Biografía fabuladora LIII: Viñetas y continentes

Por Javier Albizu, 9 Abril, 2023
Cuando llegamos al noventa y dos en lo que a tebeos se refiere, supongo que llega el momento de empezar a separar un poco las cosas. Y la separación viene principalmente por x razones.

Estas son:
- En una primera revisión, me salen cosa de setenta colecciones / miniseries / números únicos que empezaron a publicarse durante aquel año, y de las que compré algún ejemplar (recordemos que también compraba cosas que llevaban más tiempo saliendo).
- Se produjo el primer desembarco “serio” del manga por estos lares.
- Otras cosas que iré comentando.

Por supuesto, las divisiones son un tanto arbitrarias y no he sido capaz de crear unas categorías lo suficientemente “generalistas” o “concretas” como para que todo encaje a la perfección. Pero, bueno, aceptaremos barco con tal de no tener que poner nombres kilométricos, o mil quinientos sub grupos.

Dicho esto, vayamos por orden (de cantidad).

Como no podía ser de otra manera, los campeones indiscutibles en cuanto a cantidad de papel consumido fueron los procedentes de “Los Estates”1. Cuestión de fuerza bruta, por supuesto.

Si miramos a lo que comenzó a salir durante aquel año en orden alfabético, podemos encontrar tebeos de franquicias cinematográficas (Aliens y familia), a Windosr Smith dándolo todo con Lobezno, otro nuevo mega crossover deceita y, de nuevo, a Batman hasta en la sopa (a buen seguro como consecuencia de la segunda película de Burton... aunque siempre ha sido un personaje que vendía bien).

Si vamos un poco al detalle de este primer bloque, decir que Aliens vs Predator, a pesar de su falta de pretensiones, yo diría que es una de las mejores cosas que ha salido para esta franquicia. Que Arma X siempre me ha parecido un tebeo muy confuso (y no compro la excusa de que sea así por el jaleo de implantes de memoria y demás). Que Armageddon 2001 empezaba bien y terminaba por convertirse en otro pifostio de viajes en el tiempo (y cambios apresurados cuando los lectores descubrieron en el minuto uno quién iba a ser el gran villano). Que no sé muy bien dónde meter Batman vs Dredd, ya que sus dos autores y parte del elenco de personajes eran ingleses, pero la editorial y otros personajes son americanos. Que Azrael molaba por lo espectacular del dibujo de Quesada, pero que visto con posterioridad se me hace un poco meh. Y que terror sagrado empecé a comprarlo por Starlin, pero no llegué a terminarla.

Podría haber hecho otro su grupo solo con crossovers (porque, aparte de Armageddon y Batman / Dredd, también salieron el Guantelete del infinito, Factor-X vs Hulk, Proyecto Exterminio y Operación tormenta galáctica), pero he preferido dejarlo estar así.

Para resumir este no-bloque, decir que Guantelete y Factor-X vs Hulk guay, mientras que el resto un tanto meh.

Del Guantelete también podría decir que está algo alargado y que, a pesar de notarse la marcha de Pérez en los últimos tomos, nunca he tenido nada contra lo que hizo Lim después (y creo que se merecía el premio por haber empezado aquella historia en las colección de Estela Plateada junto con Starlin).

A su vez, técnicamente, Factor-X vs Hulk no era un crossover, pero sí. Lo era desde el punto de vista de que se mezclaban personajes de dos colecciones diferentes (en aquella época guionizadas ambas por Peter David), pero aquella historia había salido publicada originalmente en la colección de Hulk y no como un “evento independiente”.

Poseso, lo que decía antes de ponerte a hacer categorías y pone dos millones de notas acotatórias.

Seguimos.

Creo que “Centinela de la libertad” fue el primer tebeo en el que me fijé en el nombre de Fabian Nicieza, su guionista, que también sería el encargado del posteriormente malogrado Nómada.

Cierto, también estaba en los Nuevos Mutantes y en X-Force.
Sí. Compré los Nuevos Mutantes y X-Force de Liefeld, y me gustaron en su día. También compré los primeros números americanos de Wild C.A.T.S, CyberForce y Youngblood. A pesar de los colorinchis digitales y el papel satinado, estos ya me gustaron menos. A día de hoy no me compraría ninguna de ellas, pero el problema es más mío, del tiempo pasado y las cosas leídas, que suyo. Aquel era el momento para que saliesen aquellos tebeos... con todo lo bueno y malo que trajeron bajo su brazo.

Algunas de las colecciones que compré creo que no llegué a leerlas. No llegaba a conectar con “la escuela inglesa” (Hellblazer, Kid Eternity, Mundo sin fin y, por añadidura, Sandman) por más promoción que le diesen en los correos de lectores. Las compraba porque “era lo que había que leer”. Eran (o eso decían) sofisticadas, sucias y realistas (creo que esas palabras no terminan de encajar muy bien juntas pero, a la hora de usar palabras que suenan “intelectuales” sin contexto, los comentaristas de fútbol no han inventado nada).
A lo que íbamos. Nada. No había manera. Llegaban a casa, les echaba un vistazo muy por encima, y se quedaban ahí hasta que me encontrase “con fuerzas” para ponerme con ellas. La única que llegó a gustarme fue Skreemer, pero yo diría que la compré y leí más adelante.

Por lo que puedo ver, también fue el momento para recuperar clásicos como Warlock, el Motorista Fantasma o las historias de los Vengadores que no había tenido posibilidad de leer con anterioridad. Estas fueron colecciones que disfruté pero que desaparecieron de casa cuando hizo falta dinero, espacio en la habitación, o cuando un colega montó su tienda de tebeos y necesitaba material con el que llenarla. A su vez, son colecciones que luego he ido recuperando en blanco y negro gracias a los “Marvel Essential” o las Bibliotecas Marvel.

Volvía también a las librerías el “Batman Bueno”. Esto es, el Caballero Luna. Lo hacía de la mano de Chuck Dixon (que luego se pegaría unos cuantos años guionizando al “Batman Malo”) y Sal Velluto. La compré, la vendí, y no la he recuperado.

También se producía mi primer contacto con Sin City. Mi primera aproximación (seguramente de prestado) a otro de esos elementos que no hay manera de acotar en condiciones. Porque empezaba saliendo en Cimoc, una revista orientada principalmente a publicar “tebeo europeo”, pero donde terminaba saliendo un poco de todo. A su vez, tampoco se ajustaba a los “parámetros tradicionales” de lo que entendemos por “americano mainstrim”.

Creo que hasta que no salió recopilado dos años después no leí el primer arco argumental completo, pero eso no impidió que todos nos flipásemos muy fuerte cuando alguien nos enseñaba alguna de las macarradas que se marcaba Miller y aparecían entre otras historias de la revista que nos dedicábamos a ignorar.
Releídos de nuevo recientemente, esta historia y las que la siguieron se me hacen bastante cargantes, reiterativas y llenas de un molonismo que hoy me resulta bastante risible cuando no ridículo.

Hablando de macarras, Lobo volvía. Porque el noventerismo no lo inventaron los chicos de Image.
Idem a lo de antes en cuanto al molonismo, macarrismo y lo cargante.
Idem también a que mi yo de diecinueve años no estaría para nada de acuerdo con estos comentarios.

Si damos un salto continental, y vamos hasta Japón2, vemos que la invasión empezaba con unos pasos un tanto extraños. Formato “americano” y sentido de lectura occidental en grapa (Dragon Ball), en lomos con tapas “blandas” (Dragon Ball serie roja), lomo con tapa “rígida” (Baoh, Crying Freeman, El puño de la estrella del norte, Kamui, Grey, Xenon) y formato “europeo” (aunque con color americano) en tapa dura (recopilación de Akira).

Parece que las editoriales (las dos, porque, por el momento, solo eran Planeta y Glenat) no terminaban de saber qué querían hacer, pero se olían que ya había un “mercado maduro” para aquello. Así que había que probar.

He de reconocer que, hasta que me he puesto a revisar estas publicaciones, tenía en la cabeza la idea de que, salvo en los casos de Akira, Kamuy y Dragon Ball, el resto de colecciones las habían dejado a medias. Pero no, en su mayorías eran colecciones cortas y parece que las únicas que quedaron inconclusas fueron Crying Freeman y El puño de la estrella del norte.
Qué cosas.

Eso sí, no recuerdo haber leído hasta el final ni Grey ni Xenon... aunque seguramente las comprase enteras en su día (o igual sí que las leí y me dejaron tan frío que por eso son las únicas de las que me deshice).

Si vamos al “cómic europeo”3 la cosa es más bien escasa. Las comillas van porque poner como “europeo” a Dredd (inglés) o los Caballeros de Pendragon (inglés con espíritu americano cien por cien) o Nathan Never (fumetti italiano) me suena un poco raro. Por otro lado tenemos Kogaratsu, ambientado en Japón, y Alef-Tau, guionizado por un chileno. Así que... ¿yo qué sé?
Bueno, sé que Alef-Tau fue el tebeo que me hizo odiar al vendehumos de Jodorowski (por más enganchado que me tuviese hasta su último tomo).

Si vamos un poco más cerca, tenemos alguna cosa patria4. Que, sí, geográficamente debería ser “tebeo europeo”. Pero, vamos, que no.
Cels Piñol comenzaba a darse a conocer fuera de Barna (y los artículos que acompañaba a tebeos de “las dos grandes”). Sus narizones se convertían en algo con entidad propia. Tanto es así que se pasaba la fase de fanzines y empezaba a publicar cosas “más serias” (aunque seguía con los narizones) como un tebeo completo y su propio juego de rol.
Ahí es nada.

Por otro lado, teníamos a Sergi San Julián, que sacaba su Gorka... y que sería la primera colección editada por Camaleón (y por su anterior nombre, Patxarán ediciones)

Por último, tenemos al Manga Zone, uno de las primeras (y mejores) revistas de manga patrias.
Lo sé no es un tebeo, ni habla de cosas españolas, pero, a ver ¿dónde meto yo esto?, listos.

Con esto, creo que ya ha llegado el momento de ir dejándolo por hoy, aunque no lo haré sin hablaros de otro par de cosicas. De una categoría que he decidido bautizar como “los picores”5 y que supongo que habla por sí misma.

El Click y las historias de Altuna.

Tebeo italiano-no-fumetti, y tebeo erótico publicado inicialmente como páginas sueltas en la edición española de una revista americana (Playboy) y creado por un argentino.
Las historias de Altuna ya las conocía antes de aquel tomo, así que todo parece indicar que, para aquel momento, alguna Playboy ya había pasado por mi casa.
Por supuesto, me había acercado a aquellas revistas por los artículos, como hacía la gente de bien.

Enlaces:

1. Tebeícos EEUU
- Aliens Guerra contra la tierra
- Aliens vs Predator
- Arma X
- Armageddon 2001
- Batman - Juez Dredd
- Batman - Círculo mortal
- Batman - La espada de Azrael
- Batman - Terror Sagrado
- Batman vuelve
- Caballero Luna - Cuck Dixon
- Capitán América - Centinela de la libertad
- Catwoman desafiante
- CyberForce
- Demon
- Dracula Mike Mignola
- El guantelete del infinito
- Factor X - Hulk
- Hellblazer
- Iron Man Crash
- Iron Man Vol 2
- Kid Eternity
- Lobo’s back
- Los vengadores segunda edición
- Motorista Fantasma tomos
- Mundo sin fin
- Nick Furia agente de S.H.I.E.L.D.
- Nómada
- OMAC
- Proyecto Exterminio
- Punisher War Journal
- Ray
- Santa Claws
- Sin City - en Cimoc
- Sin City - en tomo (1994)
- Silver Surfer Vol 2
- Skreemer
- Starstruck
- The Bozz Chronicles
- The Last American
- Vengadores - Operación Tormenta Galáctica
- Warlock Classic
- Wild C.A.T.S.
- X-Force - colección
- X-Force tomo
- X-Men - Jim Lee
- Youngblood

2. Tebeícos japoneses
- Akira - Tomos
- Baoh
- Crying freeman
- Dragon Ball
- Dragon Ball - Serie roja
- El puño de la estrella del norte
- Grey
- Kamui
- Kimagure Orange Road
- Xenon

3. Tebeícos europeos
- Alef-Tau
- Caballeros de Pendragon
- Juez Dredd - En busca del niño juez
- Kogaratsu
- Nathan Never

4. Tebeícos españoles
- Dracula - Cels Piñol
- Fanhunter
- Gorka
- Manga Zone

5. Los picores
- El click
- Historias de Playboy de Altuna

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