir y expandir aún más adoptando un tono diferente.

Por otro lado, tenemos el “Prólogo”. El sitio en el que se me fue aún más la mano. Porque los descartes de esta sección ascienden a ocho páginas repartidas entre algo más de veintitrés días de revisiones... para terminar ocupando menos que el “Prefacio”. Parece que aquí sí que logré ser algo más comedido. Sigue siendo mejorable, pero al menos he logrado esquivar la bala que comencé a cargar durante las revisiones.

Porque, por momentos, llegué a marcarme varias páginas de disgresiones acerca de la metafísica daegonita que, dado que “aún” no quería ser demasiado explícito, se perdía excesivamente en vaguedades. Sobre los kurbun sin mencionarlos. Sobre los solapamientos de realidades. Sobre la irrelevancia de la humanidad dentro del gran esquema. Sobre el hecho de que, por más que creamos “saber y comprender”, por más que podamos sentir que “tenemos el control de algo”, aún quedan muchas cosas que se nos escapan.

Al final, igual que la sección anterior, esto debía servir para marcar el “tono de lo que estaba por venir”. Debía ser algo que “picase la curiosidad” del lector. Un punto al que, si se regresaba para hacer una relectura, dijese “ahí va, si esto ya me lo estaban diciendo desde el principio“. Pretendía ser más evocador que descriptivo. Más ambiguo que “preciso”. Pero la información debía estar “ahí”.

Pero, vamos, supongo que me pasé de ambicioso. Quería abarcar demasiado en tan poco espacio.
Aun así, tenía muchas páginas por delante en las que matizar y expandir.
Igual había suerte y, al final, el puzle quedaba algo apañado.

Javier Albizu