Biografía fabuladora XXVII: Acción y reacción

Por Javier Albizu, 12 Junio, 2022
¿Qué es un acto voluntario y qué resulta ser una mera consecuencia los movimientos que tienen lugar en tu entorno?
¿Como puedes llegar a ser capaz de diferencias una cosa de la otra?

Por otro lado... ¿realmente importa esta distinción?
Ya está hecho y no existe una combinación de teclas que nos permita cambiar lo qué hemos hecho o la razón detrás de cada acto.

Una manera un poco rara de empezar, lo sé.

La cosa es que, por un lado, cuando más lo pienso, más me voy dando cuenta de todas las piezas que comenzaron a moverse durante aquel año ochenta y ocho. Por otro lado... si le dedicase un esfuerzo similar, estoy convencido de que, a buen seguro, encontraría engranajes similares moviéndose en cualquier fecha en la que me fije.

Así pues, quizás en primero de FP conociese a mi profesor favorito (o, al menos, del que conservo un mejor recuerdo); el Pastor, pero esto poco tiene que ver con una elección voluntaria.
A su vez, no es que tuviese ninguna relación con él más cercana a la que tenía con cualquier otro de los profesores, pero sí que logró despertar en mí algo que no habían logrado otros. Fue mi profesor de historia y lenguaje durante aquel curso. Alguien que consiguió que, por primera vez, aquellas asignaturas no me resultasen aburridas. Quien me descubrió que la historia era... pues eso, una serie de historias.
Eso sí, no recuerdo qué notas saqué en sus asignaturas. No tengo la más mínima idea de cuántas suspendí aquel curso. Tampoco es que tenga demasiada relevancia.

Más allá de eso, siempre me pareció un tipo curioso. El único profe que recuerdo que llegase hasta el instituto en bici, y el único que se dedicaba a hacer dibujos en la pizarra durante los exámenes.

Pero me estoy desviando. A lo que iba con todo esto es a que... ya ves dónde nos encontramos ahora. Historia y lenguaje. Uno podría llegar a afirmar sin temor a equivocarse que por estos lares hay un poco de todo eso.

Claro está, todo esto aún tardaría en llegar. La reacción a todo esto (de ser aquel su origen primigenio) estaba lejos de ser algo inmediato. En el terreno de la lectura aún me mantenía con una dieta casi exclusiva de viñetas, aunque alguna cosa caía de vez en cuando sin ellas. Cosas que, en su gran mayoría no llegaban como consecuencia de lo que veía en el colegio, sino fuera de él. Hablo, por supuesto, de los libgrojuegos1.

Por otro lado, veo que muchos de los que llegaron hasta mis manos fueron publicados con anterioridad a aquel año, lo que podría llevarnos a pensar en un primer contacto más temprano con el género. Si bien es cierto que esto podría llegar a ser así (me viene a la cabeza la serie de Dragones y Mazmorras como un posible ignitor), veo altamente improbable que me preocupase en buscarlos con anterioridad a mis primeras experiencias con el rol.
De cualquier manera, aquel brote fue breve y no se prolongó durante demasiado tiempo. Porque no importaba lo que prometiesen sus portadas. En su interior nunca encontré lo que buscaba. Se acercaba, pero “no estaba ahí”. Quizás por eso la fecha de publicación por estos lares de los libros “más nuevos” de ese listado coincidan también con el año ochenta y ocho.

Una vez que nos salimos del contexto meramente literario, podemos ver que aquellas no fueron las únicas lecturas “de nuevo cuño” que llegaban hasta mis manos. La ampliación de mis horizontes geográficos hacia “el centro” también servía para que obtuviese acceso a nuevas fuentes de información. Quizás el ámbito de las revistas2 que compraba no cambiase, pero sí que lo hacía su relación con conceptos como los del espacio y el tiempo.
Gracias a las revistas inglesas se me abrían nuevos mundos3. Lugares a los que tardaría mucho en llegar (o, más concretamente, que tardarían mucho en llegar hasta mí).

También durante aquel mismo año salía por aquí uno de mis juegos favoritos para el Commodore4. Aquel que, si no me falla la memoria, fue el único que logré terminar en esta plataforma. Un juego que, a su vez, me presentaría con unos cuantos años de antelación al protagonista de uno de mis tebeos favoritos.
¿Me habría fijado en aquel tebeo de no haber conocido antes su juego?
¿Le habría dado una oportunidad a aquellas páginas de no haber contemplado con anterioridad aquellos píxeles?
Una vez más diré ¿acaso importa?

Porque ante mis ojos pasaron muchos otros juegos5. Comenzaba la hegemonía de Hewson en el Commodore, y mi devoción por Sega en las recreativas. La llegada del Altered Beast fue la razón que me llevó a convencer a mi padre para comprar la Master System. Una compra llevada a cabo bajo la (falsa) promesa de que aquel juego iba a ser “igual que la máquina” (y no como los ports para ordenador). Por otro lado, quien me vendió la Master System (alguien a quien había conocido en Ramar o el Salón de juegos Carlos III) fue la misma persona a la que le compré el “Frizer”6 para el Commodore 64. El “cartucho definitivo” que tantos buenos ratos me proporcionaría entonces y tiempo después.

Para terminar, supongo que era en el terreno del audiovisual7 donde la entropía era menor. Donde no tenía tantos influjos externos. Donde llegaban muchas cosas que... aún no podría compartir con nadie ajeno a “la famiglia”.
Al abandonar Larraona abandonaba también la relación con la gente que había conocido ahí. Mi círculo social se reducía aún más allá de su “escualidez” pretérita. Los nuevos vínculos que iba estableciendo no eran lo suficientemente fuertes como para iniciar conversaciones ajenas a lo formativo.

Por otro lado, no deja de parecerme curioso que las dos películas que recuerdo haber visto en el cine aquel año no aparezcan en los resultados de “El doblaje” cuando pones la fecha como criterio de búsqueda (pero que el año sí que aparezca correctamente si vas directamente a esas películas). Cosas de los algoritmos, supongo.

En fin, y como colofón antes de volver a desviarme.
¿Qué vino antes, el huevo o la gallina?
¿Fue mi libre albedrío el que me llevó a tomar las decisiones que tomé?
¿Fueron mis elecciones inalteradas las que provocaron que mi camino se dirigiese hacia donde lo hizo?

¿Qué más da?

Enlaces:

1. Libritos
- El secreto de los caballeros
- La ruta de los piratas
- Los anillos de saturno
- La venganza de los dragones
- Las columnas de Pentegarn
- La nave estelar perdida
- El hechicero de la montaña de fuego

2. Revistas
- Micromanía segunda época
- C+VG
- Commodore User

3. Ultima
- Ultima

4. Usagi
- Samurai Warrior

5. Juegos
- Altered Beast
- Traz
- Cybernoid
- Eliminator
- Netherworld
- Marauder
- Impossible Mission II
- Frightmare
- Shoot 'em up Construction Kit
- Inside Outing
- Wonder Boy in Monster Land (Master System)

6. The Final Cartridge III

7. Cine y tele
- Estrenos TVE en la Wikipedia (1988)
- Películas dobladas en 1988 según el buscador de “El doblaje”
- Willow - El tebeo
- Willow - La película
- Willow - La novela
- La jungla de cristal

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