Biografía fabuladora XLIII: De lecciones y viñetas II

Por Javier Albizu, 13 Noviembre, 2022
“Como íbamos diciendo ayer”, que empezaba aquel.

Continuamos con los tebeos de mi infancia. Más concretamente, con algunos de los que se cruzaron (o pudieron cruzarse) en mi camino entre el ochenta y el ochenta y cinco (por tratar de utilizar algún tipo de marco temporal mínimamente acotado)1.

Con esto, empezamos por “La batalla de los planetas” (A.K.A. “Comando G”, A.K.A. “Kagaku ninja tai Gatchaman”).
Lo cierto es que, hasta que me puse a documentarme a este respecto, no conservaba ningún tipo de recuerdo de estos tebeos. Sí que recordaba el álbum de cromos, y que este fue uno de los pocos (si no el único) que llegué a completar (más concretamente, y si no me falla la memoria, lo compré / me lo compraron ya completado). La cosa es que, fue ver las portadas en Tebeosfera y empezar a llegar recuerdos.

Por otro lado, y como si una señal del destino se tratase, hace poco el señor Z me regaló dos de los álbumes de 48 páginas que se publicaron en aquellos días. Dos libretos cuyas portadas me resultaban muy familiares... pero cuyo interior no es capaz de lograr que salgan a flote recuerdos o apegos olvidados.

A su vez, y como ya comentaba cuando traté este asunto en su momento, también es cierto que mi apreciación por la serie ha ido menguando con el paso del tiempo. Es posible que esto haya afectado a mi capacidad de recuperar los afectos perdidos.
Eso sí, a nivel de diseño conceptual, ya sea por los trajes de los personajes o los vehículos, la serie lo molaba (y sigue molando) todo.

En lo que respecta a “El vástago de los 4 Fantásticos”, añadir a lo ya dicho que siempre he asociado este tebeo a mi estancia en el hospital Virgen del Camino tras la operación de apendicitis. Otra cosa es el saber hasta qué punto esta sensación puede estar ligada a la realidad.

De quienes apenas conservo poco más que recuerdos residuales es de colecciones como Papyrus, Sammy, Kelly, Mytek o Zarpa de acero.
De las primeras conservo la imagen de sus protagonistas, de las segundas sus “gimmicks” (el mono gigante, el ojo mágico o la mano metálica que flotaba por ahí). Nada de sus personajes, sus historias o los villanos contra los que se enfrentaban.

Lo de Superlópez era ya otra cosa. Divertido, sin duda. Imprescindible durante unos cuantos años, también. Inolvidables, seguro. Una vez clarificado esto, no puedo decir que nunca haya encontrado en sus historias algo que llevarme a las mías (una afirmación que sería extensible a los tebeos “de la casa” que publicaba Bruguera).
Ya en este brete, y puestos a realizar comparaciones estúpidas, comentar también que “El señor de los chupetes” siempre me ha gustado más que “El señor de los anillos”.

Con Hulk tenemos el caso contrario. Las historias... pues, hombre, tenían sus subidas y sus bajadas. No era un imprescindible en mi biblioteca, pero nunca le hacía ascos. Siempre fue un personaje con el que empaticé en la incomprensión que todos mostraban hacia él, en su deseo de que le dejasen en paz (y en la incapacidad que demostraba cada vez que quería ser escuchado).
A su vez, y por más que me parezcan más “entretenidas” las etapas de Byrne o Peter David en su colección, la etapa que se publicó por aquí durante los ochenta (con dibujos de Sal Buscema, Marie Severin o Herb Trimpe) siempre ha sido a la que le he guardado un mayor cariño.

En lo que respecta a Spiderman... pues la cosa es un poco a la inversa. Por más que recuerde con cierto cariño a personajes como “El merodeador”, “La gran rueda” o el “Corredor cohete”, mi afecto por él no se consolidaría (para luego disiparse una vez más) hasta la década posterior. Durante aquella época era la colección a través de la que llegaba hasta las historias de los 4F.

Algo parecido me sucedería con Dan Defensor / Daredevil. Sé que leí alguna de sus historias cuando las publicó Vértice, y recuerdo el miedo que me daba “El rondador de la muerte” dibujado por Gene Colan (los ani-hombres eran ya otra cosa que incluso entonces me costaba un poco más tomarme en serio). A su vez, no recuerdo comprar (o que me comprasen) la colección cuando comenzó a publicarla Forum, pero sí que recuerdo el impacto que me causó la historia de “El Macero”, su “No puedo morir porque no existo” y el epitafio de “Existió, y es suficiente” en su lápida.
No sería hasta bastante más adelante que llegase a leerme la etapa completa de Miller, a pesar de que aquella historia formaba parte de ella.

No sabría decir a ciencia cierta cuál fue mi primer contacto con “La Patrulla X”. Bueno, miento, a buen seguro había sido durante la década anterior en el número de Spiderman en el que aparecía el hombre de hielo (quien, si no me falla la memoria, en uno de sus bocadillos de pensamiento decía que hacía mucho que había dejado a “Los hombres X” o “La fuerza X”).
A su vez, también salían en el número de Rom en el que aparecía “El híbrido”.

A pesar de esto, en ninguna de aquellas dos ocasiones los personajes que se mostraban me parecieron especialmente memorables.

Por otro lado, mi primer... llamémoslo recuerdo / asociación consciente de aquellos individuos no está relacionado con su colección principal. Tampoco con “Dios ama, el hombre mata” o el “Extra Súper Héroes de Lobezo”, que habían salido unos cuantos años antes que ella.

Porque, dentro del pifostio que fue la publicación de aquellas colecciones por estos lares durante aquellos días, yo diría que mi primer contacto “real” con ellos fue durante el enfrentamiento que tenían con Spiderman en las Secret Wars. Un combate en el que no resultaron ser un grupo especialmente impresionante. Por un lado, Spiderman les daba a todos para el pelo. Por otro, no parecían muy buena gente (ya que estaban del lado de Magneto, y Xabier borraba de la memoria del “cabeza de araña” que tenían intención de abandonar a los héroes para ir a juntarse con el “amo del magnetismo”).

Pero aquella mala impresión no tardaría en cambiar cuando comencé a leer su colección propia. Una serie que, durante gran parte de aquella década, se convertiría en una de mis colecciones de cabecera.

No sé en qué momento fui capaz de trazar el vínculo mental que me permitió unir aquellos tipos malencarados que habían aparecido en las “Guerras Secretas” con los protagonistas de aquella colección. Porque, a pesar de que las Secret Wars y la colección de los X-Men comenzaron a publicarse en el ochenta y cinco, no sería hasta el ochenta y siete que llegarían hasta España los números de “La Patrulla” que coincidían con aquel evento.

La gente que me encontré en su colección homónima poco tenían que ver con los que habían aparecido en el mundo del Todopoderoso. Sí, había un telépata calvo, pero estaba en una silla de ruedas (y no tenía un traje cantoso). Tormenta no tenía cresta, y había otro montón de personajes que no aparecían en lo que había visto con anterioridad.

Pero poco de esto importa. Cuando llegó hasta mis manos el retapado en el que aparecían recopilados los cinco primeros números de aquella colección, algo hizo “click” en mi cabeza. La historia de Kitty Pryde, sola en la oscuridad, contra el trasunto de Alien, resonó con mi yo asustadizo como pocas otras. Después, Magic, otra historia de una niña sola que se tiene que enfrentar contra todo lo que le da miedo, resonaría con mi yo de aquella época de manera similar.

Las historias con los personajes adultos podían estar bien, pero nada me impactaba tanto como aquellas dos historias (eso sí, después llegaría hasta mis manos esa patada en el estómago que fue “Dios ama, el hombre mata”, y aquello me llevaría hasta otros terrenos).

Supongo que aquella misma sensación de “cercanía” fue lo que me llevó hasta los Titanes. Hasta aquellos personajes a los que los adultos no entendían y se empeñaban en hacer de menos. Hasta aquella “familia por elección” que se formaba entre ellos. Aquello, y el dibujo de George Pérez, por supuesto.

Porque Pérez les dotaba de un candor que no han sido capaz de darles otros dibujantes. Algo que lo ponía por encima de cualquier otro cuando se trataba de aquellos personajes. Como muestra un botón.
Ya para aquel entonces, la aparición del nombre de Byrne en una portada era algo que aseguraba que tratase de comprar una colección. Sin lugar a dudas, se encontraba entre mis dibujantes favoritos. Pero, a pesar de esto, el número especial que dibujó de los Titanes se me hizo raro. Aquellos no eran los personajes que conocía. Aquellos no eran sus cuerpos. Aquellas no eran sus expresiones.

Ya que hemos mencionado a Byrne, lo traeremos por aquí por partida triple para terminar esta entrada.

Por un lado, lo tenemos en los 4F como dibujante en la saga de la Esfinge y su bucle temporal cerrado que me serviría de inspiración a la hora de crear las historias que dirigiría durante más de una sesión rolera.

Por otro lado lo teníamos como autor completo en Alpha Flight, creando a una panda de personajes a cada cual más... particular. A su vez, creaba una mitología indio / canadiense que no sé hasta qué punto podía estar basada en nada real, pero cuyos nombres (Kariooq, Kolomaq, Neooqtoq, Ranaq, Somon, Tanaraq, Tolomaq, Tundra) tenían una sonoridad que me resultaba muy atractiva y cuyos diseños les dotaban de una estética que llenaban mi mente de terror y fascinación a partes iguales.

Por último, lo tenemos en los Vengadores, alternándose con George Pérez. De los lápices del primero tenemos el enfrentamiento con el Conde Nefaria y o a Chthon durante la saga de Wundagore. Del segundo, el enfrentamiento contra el Rojo Ronin o el Supervisor (y podríamos decir que también contra Korvac... de no haber terminado aquella saga Dave Wenzel).

Pura aventura, épica y emoción que no envejece. Diversión sin complicaciones (aunque, como en el caso de Korvac, de vez en cuando dejaba pequeños espacios para la tragedia más clásica).

Enlaces:

1. Poseso, tebeos
- La Batalla de los planetas, el álbum de cromos (1980)
- La Batalla de los planetas, el tebeo (1980)
- La Batalla de los planetas, los álbumes (1980)
- Los 4 Fantasticos - El vástago de los cuatro fantásticos - Editorial Montena (1980)
- Papyrus - Editorial Mundis (1980)
- Sammy - Editorial Mundis (1980)
- Súper Lopez - Editorial Bruguera (1980)
- Kelly ojo mágico - Editorial Vértice (1981)
- La Masa contra el parásito del espacio, Poket de Ases - Editorial Bruguera (1981)
- La Masa contra hombre quintronico - Editorial Briguera (1981)
- Mytek - Editorial Vértice (1981)
- Rom - Editorial Vértice (1981)
- Spider-Man, contra Estela Plateada - Editorial Bruguera (1981)
- Zarpa de acero - Editorial Vértice (1981)
- El Dan Defensor de Vértice (1982)
-
Los Vengadores, contra el Rojo Ronin - Editorial Vértice Enero (1982)
- Spider-Man Bruguera 60 (Cuatro Fantásticos 196 USA) (1982)
- Spider-Man Bruguera 70 (Cuatro Fantásticos 206 USA) (1982)
- Daredevil de Frank Miller (1983)
- La Patrulla X, Dios ama el hombre mata (1983)
- Lobezno, Extra Súper Héroes (1983)
- Los 4 Fantásticos de Wolfman, Buscema, Pollar, Byrne (y Sinnot) (1983)
- Los Vengadores, contra el Conde Nefaria - Comics Forum (1983)
- Los Vengadores, la saga de Korvac - Comics Forum (1983)
- Rom - Editorial Surco (1983)
- Rom y la Patrulla X - Editorial Surco (1983)
- Los Vengadores, la saga de Wundagor - Comics Forum (1984)
- Nuevos Titanes de Wolfman y Pérez (1984)
- Alpha Flight (1985)
- La Patrulla X, Kitty Pryde vs Alien (1985)
- Magic, Extra Súper Héroes (1985)
- Secret Wars (1985)

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