Biografía fabuladora XLI: Minutos musicales

Por Javier Albizu, 16 Octubre, 2022
Cuando llegamos hasta mi mayoría de edad me doy cuenta de que apenas he hablado de música y de que, cuando le he hecho, ha sido de manera bastante tangencial1. Esta es una laguna muy seria. Una que me dispongo a llenar en este mismo instante.

Porque otras cosas igual no, pero la música es algo que me ha acompañado desde siempre2. Y, no, esto no tiene nada que ver con que mi padre sea músico (aunque, ahora que lo pienso, por más que nuestros gustos rara vez hayan coincidido, igual sí que puede llegar a tener algo que ver).

Empezando por el final (esto es, el “ahora” del noventa y uno), vayamos a los recuerdos musicales que tengo asociados a aquel año.

Lo primero que viene hasta mi mente es el camino hasta el instituto. Un trayecto en el que, casi siempre, estaba acompañado por el señor Mike Oldfield. Más concretamente por las cintas en las que había volcado sus Hergest Ridge, Ommadawn e Incantations. A buen seguro, para aquel entonces ya me había hecho con toda su discografía en vinilo. Cosas de tener una tienda en la que se vendían aquellas cosas.

Es muy probable que aquellas mismas cintas me acompañasen también en el autobús de camino a la Casa de la juventud, en los paseos para los entrenamientos de balonmano, o en el regreso a casa después de estos pero, de ser así, esa asociación no se grabó con la misma fuerza en mi memoria.

Por otro lado, no es que estas obras fuesen mi primer contacto con el trabajo de este buen señor. Si no me falla la memoria, este hito le pertenece al LP de Platinumm (una serie de canciones que tengo asociado a “la tienda vieja”). Aun así, por alguna razón que no soy capaz de concretar, no fue hasta aquellos días que se produjo mi “re-descubrimiento y apreciación” de su trabajo. Una filia que compartía con otro de los “miembros del club”, y que hacía que nos “enfrentásemos” a mi hermano pequeño y a otro de los miembros de la cuadrilla que eran defensores de Queen. Luchas absurdas por determinar “quién era el mejor” que no iban a ninguna parte y que, por otro lado, tampoco me impedían disfrutar de los ingleses (algo similar a lo que sucedería con Dire Straits). Al final cada uno teníamos nuestras filias3, y eso no es malo.

Por su parte, mi hermano mayor se movía por otros territorios sonoros4. Creo que aún no había abandonado su fase de la música disco alemana, pero ya estaba a tope con las bandas sonoras y el new age.

Siguiendo con las cosas “del año”, no sé en qué momento o manera concretos se cruzarían en mi camino Tom Petty y sus rompecorazones, pero de lo que no cabe duda es de que aún conservo el CD de su “Into the Great Wide Open”. No sé si el interés me vendría por la emisión en radios de “Learning to fly” (algo poco probable, ya que ni en casa ni el solía escuchar radio fórmula), o por influencia de la persona que teníamos en la tienda en la sección de discos.

Yendo un poco hacia atrás, veo que nos tendremos que saltar el noventa. No es que en aquel año no comprase o escuchase nada pero, dado que ninguna de mis cintas o CDs se corresponde a obras publicadas en esa demarcación cronológica y que, lamentablemente, no conservo ningún vinilo de cuantos compré en su día, lo dejaremos pasar.

Una vez dicho esto, tras nuestro salto en el tiempo aterrizamos en el ochenta y nueve. En el año de publicación de dos casetes que aún se encuentran entre mis estanterías. Seguro que por ahí habrá alguno que diga que Chris Rea y Kylie Monogue no pegan (una afirmación en la que se podrían incluir sin problema alguno “The refrescos” y “Puturrú de fuá”), pero ese no es mi problema.

Hablando de cosas “que no pegan”, en el ochenta y ocho tenemos a Álex y Cristina, Bananarama, Johnny hates Jazz, OMD, Prince y Sandra, y en el ochenta y siete Level 42, Gloria Estefan, Samantha Fox y otra vez Sandra. ¿Qué quieres que te diga? Es lo que hay.
Sí que recuerdo el acto de comprar el “Turn back the clock” y “Running in the family” en el “Supermercado del casete” (el mismo lugar en el que alquilaba juegos para el MSX), pero del resto no conservo un recuerdo tan nítido.
También recuerdo el disco homónimo de la señorita Fox, aunque no conservo ni ese vinilo ni el recuerdo de haberlo comprado. Solo sé que estaba por casa.

Cundo llegamos hasta el ochenta y seis llegamos hasta un disco que no conservo (el de los Toreros muertos), un maxi-single que tampoco ha llegado hasta esta casa (el “Catch the fox” de Dean Harrow, con una situación idéntica que la de la señorita Fox), uno que me compraría más tarde (el de Siniestro) y uno que nunca tuve (el de Gary Moore). Curiosamente, los recuerdos que tengo asociados al disco de los Toreros y el de Moore tienen un elemento común; estar a solas con mi padre en el coche.
En el caso de los primeros, volviendo de la tienda. En el del segundo, volviendo de un viaje de trabajo. Recuerdo con claridad a mi padre diciéndome “no sabía que te gustaba la guitarra”, no terminar de entender a qué se refería y lo proféticas que resultarían estas palabras con el paso del tiempo.
A su vez, dentro de este mismo recuerdo también encontramos la última parada en este viaje hacia atrás en el tiempo. Sabina. Es lo que tienen las cintas con canciones grabadas de la radio.

Por otro lado, tengo claro que me dejo montones de cosas5. Cosas como, entre otras, Eighth Wonder (y Patsi Kensit), Transmision Vamp (y Wendy James) o Spandau Ballet (y... no). Cosas como las que, en tiempos recientes, han traído hasta de vuelta hasta mi memoria el largamente perdido recuerdo del Pingüino (que no fue hasta que, hace unos años, comencé a escuchar el podcast Vuelo 180 que regresase hasta mi mente su existencia). Cosas que conocimos a través de la radio, que no recuerdo quién compró, pero que podía escuchar cualquiera.

Y con esto lo dejamos por hoy. Es probable que, en el futuro, en algún “Llenando huecos” terminen apareciendo también otros despistes relacionados con este tema.

Enlaces:

1. Anteriormente en... aquí
- Biografía fabuladora XIII: Cambiando de contexto
- Biografía fabuladora XVI: Lugares por elección
- Biografía fabuladora XXXVIII: Llenando huecos I

2. Cosas que le acompañan a uno
- Álex y Cristina
- Bananarama
- Chris Rea
- Dean Harrow
- Gary Moore
- Gloria Estefan
- Joaquín Sabina
- Johnny hates jazz
- Kylie Minogue
- Level 42
- OMD
- Prince
- Puturrú de Fuá
- Samantha Fox
- Siniestro total
- The refrescos
- Tom Petty
- Toreros muertos
- Mike Oldfield - Tubular Bells (1971)
- Mike Oldfield - Hergest ridge (1974)
- Mike Oldfield - Ommadawn (1975)
- Jean Michelle Jarre - Oxygène (1976)
- Mike Oldfield - Incantations (1978)
- Mike Oldfield - Platinumm (1979)
- Joaquín Sabina - Juez y parte (1985)
- Gary Moore - Wild Frontier (1986)
- Queen - A kind of magic (1986)
- Toreos muertos - 30 años de éxitos (1986)
- Gloria Estefan - Anything for you (1987)
- Level 42 - Running in the family (1987)
- Sandra - Ten on one (1987)
- Siniestro total - De hoy no pasa (1987)
- Bananarama - The Greatest Hits Collection (1988)
- Johnny hates jazz - Turn back the clock (1988)
- OMD - The best of (1988)
- Prince - LoveSexy (1988)
- Sandra - Into a Secret Land (1988)
- Chris Rea - The road to hell (1989)
- Kylie Minogue - Enjoy yourself (1989)
- Tom Petty - Into the Great Wide Open (1991)

3. Cosas que acompañan a la familia I
- Deep Purple
- Dire Straits
- Queen
- Queen - Flash Gordon (1980)
- Dire Straits - Brothers in arms (1985)
- Freddie Mercury - I was born to love you (1985)
- Queen - The miracle (1989)
- Queen - Innuendo (1991)

4. Cosas que acompañan a la familia II
- New Age
- Loreena McKennitt
- Michael Nyman
- Wim Mertens
- Yanni

5. Maravillas, Vampiras, Balets, Pingüinos, vuelos y otras cosas
- Eighth Wonder
- Spandau Ballet
- Transvision Vamp
- Un Pingüino en mi Ascensor
- Vuelo 180

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