Biografía daegonita XIX: El Juego de los inmortales II

Por Javier Albizu, 18 Marzo, 2020
Lo cierto es que, más allá de la trama base que describía en la anterior entrada, no recuerdo gran cosa acerca del detalle concreto de cómo fue la evolución de la campaña.

Recurriendo al resumen que hice casi diez años después de aquello, veo que la comenzaron cinco jugadores.
Como no había ninguna traba a la hora de elegir la etnia de los personajes, dos de ellos llevaban mashlanitas y sus nombres hacían referencia a distintos productos culturales que habíamos estado consumiendo durante aquellos días1. Así pues, uno de ellos, Ukyo, llevaba ese nombre por el personaje del Samurai Shodown y el otro, Kagetora “El sobrao”, lo heredaba del protagonista de una película.
Aparte de estos dos, también había en aquel grupo un ogro, una sacerdotisa de la diosa de la justicia y un guerrero venido de otro plano.

Sí que recuerdo que traté de crear una mínima excusa argumental para que los personajes “raros”, aquellos que se encontraban muy lejos de sus hogares, estuviesen por ahí. Así, los dos orientales habían llegado hasta la isla por cuestiones de honor (vengar el asesinato del padre en el caso de Kagetora y robo de la espada del clan en el de Ukyo), y el “guerrero de otro plano” venía persiguiendo a su hermana. Estas tramas se solventaron casi en su totalidad durante la primera sesión de juego tras uno de los ya clásicos “asaltos a la casa del gobernador”.

A día de hoy habría hecho que la resolución de estas tramas se alargasen más en el tiempo y también habría dotado de una historia propia al resto de los personajes. Historias que no tendrían que verse ligadas a la campaña en curso sino que podrían ser la puerta de entrada a campañas posteriores. Detalles de sus intrahistoria de los que, en ocasiones, ni siquiera los jugadores que llevaban a esos personajes eran conscientes. Esta es una práctica que ya había usado en la “Gran Campaña” y que volvería a utilizar más adelante, pero las prioridades en aquellos días eran otras (y estaba dirigiendo, como mínimo, otras tres o cuatro campañas al mismo tiempo).

Por otro lado, así como ciertos detalles de la trama base del “guerrero de otro plano” los recuperé más adelante para otros personaje, la particularidad del caso de Kagetora lo ligaba especialmente a RuneQuest.
De esta manera, dentro de su historia se narraba que su padre había muerto poseído por un espíritu de enfermedad que le drenaba la inteligencia. Por esta razón, mientras planeaba su venganza, el personaje había aprendido el conjuro de hechicería “succionar inteligencia” para utilizarlo contra el culpable de su desgracia. Algo muy específico como para trasladarlo tal cual a otro reglamento.

La cosa es que en aquel asalto, el ogro murió y su jugador se hizo el primer personaje de una raza jugable exclusiva de Daegon2; los Thurg.

Esta especie apareció por accidente ya que su origen se debe a mi intento de dibujar un cráneo durante un rato muerto en el almacén del negocio familiar.

Había otras razas “exclusivas” de Daegon pero, por norma general, o no eran jugables, o como en el caso de los Sekai o los Yr’Draag, habían aparecido como una manera de meter algún elemento “molón” dentro de mi mundo.

Curiosamente, mientras algunas de estas especies “copiadas”, pese a cambiar mucho, sobrevivieron y se adaptaron a los nuevos paradigmas, los Thurg terminaron por desaparecer en revisiones posteriores.

Volviendo al resumen, veo que la siguiente anotación que tengo hace referencia a otro “asalto a la casa del gobernador”, esta vez ya en el continente, más concretamente en la ciudad baerni de Bran. Aquí culminaba la trama del “guerrero del otro plano”, moría Thurg Purk the Thurg y su jugador comenzaba a jugar con un troll negro.

La siguiente anotación indica que, en un intermódulo en el que sólo participaban dos de los jugadores, ese troll negro también moría. Inasequible al desaliento, ese jugador continuó siendo uno de los que más participaba en las partidas y comenzaba a jugar con una humana (posiblemente de Menetia) llamada Alea Teresea.

Poco después de aquello, los jugadores que llevaban al “guerrero de otro plano” y a Ukyo dejaban la campaña y entraban otros dos nuevos incautos llevando a sendos Thurg; Thurg Vaniac “The Maniac” y un chaman cuyo nombre, quizás por lo poco “chispeante” de su bautismo, no llegó a quedar en mi memoria.
De nuevo, al tratarse de gente tan alejada de su hogar, les di una excusa tan tópica como poco trabajada para aparecer. Ambos pertenecían a la misma tribu y alguien había matado al maestro del chamán y había robado el “Colmillo de Yyvylion”, un artefacto muy valioso para ellos. Un argumento digno de cualquier película emitida en “noche de acción” de cualquier canal.

También se unía al grupo un nuevo jugador, esta vez llevando a un cazador nómada, Arlun “El conquistador”.

No sé durante cuánto tiempo los jugadores estuvieron dando vueltas entre Johrg y Baern, pero el resumen continúa con varias referencias a idas y venidas de ambas naciones y la presentación de personajes como Trevor Sunjammer, y Nest Ravenwood, para quienes recuerdo que tenía planes, pero no recuerdo cuáles eran o si estos llegasen a completarse.

Así pues, la cosa sigue con otro “asalto a la casa del gobernador” en Baern donde mueren Kagetora y Alea Teresea. A estos los suceden una sacerdotisa de la diosa Korian, un enano; Gomlín “El agrio” y se añade al grupo un nuevo jugador llevando al Yr Draag Rassan.

Tanto Rasan como Gomlín gozaron de su pequeño intento de dotarles de un poco de trasfondo.
El primero buscaba a quien había matado a su madre humana, originalidad a tope.
De nacer como “semi dragonuts” y un trasunto de los namekianos de Dragon Ball en Daegon, tanto ellos como sus progenitores han cambiado mucho. Lo que representan ha evolucionado tanto que, algo que quise añadir tras ver como Piccolo se arrancaba un brazo para regenerarlo, fueron evolucionando a partir de ese punto para convertirse en elementos mucho más complejos y, en cierta medida, esenciales para Daegon.

Por otro lado, Gomlín era un medio demonio. Un mutante, un enano “gigante” que había matado a su padre demoníaco, uno de los secuaces de Gahur, había encerrado su esencia en un martillo, y se había forjado una armadura con sus huesos. Un concepto que, a ciertos niveles, hoy tampoco tiene cabida sin un remozado total en Daegon.

Aquí la cosa dio un giro brusco, no sé si premeditado o improvisado, porque los jugadores se iban al otro extremo del continente.

Porque en aquellos tiempos a lo que más esfuerzo le estaba dedicando era a escribir sobre Mashlan y veo que todo lo que vino a continuación estaba relacionado de forma más o menos directa con eso. Este ha sido un rasgo o un error (un “bug” o una “feature” que se dice en la informática) que me ha acompañado mucho a lo largo de mi trayectoria como perpetrador de historias; la “necesidad” por mostrar “ya” aquello en lo que estoy trabajando sin haber llegado a terminarlo.

Todo seguía pasando a toda prisa. Aparecía “casualmente” por Johrg Xantay, un elemental y, no recuerdo bajo qué pretexto, hice que se llevase, o que los jugadores pidiesen ser llevados, hasta Shinzay.
Por supuesto, este elemental no era un tipo cualquiera, sino alguien sobre quien había escrito mientras plasmaba la historia de Mashlan. Un ser exiliado por un magnicidio; quien había asesinado al emperador loco de Mashlan milenios atrás.

Lo de los sekai, los elementales, era algo de reciente cuño. Una excusa para meter ahí cosas que habían aparecido en el manga Elementalords3.
Tras leer aquellos tebeos me gustó la idea de no limitar estas entidades a los elementos clásicos, sino el extenderlos hasta cualquier cosa que se pudiese encontrar en la tabla periódica.
Decidí meterlos como parte del folclore oriental y vincularlo al panteón que se adoraba allí, así que pedí a un amigo que estudiaba japonés que me tradujese a esa lengua “Los señores del otro mundo”.
De ahí surgió el concepto de los “Betsuteki Sekai no Kami” para referirse a los dioses, y de los “Sekai” los “otros” para hablar de sus enviados.

De nuevo, esto es algo que también ha cambiado mucho. Tras darle muchas vueltas no encontré una manera de hacerlos encajar de forma orgánica en lo que estaba haciendo, así que quedaron en barbecho durante mucho tiempo tras aquella aparición para, más adelante, convertirse en abstracciones muy alejadas de lo que presenté en aquella aventura.

Prueba y error. No conozco otra manera de avanzar.

Enlaces:

1. Los personajes
- Ukyo
- Kagetora

2. Las razas 1
Los Thurg
- Yr’Draag v2 que no última
- Los Mayane Undalath y los Yr’Draag

3. Las razas 2
- Los Namekianos
- Elementalords

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